martes, 26 de marzo de 2019

¿ERA POESÍA ?


Cuando pienso en poesía o cuando escucho nombrar esa palabra, siento que es algo pendiente que tengo por hacer en la vida. Si bien es un género literario en el que no he querido incursionar, tal vez porque lo veo como una construcción que demanda mucha delicadeza y precisión, y que puede llevarte -si lo haces de una manera equivocada o muy forzosa- a escribir líneas demasiado empalagosas, repetitivas e inverosímiles. Para mi es quizá una tarea de arte puro y no una tarea que la podamos realizar con facilidad. Hace unos días, una conocida editorial anunciaba un concurso para todos quienes escriben poesía o se animarían a hacerlo. El premio no es algo material extraordinario ni mucho menos de valor monetario, es un ‘souvenir’ de la casa editorial y el reconocimiento de que tu poesía logro ganar a muchas que se enviaron  desde varias partes de la región por no decir de todas partes del mundo; por tanto un aliento para empezar o continuar-en algunos casos- escribiendo poemas. Por un momento se me paso por la mente intervenir en este concurso, o sea escribir un poema, mandarlo y así participar. De seguro el querer incursionar en ese género y todavía debutar en un concurso-organizado por una editorial conocida a nivel mundial- es algo suicida, porque lejos de un reconocimiento, lo más probable es que me lluevan las críticas, en caso sean todas las poesías que concursan  todas publicadas en la pagina oficial de la editorial. Felizmente esa intención fue algo que pasó muy rápido por mi mente y después aterrice a tierra y comprendí que no era el momento de escribir una poesía ni mucho menos concursar con esta.
Creo haber escrito poesías - no sé si se podrían llamar así- cada vez que me enamore, y eso ha sido desde mis épocas en el colegio. Tendría 12 o 13 años cuando escribí la primera. Hasta hoy en casa guardo los manuscritos de todos esos poemas; no son malos,son pésimos, lo reconozco con cierta valentía. Cuando fui creciendo hice algunas mejores poesías, pero igual no las considero del todo así y mucho menos competitivas .Por eso hasta el día de hoy no estoy convencido de haber escrito poesía.
Recuerdo cuando empezaba la secundaria, tendría 12 años, y en el curso de literatura una vez el profesor nos pidió llevar para el día siguiente una poesía, sea de cualquier autor y de cualquier extensión.
A pesar que papa tenía muchos libros en casa, que hasta hoy los conserva, muchos también de poesía, decidí ir a la biblioteca de la escuela-un moderno ambiente  repleto de toda clase  de libros, que había sido inaugurado unos meses antes- para buscar una poesía. Esa vez mi hermana también iba a ir a la biblioteca para realizar una tarea de investigación avanzada para la escuela. Fuimos juntos, cuando llegamos nos separamos porque yo me encontré con algunos de mis compañeros de clase. A mí me agradaba ir por las tardes al colegio, y   no para encerrarme en la biblioteca o hacer un trabajo en reunión grupal, sino que había compañeros que iban por la tarde para preparar un trabajo de investigación y otros para jugar 'fulbito' en la gran cancha de la escuela. Yo no era muy habilidoso para la pelota, entonces acostumbraba a pedirle prestada a uno de mis compañeros su bicicleta para pasear alrededor de patio, mientras imaginaba que manejaba un auto y recorría toda la ciudad. Esa tarde no fue la excepción, rápidamente entre a la biblioteca, le pregunte al bibliotecario por un libro de poesías, me dio uno y saque una hoja en blanco de mi maleta y empecé a copiar el poema. Escribí con apuro, no me interesaba que es lo que  decía ahí, solo trababa de terminar rápido para salir del ese lugar y montar bicicleta. No tenía idea de los poetas ni sus mejores poesías, así que me sentía contento con solo haber conseguido una poesía y poder llevarla al colegio al día siguiente. Mi caligrafía hasta el día de hoy es mala, y antes era peor, así que con el apuro esa hoja escrita era un verdadero garabato.
Al llegar a casa para transcribir esa poesía en el cuaderno no entendía lo que había escrito, a parte que recuerdo que esta era bastante complicada, como el nombre del autor. Por un momento creí necesario buscar otra poesía en la biblioteca de papa, pero me daba flojera hacerlo, así que me senté alrededor de la mesa de estudios y empecé a tratar de transcribir el poema, lo que no entendía. Entonces lo reemplace con palabras que se me venían a la mente. En medio de todo mi desorden, irresponsabilidad y falta de lectura trate de darle sentido a ese poema, y conseguí completar este. Hasta hoy recuerdo que eran 4 estrofas. Al día siguiente, para mi mala suerte, salí elegido para leer este poema delante de todos mis compañeros. Todos en el aula me miraban extrañados, capaz porque me veían nervioso-ya que me sentía así porque había inventado parte de este-, porque no creo a esa edad sabrían mucho de poesía como para observar lo que yo había adicionado o cambiado al original. El profesor, que en todo momento se mantuvo mirando al piso, al terminar yo de leer de hablar dijo: “gracias a su compañero por leernos su poema. Recuerden que si no consiguieron un poema pueden inventarlo, como lo acaba de hacer él
Al final de año, desaprobé la materia por muchas cosas, a veces sospecho que por esa poesía también.
La mejor anécdota que tengo es que ese día puse algo de mí para completar ese poema; lo modifique, fui como un co-autor de esa poesía, aunque nunca tome atención de quien era el autor. En los años siguientes escribí mucho, pero nada aun que crea ya pueda publicarlo. Si hubiera decidido participar en el concurso, que organiza la editorial, tendría que haber sido lo más cuidadoso posible para hacer un poesía que pueda, al menos, superar esa aventura escolar que quizá fue un  presagio que algún día escribiré buena poesía y me atreveré a publicarla.


pAnChItO.