domingo, 23 de septiembre de 2012

NOTICIAS DE FIN DE SEMANA


Tome unos chocolates de la caja que estaba sobre la vitrina de la sala. Fui a comprar  al bazar de la avenida principal, cerca de casa, una  rosa de plástico. Volví a casa, me bañe, peine y perfume.  Antes de salir, puse cuidadosamente los chocolates y la rosa en  una bolsa. Tome el bus que iba para ese lugar, me deslice el  pasillo de este sin ver ningún asiento libre. En fin, encontré un lugar para viajar parado sin maltratar ambos regalos. Iba asustado, temía por mi billetera. Por primera vez esta contenía billetes, pensaba invitarla a cenar, a brindar. Cuando estaba cerca de llegar al lugar temía no encontrarla.


Estaba sentado en la segunda fila, el ambiente mejoraba. 4 bellas siluetas me decían que no debía irme, que todo seria mejor. A pesar de eso, sentí pánico por algún contratiempo. En ese sótano estábamos todos contentos  pero no a salvo de cualquier intervención municipal. Me pare para ir al baño a echarme un poco de agua. Volví, la vi bailando,  me volvió loco como siempre  lo hace ella cuando esta frente a mí. Sentí ganas de raptarla, la contemple hasta el final de su actuación. Todo quedamos idiotizados ante tanta belleza. Espere a que salga de sus camerinos, salió y se dirigió al baño. Yo hice lo mismo al de caballeros, al pasar por ahí vi a través  puerta entreabierta que se lavaba las manos. No lo dude ninguna vez, ingrese raudo ahí, la salude, le di un beso en la mejilla. Se recordó de mi , por eso no se molesto de mi atrevimiento. Lucia como una verdadera Diosa.


Alce mi cabeza, venia caminando ella a lo lejos con una amiga. Mi perro me jalaba hacia otro lugar. En un domingo de primavera no podía ser que no me encontraría con ella cara a cara. El juramento que me había hecho yo mismo de declararle lo que sentía por ella cuando nos encontremos, no se cumpliría. Trate de acercarme, mi perro empezó a seguirme, se hacía fácil el caminar. Llego hasta el centro del parque, se despido  de su amiga. Iba con los audífonos  puestos, no escucho que grite su nombre para que me viera. Doblo hacia la  la izquierda, se dirigía a su casa. Mi perro me gano en fuerza y me llevo hacia otro sentido. De igual forma no la hubiera alcanzado.


Era como una misión imposible la que yo mismo me había encomendado. En fin, es para mí bien, quiero ser feliz. Nunca he sido tan imaginativo, pero lo puedo ser. Solo es cuestión de pensar mucho, de buscar un pretexto para poder conversar con ella. Quizá el saludarla sea una buena idea, quizá me lleve una decepción al ver que no me conste. Aunque a  estas alturas del partido creo que no hay mucho que perder, pero si mucho que ganar. Entonces esperare por  ella, me hare el encontradizo, calculare  la hora exacta para caminar por esa vía por donde ella vendrá en sentido contrario. No me desanimare como otras veces, tampoco seré muy elocuente. Hare todo con inteligencia, hare un esfuerzo por no emocionarme y echarlo todo a perder. Si Dios quiere en una semana ya debemos estar conversando y  preguntándonos tantas cosas.


pAnChO

lunes, 27 de agosto de 2012

MIL DISCULPAS


No puedo hasta ahora diferenciar entre las palabras  “disculpar” y “perdón”. Sin embargo, prefiero extender mis disculpas en caso, y como  siempre sucede en  cualquier humano, cometa un error que puede ofender o perjudicar a alguien. De pequeño aprendí, y no sé si equivocadamente, que  perdón solo se le pide a Dios; por eso es que siempre se lo pido cuando le rezo todas las noches. He concluido  que en esta vida donde todos hablan de “justicias “e “injusticia”, si debería creer en esta dos palabras – cosa que hasta ahora no lo hago- me debo considerar alguien bastante  injusto porque no se disculpar, no puedo hacerlo; siempre llevo rencor para ese  alguien que se porto mal conmigo; quizás veo todos los pequeños detalles que hubieron detrás de esos actos o palabras  que terminaron  perjudicándome y ofendiéndome. Claro, que si se trata de un familiar o alguna persona que demuestra que lo hizo sin la mayor intención, todo está solucionado. En verdad lo puedo olvidar, tengo la plena seguridad que si se disculpar. No soy Dios ni Santo para juzgar a los demás, pero pienso que nací con el ‘don’ de saber quien hace las cosas conociendo  que las está haciendo mal, y  a pesar de eso sigue haciendo daño. Y lamentablemente para mi  clavario, también puedo ver quien está verdaderamente arrepentido; y a pesar de todo eso se me sigue haciendo aun más  difícil el disculpar. Ya que  en mi balanza donde sobrepeso ‘el cometer un error’ y ‘el estar verdaderamente arrepentido’ gana por kilos de  diferencia lo primero. Por eso ahora que ya han pasado varios años,  reconozco  que a ella siempre le mentí, ya que fingí que la había disculpado del tremendo error que cometió hace algunos  para conmigo. Pero en mi mente y mi inconsciente nunca la disculpe, y sé que nunca lo podre hacer.  En ese entonces creí que era mejor mantenerme sereno y fingir que la disculpaba, que ya todo estaba olvidado, que nuestra amistad estaba intacta. Pero en realidad siempre fui consciente que no olvidaría lo que me había hecho, que siempre estará en mi mente. Es que en verdad, no quería perder su amistad, y en mi tonta cabeza también la posibilidad de volver a compartir con ella una relación, debo reconocer que aun la quería. Sin embargo, ahora veo que es evidente, demasiado notorio - y todo lo reconozco con orgullo -en mi que nunca la disculpe y que no pretendo hacerlo porque simplemente me hirió el corazón, y sentí ese dolor como nunca creí podía sentirse. Hace ya 8 meses todo salió a la luz, en una conversación le dije  sin mayores rodeos   todo lo mal que se había portado  conmigo y lo cuan molesto que estaba con ella; hable demás – pero con mucha educación-, hable por la herida, hable lo que tenía que tenía guardado dentro por  mucho tiempo, y después de todo eso me sentí como si  me había sacado un peso de encima. Estaba liberado, parece que esa mochila llena de enormes rocas que siempre lleve había desaparecido de mi espalda. Desde ese día, las cosas están más y más lejos de ser como antes para nosotros. Ya nada será igual a  aquellos tiempos cuando nos conocimos, cuando  nos hicimos  grandes amigos y posteriormente  me sentí animado a declararle mi amor con la seguridad que recibiría un ‘sí’ como respuesta. En fin, ahora las cosas están claras, yo ya no quiero ser su amigo, y ella tampoco quiere serlo de mí. La comprendo, es lógico que no quiera tener la amistad de alguien que le mintió, que fingió disculparla para un día previo a la ‘noche buena’ hacer explotar en su cara esa bomba de tiempo que ella misma había activado con su actitud. Y si otra vez regreso a esos dos conceptos aun no permitidos para mi diccionario “justicias” e “injusticia”, yo por justicia me siento convencido que tampoco quiero tener como amiga a una chica como ella: alguien quien me mintió de la peor manera, que no le importo ilusionarme y así seguir incrementando mi cariño hacia ella, para luego terminar con el corazón lesionado-  y no en sentido figurado, ya que sentí dolor en ese musculo-, para luego expectorarme con una patada en las cuatro letra como si fuera un muñeco de trapo o más   bien un verdadero idiota. Esa ultima noche que nos encontramos,  y en la cual lance todos mis dardos contra ella, sentí que por fin pude decir lo que antes no pude hacerlo, que por fin dejaba de ser un idiota para ser una persona con dignidad, esa dignidad que perdí cuando me enamore de ella, y por la cual aguante que ella haga todo lo que se le dio la gana. Pero volviendo a ese sentimiento en mi de no poder disculpar, y en cierta forma gozar de eso, sentirme algo aliviado de ver como aquella muchacha  que me fregó parte de mi vida ,que me perjudico, que creyó que era un  perfecto imbécil  por aguantar todo eso y sonreír,  espera con angustias que el otorgue eso que no lo hare; y  lamento que nunca lo podre hacer porque he llegado a comprobar con el pasar de los años que yo no puedo disculpar, que me es imposible, que es parte de mi personalidad. Quizá todo esto sea una  patología en mi  – aunque dudo un psicólogo pueda cambiarla- , quizá  me iré hasta la tumba sin haberla podido disculpar. Pero siento que hago lo correcto, y eso vale. Como dije anteriormente, no con todos me pasa eso: con la familia y personas más cercanas, o quizá aquellos que demostraron que en verdad se equivocaron sin intención, si los disculpo de corazón. Y no de esa manera tan mentirosa como lo hice con ella.
Cuando uno se enamora suele perder el sentido de las cosas, suele ser dulce y creer en los cuentos de hadas. También  ver  la máscara de la caperucita roja en el rostro de esa persona que cuando menos lo esperas  aprovechándose  de tu amor te engañara y se acostumbrara a tratarte como un tonto.  Veras que no le dará ni la mas mínima importancia a que te esta ilusionando y creando en ti una falsa expectativa, ella seguirá viviendo con la mentira por muchos días más, quizá meses para después de la manera más cobarde mediante  un correo electrónico decirte que ya no pasa nada, que no quiere seguir contigo, que todo fue un error. Y yo comerme ese  mal momento, aunque por dentro sentir la tranquilidad de haber conocido su verdadero rostro para decidir jamás tener este tipo de amistades. Recuerdo que pensé en algún momento que no podría vivir sin ella, que en la distancia me daba cuenta que mas la quería. Pero felizmente ahora he comprobado que  a pesar que si la ame de verdad, que le hable de tantas cosas interesantes con sinceridad; puedo darme cuenta que no es la persona de quien uno puede confiarse, que es uno de esos seres equivocados que van caminando por el mundo fregándole la vida a los demás, que ocultan  con mucho esmero su infelicidad  pensando que pueden hacer infelices a otros  para así posiblemente pensar que ellos  pueden dejar de serlo. Al final  de todo esto, llega  un momento en que provocan lastima, aunque nunca la suficiente como para obtener mi disculpas. No lo digo por decepción, ya que creo aun en el amor, creo en la fantasía de las relaciones sentimentales, creo  que existirá en mi vida esa chica a la cual hay que regalarle rosas, la cual te abrazara y te dará todo el apoyo en el momento que lo necesite. Pero para mí no  existe esa persona a quien uno cataloga “la mujer de mi vida” de buenas a primeras, eso solo puedes decirlo después de conocer bien a la persona. Existen tantas mujeres, y una de ellas puede ser la persona que busca en verdad, nunca dejare de creer en el amor. Por ahora yo solo busco la tranquilidad, olvidar este mal momento y seguir encontrando  las razones por la cuales no le daré  lo que ella busca en mi , mis disculpas.


pAnCho.

martes, 14 de agosto de 2012

DE REGRESO A CASA, CUAL????

Llevo tres semanas en lima, y siento que ha sido tiempo suficiente para reencontrarme con la familia, con algunos o muy pocos amigos-conocidos-, con mi casa, con  las fachadas de cada vivienda de mi cuadra y muchas cosas que han cambiado en este año que estuve fuera, y en el cual solo venia 6 o 7 días, siendo muy pocas las oportunidades  como para captar cada detalle  que hace pensar de  cómo han cambiado algunas cosas por aquí. Viví casi toda mi vida en esta ciudad, necesite mucha voluntad para animarme a salir de aquí. Sin embargo, hoy me siento extraño en este lugar, me siento como un visitante que ya desea  el volver al lugar donde reside, donde vive diferentes aventuras y en donde lucha cada día por sobrevivir como Dios manda. Jamás dejare de sentir felicidad por venir a esta ciudad, por estar en casa, por compartir con papa y mama  el desayuno, almuerzo y cena. Y saber que los tengo cerca, algo que casi siempre me  es imposible. Pero creo que uno hace su vida en donde el destino lo ha planeado, nadie escoge el camino que desea caminar para llegar donde uno supone debe hacerlo. Si se pudiera decir  que un día de mi vida  fui un guerrero, si lo fui: “intente muchas veces el hacer todo lo posible para residir aquí. Pero siempre encontré señales que me decían que mi vida no era para desarrollarla en este lugar, que ninguna historia que debía de contar para el futuro sucedería en esta ciudad” Por eso aquella tarde tuve que armarme de valor  para decidir por el irme del todo. Estando allá soñaba con volver, no solo en plan de visita como lo hago todos los meses, sino para siempre.  Pero  con el correr de los días, la vida  me fue enseñando tantas cosas, me fue poniendo un párale a mis locos sueños. Y terminé entendiendo que solo volvería a lima para visitar a los míos; pero que  existían miles de motivos que me ataban allá,  a mi nueva ciudad, a mi nueva casa .Y que por ende, debía pensar en volver a donde ya pertenezco. Hoy debo decir con un poco de incomodidad y no tanta alegría  que después de  más de 15 días otra vez en lima, he comprobado que esta ya no es mi ciudad; que si no fuera por mis padres  capaz ya no le hubiera encontrado el sentido para estar tanto tiempo aquí. En verdad, no deseo partir cuando veo las sonrisas de papa y mama por estar juntos de nuevo. Pero ellos mismos saben  que mi nueva vida está lejos de aquí y de ellos. Que  esta  es la vida que  marca la profesión que estudie. No hay más que decir: debo volver, debo de pensar que esa maleta que empecé a alistar la semana pasada pronto será otra vez colgada en mi hombro para apersonarme a una  estación o aeropuerto para emprender el viaje que me lleve de vuelta a la vida cotidiana, a mi hábitat. La vida puede ser extraña, los días que te tocan vivir pueden ser repetitivos. Pero siempre hay sorpresas que te hacen creer que el destino tiene preparado para ti innumerables pasajes en la vida  que nunca serán predecibles. Por ese motivo no veo las horas para partir, me siento mejor allá,  creo que ya no soy  un miembro de esta ciudad.
Nací en lima como muchos lo hicieron, crecí  en esta ciudad  a la que adoro. Pero  la  vida se encargo de incorporarme a otra ciudad, de una manera antojadiza un día amanecí lejos de aquí y comprobé que ahí soy feliz. Me acostumbre  ahí sin darme cuenta, descubrí la tranquilidad que hay allá, quizás  muy acorde con mi forma de ser y de vivir. Aprendí a combinar la soledad con la compañía, a enfrentar miles y miles de problemas teniendo la seguridad que saldría airoso para  en la noche volver a mi guarida a escribir, escuchar música mientras me tomo una taza de café celebrando la tranquilidad y paz que solo puedo sentir ahí. Aquí en mi ciudad de origen he vivido muchas historias, episodios que merecen ser recordados siempre. Hubieron personas que marcaron mis días, 3 muchachas a las cuales estuve convencido de entregarle mi vida, mi dedicación a ellas, mi corazón. Pero el destino otra vez apareció ahí para señalarme que ese camino no era mi verdadera ruta, este  se encargo de mostrarme que  existe otro lugar donde posiblemente debía un día confesar mi amor, expresar todos esos versos que nunca los pude decir aquí porque me quedaba siempre  con ellas a mitad de camino. Aquellas tres muchachas siempre han demostrado poco interés por mí. En esos días en que note eso sentí que el mundo se acababa, que esta era la única vida que me esperaba: la de vivir resignado a no poder conquistar a ninguna de ellas. No creí que saliendo de esta grande y moderna ciudad, había un lugar donde existían muchas chicas mostrándome  cierta esperanza en mí para  ser feliz, quizás esas personas que son compatibles contigo y que uno siempre ando buscando y no encontró. A pesar de todo, en estos días en que he vuelto de una manera transitoria a vivir aquí  he querido  retomar esa labor que hace mucho  tiempo realice con mucho empeño y con resultados poco alentadores. Esta vez estaría más días aquí, ya no sería como cuando venia 5 días y me marchaba. Sino que podía hacer un seguimiento para volver  intentar el lanzarme sobre una de ellas, y quizás encontrar un motivo por el cual quedarme aquí. Las cosas ya no eran las mismas, esos más de 12 meses que estuve viviendo fuera  habían pasado realizando cambios que no eran de los mejores a mi parecer. La chica que mas me gustaba, con la cual siempre me cruzaba e intercambiábamos una sonrisa, paseaba  con su joven enamorado por el parque dónde casi todas las mañanas suelo ir. Sus ojos denotan el amor que siente por él, esos bellos ojos ya no me miran, es la realidad que ya no me afecta tanto. Las otras dos chicas están en los suyo: una de ellas me regalaba una sonrisa cada vez que venía a lima de descanso y decidía pasear con bicicleta pasando  por su casa. Pero no es motivo suficiente como para creer que sienta algo por mi .Es definitivo que ellas no serán para mi, entonces creo yo que con eso  se agotan todos los motivos del porque seguir aquí. No existe ni un solo instante en que no se me cruza por la cabeza el querer partir. Pero también tampoco no existe un solo sueño en el cual no me veo otra vez lejos de papa y mama, algo que me preocupa y me provoca tristeza. Hay que ser prácticos en esta vida, no se puede luchar contra el destino, este me  muestra en cada minuto que yo ya no pertenezco aquí, que mi vida esta allá. Que  cada  sonrisa que me es negada por estos lares, en la ciudad en donde resido  se muestra a diario  siempre para mí. Los horarios, hábitos y ambientes de esta casa los conozco a la perfección, tengo mil anécdotas aquí. Deseaba siempre el poder tener unos días mas para explorar algunos cajones  de mi cómoda que no revisaba hace más de una año. Felizmente en este viaje si lo pude hacer, encontré escritos que realice, y de los que no recordaba haberlos hecho. Un día viví aquí y fui feliz, pero creo ya no hay más que hacer. Esta ciudad no será nunca parte de mi pasado, siempre vivirá en mi presente .Hoy es cumpleaños de mi hermana, y estoy feliz de poder pasarlo con ella. Casi todos los  últimos cumpleaños de los miembros de aquí de la casa los he pasado lejos, sospecho que no son muy  alentadoras para mí las posibilidades de poder estar con ellos en  los próximos . Pero hay que celebrar cada oportunidad que se presenta para estar con la familia. Que viva el cumpleaños ¡¡¡¡¡¡ Dejare para mañana el comprar mi ticket de regreso a mi cuidad.

pAnChItO



domingo, 20 de mayo de 2012

MATRIMONIO?????


Era feliz, que todos  lo acepten, estaba a punto de unirme a la mujer más hermosa del mundo. Me sentía motivado aquel día, tenía el atrevimiento de gritar por todos lados que iba a ser el mejor esposo de la tierra. Sabía que iba a terminar cansado por tantos tramites  por hacer  y otras  actividades que iba a realizar durante esos próximos días. Pero en realidad, nada de  malo tenia eso. Es un sacrificio  a hacer en nombre de la felicidad. Ambos habíamos decidido hacer una ceremonia pequeña, algo muy privado y lleno de amor. Aunque esta unión iba a ser  muy especial e inédita porque repartiríamos las dos ceremonias a realizar (civil y religiosa) en cada uno de nuestros países. Sonaba a una locura, pero era la verdad, nos casaríamos en dos continentes. Papa y mama viajarían conmigo para la ceremonia  religiosa que se realizaría en su país, y sus padres vendrían para la civil  que la realizaríamos  aquí en mi continente americano.
Le podría  haber prometido “el oro y el moro” para conseguir que me diera el sí. Sin embargo, solo le prometí hacerla feliz, hacerla sonreír cada día y resolver ambos como pareja  cada uno de los  problemas que se nos presentarían en la vida. Esa había sido la formula que use para conquistarla y para lograr que ella  acepte casarse conmigo, nada más.
 Sobre la ceremonia: seria sencilla, no gastaríamos mucho dinero en tantos preparativos. Hemos pensado en  alquilar un buen equipo de sonido.  Ya que si contratáramos una orquesta nos saldría más cara, y además que se corre el riesgo   de dejarnos con las ganas de seguir bailando cuando  ellos se marchen. Estaba nervioso, no todos los días uno se prepara para el matrimonio. Me comunicaba con ella vía telefónica: “me contaba que ella allá también estaba preparando hasta el mínimo detalle para que salga como lo esperábamos”. Estaba decidido, el matrimonio religioso se realizaría en su lejano y hermoso país; el civil se realizaría aquí (también lejano para ella y su familia). Iba a ser un arduo trabajo el trasladarnos de un sitio a otro, el subir a los aviones y hacer las respectivas colas en los controles de migraciones de cada aeropuerto. Pero  el amor había triunfado, había superado las fronteras. Y eso significaba un sacrificio  mas para obtener el premio mayor para mi, el  de  estar unidos para siempre.
A veces hay momentos en la vida en que uno piensa que ya está todo perdido, que no  encontrara el amor anhelado. Y en caso de encontrar a alguien, tener el temor de no llegar a nada con esa persona, de quedarse a medio camino  rumbo hacia la felicidad.  Ahora yo  todo lo veía diferente. La había encontrado a ella hace 2 años y recién acababa de saber que era la mujer de mi vida. Antes de eso  desconocía que era la verdadera felicidad, o que era ser feliz cuando conoces por fin a  la persona que te acompañara toda la vida. Pero  después de pensarlo tanto ya me  sentía preparado a pesar de ser joven, bueno no tan joven  para estar junto a ella todos los días de mi vida. Los días pasaban e  iba resolviendo las cosas que tenía que hacer. Ella hacía lo mismo allá. Nos encontraríamos aquí antes del día del matrimonio. Ultimaríamos detalles, nos romperíamos la cabeza para decidir cuál sería nuestra ciudad de residencia. Pero eran pequeños problemas que no impedirían estar así tan entusiasmados esperando el día de nuestra unión. Aquella noche que ella llegaría seria para mí el inicio del momento más importante de mi vida. Llego ese día,  me encontraba desde temprano en el  aeropuerto, aun faltaba una hora para que ella arribe a la ciudad. Se había comunicado conmigo desde el lugar donde hizo el trasborde. Me dijo que había mucho de que conversar. Me sentí por un instante confundido por lo que me hablaba, pero sospeche que todo saldría bien, que nada podría malograr toda esta agradable situación que estaba viviendo. Dormía en  la silla de la sala de esperas del aeropuerto, compre un par de tazas de café para poder mantenerme despierto y ya estar listo para verla salir y abrazarla .Cuando todo estaba por salir bien, cuando salía por la puerta de llegadas internacionales y   estaba a punto de acercarse a mi; escuche un claxon de auto que termino con toda mi expectativa. Me desperté  y  vi mi reloj; eran las 5:30 de la mañana, hora de levantarme.  Volví en sí, acepte la realidad, todo había sido un sueño. Era un día normal como cualquiera. Aunque una mañana mas fría que los otras. Había que ganarle tiempo al tiempo. El desayuno de seguro en el comedor ya estaba preparado, algunos e incluso ya estaban saliendo al trabajo por eso ese claxon inoportuno que termino con mis ratos felices. Como me mortificaba el saber que  en mis sueños estaba a punto de tener a la mujer a quien quiero para toda la vida, que viviría conmigo y me abrigaría en esta estación de fuerte invierno aquí, y en la realidad no tenía a nadie. Inmediatamente acepte que sigo solo aún, que no existe una mujer a mi lado. Que esa supuesta relación entre la chica de mis sueños y yo ni siquiera existía. Que ella ya me había olvidado, que había dejado de  pensar en mi hace mucho tiempo y  que incluso no le importaba que era de mi vida por estos lares con temperaturas tan bajas. Entonces  estaba lejano o casi inalcanzable  ese  matrimonio. Pero este maldito sueño me dejo claro que aun sigo enamorado de ella y que posiblemente lo esté por mucho tiempo más.
 Siempre los sueños han sido peligrosos. Si caes en ellos corres el riesgo de salir decepcionado de ti mismo. Pues no siempre  andas con la misma dicha como te ves ahí.  E incluso en los sueños te puedes ver  amenazado por un peligro y  hasta correr el riesgo de perder la vida.
Ya no tengo las mimas  ganas de antes de soñar. Tampoco tengo esperanzas con ella, ya  se olvido de mí. Y eso es suficiente a mi parecer para creer que las ilusiones  son dañinas, te intoxican el cuerpo y sacan lo peor de sí cuando te das cuenta que nada de eso se cumplirá. Si habría que sacar algo bueno de esto, es que mi imaginación en sueños puede ir mas allá de lo que yo mismo pienso. Que  en sueños tú  puedes ser tan feliz como si estuvieras en el paraíso, quizás tan feliz como nunca lo serás. Ya dije que no quiero soñar, pero tampoco quiero dejar de vez en cuando de  ser muy feliz en mis sueños.


pAnChO

sábado, 5 de mayo de 2012

LO QUE FUE YA NO SERA


Te buscaba siempre con cualquier pretexto, trataba de ser lo más elocuente contigo. Te invite un par de veces a salir a cenar y  tres o cuatro veces a ir al cine. Deje aflorar en mi ese entusiasmo que odio tener cuando estoy enamorado. Todas las tardes contemplaba tus fotos e imaginaba que un día serias para mí. Jure que si me rechazabas no te tendría rencor, y lo he cumplido y lo cumpliré. Cada vez que tengo la oportunidad de preguntar por ti o, de alguna u otra forma, saber como estas, lo hago. Me olvido que también prometí olvidarte, que prometí dejar de pensar en ti. Pero las promesas muchas veces no se pueden cumplir, nos dominan y nos convierten en esclavos de reproches hacia nosotros mismos por no llegar a cumplirlas. Si  no te hubiera conocido ese día, no hubiera tenida esa ilusión que tuve; si no te hubiera llegado a contar lo que siento por ti, como lo hice aquella mañana, jamás me hubiera dado cuenta que aun tenia las ganas de ser feliz con alguien. En el fondo,   lo mínimo que te pedí,  fue  que seas mi amiga. No te puedo mentir, aun me vuelves loco, aun sigo pensando en ti y hasta hace poco confié en que un día íbamos al menos  a volver a ser amigos. Recuerdo  espere toda la noche buena para recibir tus saludos, para leer tu respuesta a mi carta de “Feliz navidad” que te escribí. Una tarde antes de regresar  a esta ciudad donde vivo, mire tus fotos y decidí no llevarlas conmigo. Pensé que así  podía olvidarte. Un día de lluvia torrencial aquí, caminaba e imaginaba hacerlo  contigo; los dos bajo ese paraguas que pude observar en una foto tuya que alguna vez me mostraste.
Los primeros días después que me dijiste que ya no querías saber nada de mí,  no pude dormir; pensaba en ti, me preguntaba el por qué la vida me quitaba tu amor y tu amistad. Los días siguientes comprendí que al menos tenia la conciencia limpia . Pero  seguía soñando contigo, eran sueños raros, bastante inexplicables:” estaba contigo y luego ya no. Aparecías y desparecías de mi vida”. Un día en medio de una mañana calurosa en Lima me desperté, le dije a mama que saldría a dar una vuelta por el parque. Pasaron por mis  costados miles de chicas que siempre me gustaron, estaban más hermosas de cuando las dejé de ver ,antes de mudarme aquí, algunas me  sonrieron y  otras no, pero todas me saludaron. Yo a ellas les respondí con mucha seriedad y sin mostrar interés hacia ellas. Nadie me hacia olvidarte, ninguna belleza te sacaba de mi mente. Desorientado  caminaba por el parque, mismo  idiota pensaba en ti sin fijarme en lo que sucedía cerca de mí. Alguien desde una banca me miraba, alguien quizás me leyó hace tiempo la mente y sabía que muchas veces cuando venía a correr aquí  pensaba en acompañarla a que tome su autobús para ir a trabajar.  Pero  ese día tu imagen me nublo, me entorpeció y perdí las ganas de conversar con ella: “no pude acercarme a esa chica, no pude proponer el acompañarla y darle un beso en la mejilla antes de que tome su autobús”. No me importaba nada en ese momento mas que tu. Era un tonto al tratar de recuperarte a pesar que sabía que ya no sentías nada por mí o  que quizás nunca lo sentiste. Camine alrededor del parque una vez más y me marche.  Con un frió ducha pensé que se pasaría en mi  toda esa  calentura que tenia por ti en ese momento y que sospecho hasta ahora aun la tengo. No quería ver tus fotos, pero mis manos terminaron por vencerme y cogieron  unas cuantas donde luces espectacular, como siempre. Confieso que  tenía ganas de encerrarme contigo en mi habitación, de demostrarte que te quería, que te amaría por toda la vida. Esa mañana tome un buen desayuno con papa y mama. Ese día pensé en buscarte y encontrarte. Pensé también, en pedirle dinero prestado a mi hermana para comprar  un ticket de avión e irme a donde estas, en tocar la puerta de tu casa  y decirte que eres la mujer de mi vida y  que quiero  ser feliz junto a ti. Al final, me desanime en viajar. Hace unos meses pensé en pedir vacaciones adelantadas en el trabajo para viajar hacia donde estés, para visitarte y decirte lo que siempre he sentido por ti. Otra vez no lo hice, decidí esperar que el tiempo pase, que las cosas por si solas se resuelvan. Ya ha pasado mucho tiempo, ya te esperado un montón. Nada de nada, aun estas lejos de mí; y sospecho que  siempre lo estarás. Siempre viví así: enamorándome, ilusionándome y pensando que sería feliz con una persona como tú. Siempre quise escuchar de ti, , de tu boca esa frase que me haría por fin acabar con esta búsqueda que nunca encuentra fin: “yo también te quiero”. Hoy te escribo después de mucho tiempo, quizás después de esto no vuelvas a saber de mí. Ya no pienso escribirte, y  no por rencor,sino porque creo es hora de mirar hacia otro lugar, es hora de aceptar que uno no necesariamente tiene que ser correspondido a sus sentimientos.
 Las palabras que algún día te dije creo te gustaron, las palabras con que me echaste de tu vida hasta ahora las estoy odiando. Pero a ti no te odio, amiga. Ojalas pudiera estar seguro que aún somo amigos. Ya nada importa, no  me veras mas. En esta ciudad donde vivo ahora  es poco probable nos encontremos. A tu país no iré. Mejor sera el aceptar lo que  no piensas de mí, y saber que contigo  nunca estaré. Mejor es evitar encontrarnos, saludarnos por obligación- en tu caso- y  preguntarnos por cómo nos va cuando en verdad ya poco nos importa del otro. Es verdad, a estas alturas mi corazón se ha endurecido, mas no ha perdido las esperanzas de ser feliz. Pero el ahora   mira con más cautela  estos enredos de la vida y reconoce que a pesar de todo ,no pierde las ganas de amar.

pAnChO

martes, 24 de abril de 2012

ESTOY LOCO LOCO LOCO


He llegado a la conclusión que en este mundo todos estamos locos. Y que por suerte  soy uno de eso locos mansos, inofensivos, muy discretos  y que solo se  dedica a buscar la felicidad sin hacerle daño a los demás. No he necesitado que nadie me de ese calificativo tan especial; de repente puedan tildarme de que tengo poca modestia. Pero considero  que soy un hombre de bien y de las mejores intenciones intenciones. Como dije antes: “he llegado a la conclusión que soy  un loco como  lo somos todos los habitantes de este mundo”. Considero que se necesita estar loco para poder sobrevivir  aquí. Yo  al menos necesito estar loco para poder vivir cada día, necesito un poco de demencia para crear, para amar y hasta para disculpar a los demás. Estoy seguro de todo esto, lo acepto y soy feliz por eso.
La locura es un arte, una característica que todos llevan en si como una herencia de nuestros antepasados. Si no estaríamos locos no encontraríamos el  sentido de la vida,   el  motivo  porque estamos aquí batallando contra miles de problemas y esperando no  salir necesariamente ganadores de estas sino felices de haber hecho todo lo mejor. A mi entender es relativo que alguien diga que es lo mas cuerdo posible o, incluso, un poco cuerdo. Creo que se le puede llamar  cuerdo a la persona  que sabe esconder mejor su locura  o, simplemente,  que aun es cuidadoso de no exteriorizarlo .Siempre y cuando  ellos estén conscientes que están locos. Pero desde  el momento que uno se las ingenia para esconder su locura, para tratar de  mostrar más cordura que los demás  es que ya está loco, y podría estarlo de remate porque nadie debe  dejar de ser quien es. Cuando aun pensaba que había pocos locos en este mundo, y yo mismo pensaba no estarlo; veía la vida de una manera distinta, de una manera bastante triste y aburrida. Puede  que con poco sentido de vivirla, creo con seguridad que no me sentía del todo cómodo con todo esto; pues creí estar sano del todo pero a la vez  hacia locuras. Cuando acepte que estaba loco pensaba que como  era un loco sociable era menos loco que los demás. Luego comprobé que no, que todos estamos locos y no unos más que otros. Sino que son diferentes locuras, algunas que si necesitan de atención médica y de ayuda profesional pues termina simplemente  ocasionando una desgracia o fatalidad. Y lamentablemente quitándole ese sentido tan interesante que es el “estar loco”. Quizás por todo esto es que a  los locos que muestran conductas evidentes de no estar bien, son los que terminaron por declararse locos de verdad.  En ese análisis de aceptar que nos estaba cuerdo del todo también notaba en mí  que aún conservaba mi cuerpo aseado y mi rostro sin barba. Algo que los locos que viven en la calle no lo hacen. Entonces, concluí que la locura es una característica del ser humano. No por eso uno debe de tirarse al abandono y perder el cuidado de la imagen. Aunque a veces preocupa el aceptar que uno no está del todo sano. Confirmé  luego  que todos estamos locos en este planeta. Sonreí de felicidad al saber que no era el único que  sufría de este “mal”. También me dio alegría el tener que aceptar que gracias a la  locura  de todos nosotros el mundo encuentra sentido, que cada día es divertido por esto.
Debo reconocer que me da bastante satisfacción el leer que:” existe una línea muy delgada  entre la locura y la felicidad”. Reconozco que como no he llegado a la máxima locura que puede experimentar un hombre, entonces estoy lejos de ser un genio. Pero quien quiere ser un genio si sabe que la felicidad no se basa en esto. Que otros te digan genio es un placer para tus oídos, un máximo halago que pocos reciben. Si te dicen loco es una ofensa, un insulto que implica el que tú no estés sano y que quizás necesites de un especialista para que te ayude a sanarte. Pero al final del día te hace sonreír el saber  que te llamen así. Pues ellos reafirman que vas por buen camino hacia la felicidad.
 Bueno, es verdad que no estoy sano del todo: hace una semana que estuve en Lima de visita  comí como un cerdo, volví a hacer un  montón de entreveros con las comidas. Llegando aquí me empecé a sentir mal del estomago, no tenia apetito y solo pensé en que mi hígado  no aguantaba más, que mi pobre barriga otra vez no resistió a toda esa cantidad de comida que  consumí. Y sobre todo, a  la  mala combinación que hice  de tantos potajes que se me antojaron. Ahora estoy enfermo, entonces no podría tomar a mal que me digan que no estoy sano. Cualquier enfermedad que tengas, sea de una baja  o alta magnitud es una obligación para que uno le de importancia y trate de salir sano en  este episodio de la vida. Pero si tu enfermedad es de locura, solo queda evaluar si eres un loco como todos los demás del mundo, o quizás eres uno de esos locos que perdieron la noción del tiempo. Si eres cuerdo del todo, también necesitas un tratamiento porque no eres normal, claro está.
Ahora que las cosas han quedado más claras para mí, solo me queda en  mirar la vida con cierto humor; pues ya sé que nadie está del todo sano en esta vida. Y que en el momento menos esperado ellos mostraran un signo de locura que quizás sea necesario para resolver cualquier problema que se presente en el día. O simplemente, para tomar las cosas con calma; ya que no existe ningún problema que pueda desanimarnos en nuestra lucha constante por hacer las cosas de la mejor manera posible.
Díganme loco, me alegrara escucharlo. Díganme cuerdo, centrado, mesurado; y  pensare que soy un anormal. Pero como ya estoy seguro que estoy loco nadie ni nada me hará cambiar de parecer. Y como aun no todos aceptan que están locos, muchas cosas seguirán marchando mal en el mundo.  

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martes, 20 de marzo de 2012

No me invites a ese evento, no iré

Estoy cansado de querer a alguien, de tratar de establecer una relación con la persona que me parece la indicada. Pero su actitud me muestra todo lo contario:” que es más bien la persona equivocada, que el destino no tiene decidido que este unido a ella”. Ella se olvida de mí, parece que le espanta la idea de que podríamos ser algo. Tiene todo el derecho de pensar así, de querer a quien su corazón le dice. Pero a la vez muestra una actitud extraña, incomprensible y estúpida de escribirme después de muchos meses para invitarme a un evento donde ella se presentara. Reconozco que es una gran cantante y compositora; que fueron esos dos talentos una de las tantas cosas que me llamaron la atención de ella desde la primera vez que la vi. Sin embargo, de la manera como se comporto conmigo, como rechazo mi amistad que le ofrecí luego de yo aceptar que entre los dos no habría nada, termino por decepcionarme. Desde ese momento decidí, y no desde un punto de vista de resentimiento y rencor sino desde un punto de vista real:” que tenía que olvidarla, que tenía que dejar de pensar que con ella compartiría mi vida”. Y fue así, logre dejar de fijarme en ella cada vez que tenía la oportunidad de verla; perdí la cuenta de cuantas veces la veía y logre que ya no me importe nada de lo que le suceda al igual que ella lo ha hecho siempre conmigo. Ahora ella aparece de una manera inesperada en mis días. Decide invitarme a verla cantar, yo ya deje de contemplarla hace mucho tiempo, y eso incluye también de verla cantar. No me he fijado bien de la fecha para la cual me envió esa invitación, imagino será una gran presentación de ella: talento no le falta. Le deseo lo mejor para ese día, es con mucha sinceridad este. Pero estoy convencido que no asistiré ahí, que si piensa verme sentado en aquel auditorio esta equivocada. La ausencia de uno entre tantas personas que asistirán ahí no es nada. Pero igual, sospecho que ella notara mi ausencia, que mirara a todas partes y comprenderá que yo me aleje para siempre de ella. Que su amistad a destiempo no me interesa, que su raro interés porque la vea cantar me parece un misterio tan complicado e irrelevante que no vale la pena analizarlo. Repito que no lo hago por rencor, lo hago por dignidad, por una actitud que debemos de tener todos en esta vida. De seguro aquel día no faltara aquella canción que al escucharla en su voz me termino de enamorarme. Que días aquellos cuando todavía había un poco de tranquilidad en mi vida, cuando era menos trajinado el trabajo y cuando aun creía en los amores a primera vista y el entusiasmo de volverla a ver. Hoy estoy convencido que no estaré presente en ese show que ella ofrecerá. Sospecho que después de mi ausencia de ese día no nos volveremos a comunicar para nada. Que aquellas raras oportunidades en que nos cruzábamos y nos saludábamos con un frio hola jamás se repetirán. Que al fin comprenderemos que el destino no quiso que estemos juntos ni mucho menos de que seamos amigos. Lamentablemente lo reconozco:” ahora no me importa su amista y creo no me importara durante el resto de mi vida. Alguna vez me importo, muchas veces por conservar esta permití que ella se comporte muy mal conmigo. Hoy es distinto; la vida me ha mostrado todo sin ocultarme nada. He visto que no es la única mujer en el mundo, que los sueños y fantasías que tuve al pensar en ella no se realizaran, y por eso ni me moriré. Prefiero hacerlo, y ojalas Dios lo quiera así, cuando este de una edad avanzada pero pueda valerme por mi mismo. En mi casa siempre me enseñaron a dar explicación a las cosas, a justificarse con anticipación ante una falta de asistencia a un evento.
Entonces, estoy planeando escribirle una carta; en ver la manera de poder disculparme desde ya por no ir a su show musical. Sé que no lo tomara a bien, que pensara definitivamente que aun estoy mortificado por lo que sucedió entre nosotros, e inclusive, puede creer erróneamente que le guardo rencor. No es así, no le guardo rencor a nadie. En verdad le deseo lo mejor, que ese día sea una espectacular presentación por parte de ella. Que el publico la aplaude como se merece, y que comprenda que jamás me vera entre su público y menos aplaudiéndola. No porque no se lo merezca sino porque no debo hacerlo después de que prometí no pensar en ella ni estar pendiente de lo que hacía. Como no encuentro una buena justificación para mi segura ausencia de ese día. Creo que optare por no ir sin dar mayores explicaciones. Si me vuelve a hacer la invitación, creo que le diré la verdad: “No me invites a ese evento, no iré”
pAnChO.

domingo, 26 de febrero de 2012

DE VUELTA A LA RADIO

Hace un año por estos días decidí que le pondría fin al programa de radio que producía y conducía todas las noches. Fue una decisión muy bien pensada, triste, pero lo hice sin dudar. El principal motivo fue que existía la posibilidad de irme a vivir a Mala, un distrito de una provincia cerca a la ciudad de Lima. Mis llamadas a quien me contrataría eran frecuentes. Prácticamente todo estaba arreglado con él y ellos para trabajar juntos. Lo único que me quedaba era animarme, preparar las maletas e irme allá para empezar una vida lejos de la familia pero realizando lo que siempre quería: “trabajar ejerciendo mi profesión”. Las confusiones otra vez empezaron, las cosas como siempre me sucedía no se mostraban claras. Una llamada que hice casi para finiquitar dicho contrato me desanimaba, me mostraba que mi viaje podría ser en vano. Que llegando ahí no encontraría nada seguro y que me quedaría volver habiendo gastado mi pasaje y sobre todo tiempo. Para esto ya eran los primeros días de Marzo, ya había dejado de conducir el programa de radio, me había despedido de una forma especial, no triste ni melodramática. Pero sincera y con tinte de congojo al saber que después de muchos años compartiendo con la gente vía las canciones que programaba y presentaba, ya no lo volvería a hacer. La magia había acabado, y a pesar que no había conseguido nada, que seguía viviendo en Lima, yo ya estaba fuera del aire por voluntad propia. No tenía sentido volver, de igual manera sabía que si no era en ese momento, algún día debía partir. Mi profesión me pedía a gritos que no podría vivir en mi ciudad, que debía ir despidiéndome de todo e inclusive de mi familia para hacer realidad mis sueños profesionales.
Ahora recordando aquel martes 28 de Febrero del año que paso, se me vienen a la mente hechos bastante tristes. Partiendo que en ese momento tenía un sentimiento distinto a otros días, más que una despedida, era el abandonar gran parte de mi vida. Esa vez a como era el último programa debía programar una canción, pero una que yo como un radioescucha mas solicitaba; y solo una canción se me ocurría programar: “Lately”, canción del gran Stevie Wonder. Una balada que me marco para toda la vida. Una vez la escuche presentada por unos de mis locutores preferidos y maestro a la vez. En aquella ocasión él la presento como la ultima de su programa del día, y por esos días yo estaba muy enamorado de la primera chica a quien le declare mi amor. Para ese entonces aun andaba en duda si decírselo o no, pero luego de escuchar esa canción me anime a contarle todo lo que sentía por ella. Cuando me dijo que si salte de felicidad. Luego que paso toda esa emoción, prendí mi reproductor de música y escuche esa canción. Mientras la escuchaba recordaba de todos esos momentos tristes que viví al pensar que de repente no sentía nada por mí para ver luego que el amor había triunfado, ya era mi chica. Lo que sucedió después es para olvidar, las cosas no terminaron bien. Lo único que me queda claro y en mi conciencia es que por culpa mía no la perdí, sino porque el destino lo quiso así.
Hacer por última vez algo que uno disfruta, y que va mas allá de la retribución económica que uno pueda esperar, es un esfuerzo casi imposible. Nadie imaginaria que nunca quise hacerlo, que pensé en jubilarme, envejecerme o morirme haciendo radio; presentando canciones, comentando estas, conectándome con la gente a través de sus pedidos musicales. Pero todo estaba dicho, deje de hacer radio. Permanecí un par de meses más en Lima, luego me salió la oportunidad de este empleo en donde hasta ahora estoy. Tuve que mudarme a esta ciudad, me adapte a este estilo de vida. Extraño aun a la familia, a mi ciudad y por supuesto a la radio. Pero sé que las cosas son así, que el destino te marca un camino, quizás una oportunidad que hay que aprovecharla implicando esto adaptarse a todo lo que venga; así sea vivir lejos de las personas que mas quieres y también de lo que más te gusta hacer.
Estoy a punto de ir de visita a Lima, todos los fines de meses lo hago. Pero ahora se me ha presentado una oportunidad, algo inesperado: el conducir por un día el programa de radio que deje de hacer hace un año. Esto se trata de revivir el programa solo por tres horas. Es lógico que el tiempo es corto, que no podre satisfacer a todas los pedidos musicales de todas las personas. Pero me emocionare de solo saber que otra vez estoy en esa cabina recibiendo correos electrónicos, llamadas telefónicas y revisando los cds, casetes y vinilos que tengo ahí para programar. He dicho que si lo hare, estoy ansioso por estar ahí. Llegando a lima me preparare para ese momento, para esas tres inolvidables horas, hare el mejor programa que jamás hice.
Dicen que hay gente que estuvo pidiendo mi retorno, que ha dicho que aunque sea lo haga una vez por semana. Y lo que más me halaga: han dicho que aunque sea este por un solo día lo disfrutaran. Yo solo les digo que el programa de todas maneras lo haremos este viernes 2 de marzo. El primer motivo es porque hay radioescuchas que lo piden, y el segundo es porque lo necesito hacer para ser feliz.


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viernes, 24 de febrero de 2012

3 MOMENTOS DE MI VIDA

Algo raro me ha pasado hoy: te he empezado a extrañar, he comenzado a sentir esa sensación de un vacio en mi ahora que ya no estas aquí. Sabía desde el día que llegaste que en algún momento tenias que irte, pero no de una forma tan improvisada, sin respetar la fecha que me dijiste en que lo harías. Hoy que nos vimos en la estación de la ciudad, donde estarás hasta una fecha indefinida, no sentía aun esta melancolía que a estas horas estoy sintiendo por ti. Quizás sea esa la última vez que te he visto, quizás exista otra oportunidad de encontrarnos .Pero ahora que estoy aquí en mi habitación extraño y me hace falta el poder acercarme a tu habitación. El entrar para conversar, para ver la televisión y para recostarme a tu costado. Y sin que pase nada o quizás pasando- es nuestro secreto- al final regrese a mi habitación renovado, confiado en que existe la persona que me comprende y me quiere de verdad.
Delia marcaste mi vida en tan solo 30 días en que nos conocimos, no sé qué sucederá de ahora en adelante. Quizás las noches de aquí en adelante te siga extrañando, quizás venga alguien y haga más fácil la vida para no extrañarte tanto. Aunque estoy convencido que pocas personas como tú me comprendían de verdad y me hacían sentirme tan cómodo. Un beso a la distancia.


Camino por los pasillos de un hospital esperando encontrarme con el Doctor que está operando a un conocido mío. Es una operación simple, pero yo siempre tengo temor por estas cosas. Me he tomado muy a pecho esa frase “toda intervención quirúrgica es de riesgo”. Al paciente lo vi tranquilo el día de ayer que vine a visitarlo. Creo su fortaleza se basa en su esposa y su pequeña hija. Ellas le dan las fuerzas necesarias para convencerse que era una intervención simple y que saldría airoso de esta. Hoy su esposa estaba al pie de la sala de operaciones. Yo llegue por motivos de trabajo a averiguar de su salud y encontré a una mujer que demostraba que el verdadero amor entre dos persona que se quieren se ve demostrado en los momentos más difíciles, y no solo en esos que son de color de rosa. Me puse a pensar en ese momento en que como puedo andar solo por la vida. Capaz ahora tengo a papa y mama, pero si la lógica sigue su rumbo ellos se irán primero que yo. Y quien podrá velarme, esperarme y preguntar por mí en caso este siendo operado o tratado de alguna herida que me afecte o una enfermedad. En verdad, no creía en los matrimonios. Salvo cuando era adolescente y me gustaban todas esas historias de los enamorados y me veía a los 28 años ya casado, e inclusive con un hijo en camino. Ahora ya estoy en los 30 y nada de las dos cosas. El matrimonio, las uniones y esas ataduras son etapas por la que todos debemos de pasar, y reconozco que solo con una persona podría hacerlo y esa persona ella: la chica que ya se olvido de mí, que no le importa ni siquiera mi amistad, la que no pregunta por mi ni siquiera en las navidades. Es hora de mirar hacia otro lugar, pero caramba solo con ella yo me quería casar.

Papa habla conmigo por teléfono. Me pregunta de cómo me fue en el viaje, si llegue bien, si ya estoy descansando o estoy metido en la “pc” haciendo uno de esos largos informes que me quitan mucho tiempo. Le cuento que todo salió bien, que ahora estoy descansando, que conversando con él me siento bien. Yo se que le preocupa mucho el trabajo riesgoso que realizo, parece que por momentos piensa en que mejor hubiera sido que estudie otra carrera. Pero en el fondo sabe que es lo que me gusta, que mas allá de todo el tiempo en que me queme las pestañas en la universidad para estudiar esto, está el gusto por hacerlo, por eso me da las fuerzas para continuar trabajando aquí. Cuando noto de su preocupación, cuando entiendo que es la misma de mama que por no darme más preocupaciones no lo demuestra. Sé que como ellos no hay nadie, y en verdad es así. Claro que el día que conozca a alguien ya serán tres de esta lista.
La chica de la que empecé a enamorarme, y no por su apariencia física sino por esa forma de ser, llena mi vida, eso esta probado., Ahora está lejos, lo nuestro parece incierto.
La otra chica, con la que hasta el día de hoy dispuesto a casarme, se ha olvidado de mi por completo, no contesta a mis llamadas ni a mis correos electrónicos. Lo más curiosos de todo esto es que no le hice nada, todo lo contario, siempre le he demostrado que la quiero un montón. Conversando con papa trato de tranquilizarlo. El sabe que no tengo a nadie, eso le preocupa más. Le cuento entre risas que conozco a muchas que siempre en mi ausencia preguntan por mí, que de repente por ahí sale algo. El se tranquiliza y me aconseja algo que me deja sorprendido: “No pierdas a la persona que está cerca de ti, la cual demuestra interés por cómo eres. Olvida a quien no te quiere y no te da la oportunidad de hacerla feliz”. Pienso seriamente que podría quedarme solo toda la vida. Pero sé que papa y mama quieren partir de este mundo sabiendo que estaré acompañado por mi propia familia Yo reconozco que no tengo la seguridad que eso será así, eso me llena de dudas y de un profundo temor. Capaz deba ir detrás de ella, olvidar a la otra. En fin, el destino ya ha escrito sobre mi futuro. Yo espero sea cual, nunca perder la sonrisa y menos que la pierdan mis padres.


pAnChO


domingo, 19 de febrero de 2012

JUNTO A ELLA

Es complicado ser un príncipe azul cuando de príncipe no tienes nada. Es difícil encontrar a alguien que no sueñe con vivir un cuento de hadas. Es raro saber que existe esa persona que no quiere príncipes azules ni vivir cuentos de hadas, que solo desea estar con conmigo sin pensar en nada y sin mostrar de vez en cuando un pésimo carácter.
Me echo al costado de ella en su cama, no alcanzamos los dos, nos vamos a caer de esta. Sin embargo, ambos sabemos envolvernos bien para evitar una desgracia. No soy yo un hombre afortunado, no es ella una mujer con mucha suerte: es una coincidencia de la vida que hizo que nos encontremos, que conversáramos ese día sin conocernos, que este lugar se convierta en el escenario ideal para los dos. Por las noches intercambiamos sonrisas apoyados en el balcón sin importarnos las bajas temperaturas de este lugar. Diariamente tenemos un encuentro inesperado; pues ni ella ni yo planeemos hacerlo. Pero nuestros corazones y otras partes de nuestros cuerpos lo quieren así y ellos terminan juntándonos en su habitación. Ahí conversamos de todo, nos interrogamos de cómo nos fue. “Ella me pregunta si regrese bien, si no tengo ninguna herida o golpe producto del trabajo riesgoso que realizo”, le respondo que no, que estoy bien y mucho mejor a su lado.
Suelto un par de carcajadas ante algo gracioso que ella dice sobre mi aspecto con uniforme de trabajo que lo llevo puesto todas las mañanas. Siento que nunca me olvidara, que si no regresa por aquí luego que se vaya, no tendré ese temor de saber que la he perdido. Antes de conocerla, capaz en mis sueños más locos y felices habría soñado con una escena como esta, con una historia tan rara y placentera como la que vivo hoy. Pero es realidad, me pellizco la mejilla y sé que estoy ahí al costado de ella viendo las noticias o fingiendo hacerlo, pues lo único que veo es a una persona comprensiva, diferente a las demás que está a mi lado. También escucho entretenido sus historias, las cosas que me cuenta y las frases que me sueltan que son indirectas como a manera de invitarme a ser feliz, a contarle muchas cosas que siento por ella. Lo tengo bien claro: “no quiero ser más un robot, un hombre pastico. Quiero ser el loco romántico que soy, ese hombre que con libertad dice frases cursis a la persona que quiere “.Entonces decido que esas frases no quedaran en el olvido. Se las digo, y ella me sonríe, me da la confianza para seguir inspirándome en ella. Admira mi talento para decir cosas a manera de poesía, y de un momento a otro aparece su cabeza en mi hombro. Yo silbo de felicidad, ella me dice que lo haga bajo, que quiere dormir así tan cómoda como lo está haciendo. Yo en pleno invierno estoy sintiendo un cálido clima, parece que una magia conocida por todos los enamorados hace que la temperatura se eleve. Yo se que este momento fantástico se apropia de todo, y que queden de lado todas las obligaciones y preocupaciones de trabajo.
Me gusta la sensación de pensar en que las horas pasan y que eso es mejor, que no debo de partir a mi habitación, que estoy bien aquí. Tenemos comida fría: un par de latas de filetes, un paquete gigante de galletas y una gaseosa de 5 litros. Aquí las tiendas cierran muy temprano, y con el frio no da ganas de salir de la cama; y menos cuando alguien esta recostada sobre ti, soñando no se con que, pero demostrando que la está pasando bien sobre tu hombro.
Si esto parece una narración erótica, un preámbulo a una historia para adultos. Debo decir que no será así, que esta historia no terminara contando lo que muchas hacen para darle prestigio a quien se las cuentan. Lo que sucedió ahí es algo personal, algo que no se contara. Salgo de su habitación casi después de las dos primeras horas del nuevo día. Todos están durmiendo. Ella yo creemos que nadie me ha visto. Sé que ese par de curiosos están escondidos sabe Dios donde mirando que salgo con cara de felicidad. Al día siguiente todos nos sonreímos al encontrarnos, fingimos no saber nada de lo que sucedió ayer. En el fondo empezamos a sentirnos cierto fastidio que nunca lo demostraremos. Ellos tendrán hacia mi cierta envidia, pues solo yo he podido ingresar al cuarto de la mujer más bella de este hotel. Y yo hacia ellos por saber que husmean por ahí a cualquier hora del día para enterarse de cuáles son mis movimientos en estas canchas. Es una experiencia inolvidable todo lo que estoy viviendo. Por lo menso soy más feliz que hace unos días que venga ella aquí. En cuanto a los curiosos que observan escondidos, espero que en el próximo seguimiento que me hagan no se enteren de muchas cosas más, y eso les duela en el alma. La chica con la que pasamos horas y más horas en su habitación, parece ni importarle lo que diga la gente sobre nuestras reuniones nocturnas en su habitación. Es la mujer con quien siempre soñé. Por eso, los encuentros que tenemos se convierten en una terapia para mí, en un trayecto hacia la tranquilidad, en un reconocimiento que existe una mujer para mí. Y, por que no, en un motivo más para pensar en que no es necesario ser príncipe ni estar pintado de azul.


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domingo, 12 de febrero de 2012

ESTA CIUDAD

Había venido muchas veces a esta ciudad, siempre me entusiasmaba hacerlo. Por eso siempre soñé con volver a este lugar. Sin embargo, al arribar hoy aquí pensé que no era el día ideal para divertirse y pasarla bien; ya que hoy es domingo y para colmo un domingo de lluvia. Si bien es cierto, nunca había venido a este lugar en un día domingo; tampoco pensé que a esto se sumaría el factor de la llovizna, que de por cierto se está incrementando de a pocos allá afuera. Mientras me hospedaba en este mismo hotel donde me quedo siempre, empezó la lluvia. Con los minutos fue aumentando, no traje mi paraguas, que iba a sospechar que sucedería esto. Pero igual, estaba con un hambre maldita y lo único que quería es enrumbarme a un restaurante para comer algo. Cuando salí a caminar por esas calles, en donde siempre me había sentido bien haciéndolo, me percaté que lucían vacías, deshabitadas y sin ese color que le daban la gran cantidad de gente que solía pasearse por ahí. Las veces que he venido aquí siempre me ha gustado el salir de noche a apreciar los centros comerciales, las tiendas de libros, los restaurantes y a las hermosas chicas pasando por aquí. Era lógico que por la lluvia encontrara otro panorama, a las justas los restaurantes estaban abiertos. Además no era la noche aun, eso no lo tome en cuenta. Solo había caminado 2 cuadras, y ya estaba empapado. Pero como dije líneas arriba: estaba con un hambre inaguantable, así que en esas fachas entre al lugar y pedí un almuerzo. Había poca gente consumiendo, no comprendí eso. El estomago no contempla lluvias ni días domingos .En fin, no me correspondía analizar estos eventos, aunque si quería que esta ciudad fuera otra vez la misma: esa de la que me enamoré hace ya ocho meses cuando vine por primera vez aquí, y como siempre de tránsito. Luego del almuerzo, con la lluvia que aumentaba y no pensaba parar, decidí regresar al hotel. Fue todo un martirio el andar debajo de las fachadas con techos sobresalientes. Igual, me moje más de lo que ya estaba. Llegue a mi cuarto, acomode un poco mis maletas y me lave la cara y los dientes. Pensaba en recostarme un rato, pero con la cara recién lavada y fresca una buena idea apareció en mi mente. Recordé que en esta ciudad conocía a una chica. Era el momento indicado para comunicarme con ella y pactar encontrarnos. Ni corto ni perezoso busque su teléfono en mi agenda, lo encontré y decidí llamarla. Me contesto ella, se acordó de mí por mi voz. Le dije tantas cosas, pero no me percate que no era la hora indicada para llamar a alguien. Lógicamente a la 1 de la tarde ella como muchos otros estaba almorzando. De igual forma, la convencí para encontrarnos. No estaba muy segura de hacerlo, inclusive, deslizo la posibilidad de que nuestro encuentro seria otro día. Pero yo no estaba dispuesto a tener que esperar a mi próxima visita para verla, le insistí para que sea hoy. Al final me dijo que sí, que le parecía una buena idea el encontrarnos antes que me vaya. Ahora mientras escribo estas líneas estoy esperando a que me llame por teléfono para comunicarme que ya está cerca de aquí para encontrarnos a las 3 de la tarde como habíamos acordado. Pero se viene a mi mente la duda que quizás me dijo todo eso por compromiso, por salir del paso, y que a la hora indicada no me llamara. Y si por pesado decido yo hacerlo, no contestara el teléfono. De todas maneras debo esperar por su llamada, sé que hay posibilidades que lo haga, que recuerde de aquel la fiesta en la que ambos estuvimos el año pasado, en donde bailamos hasta las 3 de la mañana mientras yo la besaba un montón de veces en la frente y no me atreví a hacerlo en la boca. Aunque esa vez vi en su rostro que ella esperaba por eso .Hoy me reivindicare, iré de frente a su boca mientras la abrazo. Después que lo demás caiga por su propio peso. No sé si deba seguir siendo tan entusiasta, pero nunca vale la pena perder las esperanzas. Y menos, con una chica como ella que siempre demuestra sentir algo por mí. Si no la llego a ver hoy, sospecho que pasara mucho tiempo en que lo haga. No sé cuando volveré a venir aquí, deseo hacerlo pronto. No sé si ella vaya a la ciudad donde vivo. Lo único que sé, es que una tarde de domingo en plena lluvia no garantiza la diversión, ni menos en encontrarse con una bella chica como ella para hacer cosas divertidas.


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domingo, 22 de enero de 2012

VIDA

Con los años te vas enredando en los caminos que te muestra de la vida. Nadie más que tú sabe de tus temores, tristezas y alegrías. Cuando te sientas a conversar con alguien le dices que todo anda bien, que no te puedes quejar de cómo te trata el destino. Cuando duermes tienes la sensación que algo falta, que las cosas no funcionan como lo hubieras querido. Al día siguiente te duchas, te arreglas bien, te perfumas y le muestras una sonrisa de felicidad al primero que se cruza en tu camino. Y así, sigues creyéndote ese cuento de que ya eres feliz del todo. Cuando ves a tu familia sonreír, sientes como si tocas el cielo de tanta felicidad que te embarga ese momento, y eso vale. Pero aun existe un margen para llegar a esa meta de la felicidad completa, ese margen es el que le pone el sabor a la vida, no lo olvides. Si estás vivo es porque estas participando en este juego, y sus reglas son así:” la vida es una lucha diaria por ser feliz completamente, por alcanzar el vivir el cuento color de rosa mientras muchas veces sientes que te lanzas al vacio con cada decisión que tomas”. La felicidad se hace de a pocos, un día te sientes completamente feliz, pero no bajes la guardia, nadie alcanzo la felicidad completa. Pero si la felicidad que te dan esos años constantes de lucha y el solo ver un día a un descendiente tuyo luchando también por ella. Esto es vida.



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viernes, 13 de enero de 2012

VIERNES DE LOCOS

Hoy es uno de esos días viernes en que preferiría estar trabajando a estar aquí mirando el panorama de una noche triste, solitaria y llena de situaciones raras. Aquí, en donde vivo ya casi siete meses, parece que la mayoría de gente decidió irse, o se encuentran de vacaciones en sus respectivos lugares. Yo parado en el balcón principal de este hotel, fumándome un cigarro, recuerdo a las personas que conocí aquí y que hoy ya no están en este lugar. Algunos porque decidieron rentar un departamento en esta ciudad, otros porque regresaron a sus casas, y alguien porque tuvo que partir al cielo de la manera más inesperada y cruel. En fi, estoy solo mirando la luna y, gracias al cielo despejado, un montón de estrellas de las cuales sospecho una es ella quien ahora me mira desde arriba Creo que no es momento para ponerme triste recordando a una persona que ya partió y que le daba vida a este hotel en forma de castillo. Sino tendría comunicación con mis padres vía telefónica: me sentiría completamente solo, andaría del hotel a la bodega comprando cajetillas de cigarro y así empezando con una costumbre que nunca tuve, ya que siempre me fumo cigarros pero sin haber aun llegado a hacerlo de puro vicio . Tenía razón cuando papa cuando me decía que fumar ayudaba a superar la soledad, la espera de algo, o a pensar y meditar mejor. Ahora que fumo siento menos fría a la soledad, la veo como un mal que en el fondo no hace daño; dándome vueltas de un lado a otro botando humo por la boca puedo esperar con mas paciencia los días que me faltan para volver a casa aunque sea de visita; mientras consumo este cigarrillo pienso mejor en lo que mañana hare, en la manera que profesionalmente afrontaré ese problema de “sostenimiento de roca en la mina”. No soy un fumador, no critico a quienes lo sean. Pero creo que en esta vida todo tiene un límite, creo que el fumar de vez en cuando un cigarro es no pasarse la línea que para mí separa entre ser un fumador ocasional o ser un fumador empedernido.
Las noches aquí son frías, las mañanas pueden ser sorpresivamente y, algunas veces, sarcásticamente demasiado soleadas: con un sol que quema, que obliga a munchos a meterse a sus casas. Quizás también, esas mañanas son tristes sin gente que camine por las calles haciendo ruido. No soy un filosofo, pero me hubiera gustado serlo para encontrar el porqué de algunas cosas, y de seguro el poder así conocerme mejor, y no tener que atascarme en algunos misterios que me muestra la vida y retrasan el recorrido por el camino que el destino me ha preparado. Sin embargo, me pongo a pensar, a filosofar y termino concluyendo en que mejor es andar preocupado en laguna actividad, es más conveniente el estar trabajando. Nada mejor que el vivir dedicado a una actividad que bondadosamente te otorga un salario y, a la vez, te entretiene , te inmiscuye en la vida misma, te hace conversa con gente que muchas veces jamás conociste y que terminan siendo rostros familiares para ti.
Hoy no tengo sueño, hoy siento que mi cuerpo podría soportar horas y horas aquí pensando, saliendo de la habitación y mirando por el patio de adentro hacia donde duerme ella, esperando a que salga , o quizás, esperando que mi amigo del cuarto del costado me invite a ver la televisión por cable que el paga. Pero ninguno de ellos esta, porque diablos escribo en presente: la doctora quien me gustaba y de quien sospeche sentía también algo por mí: ya no está en este mundo. Mi amigo del costado decidió rentar un departamento para traer consigo a su esposa e hijo. Yo sigo viviendo de los recuerdos, de las personas que conocí aquí. No puedo partir a mejor mundo porque el destino me ha designado muchas cosas aquí, además que amo la vida como para querer perderla; no tendría sentido si decidiera rentar un departamento amplio: papa y mama no vendrían a pasar temporadas conmigo porque este clima les hace mal a su salud , y la flaca a quien quiero no me quiere, y por ende jamás vendría a visitarme para soportar mis constantes declaraciones de amor que me terminaron por fatigar y a ponerme a pensar que no tiene sentido querer a quien no te quiere.
Creo que esta noche es mía: una noche de viernes que se opaca por el invierno bastante marcado de esta ciudad. Una noche que me hace recordar que todos amamos la soledad, pero tampoco deseamos que este con nosotros para toda la vida. Retorno a mi habitación y me saco los zapatos, me siento mejor andando en pantuflas. En la soledad de esta guarida, mientras me termino de convencer que soy un especialista en preparar tazas con café, comprendo que la vida es una rara maratón en donde no solo llegan a la meta los mejores sino todo aquel que llega comprender que este trayecto que nos toca recorrer es un vaivén de acontecimientos buenos y malos que para nada pueden mellar nuestra actitud que tenemos de querer ser felices.
En algún momento el sueño me vencerá, y me echare en la cama olvidando que pensé tanto, que rebusque en mi cabeza tantas explicaciones para estos momentos inexplicables. Quizás en un sábado que no haya nada pendiente de trabajo que hacer aquí, tomaría el primer auto que salga de viaje para la ciudad más cercana en donde esta la diversión, en donde encuentras esos locales con luces a medio alumbrar que en verdad te iluminan y hacen sentirte el hombre más feliz de la tierra por algunos minutos u horas según sea lo que llevas en la cartera.
Bueno lectores, no sé qué carajo escribí hoy, pero sé que ustedes lo sabrán descifrar y comprender. Y, quizás, con sus comentarios iluminaran mi mente y me ayudaran a mi mismo a conocer lo que quise comunicar con estas tantas líneas. El café no hace más efectos, es hora de acostarse, es hora de dormir, de repente es hora de soñar. O lo más seguro para mí: es hora de ganarle tiempo al tiempo y tratar de descansar lo máximo posible.
Hasta la próxima mis amigos.



pAnChO.

domingo, 8 de enero de 2012

OTRO DOMINGO..........

Una tarde de lluvia puede deprimirte, puede hacer que extrañes más de la cuenta a tu familia que está lejos, y puede convertir a un día domingo en un día más triste aun. Aquí en la ciudad donde vivo empezó con todo el invierno, se declaró esta temporada tan dura y difícil del año. Hoy domingo que estoy libre y sin ningún tipo de preocupación de trabajo analizo lo que han sido todos estos casi 7 meses lejos de mi ciudad natal, lejos de mi familia y lejos de muchas de las cosas que solía hacer en la tranquilidad de casa. Hoy solo busco abrigarme al máximo, salir lo menos posible de mi habitación, y aprovechar el tiempo libre para dormir. Pero yo se que la vida es más que hacer solo eso. Hay muchas cosas más: hay una familia con quien pasar el tiempo, y habrá otra familia que formare en un futuro siempre y cuando el destino así lo quiera. Por eso se que los domingos y el invierno fuerte de esta ciudad no deben vencerme y hacer que me sienta deprimido y lleno de dudas en cuanto a creer si este día de la semana es en verdad para relajarse y disfrutar. Relajarse, puede que sí, no voy a ser injusto. Me relajo leyendo los diarios de todo el mundo y también durmiendo. Pero disfrutarlo no. En cada sueño que tengo de esas largas siestas que me meto en este día de la semana imagino estando en casa con mama y papa, estando en una avenida caminado de la mano con la flaca. Y por último, paseando alrededor del parque cerca de casa a mi engreído (mi perro).
Aquí cuando se sale a caminar en un día domingo de invierno como hoy, no se encuentra a nadie por la calle. Un par de personas que caminan con paraguas y a prisa para llegar a sus casas. La bodega principal luce vacía; nadie sale a comprar, o todos ya lo hicieron antes de que empiece la jodida lluvia. El centro médico donde suelo ir de visita con cualquier pretexto solo para ver a las doctoras y enfermeras se muestra con la puerta cerrada, se supone que solo atenderían a una emergencia. Y conquistar a la odontóloga considero no es una de ellas. Algunos compañeros de trabajo que están salen a mirar por una ventana de su casa saludan, pero se vuelven rápidamente. Saben que el pararse a conversar largo rato puede terminar empapándolos, yo se lo mismo por eso también me voy por la acera de enfrente. Vuelvo a mi cuarto y no encuentro a nadie, pido milagros o capaz las muchas tazas de café que tome por el frio me hacen pensar cosas fuera de la realidad. Vuelvo a prender la computadora, leo algunos artículos que quedaron pendientes de la mañana, repaso un rato los canales de televisión, y compruebo que hay nada bueno en su programación. Decido abrir una lata de leche, la combino con el chocolate instantáneo y aplaco ese hielo que siento por todo el cuerpo producto de haber salido a caminar. Pero aun no encuentro nada que puede de una forma combatir el frio que siento en el alma, ese que me produce el estar lejos de mi familia, y el saber que ella no está aquí y no me espera en la habitación para tomarnos juntos una taza de chocolate con sus respectivos biscochos.
Sospecho que los domingos serian diferentes si ella se animaría a venir a visitarme, a conocer esta ciudad, a embarcarse conmigo en un día domingo de frio y de aburrimiento. Con la plena seguridad que entre los dos nos calentaríamos hasta quemarnos y mataríamos el aburrimiento haciendo miles de cosas. Exigirle que venga hasta aquí seria una sinvergüencería y una actitud loca de mi parte porque ella no es nada mío. Ella solo aparece de vez en cuando en mi vida y en calidad solo de amiga. Pero recibir una sorpresiva visita de ella seria la actitud más bonita que ella puede tener conmigo. No estoy muy esperanzado que de ella misma salga eso, tampoco estoy convencido que debo exigirle algo que no le corresponde. En fin, las cosas pasaran como tienen que pasar, y solo Dios sabrá si algún día llego con ella al altar.
Anoche que dormía como todas la noches solo en mi cuarto soñaba con ella, en mis sueños veía la imagen que estábamos juntos, que me traía algunos dulces que mama mandaba y unas películas de humor que papa prometió comprarme. La recibía con alegría, le hacia un espacio en mi cama y por si no quería compartir la cama conmigo, yo abría la bolsa de dormir que me dieron en el trabajo para expediciones y ahí planeaba dormir. Aunque veía en la sonrisa que me mostraba que no era necesario dormir en ella, ni mucho menos rentar un cuarto de al lado. Dormiríamos juntos, y cada uno sabría cómo comportarse en ese momento. Las cosas estaban claras en esas imágenes que se mostraban en mis sueños: ella llegaba a visitarme, ella llegaba para ser mi chica, para darme respuesta a todas esas preguntas que siempre le hice disimuladamente y que nunca encontraron respuesta. Desperté de tan complaciente sueño y mire alrededor de mi cuarto, y no había nadie. Solo me quedaba seguir durmiendo y esperar a soñar otra vez con ella y su tan esperada e imposible visita.
Sé que los domingos pueden ser buenos si los compartiría con mi familia y otras personas que también quiero. Mama y papa difícil que vendrían; y no porque no quieran sino que este clima y la altitud a la que vivo les hace mal a sus salud por su avanzada edad. Mi chica o mi amiga, o qué diablos ella quiere ser de mi jamás lo hará. En todo caso que en su corazón exista un lugar para mí y un día todo ese amor que puede que sienta por mí se encuentre a punto de estallar y no pueda esperar hasta verme en mi próxima a lima.
Mientras espero algo inesperado, algún evento que modifique mis domingos. Seguiré viendo la forma de combatir este día tan triste y solitario que se hace aun más pesado con la lluvia fuerte que declara el verdadero invierno aquí en mi nueva ciudad de residencia. Aunque sé, que si ella vendría empezaría el verano en mi corazón.


pAnChO.

miércoles, 4 de enero de 2012

SOBRE ESA CANCION QUE NO ESCRIBI

Como me gustaría escribir una canción en la que hable del gran amor que encontré en mi vida, el poder sentarme a escribir algo en donde cada palabra surja espontáneamente sin temor a saber que en algún momento deberé recurrir a la imaginación o a una gran mentira.
Pero quiero hoy ser un hombre sincero, un hombre leal conmigo mismo, y, por ende, con quienes me han preguntando el por qué? de hasta ahora no he hecho tan linda canción. La verdad no he conocido aun a la chica que me mueva el piso, que me haga saltar en verdad de alegría, que provoque en mi esa sensación de confianza, y que día a día con cada uno de sus actos renueve el amor que dice tener por mí. No tengo a nadie hasta el día de hoy, solo algunos malos recuerdos que se han convertido en sombras que con el pasar de los años ya no causan para mi ningún tipo de presagio a que una nueva relación podría salir mal. Hoy me siento tranquilo así, tomándome mi tiempo para encontrar al a persona ideal, a esa persona que estoy seguro ya debe estar caminando por alguna vía por donde yo iré. Ese día si dejare que mi imaginación sea reemplazada por la realidad. Y por fin, me animare a escribir una buena canción de amor, un poema en el que recalque que encontré a la persona ideal, a la mujer de mi vida.
Absuelta la pregunta que muchos me hicieron vía email. Solo puedo decir en este momento: "que gracias por esa confianza que tiene en mi, gracias a esas pocas persona que creen que de mi mente puede salir una buena canción inspirada en el amor hacia la mujer que está a mi lado". Hoy no hay nadie a mi lado, hubo una que otra chica, pero les aseguro que ninguna me incentivó a escribir esa canción que algunas veces yo mismo pienso debo escribirla de una marea natural sin el apuro o la ganas de competir con otros compositores que si lo hicieron. Pero gracias a ustedes se que el día que la escriba, porque ya exista alguien en mi vida para ese entonces por quien inspirarse, será una canción muy linda.
Estoy de acuerdo con ustedes que no existe mejor manera de expresar lo que uno siente con una canción, con un poema, o un escrito. Todo este tiempo que he tenido la oportunidad de escribir esta columna, y en la que he contado historia verdaderas, he sentido que comparto con ustedes historias que dejan una enseñanza, que al contarle algo al mundo dejo salir de mi lo que me incomoda, lo que me pide a gritos no dejarlo en mi interior y, por lo contrario, decírselo a los demás para tener la satisfacción que de alguna u otra forma todo esto pueda servir de consejo para los demás.
Estoy convencido que no soy un consejero, ni mucho menos un alma blanca que puede permitirse juzgar a los demás en sus historia para dar una enseñanza. Pero sin mencionar nombres, ni involucrar a quienes merecen mantenerse en privado; cuento una historia que tiene cercanía a la realidad, que busca desintoxicarme de todo el malestar que me producen las malas experiencias y, a la vez, muestra a quienes me leen que la vida pude ser de color rosa solo cuando estas junto a las personas de quienes sabes que te quieren de verdad.






pAnChO.

lunes, 2 de enero de 2012

DECISION DE FIN DE AÑO

Hace mucho tiempo iba a decir lo mismo, pero recién hoy me animo a decirlo y a hacerlo. Ya me canse, y lo cuento oficialmente, de vivir siendo un soñador a ultranza. Hoy quiero soñar como debe hacerlo cualquier ser humano solo por el hecho que el mundo necesita soñadores, pero soñadores moderados; esos de que no ha perdido la brújula, que no han ido más allá de lo tolerable para tan reconocida actitud, y que solo desean ser felices con lo que está alrededor, jamás pensando en personas o cosas que están más allá del alcance.
La última noche del año que acaba de terminar lo meritaba, me culpaba y terminaba riéndome de mi mismo. Fui un soñador bastante exagerado, fui un soñador como solo lo puede ser un muchachito, un adolescente, alguien que no ve la realidad como una agente que es un peligro potencial de hacernos daño. Pensé que solo sería un decir, unas palabras que yo mismo me diría para menguar mi pena, mi frustración por acabar otro año solo, sin nadie y, sobre todo, sabiendo que yo tenía la culpa de todo por haberme ilusionado más de la cuenta con quien no estaba cerca de mí. Pero ahora yo mismo me estoy convenciendo que si lo lograre, que este año será de la realidad, de las cosas que están cerca de mí, y que muchas veces deje pasar por buscar lo que estaba lejos y llevaba un cartel escrito en letras grandes y a todo color de “imposible”. Ya no volveré a quedar hechizado por nadie quien es inalcanzable, ya no soñare con la chica que jamás me hará caso o me corresponderá. De a partir de ahora seré un hombre precavido, alguien con dos dedos de frente para saber que el futuro no está en ese laberinto que hay que recorrer para al final perderse y sentirse sin salida. Ahora ya sé que para llegar a la meta, al lugar donde deseo estar, debo tomar el camino que aunque unas veces suene y parezca muy largo y sinuoso, llegue hasta donde esta ella: la persona que me espera desde hace mucho tiempo, y a la cual quiero besar y abrazar por el resto de mi vida. Hoy comprendo que por cuestiones tontas siempre he perdido la oportunidad de embarcarme hacia ahí, en donde esta esa chica que a veces en la soledad imagino y que siento en mi corazón.
Hoy camino por toda la casa, me siento apenado, debo volver por la noche a la ciudad donde radico. La tristeza no es por nadie más que por mis padres y hermana. He estado con ellos por más de una semana, y otra vez me acostumbre a ellos. Me hice la idea de ver a mis padres todos los días como antes. “Que voy a hacer….”, la mejor frase que mama me enseño a decir, a pensar y aceptarla como parte de mi vocabulario. Ellos son mi realidad, ellos son las personas que están cerca de mí; con ellos no tengo por que ilusionarme, están a mi lado siempre, incluso cuando estoy lejos, puedo hablarles todo los días por teléfono. Con el ejemplo de tenerlos a ellos de verdad, para que quiera seguir haciéndome más enredos en la cabeza pensando en personas irreales por ser lejanas. La persona que elija como mi pareja, como mi chica tiene que ser esa mujer que ya está esperando por mí. Si, ella con quien cada vez que regrese de viaje comparta tantas cosas, y con quine así estemos a miles y miles kilómetros de distancia podamos hablar vía telefónica para compartir tantas cosas que nos sucedió durante el día.
Este año lo finalice con esa mentalidad , con esa idea que me estaba ilusionando mucho con personas o con una sola que esta tan lejos de mi que por más que intente acercarme seria una pérdida de tiempo en mi vida. Hoy empiezo el año ya decidido y convencido que a la mujer de mi vida no se en donde la encontrare, lo único si tengo seguridad es que será en algún lugar a donde pueda llegar sin la mayor duda que si lo hare.
El 31 de diciembre del 2011 se bajo el telón de aquella obra de teatro que montaba en la cabeza. Como era previsible no hubo un final feliz, todo se redujo a una historia con un último episodio tan triste y desagradable como se habían convertido la mayoría ellos. Si son buenos los finales, en este caso no fue así. Deseaba tanto que llegue este para así ver por fin terminado mi calvario, que cuando llego más de dos minutos no me entristeció. Al contrario, lo vi como un respiro, como una vía para volver a vivir. Este año que recién acaba de empezar no seré tan soñador. Este año seré como cualquiera que debe soñar para ser feliz y para tener las metas claras. Pero no para sufrir e ilusionarse, y terminar convirtiéndose en un iluso.
Feliz año 2012 para todos.Si deseamos cambiar este año, estamos en nuestro derecho de hacerlo. Pero recuerden de nunca perder nuestra esencia.




pAnChO