sábado, 9 de mayo de 2020

NI AFECTADO,NI PREOCUPADO,NI MOLESTO


Mayo me ha vuelto a sorprender, otra vez estuve desprevenido,no supe que hacer ni decir. Quizá sean supersticiones o no, pero empecé a ver todo negro, como otras veces para estas fechas. Pareciera como si un sueño hermoso se convirtió en pesadilla. No recuerdo cuando los meses de mayo se tornaron de color gris en mi vida, ni tampoco hoy quiero analizarlo. Lo que si recuerdo es que hubieron en mi vida meses de mayo muy felices,de seguro en aquellos años en que era un niño. Hace unos días empezó este mes y a pesar que recordé algo de lo ingrato que este es, no me asusté ni me quise cuidar en demasía. Mayo no cambio para nada, ayer hizo oficialmente su aparición con el cielo celeste tornándose de color gris con la llegada del atardecer. Subí a la azotea a enfrentarme a él  y me dio un golpe certero: una ola de viento, que vino por detrás de los cerros del bello panorama, impacto contra mi cuello descubierto. Fue espectacular la forma en que me sorprendió al atacarme,y claro me hizo daño. Inmediatamente baje al primer piso de la casa a resguardarme, a cuidar mi vida de ese disparo de viento que afecto mi cuello,pareciera que se aproximaba un dolor de garganta y  una pequeña tos se apoderó de mí. Estaba seguro que iba a  coger un resfrió. Empezaba un mes negativo para mí,definitivamente esa ola de aire   había afectado mi garganta ya debilitada por esas bebidas gaseosas heladas del fin de semana. Con algo de malestar en mi cabeza y los pies helados, y después de haber tragado una cápsula para luchar contra todos esos síntomas de la gripa, sabía que a este mes no le podía decir basta pues apenas empezaba una batalla contra mi.A ese enemigo de  años nunca aprendido a domarlo. De este mes de mayo, en mi ciudad, supe escapar muchas veces. Por trabajo no vivo aquí, y si debía venir a visitar a mi familia, hacia todo lo posible por hacerlo dos o tres días, no más. Esta vez no fue así, una Pandemia Mundial me agarró aquí en mi ciudad, gracias a Dios. No pude huir de mayo, ni pude huir de los recuerdos de tantas desventuras vividas en Lima. Mayo tenía lo suyo, una que otra vez fue el cómplice perfecto que necesitaba y aun necesito, de seguro fueron en los años de mi niñez y un año entrando en la adolescencia. Recuerdo una tarde ,de hace muchos años, cuando regrese de la escuela, un día viernes en los que ya no se hacían tareas, y luego del almuerzo me puse a escuchar en la radio  canciones y me sorprendió el oscurecimiento del cielo que ya avisaba que llegaba la noche, mientras yo me eche sobre mi cama, mirando allí arriba, donde hacia su aparición la Luna, y pensé en aquella niña que me gustaba desde la primaria; no sé y por qué en ese año del 1ro.de secundaria algo me decía que debía de contarle a ella lo que sentía. La música sonaba, empezaban las canciones de amor; mi abuela me llamaba para tomar el lonche, en medio de un clima que lejos de causar algo negativo en mí, me hacía sentir placer al encogerme y abrazar  a la almohada, pensando que yo le estaba dando calor, a la vez que ella lo hacía conmigo. Imaginaba esos rubios cabellos que se metían por mis narices y otros hacían cosquillas a mis labios. Ese era amor del bueno, no una fantasía sexual ni nada por el estilo. Aquel trance con esas buenas canciones de fondo despertó en mí la vocación de escribir también canciones de amor. Recuerdo esa etapa de mi vida y pienso cuanta inocencia se pierde con los años y con la crueldad de los otros niños y hasta adultos alrededor. Llegada la noche mis padres volvían del trabajo y yo me sentía el niño más feliz del mundo.Fue un mes de mayo, nunca lo olvidare. Año después,ese mayo que viví en 1996 es el que más lo odio: papá sufrió un infarto al miocardio  en su oficina, esa noche llamaron a mamá a la casa, teníamos lo peor, desde ese momento ya nada fue igual.
Así fueron los meses de mayo en toda mi vida, algunos, muy pocos, llenos de felicidad. Característico mes de la oscuridad,mayo se presenta otra vez frente a mi.  Ahora que ando afectado de la garganta, gracias a ese ventarrón de aire frío que impacto y revolvió mi cuello, me senté a tomar una taza de té con bastante limón y reflexionando o recordando, creo que debo de aprender- como ya lo empecé a hacer el año pasado- que los meses guardan consigo sus propias características y que están marcan los días de cada uno. Lógico que este mes de mayo es notorio pues con él se inicia el invierno y este arrastra recuerdos del verano. Hoy, bajo un cielo gris y sintiendo un frío que me toca los huesos, descubro que el destino- más que bien que por mal-me volvió a juntar con mis padres, aquí en casa.
Hoy que han pasado los años y que por motivos mundiales la vida es incierta, solo tengo la certeza que un mes en el año la vida me pone a prueba, aunque la verdad es que puede ser en cualquier mes del año, o todos.
Sentado en la banca del parque,a la vuelta de la casa, mientras fumo un cigarro y chupo un caramelo de menta, recuerdo un mes de mayo de un año especial de mi vida, porque aquella vez fui feliz ,fue un ‘Día de la Madre’ cuando mi hermana y yo le entregamos un presente a mama, con sus respectiva tarjeta;esa vez mi mama me pido que el mejor regalo que podía darle era ponerme a estudiar para la semana de exámenes  que empezaba al día siguiente. No cumplí mi promesa,salí mal en todas la evaluaciones porque no estudie. Mañana al saludar a mama por su día le prometeré que cumpliré al pie de la letra esa frase que toda la vida me ha inculcado: “que nada te afecte, te preocupe, ni te moleste” Estoy seguro que será así, Mama, no te volveré a defraudar como aquella vez.





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