miércoles, 31 de mayo de 2017

HASTA PRONTO, MAYO!

Se muere el mes de mayo, y yo estoy en Lima, mi ciudad, aquella que amo y siempre amare, pero que por muchos motivos no me gusta en este mes. Parece que esta vez el destino hizo bien las cosas; ya que en este mes, la mayor parte del tiempo estuve fuera por trabajo. Aunque también debo de agradecer a Dios que no estuve el mes completo fuera, porque hubo muchos momentos que no me hubiera gustado estar lejos: como fue un pequeño accidente que sufrió papa, del cual felizmente está recuperándose, y del día de las madres, que es una fecha en que siempre trato de estar junto a mama, mi verdadero motivo de vida. Esta penúltima noche del mes está lloviendo, parece que quiere proclamarse como el verdadero el inicio del invierno. Yo sabía que sería así, ningún mes de mayo en Lima es un día tropical; y si lo es, es tan corto como también duraron muchos noviazgos que tuve en este mes, y que es la explicación de mis huidas de Lima para estas fechas. Pero yo sabía que el inicio del invierno, en esta nueva década, con todas sus características definidas ya no se tumba a nadie, como lo hacía antes. Sé que hoy hay un grupo que le da la contra a estos días de frió y de lluvias, y continúa con sus actividades con normalidad. Por eso en esta noche y en medio de la lluvia, luego de cenar, decidí ponerme una chompa para abrigarme bien, ponerme las zapatillas e irme a caminar por el centro del distrito, por la plaza principal, y ver, como en el verano, a todos esos jóvenes ensayando bailes, a otros con guitarra en mano cantándole a sus enamoradas, y a parejas conversando de los más entusiasmadas en las bancas. Aunque yo sé que ya no puedo formar parte de esa generación, me da placer el verlos y saber que disfrutan de la vida y no se dejan vencer por la oscuridad de fracasos de amores pasajeros, esos que me atormentaron hace 10 años e hicieron un perfecto juego con este invierno que nunca dejara de ser pesado en esta época del año. Con un cigarro en mano, meditando, me doy una y otra vuelta alrededor de la plaza y mirando todo este espectáculo de felicidad, me recargo de energías, y aunque sé que lo pasado ya no se puede cambiar, al menos estoy seguro que no volveré a sufrir por amor, que si la vida otra vez me vuelve a jugar mal en aquel tema de amores, podre venir aquí y en medio de una gran lluvia sentarme a leer un libro u observar los autos que van y vienen como también lo hacen los amores que no están destinados para ser eternos. No vale la pena el especificar cada caso que me hizo dejar de creer que el mes de mayo es bueno en Lima, solo puedo decir que 2 relaciones empezaron en este mes, hace ya 11 años y 10 años respectivamente, y ambas fueron como si no estuviera con nadie, pues me sentía solo y para colmo veía por mi ventana un cielo como el de hoy: en la mañana muy oscuro y por la tarde nubes que anunciaban que iba a llover. Esas relaciones empezaron mal y terminaron así; creo que esa fue una buena lección y por qué no pensar que lo que sucedió conmigo, podría haber sucedido en cualquier mes del año, pero al ser en mayo, yo relaciono las amargas aventuras con este mes oscuro propio del invierno. Recordar que por pensar así, hace 2 años, justo para  en el mes de mayo, postergue una decisión que había tomado: la de declararle mi amor y pedirle  que sea mi enamorada a una chica, con quien me había reencontrado después de tiempo y  con quien habíamos empezado a tener comunicación a diario. El tomar esa decisión de no contarle lo que sentía por ella fue un gran error, pues era el mejor momento para los dos, sintonizábamos en la misma frecuencia y no había un solo día en que ella o yo no busquemos un pretexto para conversar. Era necesidad el estar juntos, era esa sensación de que por su propio peso las cosas caían y ese sentimiento no se podía enfriar, y yo muy tonto metí mis sentimientos a una congeladora esperando a que llegue junio. Estos prejuicios tontos del mes de mayo deben de salir de mi mente, porque solo lograron que después de haber desperdiciado esa oportunidad, hace 2 años, hoy este solo lamentándome por esto y enfrentando el intenso invierno sin nadie a mi lado. Lamentarme por lo que sucedió, no vale, y no debo de hacerlo. Más bien, debo de pensar en ser como todos esos jóvenes que están en la plaza principal continuando con sus vidas, tal como lo hacían en las noches de verano. Quiero verlos a ellos  una vez más para captar como se hace para poder vivir en estos meses en que la calor desparece y el invierno es crudo pero no tanto como para cambiar el rumbo de la vida, ese que debe de ser el  ir con dirección a la casi, casi felicidad. No sé si en los próximos mayos ande en lima o en otro lugar, pero lo que si se es que el clima nunca será un arma suficiente como para derrotar a alguien, ni mucho menos como para hacer huir a una persona. Mañana que se termine el mes de mayo y que, como se pasa tan rápido el tiempo, vengan más meses de mayo y que yo estando aquí  la pueda pasar genial, y ojala que la experiencia me permita tener amores mas  duraderos y sin finales tan rápidos y tristes.



pAnChItO.