domingo, 18 de diciembre de 2011

LA NAVIDAD

Desde que vivo lejos de casa, he aprendido a valorar aun más a mi familia de lo que antes lo hacía. Por esto, en estas fiestas de navidad lo que más quiero es estar con ellos: en especial con papa y mama. En las últimas navidades me había convertido en un hombre que cuestionaba estas fechas, que decía que todos los días podía ser navidad, que en todo momento y cuando uno lo desee podía reunirse con la familia; e incluso, si la economía lo permitía, intercambiar un regalo. Pero acabo de descubrir que las cosas no son así, que nunca fueron así y, gracias Dios, jamás dejaran de ser así. Justo esta fiesta está hecha para convertirse en el pretexto perfecto para que miles de personas que por muchas circunstancias se encuentran lejos de casas planeen con anticipación o de momento volver al hogar y pasar estos días en familia. Yo soy uno de ellos, me muero de ganas de embarcarme hacia mi ciudad, ni bien llegar ahí, abordar taxi y presentarme en la casa y abrazarme con mis padres olvidando un momento que en pocos días otra vez tendré que regresar aquí. Si últimamente mostraba un concepto equivocado de la navidad, hoy tengo un nuevo concepto y mejor aun: la navidad definitivamente es una fecha familiar, y por eso todo el mundo se las ingenia para estar en casa. Si hay un contratiempo para poder cumplir con este legitimo propósito, este día se convierte en el momento de mas añoranza que uno puede experimentar para valorar cada vez que si pudimos pasar con ellos esta fiesta y quizás en ese momento no lo tomamos en cuenta, o no le dimos la verdadera importancia que merecía esto. Ojalas para el próximo año tenga la misma suerte que tengo hoy, y pueda otra vez tener la oportunidad de volver a casa para esta fecha. Aunque por este tipo de trabajo nunca se sabe nada, y si se supiera, todo podría terminar en una falsa esperanza y una gran desilusión al saber que pasaras solo la navidad, lejos de tu familia. Si sucediera eso, sentiré la pena más grande que deba de experimentar; imagino que de solo escuchar por teléfono a mis padres deseándome una feliz navidad, y yo haciendo lo mismo pero sin poder abrazarlos y besarlos es un castigo del que debería hacerme la idea de quizás un día vivirlo.
Se podría seguir escribiendo tantas cosas sobre esto, se podría seguir analizando esta fecha y el concepto que en verdad representa. Pero yo afirmo muy humildemente que esta fecha tiene más sentido que nunca para mí.

Feliz navidad para todos.



pAnChO.

domingo, 11 de diciembre de 2011

MI PRIMERA Y FRUSTRADA NOVELA

Quise escribir una novela, y el solo hecho de pensar en que podía hacerlo me llenaba de alegría. Pero cuando me sentaba frente a la PC no podía escribir una sola línea que pudiera predecir que llevaría a cabo mi deseo. Tenía tantas ideas en mi cabeza, tantas historias que contar, pero ninguna tan convincente como para animarme a escribir y escribir hasta ver hecho un borrador de lo que sería mi primera novela. Tuvo que suceder, como siempre sucede en mi vida, que un encuentro inesperado, un hecho sorpresivo y feliz me incentivara a encontrar la dirección, el rumbo hacia donde quería llegar con mi primera novela. Estaba inspirado: su sonrisa, el haber tenido el placer de haber estado sentado a su costado por más de 20 minutos motivo a que escribiera una historia; a que en esa fantasiosa escritura pueda hacer mis deseos realidad, claro al final de la historia. No sabía aun si ella tenía enamorado, esposo, o si era viuda. Lo importante era mirarla todos los días, ilusionarme mas con ella, y soñar con un día lograr ser lo suficiente conocidos para así declararle mi amor. Sabía que al final iba a hacer lo que me decía el corazón, mientras tanto me seguía nutriendo de cada experiencia frente a ella para escribir a diario esta novela, le veía posibilidades de que una editorial me preste importancia y la decida publicar. Lo que ella y yo vivíamos cada mañana era digno de ser plasmado en una obra, y que mas si era mi primera creación. Todos los días luego del almuerzo me sentaba por una hora a escribir o relatar todo lo que me sucedía con ella, y claro lo aderezaba con algunos detalles que si bien estaban lejos de la realidad, podrían convertirse en hechos verdaderos en un futuro.
Era paciente conmigo mismo, sabía que de la noche a la mañana no tendría una buena novela en borrador, e incluso, no me exigía mucho, era consciente que nadie para debutar puede escribir una obra de arte. Además, reconocía que el que me llamen escritor me quedaría grande, juro que no trabajaba para eso. La situación era que solo quería escribir una novela, además que en ella tenía la posibilidad de contar que un día en mi vida se me cruzo una bella e interesante muchacha. Además de misteriosa porque no sabía si ella tenía o no pareja. No quería tampoco descubrirlo, quería seguir ilusionado con ella, además de seguir teniendo material para escribir mi primer cuento o novela. Había pasado una semana, y había escrito todos los días; en ninguno de ellos me entro la flojera o el desgano de hacerlo con tanta dedicación como si se tratara de un trabajo o una tarea con un buen jornal. Había tanto de que escribir, cada día descubría nuevas cosas entre los dos, cada minuto que estaba cerca de ella cruzábamos miradas cómplices de algún acto que cometeríamos en cualquier momento.
En ese momento esa obra que estaba escribiendo era todo para mí, no olvidaba mi plan, mi meta de algún día llegar a terminar este cuento. Cuando a veces me cansaba de escribir y deseaba relajarme un poco, salía de casa con dirección a al parque; ahí deba vueltas alrededor de los árboles y me renovaba, me llenaba de energías para seguir haciendo eso que tanto me estaba gustando hacer. Me alejaba de toda la realidad, y volvía con más ganas a casa para seguir escribiendo. No necesitaba estar en ninguna ciudad española, inglesa o europea para tener de que escribir, capaz esto sería porque tampoco era un verdadero escritor, y no pretendía hacerlo.
El terminar de escribir eso se había convertido en mi mayor deseo, me olvide de todo, me justifique a mi mismo que de repente esta obra al ser concluida y ser vendida a una editorial me dejaría algún rédito como para no sentirme tan incomodo por haber perdido mi tiempo en hacerla mientras no tenía un empleo. Confiaba en mi mismo, no tenia duda de que este borrador cuando este completo sería aceptado para ser publicado. Puede ser que era mentiroso conmigo mismo, pero en la vida a veces hay que darse algún aliento uno mismo porque sino nadie lo va a hacer.
Cuando ya tenía casi más de la mitad de la obra escrita, decidí ya no tenerla en mi PC sino guardarla en una memoria USB, y cada vez que continuara escribiendo seguir guardándola ahí. Tuve que atender otros asuntos, mejor dicho, tuve que aceptar la realidad: tenía que continuar buscando un empleo.
Deje de escribir muchos días, me sentía preocupado, no tenía la presión de nadie en seguir haciéndolo, pero tenía un compromiso conmigo mismo de escribir y terminar esa obra, y de ahí decidir entrevistarme con una casa editora para que sea publicada. Una tarde recuerdo que llegando a casa luego de una mañana intensa de búsqueda, me puse a escribir, retome la historia y la fantasía. Escribir regular, pero no tanto como para recuperar todos esos días en que no había hecho nada. Luego deje de escribir, así nunca terminaría. En fin, había otras cosas por hacer con más urgencia.
Luego, el destino hizo que me entere que ella estaba comprometida, que se casaría. Coincidentemente por esos días deje de verla, al poco tiempo por trabajo salí de la ciudad, me desconecte de todo. Pero siempre pensé que debía terminar de escribir esa obra, de completar esa historia que ya no tendría un final feliz. Al poco tiempo de llegar aquí, un domingo me anime a seguir escribiendo la obra. Tenía la idea de terminar mi primera novela en mis tiempos libres. Rebusque en mi maleta entre mis memorias USB la que contenía mi escrito, la encontré, la inserte a mi PC y abrí la carpeta; me sentí orgulloso de las tantas páginas que ya había avanzado. En esos momentos mi computador presento unos problemas, todo se colgó. Cuando intente reiniciar mi memoria ya no era leída por la maquina, me asuste, temí lo peor. Pero como a veces no siempre la buena suerte anda de nuestro lado, mi memoria USB se había malogrado, intente probarla en otras PCs . Pero nada . Había perdido toda información, algunas fotos de mi ex chica, y sobre todo mi borrador de lo que sería mi primera novela. Llegando a Lima sin darme por vencido decidí recurrir a todos esos técnicos lobos en computación; ninguno de de ellos pudo recuperar la información. Uno de aquellos técnicos fue más sincero: me dijo que ya toda estaba perdido. Perdí algo de dinero en tratar de recuperar mis tantas páginas escritas en muchos días. Pero esa pérdida era nada comparada con todo lo que perdí al no ver concluida mi primera obra.
Después de todo siempre tuve claro que no quise ser un escritor, entonces no tenía porque tener una obra ya escrita. Por lo menos lo único que puedo contar ahora era que al final hubiera concluida toda esa historia con la frase: “No era viuda, no tenia enamorado, ni estaba casada. Estaba comprometida y muy enamorada…… “



pAnChO.

sábado, 3 de diciembre de 2011

VIAJE RELAMPAGO

No es muy agradable llegar de visita a casa, y cuando estoy disfrutando plenamente de la compañía de mis padres recibir la noticia que debo de regresar de urgencia, que hay motivos de fuerza mayor en el trabajo que requieren mi presencia. Jamás me había sentido tan importante, de repente no lo sea tanto como para que me pidan que este ahí, pero en fin, es una comunicación inusual, casi un pedido a manera de favor: debo de regresar. Ahora que se dé esto, estoy seguro que el día de por si se me hará corto, tengo que hacer apurado algunas cosas que pensaba hacerlas con calma, quiero sentarme un rato junto a mama a ver televisión mientras en el sofá de enfrente papa lee el periódico y de vez en cuando conversamos algo: necesito de la compañía de ambos, aunque sé que esta vez será más corta que antes, que mañana mismo por la noche viajare. No me había puesto a pensar con claridad como hoy lo estoy haciendo, que ya nada es como antes, que puedo venir todos los meses de visita aquí, pero que el tiempo no es el suficiente para hacer todo lo que hacía cuando vivía en este lugar. No tengo la mas mínima idea de hasta cuando estaré en esta situación, de hasta que día estaré como un loco viajando de lugar en lugar, trabajando duro en la ciudad que ahora vivo, y lo más curioso, siempre en casi todos de mis viajes solo uno es aquí a mi ciudad, al lugar donde están mis padres, mi hermana y demás personas que quiero.
No puedo resignarme que la vida sea así, quiero aceptar como muchas veces lo he hecho los designios del destino, pero esta vez aun mi mente se resiste: ya no vivo en mi ciudad, ya n estoy a tiempo completo con mis padres, y miro con nostalgia tantas cosas que viví aquí en Lima y que hoy en día en medio de tantas horas de trabajo deseo volver a vivirlas.
Ayer por la mañana cuando caminaba por la avenida principal la vi a ella: la bella chiquilla que conocí hace 8 años, ya era toda una bella mujer, sus cabellos castaños brillaban con el sol, y su silueta me hacía pensar que debía mandar al diablo al trabajo y quedarme con ese ángel que estaba frente a mí. Me miro, me reconoció, pero como habíamos dejado de hablarnos tanto tiempo, ninguno de los dos tomo la iniciativa para saludarse. En fin, si ya no estoy aquí es complicado querer aspirar a algo con ella, una buena justificación para no intentar siquiera acercarme a preguntarle como esta y que fue de su vida.
Hay tantas cosas que extraño de aquí, hay tantos deseos que no pude cumplir. Veo contentos a papa y a mama, saben que me estoy labrando un futuro, que a pesar que estoy lejos de casa siempre les sigo demostrando todo ese amor que siento por ellos así como ellos también me lo demuestran. Creo que la final, como siempre ha sucedido en mi vida, y sospecho en la de los demás, terminare aceptando lo que el destino ha preparado para mí; me acostumbrare del todo a lo que es vivir lejos de las personas que quiero, lejos de las ilusiones que uno se va haciendo y que siempre cree tener tiempo para poderlas alcanzar de alguna u otra forma. Ojalas que en mi próximo viaje pueda pasar más tiempo con mis padres, ojalas que pueda echarme toda una tarde en la cama para dormir y ojalas al salir a caminar por la avenida vuelva a ver a aquella chica que desde hace mucho tiempo me ilusiono, me encanto y me hizo pensar que podría conquistar su corazón.
Hoy debo tener en la mente que mañana ya no dormiré en mi cama, que a esa hora estaré viajando de retorno a la ciudad donde paso la mayoría de mis días, donde también se divertirme, y en donde sospecho permaneceré por un tiempo más.
Por todo eso, cada vez más creo que la vida no es precisamente el mejor ejemplo de que se cumpla la lógica; tú quieres estar en un lugar, y el destino te lleva a otro. Soy friolento de por sí, y radico en un lugar donde llueve todos los días y nieva. Estuve pensando alguna vez ir a buscarla a donde esta, y hoy apenas tengo tiempo para poder visitar a papa y mama. Ahora veo que las cosas no son siempre como queremos que sean, que hay que reírse un poco de los que nos pasa, que cuando asumimos un reto tenemos que superar ciertos obstáculos que podrían hacernos fracasar en nuestro intento de sobrellevar los que nos toca vivir. Así es la reseña de un viaje corto a mi ciudad.
Puede que otras veces vuelva aquí y tenga otra vez que irme de inmediato; puede que otras veces pueda pasar unos días más en casa. Pero estoy seguro que sea donde este tratare de ser feliz.




pAnChO

jueves, 24 de noviembre de 2011

ELLA

La volví a ver después de mucho tiempo, había perdido las esperanzas de encontrarla; pero la vida siempre nos prepara sorpresas, en este caso esta fue una muy agradable para mí. Siempre he escrito de ella en esta columna, e inclusive, he llegado a confesar que es el verdadero amor de mi vida. Presiento que puedo aburrir a todos mis lectores (que parecen ser pocos) con estas historias que nunca llegan a contar un final feliz, o que simplemente no le pueden importar a nadie. Pero el amor que siento por ella, la tristeza que tuve cuando la deje de ver, y la alegría que siento hoy de encontrarla hacen que escriba sobre esto, de todas esas experiencias que estoy viviendo desde la vez que la conocí hasta el día de hoy.
No elegí sentir esto por ella, tampoco quise huir de enamorarme perdidamente de una chica a quien en mis momentos más cuerdos veo tan lejos de mí. Sin embargó, me dejo llevar por esas extrañas coincidencias que prepara la vida para ella y para mí, por esos encuentros que siempre terminan ilusionándome. Quizás esa es mi vida, esa es la forma de seguir adelante sin desanimarme: “el andar ilusionado con alguien, en fijarme en cada detalle entre ella y yo, y el disfrutar de ese sensación de felicidad hasta que un día se acabe y reviente en mi cara toda la desagradable verdad”.
Sé que estoy muy mayor para hacerme ilusiones, para andar viviendo de esperanzas; sé que mi destino está más cercano al andar siempre solo como ahora lo hago, sin ninguna compañera, disfrutando poder cortejar a quien quiera con todo el derecho que tiene un soltero. Pero también acepto que existe una persona (ella) que en un solo instante puede convertirme en un hombre hogareño, un hombre convencido del matrimonio y del poder convivir con alguien aceptando todo lo que implica esto.
Habrán cosas mejores de que escribir, no siempre hablare de mis historias amorosas por dos motivos: “son muy extrañas y tristes, y además, no son de importancia de nadie”.
Ahora estoy a punto de acostarme; después de haber tenido un día muy duro de trabajo pienso que la mejor manera de relajarme es escribir algo, quizás de este asunto que me da siempre vueltas a la cabeza:” ella, el reencuentro que tuvimos la semana pasada y el futuro tan dudoso que hay entre los dos”
Vivo solo por circunstancias de trabajo, entonces me podría pasar toda la noche pensando en ella, nadie me interrumpiría. Pero sé que aun durmiendo soñare esta noche con ella, posiblemente las demás noches también haga lo mismo. No hay nada que hacer, es la chica de mis sueños. Aunque tengo una sospecha que puede ser la chica que me haga sufrir mucho, más de lo que sufrí cuando la deje de ver. Todo en razón que reconozco que me estoy ilusionando mucho con ella, estoy confiando demasiado que esta vez si pasara lo que no pudo pasar antes entre los dos (se algo más que amigos), y ser feliz por eso. No debería meter las manos al fuego por nadie, pero toda mi vida lo he hecho, he confiado mucho en los finales felices con todas las chicas que conocí, y siempre he terminado en el fondo del hoyo de la decepción sin esperanzas de salir de ahí.
La pregunta ahora es: si ustedes me aguantaran que en mi próximo artículo vuelva a escribir sobre ella. Yo sinceramente creo que no lo harán, porque esto ya aburrió, ya canso. En fin, creo perderé a unos cuantos de mis lectores por no decir quizás a todos. Sabía que el ilusionarme con ella puede ser perjudicial.




pAnChO

domingo, 13 de noviembre de 2011

LO JUSTO Y NECESARIO

No sé cuál será la verdadera felicidad, la cual desea alcanzar todo hombre en este mundo. Estoy casi seguro que no es la material o al menos el de ser millonario. Creo que solo basta con tener un empleo, unos ahorros para así poder cubrir los gastos más necesarios y otras cosas adicionales.
Quizás la verdadera felicidad se pueda resumir en realizarnos como personas, en cumplir cada etapa de nuestras vidas con total tranquilidad y con la seguridad de que de ellas hemos aprendido una lección o enseñanza. Quizás el mundo nos haya preparado para nacer, crecer y ver desarrollarse a quienes traemos al mundo. En conclusión, aprender poco a poco a encaminar a una familia, y un buen día al sentirnos vulnerables a la vida, cansados, ya envejecidos, pero con la sonrisa en el rostro al saber y ver que dejamos descendientes que continuaran nuestra obra y quizás realicen su propia obra también. De seguro, ese será el mejor momento para morir, ya que ese es un momento ineludible de hacerlo y que todo ser humano debe aceptar como tal.
Sé que el destino juega un papel muy importante en todo esto, pero también sé que nosotros tenemos que tratar de imponer algunos deseos para intentar cumplirlos, y así modificar en algo estos guiones que ya están escritos en nuestras vidas. Debe ser hermoso el tener una familia, digo una propia. Para mí ya es maravilloso el contar con papa y mama aun vivos. Pero siento la necesidad de constituir la mía, siento que tengo una deuda conmigo mismo, con mis padres. Quien más que ellos quisieran verme del todo realizado en ese aspecto de la vida, de la mano de una gran mujer, planeando tantas cosas para nuestros hijos, para ella y para mí. En fin, el decidirme a encontrar- tengo dudas si ya lo hice- a esa persona que no solo me mueva le piso sino que me haga reflexionar de cuanto veo en ella que me pueda ayudar a cumplir ese sueño de ser feliz no solo en el sentido de pareja, también en el sentido de formar una familia, de convertirnos en procreadores de personas con valores y principios, que nos alegren la vida desde el primer minuto que estén frente a nosotros; en tener la oportunidad de enseñarle a ese ser pequeño a ser el mismo, a formarlo en el amor y en la confianza que sea cual sea su vocación, siempre habrá un talento que le permitirá ser grande en el campo que elija. Todo esto es ir más allá de tener una aventura, de enamorarse de la persona solo por su aspecto físico o por una ilusión pasajera. Es encontrar el amor verdadero, el desarrollarlo, el conocerlo bien y al final el arrodillarme y pedirle a esa chica que sea mi esposa. Ofrecerle muchas cosas, no necesariamente la mayoría materiales, pero si mucho respeto y dedicación para hacer un gran trabajo, para concretar ese proyecto de una gran familia.
También siempre habrá tiempo para hacer muchas locuras, para dejarnos llevar por la pasión, por le frenesí de cada caricia y beso. Pero también, por la responsabilidad que asumimos, y por esa nueva vida que espero un día empezar al lado de esa persona que aun no sé si ya la conozco o estoy por conocer. No pretendo esperar más, de seguro es cuestión de desplazarse por aquellos caminos tormentosos y dificultosos para observar bien a los alrededores para así dejarme atrapar por una mirada especial, más que seductora, una mirada que te hable que ahí está tu futuro, que es tu alma gemela. No sé si de la noche a la mañana pueda cumplirse todo eso, no sé si pasen algunos meses para verlo hecho realidad. Pero lo que si estoy seguro es que la búsqueda empieza ahora, no es desesperación, tampoco un falso entusiasmo por andar con alguien para vitar la soledad. Es mucho más que eso, es forjar desde ahora una verdadera empresa mucho más importante que cualquiera de las que existan: constituir una familia. Darle amor, darle comodidades, pero sobre todo darles las herramientas para que ellos mismos constituyan su propia en el futuro. No pretendo ser millonario, ya quedo claro en mí que por ahí no se transita a la felicidad, tampoco deseo andar ajustado de dinero y vivir amparado en el amor. Quiero un equilibrio en mi vida, quiero que las condiciones económicas vayan de la mano con la felicidad de mi familia, que el dinero solo sean un medio para poder alcanzar la meta más importante: “ser un grupo de personas con diferentes características pero unidos por el amor”. No quiero pasar más domingos solo, no quiero gozar de buena salud y de algo de dinero si no tengo con quien compartirlo. Quiero tener la oportunidad más importante para todo hombre que es la de poder educar a alguien, la de protegerlo y ver poco a poco como esa personita crece y se hace independiente; y un día se convierte en mi soporte, y en mi motivo para seguir riendo a pesar de los achaques propios de la vejez. Tengo a papa y a mama vivos, tengo esa dicha de a la distancia poder conversar por teléfono con ellos, de intercambiar ideas, de apoyarme en mama para tomar las decisiones más difíciles de mi vida a nivel laboral y demás. De saber que la mujer más importante de mi vida está sentada, pero atenta a lo que me sucede. De saber que esta ese hombre pausado e inteligente (papa) esperando por darme un consejo que yo necesite. Pero tengo el pensamiento, al igual que ellos, que si las cosas suceden como naturalmente lo hacen: un día ellos dejaran este mundo, un día llorare como nunca porque sabré que no los volveré a tener a mi lado, porque físicamente se irán de aquí, mas no en pensamiento. Para ese entonces ya me gustaría tener mi propia familia, me gustaría apoyarme en el hombro de alguien de ellos para comprender con tranquilidad que papa y mama estarán contentos de verme al lado de mi familia, de verme luchar cada día por el bienestar de ellos con la misma tenacidad que ellos lucharon por mi cuando era pequeño y hasta siendo grande.
Creo que no es mucho pedir, creo que también pondré de mi parte para lograrlo. Solo quiero conocer a esa chica mágica, a esa belle princesa que hará de mi vida un verdadero cuanto de hadas-claro con sus problemas propios de la vida-, a esa muchacha que puede que ya este por aquí, quizás sea esa chica con la que siempre sueño. Quiero ser feliz, por eso quiero tener mi familia (esposa e hijos) ya que es “lo justo y necesario”



pAnChO.

domingo, 6 de noviembre de 2011

NO PUEDO DEJAR DE AMARLA

Yo no puedo dejar de amarla por un simple motivo: porque ella es la chica con quien siempre soñé y soñare. Porque en mi interior algo me dice que es el tipo de mujer que debo tener a mi lado.
No sé si existe una explicación a todo esto, si existe una respuesta a la pregunta de por qué la quiero cada día más? si cada día ella esta mas lejos de mi. Quizás esta es una verdadera historia de amor, una verdadera batalla de alguien por conseguir el amor de la persona que quiere, por despertar ese sentimiento de amar de parte de la otra persona que inconscientemente demuestra no querer nada conmigo, pero que me deja la mínima sospecha que aun siente algo por mí cada vez que la veo atentamente a los ojos.
Sus palabras, sus emails y sus canciones que me cantaba aun están en mi mente; todo esos lo recuerdo, no lo podre olvidar.
Si se habla de fracasos, si se tiene que aceptar el significado de esa palabra, yo he fracasado:”no he podido olvidarla, no he podido cumplir esa promesa que me hice a mi mismo de sacarla de mi mente y de mi corazón”. Pero si vieran sus fotos, si la conocerían como es: me darían la razón, es complicado, casi imposible olvidar a una chica así.
Quiero conocer a otras personas que puedan ser igual que ella, que tenga sus mismas característica, pero no existen mujeres iguales, pueden que sean semejantes. En este caso no encuentro a nadie que tenga un casi parecido a ella; estoy condenado a seguir amándola, a seguir pensando en ella, y a perder mi tiempo en pensar cómo hacer para conquistarla otra vez.
Salgo a caminar por estas calles frías, estas calles que soportan las heladas y que son testigos de la furia de los vientos. Y que hoy ven a un hombre deambulando por sus calzadas pensando en una mujer que esta a miles de kilómetros de distancia también soportando un intenso frio, posiblemente cubriéndose de la lluvia, y negándose una vez más a pedirme que la abrigue, que la proteja como solo lo puedo hacer con la mujer de mi vida. La mujer de mi vida, quien hubiera pensado que yo estaría hablando así, que estaría aceptando que ya apareció esa mujer que me vuelve loco y reconozco que necesito tenerla a mi lado por el resto de mi vida. No puedo creer que ya llegue a ascender a ese nivel de felicidad por saber que he conocido a la mujer con quien quiero casarme, con quien quiero formar una familia, y con quien quiero pelear las mil batallas que nos ponga la vida para salir como pareja airosos y con la sensación que hemos vencido. Y aunque parece raro, no existe ni la más mínima tristeza al saber que una no la puedo conquistar, que una está lejos de mí. Porque precisamente ella me da la fuerza para luchar por ella misma, para luchar por mi felicidad. Entonces si hable anteriormente de un posible fracaso, me desdigo: no he fracasado, simplemente ella está siendo difícil de alcanzar, pero la alcanzare porque tengo de mi lado todo este amor que siento por ella. Siempre lleve conmigo esa frase: “el poder del amor”, si, esa frase que muchos consideran cursi e inútil. Pero que a mí me salvara la vida, porque al final mi recompensa será ella.
Por último, creo que si no me hubiera cruzado con ella esa tarde de viernes del 2009, hubiera aun estado caminado sin rumbo, luchando sin sentido, y no por alguien es especial. Destino, ya me has demostrado tantas veces que existes, que eres difícil de desafiar o manipular a mi antojo. Hoy me pones un reto difícil: conseguir a la chica que ha nacido para mí. Lo lograre, cada día me animo mas a seguir luchando por ella. Cada día creo que tu destino has preparado una grata sorpresa para mí.
Nunca antes me hubiera animado a escribir esta columna, a dejar en evidencia que estoy súper enamorado de una chica que hasta este momento se muestra reacia a mí, pero que cuando nos conocimos supo mostrarme cariño y una esperanza que hasta ahora no he perdido. Todos tenemos nuestro lado romanticón señores y señoras que me leen semanalmente o quizás de casualidad. Verán columnas diferentes las próximas semanas, dejare de hablar de mis penas y alegrías. Pero estoy convencido que un día volveré a escribir sobre esto, y compartiré con ustedes la felicidad de ya estar comprometido con ella.Mis pocos lectores, espero para ese entonces aun me sigan leyendo.



pAnChO

domingo, 23 de octubre de 2011

MI CUMPLEAÑOS

Me despierto como cualquier día, miro mi rostro en el espejo y me veo bien aunque encuentro una o dos canas en mi abundante cabello negro. Lejos de preocuparme por eso, pienso en que fue? lo que me llevo a pararme frente al espejo y recuerdo que es mi cumpleaños; al fin detectaba el porqué de mi preocupación de mi apariencia. Por la tarde, quizás con más tiempo para la ociosidad descubriré mas canas; calculo no van a ser mas de 15. En fin, allá en lima mi experta, joven y hermosa peluquera me las cortara.
Con todas las obligaciones que hay en el trabajo caí rendido para dormir y olvide por completo que hoy a primera hora como siempre mis padres y hermana me habían llamado para saludarme por mi cumpleaños. Si, era mi día, y descubría que los años iban pasando y dejaban ciertas señales para que uno termine aceptando que va envejeciendo. Aunque soy joven aun, tampoco soy un adolescente, y mi vida ha ido evolucionando de una manera bastante rara, pero a la vez muy diferente a la de los demás. Y eso en parte me hace sentir contento. En todos estos años de vida he podido realizar muchas cosas que me propuse, y he visto con frustración el no haber hecho otras. Pero nada en un día de cumpleaños puede cambiar tu estado de ánimo, así que yo tomo todo lo que he vivido como recuerdos que están en mi mente. Lo bueno de ir cumpliendo años es que se da la oportunidad de reflexionar sobre lo que uno ha realizado en la vida, de finalizar con la incertidumbre que muchos tenemos de si nuestros actos hasta ahora han sido o no provechosos.
Creo que cuando cumples un nuevo año de vida te reencuentras con tu inconsciente, y este al final el te dice si en los 12 últimos meses que pasaron hiciste cosas nuevas, si cometiste errores, si dejaste pasar oportunidades, y, también, te confirma que fuiste en el fondo un verdadero ser humano que se equivoca, que muchas veces se empeña en conseguir algo y otras se tira al abandono como cualquier mortal.
No es sencillo para mí hacer un balance de todo lo que me sucedió en este último año de vida, como tampoco será difícil recordar cada detalle de cada acto que cometí en estos 12 últimos meses. Pero hoy voy más allá, y quiero hacer un repaso de todos los años de mi vida. Mientras el ómnibus que nos trasporta de la cuidad al lugar donde trabajamos arranca, y muchos de mis compañeros duermen; yo cierro los ojos y me pongo a pensar de todo lo que pase, de cada experiencia buena y mala que viví. Muchas de la cuales pude superar con la ayuda de mis padres, y otras que las supere por mi mismo como de seguro será por el resto de mi vida. Aquel niño a quien no le gustaba el colegio y hacia renegar a sus padres, siempre estará en mi recuerdo, no sé si como un buen a mal recuerdo.
Creo que cada etapa de la vida marca un momento para recordarlo, en fin de cuentas con alegría. Porque todo ya pasó, y solo depende de nosotros en que no vuelva a ocurrir si fue desagradable. Así, que bajo ese punto de vista ese niño flojo para el estudio quien no quería ir al colegio, ni mucho menos hacer las tareas que aquí le dejaban, es uno de mis mejores recuerdos felices de lo que fui. Los años no pasaron en vano, fui aprendiendo tantas cosas de la vida, me lleve muchas decepciones, me gane muchos criticas por mis actitudes equivocadas, y recibí algunas felicitaciones por actos que realice bien. Cada día en la vida es una prueba de vivir, de solucionar problemas que van desde el más pequeño hasta el mas grande. Cada sonrisa que podamos sacar a los demás, y que alguien nos las saque es un punto a favor para nuestra vida, pues así se logra más vida. Los cumpleaños son los perfectos pretextos para que familiares, amigos y conocidos te deseen felicidades y mucha suerte para el futuro, como también son los momentos perfectos para reunirse y compartir muchas cosas. Por tanto, los días más favoritos de mi vida son los de mis cumpleaños. Aunque esta vez me toco estar lejos de la ciudad, lejos del lugar donde viven los míos, y también la mayoría de amigos. Pero a pesar de todo esto, estoy dispuesto a hacer de este día un día muy especial para mí.
Sé que las cosas no pueden ser las mismas si no estás cerca de quienes quieres. Esta vez no estaré cerca de mama y papa, pero ellos siempre están conmigo en pensamiento. Por tanto, tengo la misión de quedar bien conmigo mismo y poder decir al final del día: “la pase bien”




pAnChO

jueves, 20 de octubre de 2011

VOLVERLOS A VER

Regresé a casa de visita después de algunas semanas. No sentí la sensación de encontrar algo nuevo, y en verdad fue así. Vi la sonrisa de mama, escuche los buenos consejos de papa, y salí a pasear con mi hermana. Los días que paso en Lima siempre me resultan cortos; en realidad, a pesar que vuelvo casi siempre a casa, ya nada es lo mismo. Nunca hay tiempo para revisar esos papeles pendientes, nunca hay tiempo para ir a comprar esos dulces que extraño tanto aquí, y nunca hay tiempo para visitar a aquellos pocos amigos que siempre solía frecuentar cuando aún vivía aquí. Debo tratar que algún día pueda regresar a casa y quedarme por siempre ahí, debo ingeniármelas para que eso suceda; aunque al final siempre termino aceptando que por cuestiones de trabajo para ese día falta aun un montón de tiempo. Pero en fin, estos pocos días aquí en mi ciudad han sido de felicidad para mí: pude estar con papa y mama, a quienes extraño y siempre extrañare. Pude reencontrarme con la familia, con la tranquilidad de casa, con una salida nocturna a aquel lugar que me trae los mejores recuerdos de mi último año en la universidad. Y por supuesto, pude probar la buena sazón de mama en cada plato que prepara, algo que siempre se extraña. Hace dos domingos faltando un día para regresar aquí, me encontré con esas dos personas a quienes nunca recordé buscar cada vez que regrese a Lima. Fue una casualidad, o quizás una buena jugada del destino chocarme con ellos, encontrarlos en su lugar habitual, y en uno de ellos ver la misma sonrisa con que me cautivo una mañana de sábado del mes de noviembre del año que paso. Eran los hermanos “Drakes”: el mayor de ellos, un hombre con un absoluto talento para la música y un tremendo multinstrumentista(una envidia sana que siempre despertó en mi); y ella la hermana menor, una autentica princesita salida de un cuento de hadas que con una sonrisa me hacía creer en caminar entre las nubes, en sentirme muy bien. El por qué deje de comunicarme con ellos, o el por que ellos también lo hicieron conmigo, no importaba ya. Lo que era importante en esos momentos era volver a nuestras actividades normales, volver a hablar de música con él y con ella hablar de cualquier cosa mientras miraba su lindo rostro y me volvía a perder en esa enorme felicidad que siempre ella causaba en mí. Me quedaba apenas un día y medio en Lima, y no me parecía esa tarde tan corta para ponerme al día con ellos de tantas cosas. Parecía que él no había hablado de música en todo este tiempo con nadie, hablamos de todos los artistas y canciones que existían y de las que están por existir. Con ella la cosa fue diferente, se notaba que muchos (como era lógico) le habían hablado, le habían cortejado, la habían querido conquistar. Pero yo lejos de todo eso, sentí que conmigo existía una confianza especial, una complicidad basada en el respeto, y nos fuimos a caminar por ahí hasta terminar en una perfumería. Yo pregunte por una crema para afeitar en gel, ella pregunto por unos cuantos perfumes, y se termino llevando un montón de ellos, tan femenina como siempre. Si los volveré a ver, no lo sé. Pero fue una tarde feliz, una recopilación en un solo día de todos esos meses que compartí con esos dos maravillosos hermanos que se habían asentado en ese lugar y que por cosas del destino se convirtieron en mis grandes amigos. Si alguna vez seré cuñado de él, no lo sé, confió que el destino haga otra vez lo suyo. Ella será siempre mi amiga, esa certeza si la tengo, las cosas que sucedan después, sucederán sin poder evitarlo. Lo que si voy a evitar desde hoy, es que cada vez que pase por lima olvide el encontrarme con ellos. Espero ellos piensen lo mismo y estén atentos a mi llegada, y así no perder esos buenos momentos que pasamos y que debemos seguir pasándolos mientras existan las oportunidades de hacerlo, que aunque sean pocas, las habrán.
Siempre sucede que cuando conoces gente con la que compatibilizas, los buscas por todos lados para disfrutar de los buenos momentos. Lo que pocas veces sucede es que buenos amigos dejan de frecuentarse sacrificando la alegría de compartir tantas cosas juntos como sucedió en esta ocasión. Quizás fue la falta de comunicación, quizás porque ellos estuvieron de vacaciones en la tierra de sus padres, o quizás porque así tenían que suceder las cosas para un buen reencuentro sorpresivo. Me dio gusto volverlos a ver, en sus rostros vi el mismo sentimiento. Esta vez los tres pensamos lo mismo: “no será la última vez que nos vemos”


pAnChO

sábado, 15 de octubre de 2011

MI PEQUEÑA PRINCESA CENTROAMERICANA

Mi pequeña princesa centroamericana
Pensé que este amor era para siempre
Hasta que me dijiste que entre los dos no había nada

Mi pequeña princesa centroamericana
Estaba loco por tu amor
Hasta que me dejaste sin tu amor, ósea sin nada

Las noches se volvieron para mi oscuras
Desde que me entere que no estaré contigo
Seguir queriéndote es una locura

La vida se fue como ese sol entre las nubes
Que recuerdos para ti del año 2002
Quizás en la vida el tiempo vuela, nunca lo supe

Mi ilusión no se ha marchado, ha muerto
Esta aquí enterrada entre el silencio de tus palabras
Cerca del viejo sueño que no se hará verdadero.

Nunca pude comprender tu carta
La bella princesa centroamericana me olvido
Mi corazón pregunta ahora porque no me lo dijiste en mi cara

Pensé que no podía amanecer sin tu luz
Mi pequeña princesa centroamericana lo eras todo para mí
Aun cada mañana pienso en donde estas tu

Si, princesa centroamericana
Eres a quien escribo
A pesar de todo puede ahora sin ti estar

Creí imposible poder estar sin ti
Mire a todas parte buscando a alguien
Me di cuenta que solo puedo ser feliz

Mi pequeña princesa centroamericana
Rencor a ti no te tengo
Creo que te lo demuestro en mis palabras

No sé porque te escribo
Sera porque mi corazón así lo decidió
Aun no sé si por ti vivo.



pAnChO.




domingo, 9 de octubre de 2011

NADA DE NADA

De vez en cuando pienso que debo olvidarte, que debo resignarme a continuar mi vida sabiendo que nuca serás mía, que esa linda sonrisa no será para mí. Creo es hora de dejar de lado toda esta rabia y frustración por no poder conquistarte, por no poder meterme en tu corazón, por no poder dar vueltas en tu mente y ocasionar que correspondas a todo el amor que siento por ti. Ya me canse de pedirte una chance, no tengo porque demostrarte nada, sabes bien que puedo hacerlo bien: que puedo ser un gran enamorado, un buen novio y un mejor esposo. Pero las cosas están como están, y tú no sientes nada por mí. Quizás mañana pueda olvidarte, ahora no. Quizás mañana te acuerdes de mí, ahora solo haces todo lo posible por ignorarme. Ya no quiero seguir esperanzándome en tus sentimientos, en una posible buena reacción tuya y que me des la oportunidad que siempre he esperado. No quiero luchar contra la adversidad, te quiero mucho, pero quiero ser feliz sabiendo que no dependo de ninguna respuesta en cuanto a saber si me quieres o no.
No me siento vacio, me siento liberado de estar pensando en ti. Hoy día es la última vez que te escribo, quizás hoy por la noche será la ultima que sueñe contigo, y casi seguro que mañana ser el ultimo día en que me despierte pensando en ti. Después de todo esto mi vida será diferente, podre superar el estar enamorado de ti y no ser correspondido. Te olvidare y nadie podrá convencerme de no hacerlo.
“Muchas gracias por haber aparecido un día en mi vida, muchas gracias por haber sonreído en el momento que necesitaba ver una sonrisa, y que linda sonrisa es la tuya. Nunca podre pagarte esa ilusión que ayudaste a aparecer en mi, esa misma que me hizo soñar con convertirme algún día en tu esposo y prometer el tratarte como una reina todos los días de vida que el destino me hubiera designado a tu lado. No olvides que tienes una voz espectacular, y que cada canción que cantaste acariciaba mis oídos mientras me sentía en el cielo. No dejes de ser quien eres, es lo que más me gusto de ti. Gracias por esa tarde de febrero último cuando me confesaste de la manera más fría que no sentías nada por mí, nunca me convenció dicha afirmación. Gracias por haberme aguantado que te siga cortejando a pesar que muchas veces me dijiste que no querías nada conmigo. Y por último, la mayor de las gracias por haberme borrado definitivamente de tu vida”
Yo hare lo mismo que tú hiciste conmigo: te olvidare porque ya comprendí que tú sientes por mi “nada de nada”


pAnChO

viernes, 7 de octubre de 2011

FRENTE A MUCHAS COPAS DE VINO

Siempre existe un momento propicio para todo, quizás esa enseñanza deba llevar conmigo para la toda la vida. Sucedió hoy por la mañana, volvía a casa después de hacer unos trámites y recordé una vez más que estoy de visita en mi ciudad, que estoy de pasada por este lugar en donde he vivido toda mi vida y del cual salí una noche sin saber hasta el día de hoy si volveré .Todos los meses llego aquí para descansar y cambiar de aire, mas nunca había encontrado el momento indicado para tratar de emborracharme solo, sin compañía de nadie y sin ningún motivo. Bueno, capaz con la única finalidad de pasarla bien, de demostrarme que puedo romper esa costumbre que adopte hace un par de años de solo tomar en compromisos y solo 2 copitas como máximo. Hace un par de días papa compro un vino para almorzar juntos después de tanto tiempo. Mi hermana solo nos acompaño con una copa, papa y mama 2 y yo solo tome 3, por lo que la botella de vino quedo llena en más de la mitad de su capacidad. Entonces, aquella vez introduje cuidadosa e inteligentemente (por lo de tratar de conservar el licor para una próxima oportunidad) el corcho, esperando volverlo a destapar pronto. Aunque en mis pensamientos más sanos e inocentes creía que de repente esta botella la volveríamos a destapar en mi próxima visita, o quizás, en un próximo cumpleaños de cualquiera de los miembros de la familia. Pero mi inconsciente me susurraba al oído que en cualquiera de esos días me levantaría mismo sonámbulo a destapar la botella y consumirla hasta acabar, para después yo mismo negar todo eso y decir: el vino se evaporo, misma propaganda de una popular gaseosa de los años ochentas.
Como contaba al inicio de este relato, al volver hoy a casa luego de un pequeño recorrido por la ciudad de Lima, tuve la idea de tomarme una copita de vino con la seguridad que no recurriría a una segunda. Tuve la buena idea de sacar de la gaveta de la cocina un paquete de maní salado que mi hermana había traído de su último viaje. Este tiene la particularidad de tener comerlo acompañado de algo, así que empecé a consumirlo junto al vino. Después de la segunda copa de vino, y al ver que la botella aun seguía llena y creyendo que alguien me obligaba a vaciarla en mi garganta; perdí la cuenta de cuantas copas tome. Instantáneamente sentí que el licor se me había subido a la cabeza, que necesitaba descansar, que debía recuperarme con una pequeña siesta. De igual forma me sentí aun con fuerzas para almorzar junto con mi familia, aguante esos 20 minutos antes de ir a mi habitación y caer rendido en la cama. Debía ser que mi cabeza sabía que estaba con licencia o algo parecido, ya que se dejo al abandono y soltó toda esa fantasía que se debe soltar cuando uno está con muchos tragos demás. Había consumido más de la mitad de una botella de vino, esa bolsa de maní quedo chica para toda la cantidad de licor que había consumido. Pero tuve un buen sueño, quizás el destino estaba que debía emborracharme para volver a soñar con cosas buenas y olvidarme de tantos problemas de trabajo que solo me hacían soñar con posibles soluciones a los problemas que en realidad no tenían soluciones efectivas. En fin, había emprendido un viaje en mis sueños, mi primera parada era otra vez Lima, si, mi ciudad, aquella que nunca quise dejar, pero que por motivos de trabajo tuve mudarme a otro lugar. Esta vez en mi sueño me veía contento en la ciudad, caminando por esas calles por donde camine tantas veces sin ningún tipo de obligaciones, con cara de decepción, otras veces con cara de entusiasmó, y muchas veces de preocupación por aquel problema que se agrandaba sin encontrar solución.
Ahí me miraba más relajado, con cara de querer conquistar la ciudad sin esperar ser reconocido, solo sentirme un triunfador para mí mismo. Ese sueño había empezado muy bien y no podía terminar mal. Así que en mi inconsciente, ese que puede manejar modificar todos los argumentos escritos por las circunstancias, propuse hacer lo que más quería, escribir. Me vi desplazándome por la calle principal de la ciudad, cruce un par de avenidas con mucho cuidado y me detuve en un restaurante, el mismo al que he planeado alguna vez entrar. Estando ahí saque de mis bolsillos unos papeles en blanco y del otro un bolígrafo. Me veía bien, de buen semblante, despreocupado, sin terror al futuro, sin creer en que la vida tenía un costo. Solo lo único que hice fue pedir un café y empecé a escribir, de varios temas, de tantas cosas, y solo veía en mi rostro felicidad después de cada línea escrita en el papel. Era libre como el viento, como aquellas palomas sin dueño que vuelan con libertad. No podía existir mejor día que ese, me reencontraba conmigo mismo, con mi esencia, con uno de mis hobbies: el de escribir. Sea donde sea, al final de todo, era lo que quería hacer toda la vida, escribir y escribir. En ese momento no importaba mucho cuánto dinero llevaba en los bolsillos, ni siquiera si me alcanzaba para pagar el café que estaba consumiendo. Pero la felicidad nadie me la quitaba, porque estaba yo encontrándome con la realidad, al menos, esa que en mis sueños era la única. Estaba con la disposición absoluta para escribir, para hacer todos los posibles garabatos existentes en la hoja, para entenderme yo mismo con mis escrituras y descifrarlas como una manera de desfogarme de todo. Para renegar con una frase y demostrar toda mi euforia con otras.
Era un juego entretenido el escribir una frase sobre el papel, también el borrarla para escribir otra mucho mas jodida que la anterior, y ser el único juez para determinar cual quedaría censurada. Pero era aun mas, ese sueño era maravilloso, pues aquí no me importaba el vivir de algo, el desempeñar mi profesión. Solo me importaba ser feliz escribiendo, tratando de ser escritor y comprobando que nadie al final de cada día determina si fuiste o no el mejor. Yo ya había hecho mucho, me había emborrachado, había dejado flotar mi lado temeroso; porque considero que solo cuando estoy en verdadero estado de temor, necesito una copa de vino para expresar algo o escribirlo. Pero esta vez parecía que necesitaba escribir o decir tantas cosas que me había tomado toda la botella de vino.
En mis sueños vi que después de tantas horas de haber estado sentado en ese café, curiosamente con la misma taza y sin haberse enfriado, escribí muchas líneas; quizás un pequeño texto sin ninguna dedicatoria en especial. Me lo dedique a mí mismo. En conclusión, en ese sueño me había convencido que puedo ser el escritor que quiero, aunque no sé si podría vivir de esto.Desperté y me encontré con la realidad, debía preparar mis maletas para volver a la ciudad donde trabajo. Antes pase por la cocina para saber si había otra botella de vino.


pAnChO

domingo, 18 de septiembre de 2011

MIL CERVEZAS Y NADA MAS

Algunas veces todos lamentamos algo, y aunque ya no nos afecte tanto como pensábamos. Siempre se siente una sensación de desesperanza y resignación a saber que algo a lo que siempre uno aspiraba a conseguir, al final, no será para ti.
Ayer me sucedido eso; por unos instantes detuve todas mis actividades para pensar que ella allá lejos en la ciudad estaría a punto de casarse con el hombre que la hacía feliz, con la persona con la que había estado en amores en los últimos 11 años. También pensé con cierta vergüenza por mi mismo que yo me había ilusionado con ella el año que paso sin imaginar que todo esto sucedería. Que había creído esa vez que por fin me había enamorado de alguien. Sin embargo, recién fue hace 5 meses que me entere que ella ya estaba comprometida, e incluso, a casarse como así sucedió ayer.
Personalmente creo que cuando uno ama a alguien y entiende que no es obligación que la otra persona por quien tienes ese sentimiento sienta lo mismo; aprendes a dejar de lado ese afán de conquistarla por sobre todas las cosas, y más bien deseas de todo corazón que sea feliz con la persona que ha escogido, con la persona que no me ha robado nada.
Desde hace casi un mes que me encontré con ella vía el internet, le evidencie mis mejores deseos para esa nueva etapa de su vida. Le dije que todos sus amigos esperábamos y estábamos seguros que con esa unión de matrimonio empezaría para ella una felicidad compartida y sacrificios con grandes recompensas. No vivo en lima, la ciudad donde ella se casara, por lo que no podría asistir a su matrimonio. Pero estoy completamente convencido que si hubiera estado para ese día allá y me hubiera llegado mi invitación, hubiera ido y me sentiría en fin de cuentas contento de verla a ella muy feliz y por último, ver a una nueva pareja empezar aquel viaje que todos deberíamos pensar en hacerlo en nuestras vidas.
Mi mente a pesar que estaba repleta de informes de trabajo, de charlas de seguridad a exponer y de otras cosas; encontró ahí las anécdotas que viví con ella desde que la conocí. Por un momento también me arrepentí de haberme ilusionado con ella. Pero al final, comprobé que así son las cosas de la vida. Y que nadie puede cambiar el rumbo que Dios y el destino marcan para esta ruta que a diario recorremos. La curiosidad que aun llevo conmigo es que: si en esta vida vale la pena pasar por tantas desilusiones amorosas continuas, o a lo mejor, es aprender a conocer a la otra persona y ver la manera de como preguntarle si tienen pareja para así evitarse el guardar falsas esperanzas.
Un sábado por la noche generalmente en esta ciudad es de descanso, de tranquilidad. Así que yo casi siempre busco la manera de llegar a mi habitación, abrigarme bien, prepárame una taza de café y leer las noticias en la pc. Pero la noche de sábado de ayer fue distinta,
; y no porque sabía que allá lejos la chica mas linda y noble que conocía se casaba. Sino, porque me encontré con dos compañeros de trabajo que tienen la costumbre de viajar a una ciudad cercana todos los fines de semana para visitar a su familia. Pero ya todos habíamos terminado de cenar, ellos tenían la intención de relajarse un poco con un par de cervezas. La invitación no tarde en llegar para mí, y mi respuesta positiva demoro menos. Los tres ya habíamos terminado de ingerir alimentos, estábamos preparados para lo que podía venir, al menos yo que sospechaba que no solo serian 2 botellas de cerveza. Entonces entramos al bar. Uno de ellos pidió un par de botellas, el otro unos cigarros y yo algún piqueo para acompañar el bendito liquido. Estaba convencido en verdad que no me afectaba que ella este contrayendo matrimonio a esas mismas horas de la noche en que yo estaba a punto de empezar a brindar con cerveza. Pero, también me convencía la idea que el tomar un poco de bebidas alcohólicas era la escapatoria perfecta para la soledad y para eliminar el mínimo pensamiento de que alguien muy lejos de aquí se convertía en un imposible para mí.
Mientras tomaba empezaba a tomar el primer vaso de cerveza sentía que me olvidaría de todo, que todo el ardua trabajo que realizaba durante toda la semana dejaría de tener importancia por unas cuantas horas. Brindaba con compañeros diarios de trabajo: un experto en manejo de maquinaria pesada y un maestro enmaderador para mina. Ninguno de los tres teníamos ganas de hablar de trabajo. El experto operador empezó a hablar de su vida, de sus amores, de sus aventuras y por último de sus hazañas con bellas mujeres y sus dos hijos que tuvo con diferentes damas a raíz de su deseo insaciable por las mujeres. El segundo trabajador no quería para nada hablar de las obras de arte que hacía con la madera allá adentro en la mina por nuestra seguridad. Quería contarnos de su hobbie de colaborar como dj en la radio de la municipalidad de la ciudad, del material discográfico que manejaba ahí y de las canciones románticas que programaría. Yo tenía que contar algo también, aunque no era una buena idea hablar de mí y de mis aventuras y desventuras amorosas; tampoco de las canciones románticas que conozco , las cuales podrían terminar provocando en mi un cuadro d depresión. Así que hable de la vida, del destino que hace lo suyo para nuestro futuro, y de las bajas temperaturas que empezaban en esta época del año aquí en esta ciudad. No fue una intervención muy divertida. Pero al menos me sentía bien conmigo mismo. Pasaron un par de horas, y ese brindis ya se había convertido en una caja de cervezas a nuestro alrededor. Aun luego de consumir más y más botellas no me atrevía a hablar sobre esos temas. Pensaba que no era de importancia en una reunión de amigos el comentar algunas desdichas, algunas desilusiones y, sobre todo, la resignación que ya tengo de que siempre me pasara lo mismo. La hora había corrida, era momento de regresar al edificio donde vivía. Lo hice tranquilo, he aprendido a brindar todo tipo de licores sin emborracharme. Subí al piso donde esta mi habitación, la abrí silenciosamente para no despertar a los vecinos de planta. Me saque los zapatos y me arregosté en la cama, estaba muy cansado. Por primera vez no me cepille los dientes antes de acostarme y también no me saque la ropa para cambiarme.
Y por primera vez también soñé que mi amigo el dj programaba una canción de amor para ella y yo. Que mi otro compañero, el aventurero, me enseñaba algunos tips para conquistarla solo a ella. Y que yo hablaba del destino, de ese que me había hecho conocerla sin pareja, y libre para mí. Quizás una caja de der cervezas y dos buenos amigos pueden ayudarte a pasar bien la noche olvidándote de un matrimonio a la distancia, y por qué no también mejorar lo que sueñas al dormir.









pAnChO

domingo, 11 de septiembre de 2011

CUANTO TE QUIERO

La lluvia empieza allá afuera, y estoy seguro que no parara. Mi cabeza da vueltas pensando en si ella volverá. Los años me hacen comprender que deberé soportar muchas lloviznas más en mi vida, que deberé acostumbrarme a andar solo por estos caminos donde el clima impone su ley. La miro allá lejos junto a una estrella y entiendo que debo aprender a perder. Las mañanas de un domingo aquí no son alentadoras, empiezo a sentirme solo, y a aceptar que esto cada vez empeora.
Sueño aun con que ella vuelva conmigo, recuerdo a la perfección el día que nos conocimos. No puede existir alguien tan especial como lo es ella para mí, si existe el destino, y este la creo para mí. La espere escondido entre enamoramientos sin sentido. La corteje sin darme cuenta que cuando se iría dejaría mi mundo vacio. Te quiero mi pequeña princesa Europea, te extraño tanto que no tengo ningún problema en perder cada día más la dignidad y salirte a buscar. Léeme, haz la traducción; en tu idioma original no puedo escribirte, y en “ingles” sería tan frio expresarte lo que siento. Empecé esta columna escribiendo sobre alguien en tercera persona. Pero ahora me doy cuenta que tengo que decírtelo de frente, sin rodeos: te quiero y siempre lo seguiré haciendo. Dame la autorización para en este mismo momento viajar allá lejos donde tu estas; para sacarte cargada en mis brazos hacia el altar. No hay nada que esperar, no hay mucho que planear. Quiero que seas mi esposa, quiero que todas las noches duermas conmigo. Quiero dormir a tu lado, quiero matar ese frio que me ataca. Quiero conversar con alguien como tú por el resto de mis días. Quiero seguir luchando junto a ti por triunfar en esta vida. Si debo sentir un remordimiento, lo siento. Y es el haberme demorado tanto en contarte lo que siento, tienes que darme una nueva oportunidad, tienes que entender que en el amor esta siempre se da.
No tengo más palabras para llenar este escrito, ni dignidad que me impida expresarte todo mi cariño. Eres la persona que puede llenar mi vida, eres la princesa que puede alumbrar mi senda. Si hay una palabra para definir lo que siento por ti. Yo solo diría que son tres: Te quiero chiquita.



pAnChO.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

EL BLOG

El 31 de agosto se celebro el día del blog. Ha pasado casi una semana, y hasta hace pocos segundos seguía con la duda si debería yo comentar algo sobre esto; ya que este también es un blog. Aunque yo no me considero un bloggero, y no pienso ni deseo que en un futuro me consideren así.
No tengo la autoridad ni el conocimiento necesario para hablar de otros blogs. Pero si tendría que hacerlo: diría que deben existir muchos interesantes en la red. Voy a hacer un acto de militancia bloggera y voy a agradecer esta posibilidad que surgió en el internet hace muchos años. Porque así muchos podemos escribir artículos, expresarnos sobre algunos temas que pueden ser de bastante interés para muchos y, también, escribir tonterías que pueden entretener los días a los demás. En fin, el haber abierto mi blog aparte de lo feliz que me hizo sentir por el solo hecho de ser gratuito. Me lleno de muchas esperanzas en que la gente pueda leer algo de lo que yo creo puedo aporta y, sobre todo, el descubrir que pueden ser pocos quienes me leen, pero son. Eso me satisface, pues ahí se refuerza la teoría que le gente es libre de leer lo que desea. Y así sea yo el “perjudicado” con este descubrimiento, lo reconozco y felicito. A pesar de ser pocos los que me leen, me motivan a seguir escribiendo, a no renunciar a este placer. Por lo que mi lealtad y agradecimiento hacia ellos solo se puede demostrar en mis ganas de seguir escribiendo para que cada semana pueda yo colgar algo nuevo en la red.
Espero, nadie me quiera colgar como castigo después de haber escrito este articulo poco alentador para los bloggueros. Es que en verdad no me considero uno. Quizás, sea para mi más halagador que alguien con ciertas ganas de incentivarme a seguir escribiendo semanalmente me llame “escritor”. Sé que no cumplo las cualidades necesarias para llevar dicho nombre, que no estoy ni siquiera a la mayor distancia de recibir un premio nobel a literatura. Pero escribo algo, y por practicidad y lógica al llamar las cosas según las funciones: merezco el titulo de escritor. Sé que por esta descarada petición ya no solo merezco ser colgado, sino castigado por la red. En fin, no vendría mal que a raíz de todo esto alguien comente mi blog, comente aunque sea este último artículo. Así que pueden tomarse el trabajo de comentar este aunque sea para recibir puras críticas. Sera el primer comentario que reciba, y aunque no sea agradable, quedara en mi mente como el primero, y eso vale.
Creo que debo irme a dormir, es tarde ya, y la temperatura en esta ciudad tiende a bajar al máximo a estas horas de la noche. Y yo tiendo por lo general a escribir tonterías para calmar el frio, y mis amigos y familiares tienden a pensar que estoy ingiriendo sustancias prohibidas, algo que está más lejano de la verdad. Pues así como me ven escribiendo estas tonterías; soy algo inteligente como para matar mi cerebro con esas sustancias. En fin, se debe hablar de un solo tema. Y ya estoy hablando del clima, de las sustancias prohibidas y otras cosas más. Solo falta que ahora termine hablando de las chicas lindas que vi por ahí
Siguiendo con el día blog, y para terminar solo digo: sigan leyendo los miles y miles de blogs que hay en la red; estoy seguro muchos entretienen y educan. Escojan los que gusten y sean de su agrado. Con mucha humildad puedo decir que con el mío se van a entretener; no sé si aprenderán, pero van a sonreír.


pAnChO

domingo, 4 de septiembre de 2011

LAS DESPEDIDAS

Las despedidas no solo son palabras que traen a la mente recuerdos de tristeza; sino que ellas desde el momento de solo imaginarlas, ya causan la esta sensación. Quienes hemos vivido este sentimiento, y lo vivimos continuamente, estoy seguro que aun no hemos podido superar del todo esa dolorosa pena de despedir a alguien o ser despedidos. Experimentamos ese sentimiento casi siempre, es algo que nos afecta y deprime. Hay gente que se hace fuerte en ese trayecto, puede que la costumbre de tanto despedir y ser despedido los fortalece para enfrentar ese duro momento. A mí no; cada vez que me toca despedir a alguien o ser despedido siento claramente que me quiebro, que me debilito y que entro en depresión.
Hoy por la mañana despedí a unos familiares que estuvieron de visita en casa. Jamás antes sentí esa pena que hoy sentí por la mañana, jamás me puse a reflexionar que soy tan débil en ese tipo de momentos y que mis fuerzas se hacen vulnerables cuando se trata de abrazar a alguien y no tener la seguridad de que si lo volveré a ver. El tiempo hace su trabajo, a veces ayuda a pasar de prisa los días para que así estos sean menos pesados; pero también deteriora al ser humano y lo pone a merced del destino, y este en muchas ocasiones impide un reencuentro con las personas de quienes nos hemos despedido.
Hoy volví a sentir ganas de querer llorar, hoy vi que la magia de encontrarte con un familiar a quien no ves mucho tiempo se termina con su nuevo adiós. Que los días regresan a la normalidad, que entre el trabajo y la rutina diaria solo hay espacio para respirar y recordar buenos momentos como este que se acaba, que culmina y que se quedara como un lindo recuerdo en nuestra mente.
Regreso a casa y me entretengo tomando un café mientras conversando con mis padres me siento mejor. No quiero pensar que aún faltan dos días para yo también partir. Después recorro lo cuartos que ocuparon los visitantes y los veo más vacio que antes, un aire frio pasa por ahí, una soledad increíble me asegura que esto será así por mucho tiempo. Me niego a creer que en un par de días yo también estaré fuera de aquí, que extrañare como siempre a mis padres, que rogare por la salud de ellos y la mía. Porque solo bajo esas circunstancias se dará un reencuentro entre nosotros.
Tener visitantes en casa puede ser un trabajo muy pesado y de mucho trajín. Pero te da la oportunidad de dialogar con personas que están de visita en casa, de disfrutar del reencuentro y de conversar de otra posible oportunidad para reunirnos. Siempre las personas que llegan nos alegran la vida con tan solo su presencia, y que nos entristecen cuando tienen que partir.
Quizás ya es tiempo que entienda a la vida, que la acepte de una vez por todas, que me deje de hacer el tonto y comprenda que los días en este mundo están llenos de sorpresas, de tragos amargos. Y que la tranquilidad solo existe en un imaginario mundo en el que solo podemos vivir en sueños. Siempre quise vivir encerrado en una habitación para solo escribir y dejar de ver el verdadero mundo que hay afuera. Un día un fuerte viento me saco a la cancha, me obligo a jugar un partido complicado que es el que hasta hoy aun lo juego, y del que me siento saldré ganador. Pero la felicidad no sale sola, sale con sangre, sale con tristeza, sale con llanto y por que no con el conocer a buenos, malos amigos y personas geniales. Seguiré el camino, me alistare mañana para volver a viajar, reiré solo al pensar que quienes me quieren también lo hacen, y lo hacen porque me quieren y quieren verme pelear y triunfar. Quizás no podamos recuperar todo el tiempo que no pasamos juntos. Pero están los recuerdos, están las anécdotas que nos harán sonreír y pensar que en cualquier momento si el destino permite, todo se puede repetir.
El mundo es generoso y cruel, en el fondo eso es parte de la vida: un viaje largo o corto lleno de problemas por resolver, lleno de tramas felices y no tan felices, de problemas que se llegan a solucionar; pero ven otro nacer.
Y todos quienes participamos de esta obra teatral soñando con nunca toparnos con la enfermedad o con la muerte, que son los dos enemigos más crueles a enfrentar y puede a no vencer, esperamos siempre tener las fuerzas necesarias para seguir en busca de la felicidad, ya que nadie la ha encontrado a plenitud, y quizás eso le da sentido a la vida.
Tratare de sacar fuerza para superar todo, para viajar con la esperanza de volver, de estar una vez más con los míos. Solo pido que el destino siga jugando a mi favor, que la salud me acompañe.
Al volver a mirar la casa vacía, cruza por mi mente que algún día la veré repleta, y entre gritos y gritos yo seré feliz porque sabré que así me vaya yo de viaje alguien se quedara ahí. Y cuando tenga mi hogar también me alegrare de verlo con poco espacio, con mis descendientes por ahí caminando de un sitio a otro, riendo y comportándose como una verdadera familia. Porque así si me podre ir tranquilo a ese viaje que todos debemos hacer, y del cual no hay retorno.


pAnChO

domingo, 21 de agosto de 2011

UNA LUZ EN MI VIDA


Cuando recuerdo que soy un hombre soltero, aparece en mí una alegría infinita. Me doy cuenta que soy un hombre libre como el viento, que camino por la vida sabiendo que no tengo ataduras, y que nadie puede pedirme cuentas por querer enamorar a cuanta mujer se me antoje ,siempre y cuando esté disponible. Pero por otro lado, cuando llego a esa ciudad y la veo esperándome en medio del mal clima con un abrigo, una chalina y una gorra de lana para mí; considero que sería injusto, idiota e inexplicable el quedarme solo en esta vida existiendo ella. Muchas veces he querido evadir este momento, he querido olvidarme de pensar en todo esto y seguir con mis días como si nada pasaría. Pero encuentro una foto de ella en algunos de los cuadernos que están desparramados por esta mesa, y me resigno a pensar en ella y en pensar en la decisión a tomar sobre los dos. Luego me acuesto y sueño que esta frente a mí, que conversamos, que nos reímos y que entendemos que el destino nos tiene preparada toda una vida para andar juntos. En otro momento, recuerdo su voz y me imagino que en alguna hora de la madrugada me llamara por teléfono. Me siento atraído por ella, pero no por su hermoso físico y su linda cara. Sino porque es la mujer que de seguro esta predestinada para iluminar mi vida y ayudarme a superar la poca o mucha oscuridad en la que viven algunas veces mis días.
Siempre tengo la inseguridad si volveré o no a ir visitarla a su ciudad. Pero al final, termino llegando al mismo aeropuerto, y ella está ahí esperándome en medio del clima frio para abrazarme y hacerme sentir que me extraño mucho, tanto como yo a ella. Su voz tan pasible y sus cabellos que adornan mi sonrisa cuando la abrazo, son las características mas saltantes del momento en que ambos nos encontramos, del instante en que nos volvemos a ver y de los minutos en que ambos pensamos en silencio si alguna vez estaremos juntos para siempre.
Cuando la veo de lejos, me pongo a pensar si ese ángel que llego a mi vida de una manera inesperada es demasiado premio para mi esfuerzo y también, del porque aun sigo confundido entre saber si estoy o no enamorado de ella. Por último, imagino que quizás su paciencia se le agote un día, y ella decida ya no esperar más o, simplemente, dejarme de llamarme. Y recién en ese momento quizás reflexione sobre lo que perdí.
Más tarde iremos a ver una función de teatro. Me cuenta que es esa la obra donde algún desea participar. Le digo: “que es donde estoy seguro alguna vez la veré actuar, y yo solo seré un espectador mas que la admirada”. Sus estudios artísticos y su gran capacidad histriónica le permiten ocultarme cuando está enfadada conmigo o, mejor dicho, decepcionada de mi. Porque aun sigo con esta actitud confusa, insuficiente para lo que ella espera de mí, e intolerable desde todo punto de vista de seguir pensando en otra persona. Soy un incauto al creer que aun Karolina me llamara. Creo que yo mismo me complico la vida, yo mismo me autoexcluyo de la felicidad, y por eso me siento el hombre más atorrante del mundo al seguir jugando al misterio con la chica que verdaderamente me quiere.
Pero ella es tan maravillosa que no me guarda rencores. Es simplemente la mujer más dulce y noble que he conocido. Al día siguiente vamos juntos a desayunar al restaurante de siempre, mientras lo hacemos nadie habla de planes individuales: compartimos una misma agenda para ese día, y yo creo que para toda la vida. Por un momento somos ilusos; ella sabe que estamos en el barrio que más me gusta de su ciudad, y en el cual me gustaría vivir. Por lo que me anima a recorrerlo y visitar los departamentos que están en venta. Y a pesar de las fortunas de dinero que cuestan uno de esos, escogemos uno y disimuladamente soñamos con distribuirlo para los dos y para algunas personas más que completaran nuestra familia. Nunca me niego a jugar ese agradable juego de planear una vida juntos, ni mucho menos, en pensar por un instante en hacerlo realidad. Cuando llega siempre la hora de partir y volver a mi ciudad, siento que no fue suficiente le tiempo que pasamos juntos y, también, me culpo por no haberle dicho lo que siento por ella. Solo me queda el esperar por otro viaje, esperar otra oportunidad o mirar pasiblemente como se marcha la felicidad.
Los días siguientes para mí son de ansiedad, necesito volver a verla, necesito ahora si decirle la verdad. Llego de viaje a la ciudad donde trabajo, ordeno de una manera apurada mi mesa de trabajo. Solo necesito encontrar sus fotos para verla mientras empiezo a contar los días que faltan para volverla a visitar. Me sorprende por un momento la sensación que no la volveré a ver, que empezara su gira de teatro y que no tendrá tiempo de esperarme. Me empeño en fijar una fecha para viajar ahí, busco su teléfono en mi agenda para comunicarme con ella y decirle que me espere, que coordinemos fechas , que antes que salga de viaje podemos encontrarnos y contarles tantas cosas que no me anime a decirle anteriormente. “te esperare, todo está calculado, hay tiempo para los dos y para que me cuentes eso que quiero escuchar”: me responde por teléfono.
Me siento el hombre más feliz del mundo, eso que me contesto por teléfono ayer, encendió mi ilusión. Ahora estoy seguro que la quiero y que no existe otra mujer como ella. Hoy comprendo que no estoy destinado a quedarme solo, más bien, que estoy gratamente destinado a estar al lado de la chica más noble, maravillosa y bonita del mundo. No soy yo quien eligió mi destino, pero si soy el que tiene que hacer todo lo posible para aprovechar al máximo las oportunidades que se me presentan.
Hoy más que nunca cuento los días del calendario, hoy más que nunca no me importa cuánto costara mi ticket de viaje para ir a verla. Y hoy, estoy más seguro que nunca que seré feliz.


pAnChO.

domingo, 14 de agosto de 2011

BUSCANDO EL VERDADERO AMOR

Desperté con la sensación que ya no era el mismo. Corrí a verme en el espejo de la vida y comprendí que los años habían pasado, que cada etapa era única. Y que cada momento vivido ya estaba vivido, y por tanto no había por que lamentarse de lo que ya estaba hecho. Si bien, aun era relativamente joven, y hasta hoy lo soy. Cada etapa tiene su magia, su hechizo; y cada circunstancia nos hace mover como debemos movernos para la edad que tenemos. Muy lejos de temer por hacer el ridículo, por parecer un viejo en un cuerpo de adolescente. No tenia las ganas de emprender ese camino que de seguro podría traerme buenos resultado o, a lo mejor, no. Solo quería sentirme tranquilo, y era ese desgano en hacer las cosas lo que termino dominando mi actitud. Me quede sentado observando desde mi mesa todo lo que sucedía. A esos adolescentes yendo tras de ella, enamorando a la chica que me sonreía en cada momento que iba ahí. Algunos mayores preguntándole a ella por su número telefónico. Y yo preguntándome: “si en verdad ya había llegado a la plena madurez, y por tal me aburría todo ese espectáculo” Ella volteo a mirarme, creía que estaba en actitud vigilante hacia ella, y en verdad, no era así. Esta vez me sentía extraño, fuera de la fiesta, fuera del rito de querer conquistar a la chica más bella del lugar. Creí que podría animarme al ver sus lindos ojos mientras ella me miraba disimuladamente. Pero esa noche despertó en mí el adulto que alguna vez busque, pero del que siempre he huido inconscientemente. Apareció en mí aquel jinete que cabalga por la vida y que en un momento comprende cuando ya no está en su territorio la presa, y por tanto ya es hora de dejar la ilusión por la caza. Cuando mi compañero, con quien compartía la mesa se decidió a preguntarle por su nombre y coreo electrónico. Preste atención en este dato, y ahí reflejaba su edad. A leer en año en que ella había nacido, se me vino a la mente esos momentos donde mama, papa, mi hermana y yo comíamos un delicioso pollo a la brasa y conversábamos de tantas cosas. Recordé cuando aun todos vivíamos juntos en casa. Y por último, acepte que yo era de otra generación y decidí mantenerme distante de toda tentación a enamorarla.
Quizás, el haber perdido a el amor de Karolina, el haberla perdido de vista, me hizo comprender que el enamorarse de una chica mucho menor no era la mejor manera de ser feliz. El que ella haya perdido todo contacto conmigo, el que se haya marchado de mi vida, quizás es una razón muy importante como para por fin pisar tierra y comprender que ya no soy un chiquillo. Ahora sé, que el enamorarse de una mujer menor que yo es un juego que yo no debería jugar, ni mucho menos creer poder ganarlo. Me puse mi casaca, me envolví el cuello con la chalina y decidí salir de ese lugar. Quería caminar por ahí para seguir reencontrándome conmigo mismo. Para meditar un poco cerca del monte. Cuando voltee a ver desde lejos aquel restaurante, la vi parada en la puerta de este. El cielo de la noche que estaba lleno de estrellas iluminaba su silueta, y yo creía que debía volver. Ella posiblemente salía solo por mí. O a lo mejor, porque se había cansado de ser acosada por tanto hombre intrépido allá adentro.
Era mi primera noche de tantas en que aceptaba que ya soy un adulto, por lo cual mis decisiones se regirán en base a esa condición.
Al día siguiente volví ahí para desayunar. Salió ella, ambos cruzamos las mismas sonrisas de siempre. Un espíritu de madurez vivía en mí por esos días. Comprendí que ella era una potencial una buena amiga, que no todo ilusión hacia alguien es verdadero amor. Y por último, que uno de aquellos jóvenes contemporáneos con ella quizás ya le habría robado el corazón, y que aquellos tira y aflojas conmigo era producto de la coquetería propia de su juventud. Y que si yo alguna vez le habría seguido la cuerda era producto de mi inmadurez que creo había llegado a su fin.
Por la tarde volví temprano ahí para cenar. No era una hora habitual para hacerlo. Pero tenía hambre y, además, quería volverme a enfrentar a la tentación, a la invitación a volverme a ilusionar como tantas veces para luego comprobar que estaba solo en la vida. Era imposible evitar ser amable con ella, era casi injusto portarme como un extraño con alguien que me había brindado toda la confianza desde el día en que nos conocimos. Sonreí ante su saludo. Me imagine que eso seria todo. Pero me pregunto: “ Por que tan serio, que le sucedió, algún problema”. No tenía las palabras exactas para evadir esa pregunta. Pero una sonrisa picara de parte mía no cayó mal en esos momentos. Rio, creo que sabía que yo comprendía su pregunta. Que me imaginaba que ella pensaba que yo pudiera estar mortificado por lo de anoche, por los tantos caballeros que la cortejaban y aquellos jovencitos que al parecer recibían su aprobación. Le hable de otras cosas, le hice comprender también que todo andaba bien, que en la noche regresaría por un café y unas galletas. Que conversaríamos mucho, incluso, más que antes. Cuando salí de ahí me fui inmediatamente a mi habitación, abrí mi correo electrónico y no encontré ningún email de Karolina. Tenía la esperanza que ella me escribiera, que acepte mis disculpas, que entienda que estaba enamorado y por eso le declaré mi amor. Pero como no lo había hecho, comprendí que era hora de deshacerse de ese hábito de ilusionarse con tanas chicas lindas y jóvenes. Que la bella mesera del restaurante donde como todos los días debía seguir con su vida, que esa ilusión que nacía entre ambos era solo eso, una ilusión. Me prometí a mi mismo no volver en la noche, no verla, no rozar mi frente con sus cabellos cuando pasaba a mi lado trayéndome un exquisito plato. Pero a las 8 de la noche el hambre sorprendía a mi estomago. Me abrigue bien y decidí salir al mismo lugar donde desayuno, almuerzo, ceno y me ilusiono o me enamoro. Llegue y estaba lleno este lugar. Me acomode en una mesa junto a algunos compañeros de trabajo. Vi otra vez que llego aquel joven de negro, quien según me cuentan fue su compañero de colegio. Vi en ella una sonrisa de amor hacia él. Luego volteo hacia mí, y en su mirada coqueta vi que era mejor mantenerme al margen de todo y mirar simplemente todo eso como un ambiente propio de jóvenes adolescentes jugando al enamoramiento, y quizás algunos de ellos conociendo el verdadero amor. Termine mi café y mis galletas, y comprendí que era hora de entrar a jugar entre los adultos, y quizás encontrar el verdadero amor.


pAnChO

domingo, 7 de agosto de 2011

MIS VIERNES

Creí que todos mis viernes serian iguales, pero me equivoque. La vida siempre nos prepara una sorpresa hasta para el más incrédulo. Si, para ese que no da crédito a que el destino cobra vida junto a nosotros cuando ya estamos en el vientre de nuestras madres.
Había pasado todos los viernes de estos últimos 5 años fundido en el reniego y la decepción de que este día previo a sábado jamás volvería a ser para mi divertido. Me mate pensando que era lo que me faltaba para que pueda volver a tener un gran viernes. Pero no encontré la explicación, me canse y me resigne a pasar triste todos los viernes de mi que me quedaban en la vida; sintiendo un vacio y perdiendo la oportunidad de gozar dentro de mis límites más entusiastas.
Una noche de este año, sentí la más profunda tristeza. Pareciera que el peor de todos los viernes recién lo vivía y por qué no, lo padecía. Esa noche decidí que ya no esperaría otros viernes pésimos, pues ya otro dia peor a este no podia existir. Pero me equivoqué otra vez: quise creer que ya lo había vivido todo. Hace ya 8 viernes que me he mudado a esta ciudad, el mismo número de días que he comprobado que un viernes puede ser como cualquier día de semana. Que siendo un inicio de fin se semana, no necesariamente tiene que tener esa magia que antes la vi. Y que hoy, solo lo veo como un montón de horas destinadas a los quehaceres diarios, pero con diferentes matices que terminan haciendo de este día algo parecido a lo divertido. Si retrocedería el tiempo, si caigo en ese pensamiento inútil y propio de los imbéciles, ya que el tiempo no regresa, de seguro festejaría cada viernes que deje pasar por la melancolía que me invadía, por la sensación de soledad y fracaso en la vida que me apretaba el cuello hasta dejarme medio moribundo. Estoy seguro que ya no hubiera perdido tanto el tiempo en pensar en tonterías, en condicionar a la presencia de otras personas mi felicidad. En dejar que manipulen mi vida aquellos recuerdos que siendo muy lindos y dulces, solo te ayudan a deprimirte cuando ya no tienes nada de eso.
Pero ahora vivo este momento, ahora paso por esta prueba, y en estos días he comenzado a descubrir el lado divertido de cada cosa que se presente en la vida. Allá quedan en el recuerdo aquellos viernes súper divertidos que viví en la niñez y también quedan en el recuerdo, pero en un recuerdo de los momentos más jodidos de mi vida, aquellos últimos viernes que viví deprimido y pensando en ella como un idiota. Cuando quiera rescatar buenos momentos de los viernes que he vivido: pensare en aquellos de mi niñez. Pero cuando quiera rescatar algunos viernes de enseñanzas, de lección, de una verdadera cátedra de lo que es comportarse como un especialista en idiotez: recordare todos esos viernes de miércoles que me toco vivir tan triste, y que solo fueron por culpa mía, por no vivir la vida. Felizmente la vida se choco conmigo, me llevo a su campo, a su cancha y me puso la lucha tan complicada que aprendí a ver lo divertido de de cada día, y lo más dramático que es descubrir que cada uno nace para ser feliz a su manera, en las inmediaciones de muestras posibilidades. Y entender una vez por todas, que todos podemos vivir en las proximidades de la felicidad, mas no en ella. Pues si estaríamos habitando ahí, todo seria aburrido, ya que no tendría la vida sentido sin problemas y obstáculos que nos impiden ser felices. He decidido no estar a la defensiva ante las pruebas que el destino me ponga, actuare según mis convicciones y según lo que me diga mi instinto. Pero ahora estoy seguro que no volveré a tener un día triste por culpa de otras personas ni mucho menos por recuerdos que deberían convertirse desde hoy para mi, en imágenes vagas de un pasado que no fue genuinamente bueno.
Ninguna actividad en mi vida ha sido suspendida para mí, pero prefiero abstenerme de experimentar la melancolía y, más bien, prefiero escapar a ese sentimiento innecesario con las nuevas vivencias, con las nuevas luchas y con una renovada esperanza de que todo sea mejor en los días venideros. Mas no tengo que decir sobre mis días viernes, al fin cambiaron, al fin los veo como los debo de ver siempre de aquí en adelante. Les llaman sábados chicos, les llaman e los verdaderos últimos días de las semanas. Yo ahora los llamo los días maravillosos que viví durante mi niñez cuando salía del colegio y ya no tenía que hacer las tareas (aunque había épocas en que no las hacia ni los otros días de la semana) y me dedicaba a escuchar música o a jugar con mi hermana a ser estrellas de la música. Y también los días en que hay una esperanza de que son los últimos de la semana en que uno tiene que acostarse tarde y levantarse muy temprano al siguiente día, pues aun el día sábado yo trabajo. Las demás calificaciones para este día tan importante de la semana, llegaran como quiera el destino que llegue.




pAnChO

jueves, 28 de julio de 2011

ESPERANDO POR ELLA

Habían sido esporádicas las veces que habíamos mantenido contacto desde que nos conocíamos, no nos veíamos hace 5 años. Aunque por medio de emails que ella me respondía, siempre me enteraba de su vida. Una tarde del año 2001, cuando buscaba información en la red para un curso de la universidad; antes de regresar a casa, decidí revisar mi correo electrónico que generalmente lo hacía dos veces por semana por esa época. Entonces fue que encontré en mi bandeja de correos recibidos uno de ella, lo abrí rápidamente con mucho entusiasmo, pues sospechaba que después de tanto tiempo me contaría algo nuevo, algo que yo no imaginaba y, quizás, lo que siempre esperaba leer de ella. En ese mail me comunicaba que por fin su padre le había aceptado que vaya a estudiar a los Estados Unidos de Norte América, que inclusive se mudarían para allá con la familia, que estaba muy contenta porque estudiaría lo que le gustaba, y que muchos de sus planes con este viaje se concretarían. No lo podía creer, hace un año había recuperado el contacto con ella, hace un año había soñado con decirle para salir y a pasear. A pesar de todo, aparecía en mi esa sensación de alegría por ella; pues al fin, como me decía, ella podía hacer lo que le gustaba, estudiar eso que alguna vez me conto quería estudiar y que yo, en secreto, también, le confesé que quería hacerlo.
En esa mail me invitaba a una despedida que le harían sus padres en su casa para sus amigos, familiares y otros conocidos. No pude ir a esa despedida, pues fue un viernes y al día siguiente recuerdo yo tenia examen en la universidad , recuerdo del curso de “Geometría Descriptiva”, que jodido fue eso. Posteriormente supe que viajo el martes siguiente a esa despedía a los EE. UU con sus padres. Nunca me entere si leyó mi email donde le deseaba mucha suerte para el viaje y le ofrecia mis disculpas por no haber podido ir a su fiesta de despedida.
En los tres años que estuvo estudiando en Boston no supe mucho de ella, nuestra comunicación se perdió. Solo para la navidad del 2002 recibí un saludo de ella, previamente, yo le había mandado uno. En esos años no volvió al país de visita, se concentro al estudio y también a viajar a otros países en sus vacaciones.
No voy a olvidarme de aquel pésimo día de 24 de julio del año 2004, en que nada me había salido bien en la universidad, y llegue molesto a casa para cenar con mi familia disimulando mi malestar. Terminando la cena con solo media hora de haber visto la televisión decidí acostarme, pero no podía dormir, me seguía atormentado todo lo malo que me había sucedido tanto en los estudios como en otros aspectos de la vida. No me quedo otra que ir y sentarme frente al a computadora para matar el rato, aunque sabía que era imposible que algo me levante el animo en esa noche. Cuando vi en mi bandeja de entrada,enocntre un e-mail suyo, cambio mi cara de tristeza a alegría. El correo electrónico decía en dos líneas simplemente:” el 2 de agosto regreso a lima, terminé de estudiar, me va a dar gusto volver a verte”. Salte de alegría, me olvide que había sido desaprobado en un curso del semestre en la universidad. Nada me volvía más feliz que el saber de ella, que el conocer que aun se recordaba de mí.
Nunca faltaron los profesores pesados y bastante demorones en la universidad que tomaba el examen final en agosto, ya cuando había acabado el bimestre. Nosotros los alumnos de ese curso fuimos citados para rendir ese examen el 2 de agosto, día en que ella regresaba al país. Yo me veía en el aeropuerto esperándola con un una rosa y con el dulce que a ella tanto le gusta. Pero estaba en frente de unos minerales que debía reconocerlos, indicar su nombre y grupo químico al que pertenecían, que cosas me sucedieron en mi epoca de estudiante.
Pensé una vez más que esta vez que ella estaba de regreso al país las cosas volverían a ser como antes. O, por lo menos, como aquella vez del año 1995 cuando saliendo de clases un día sábado por la tarde nos fuimos los tres: ella, Gerardo y yo a la panadería más reconocida del distrito en donde estudiábamos a comernos unas tortas con unas gaseosas, y el muy aventado de Gerardo al estar ya sentados en la panadería cuando vio salir a Angie de ese lugar se fue tras de ella dejándonos solos. Mi papa que ese sábado había ido temprano a cobrar su pensión antes de irse a trabajar a la oficina, y sabiendo de mi buen apetito, de que ya era joven, y de que las cafeterías cerca a ese lugar no eran tan baratas. Me dio una propina que en ese momento me pareció para mí una cantidad suficiente para toda la semana. Yo no dude en gastar esta en comprar tortas de chocolate, gelatina, barquillos de dulces en compañía de ella, quien no se quedaba atrás pidiendo lo mismo que yo y diciéndome al oído que hoy rompería su dieta, que le sacaría la vuelta a las ideas de su madre y que por último, si perdía la figura, seria por culpa mía. Esa vez los dos no atragantamos, fuimos pecadores de la gula, y si teníamos que pagar algún castigo por eso, lo pagamos. Esa tarde ambos terminamos con una indigestión severa. Ese sábado fue para olvidar. Recuerdo que por culpa de esta molestia estomacal no pude ir a despedir a mi hermana al aeropuerto, quien se iba al Cuzco por viaje de promoción escolar.
Pensé entonces que 9 años después las cosas volverían a ser las mismas. Que al haber ella regresado al país luego de concluir sus estudios, ya tendría más tiempo para nosotros. Pero no fue así, no la pude ver. Al mes me conto vía un mail que se iría a vivir a su país de origen, que pensaba desarrollar su carrera allá. Me conto también, que no tenía tiempo para despedirse pues estaba ya a punto de viajar. Otra vez me quede con las ganas de invitarla a salir y verla.
Volví a perder el contacto con ella, si no fuera por que de vez en cuando le escribía, no hubiera sabido nada de ella hasta el día de hoy. Fue en el 2005 que me entere que había decidió pasar temporadas aquí en el país, que su papa había convencido a la familia en radicar buena parte del año en el Perú. Me ilusione, pensé que ahora si volvería a verla, que pasaríamos días juntos visitando lugares y comiendo refrigerios pequeños. Ya que ninguno de los dos querría volver a sufrir del estomago. Las veces que venía a lima no me avisaba, muchas veces le escribía y me contaba que había estado en el país, que otra vez su tiempo fue corto y no pudo saludarme ni mucho menos coordinar un día para encontrarnos. Estuve así cerca de tres años, cuando el año que paso converse con ella casi a fines de año, y me conto que vendría a lima para pasar las fiestas de fin de año, que llegaría con varios días de anterioridad y se iría los primeros días de enero.
Era 20 de diciembre del año pasado, hice planes de decirle para salir a pasear, para ir a “Plaza San Miguel” (un centro comercial donde le gusta ir). Mi e-mail no recibió respuesta, pasaron los días, era 23, y no sabía nada de ella. Suponía no quería salir conmigo o que tenía planes ya hechos. Sin embargo, imagine podríamos salir el 26 o 27, cualquier día antes que acabe el año y que con ello, ella se vaya. El 24 de diciembre estando esperando en casa la navidad decidí revisar mi bandeja de correos electrónico para ver si tenía uno nuevo, y encontré un mail suyo donde me agradecía por mis saludos navideños. Me contaba también que con su familia decidió irse a pasar las fiestas a Boston, que la disculpé por no haberme avisado nada. Me adjunto una foto de ella que se había tomado el día 23 de diciembre en la nieve con una gorrita de papa Noel, vi su linda sonrisa. Mis noches buenas generalmente no me las entristece nadie, pero esa vez me sentí muy mal y decidí tomar una siesta y olvidar todo. Pues odio estar entre la duda si las cosas que hace, las hace sin saber o sabiendo que me pueden afectar, pero igual las hace.
Era fin de mes de marzo, y yo había recibido una invitación de mi distrito para una fiesta de celebración por cumplir un año más de su fundación. Recordé que una vez me comento le gustaba las fiestas distritales, pues había mucha música en vivo y sobre todo un ambiente muy familiar como se da en su pais.Entonces organice bien mi horario, me cerciore quedar libre temprano de mis quehaceres temprano para ir a recogerla. Por supuesto, previa invitación y aceptación.
Otra vez le envíe un mail. Me daba cierta molestia mantener comunicación por este medio con ella, siempre tenía dudas si me respondería Esta vez la invitaba a la verbena de aniversario del distrito donde vivia, y yo daba por un hecho que ya estaba en el Perú , que otra vez por motivos de tiempo se le olvido de comunicarme que había llegado. Pero las cosas no fueron así: un email que me escribió por la tarde desmentía todo.
Ella no estaba en el Perú: "me dijo que no pudo venir, que por trabajo había viajado en Miami y que regresaría para su país y ya no volvería aquí como en unos 4 o 5 meses"
Era el día del aniversario de mi distrito, estaba parado lo más cerca del escenario viendo a la orquesta que estaba cantando. Observaba parejas que miraban el concierto con mucha alegría y romanticismo, a gente que estaba en los balcones de sus casas bailando. Y yo que no podía disfrutar de nada, pues me estaba atragantando. Y esta vez ya no era de tantas tortas y coca colas, ni mucho menos de los ricos anticuchos que habían preparado ahí. Sino atragantadome de decepción, de tanta estupidez en mí. Pues siempre vivía esperando por ella.






pAnChO.

domingo, 17 de julio de 2011

UNA NUEVA VIDA

No debería creer en nadie. Al menos, que alguien sea diferente a las chicas que he conocido. Últimamente ando de viaje en viaje y radicando en otra ciudad. Me he establecido en un nuevo lugar, he recordado por un instante que era muy feliz cuando vivía en casa con mis padres y también, cuando podía echarme en mi cama a tomar una siesta de lo más tranquilo, para después levantarme y salir a montar bicicleta. Pero mi profesión me trajo hoy hasta aquí y, también, me trajo un nuevo modo de vida. Esta carrera que escogí estudiar, quizás me lleve por muchas ciudades del país y del mundo; quizás en cada nuevo punto de llegada encuentre nuevas costumbres. Pero creo no encontrare a la persona que apareció en mi vida y que no sé hasta cuando se quedara conmigo.
Cuando regresaba de un breve viaje a lima, decidí tomar un bus de la estación de la ciudad más cercana aquí. Cuando aborde aquel vehículo, pensé que hubiera sido una mejor idea haber abordado un auto particular y pagar los muchos soles que cobran por tremendo trayecto. Sin embargo, decidí que era mejor cuidar mi bolsillo y sacrificarme en viajar en un bus lleno en horas de la tarde, además de todo el calor que hacia raramente en esa hora del día. Además, muriéndome de hambre; ya que de tanto haber estado de un bus a otro, no había almorzado. Me acomode en los asientos de al fondo. Mi boleto indicaba que me tocaba el asiento numero 27. Pero, generalmente en estos viajes tan rutinarios, y en especial esta línea de trasporte nadie cumplía eso. Cuando me acomodaba en la última fila: una dulce voz me pregunto no se qué. Y yo, no supe responder que. Era la linda Lile: la chica que hoy llena un espacio importante de mi vida y que me ha hecho retroceder en el tiempo. Porque por ella, yo vuelvo a ser un chiquillo, un adolescente, un joven que comete esas locuras propias del enamoramiento. He vuelto a una etapa de mi vida que paso casi desapercibida para mí. Hoy, todas las noches estoy pendiente del teléfono, de si me llama o me escribe un mensaje de texto. Otros días, estoy esperando terminar de cenar para llamarla por teléfono y charla desde que salgo del comedor hasta que llego a mi habitación. O simplemente, gusto que ella me quite el sueño, que me sorprenda cuando ya estoy a punto de conseguir cerrar los ojos en tanto frio, y el sonido del móvil me avise que me quedare felizmente despierto. Estoy experimentando el mejor de todos mis deseos. Siempre pensé que este día tenía que llegar, que la chica más linda del mundo tenía que fijarse en mí. Y lo más curiosos de todo: ella tenía que ser una chica que nunca había visto antes, pero que ya la había sentido cerca de mí en uno de mis mejores sueños. Esta nueva vida que he empezado lejos de casa, con todas las dificultades que he tenido que superar y otras no: desde adaptarme a caminar en la altura, a liar con el frio, la nieve y la temperatura bajo cero y hasta, lo reconozco, la aun insuperable batalla contra el extrañar a mis padres: las personas más importantes del mundo para mí. Ha traído consigo una recompensa, un regalo, o quizás, lo que siempre andaba buscando y no supe entender que esas cosas como son los designios de Dios llegan cuando uno menos lo espera. Desde aquella conversación en el bus, hasta la última vez que realice ese pequeño viaje de hora y media hacia su ciudad; creo que vivo un sueño. Y lo mejor de todo, sé que no soy el único protagonista, sino, que ella también lo es. Y que ambos soñamos y nos sentimos contentos que todo se convierta en realidad cada vez que nos vemos y nos abrazamos.
He vivido otros sueños que solo se hacían realidad en otros de mis sueños. Ósea, que yo terminaba en un enredo, en una suerte de andar durmiendo para poder ser feliz. Últimamente he estado atrapado en una cadena de felicidad a medias. En una especie de esperanzarme en algo imposible, y en un bello rostro que pensé que me miraba con ojos de amor, que al final me confesó que tenía novio y que estaba a punto de casarse. Como si las historias amorosas en mi vida se escribieran tras papeles carbón. Todas mis experiencias son parecidas. Quizás por eso, a veces, estando junto a ella me siento inseguro y creo que el cielo que aquí oscurece muy temprano la ciudad y muchas veces provoca una tormenta, hará lo propio con esta relación
Retorno a mi habitación suspirando. Pero, por minutos dudando de lo que sucederá, de lo que me prepara el destino. Y solo me queda encomendarme a Dios y pedirle que esta historia termine tan bien como ha comenzado y como hasta el día de hoy se está desarrollando. Si la vida vuelve a ponerme otro cave, si vuelve a tratarme mal. De seguro para siempre quedaran en mi todos esos días paseando junto a ella, hablándonos por teléfono, acordando una nueva cita y, sobre todo, llegando a su ciudad o ella llegando ella hacia la mía para abrazarnos como si no nos hubiéramos visto en meses, años o, quizás, en siglos. Lo único que puedo decir ahora es que: “vivir una nueva adolescencia no tiene nada de tonto. Tambien, que pasar horas a su lado y pensar en vivir alguna vez juntos como pareja de esposos, no tiene nada de iluso”. Si el destino quiere verme sonreír, así será. Si el destino y Dios quieren ponerme otra prueba más de resistencia. No lo tomare a mal: respetare la decisión de quien está arriba. Y me quedare sin ella. Pero la extrañare como a nadie he extrañado.



pAnCho