martes, 31 de diciembre de 2019

FELIZ AÑO PARA MI,PARA TI Y PARA TODOS LOS DEMÁS


Se escuchan gritos poniendo de punta los nervios de los vecinos que viven por ahí, y los míos también. Pareciera que están matando a alguien o que están perpetrando un robo a mano armada. Los primeros gritos que escuche fueron dirigiéndome a la avenida principal, cerca de casa. Después descubrí que las señoras que gritaban lo hacían a un niño –de seguro su sobrino o nieto de alguna de ellas- que montaba una nueva y pequeña bicicleta en medio de la pista, por donde a esas horas de la tarde los autos voltean a gran velocidad, pues quieren volver rápido a casa. Caminando unas cuadras más volví ser parte del pánico: otros gritos venían de un lado de la avenida. No era del motor de los autos, que pasaban por ahí, era de los dueños de un can que salía a embestir a una pareja que caminaba por el lugar. Ellos eran conscientes que su mascota tenía un buen peso, además de provenir de una raza de respeto, por lo cual gritándolo y a empujones lograban meterlo a su casa. Que tonto es asustarse por eso-pensé- Pero que mal es andar asustando a la gente con tremendo escándalo que se arma por cosas que pueden decirse en voz baja. Como no buscar una forma de sancionarlos. Todo eso me decía a mí mismo mientras seguía caminando hacia mi destino. Esos escandalosos gritos me asustaron, así como también a otros que caminaban por el lugar. Pero   pensándolo con más tranquilidad, ¿qué hubiera sucedido si aquéllas señoras no lo recordaban a ese niño que debían manejar con cuidado?...seguro ahora estaría mal herido o muerto. Era casi un hecho que un auto que volteaba a toda velocidad lo hubiera atropellado. En el otro caso, ¿si esos señores no hubieran llamado en voz alta a su can para luego meterlo a empujones?...posiblemente el can hubiera embestido y mordido a esa pareja. Pensando en lo que hubiera sucedido con altas posibilidades, no era sorprendente que esas personas actúen así. Y si yo, como otras personas, deseo caminar por las calles de la tranquilidad, mejor me debo de quedar en casa   viendo la televisión. ¿Pero quién hubiera comprado lo que necesitaba comprar? ¿Por cuantos días podría estar enclaustrado evitando escuchar todo ese escándalo? La única ruta a tomar es el enfrentar a la vida y comprender a los demás, pues yo en su lugar también hubieran hecho lo mismo. Es la mejor y rápida decisión que puede tomar cualquiera ante un peligro inminente, pues otra advertencia ya no habrá. Concluyendo: “no tendría sentido juzgar a los demás ni discutir con ellos por actitudes que todos cometeríamos cuando estemos en esa situación y es necesario hacerlo, porque está en juego la vida o integridad de alguien” Dividirnos entre vecinos o con quienes están a la vuelta de la esquina, por cosas que se hacen con una justificada explicación, esta demás. Hay batallas que no valen la pena empezar, pues son inútiles, no habrá ganadores y si muchos perdedores. Estoy seguro que si le pido a cualquiera que con sensatez me diga si es necesario imponer la tranquilidad de uno a costas de que otros no hagan ruido y eso implique que sucedan tragedias que se podrían evitar, me dirían que no. Que cada uno grite cuando tenga que gritar, no tendríamos por qué molestarnos. Tengo temor que la vida se termine con los mismos conflictos en mi mente. También temor y preocupación que aún le siga dando vueltas a lo que tiene una explicación simple. Desde ahora debo de entender que esto lo voy a ver una y mil veces y otras muchas; y un día, por no decir mañana o más tarde, yo seré quien rompa la calma de los demás, pues estará la integridad y la vida de alguien en juego. Y todo va a estar bien, nadie se tendrá que molestar; y si lo hacen, después comprenderán del porqué de mis gritos.
En este año que ya se está terminando todo hemos cometido errores, pero también hemos tenido aciertos en lo personal, laboral y en general en todo aspecto. ¡Feliz nuevo año 2020 para todos!


pAnChItO.


sábado, 30 de noviembre de 2019

Celeste era el Cielo


La nostalgia del ayer propicia cierto estado de ánimo, cierta preocupación. Una disconformidad y posible frustración salta por ahí entre tantas cosas por vivir en la actualidad. Siempre me recuerdo de todo, no olvido nada, sobre todo si eso pudo tener un final feliz. El Cielo era celeste y el fuerte invierno había desaparecido, parecía que venían cosas mejores. Pero parecía que yo no quería esperar por ese momento, me aleje, quise esperar otras oportunidades nunca llegaron. Jamás volví a ver tan lindo paisaje a mi alrededor’
Me había saludado de una manera muy fría cuando nos cruzamos por la
Plaza principal de la ciudad. Cuando regresaba de hacer sus compras en el supermercado no volvimos cruzar y me ofrecí a ayudarla con los paquetes de los víveres, que traía en ambas manos, a lo que ella se negó de una manera poco amistosa. Era definitivo que no quería nada conmigo, que estaba cansada de que este detrás de ella por una oportunidad o por lo que Dios decida.  Quería darle un beso de despedida- a pesar que odio las despedidas-, sentía que solo despidiéndome de ella podría dejar atrás esa historia de amor, aunque de amor no correspondido. Cuando le conté que por la tarde me iba a Lima, me miro y trato de descifrar si en mi mirada encontraba sinceridad, si en verdad era así o lo decía para poder estamparle un beso en la mejilla. No sé por qué, pero ella concluyo que yo partiría, era seguro ya no nos volveríamos a ver, entonces olvido toda la frialdad, que me mostró hasta ese momento, y dejo los paquetes que llevaba en cada brazo para abrazarme. Se cumplían mis deseos, me dio beso en la mejilla. Se llama Celeste y aunque me cueste, debo de aceptar que aun cuando la recuerdo me dan ganas de volver a viajar hacia donde ella esta. La conocí la primera tarde que salí a pasear por la Plaza Central de la ciudad donde nació mi abuela, y en la cual estaba yo trabajando por esos días. Era una mañana soleada, el clima muy bonito, más aún fue cuando ella paso por delante de la banca donde estaba yo sentado. Me impresiono, era muy guapa, la seguí, se dirigía al supermercado, la espere afuera, un par de policías, que cuidaban las agencias bancarias del lugar, se alertaron de mí, pero luego comprobaron que solo quería conocer a la chica más linda de la ciudad. La aborde, le pregunte como se llama y lejos de ser mal educada conmigo- cosa que hubiera estado justificada-, me respondió de una manera amable: me llamo Celeste. Quería llegar a ser su amigo, pues todo lo demás caería por su propio peso. Esa noche salí a pasear por la ciudad, presentí que la volvería a ver, busque un lugar donde cenar, me moría de hambre, entre a un restaurante donde  sonaba una canción de “The Corrs” .Fue impresionante cuando llego, me observo de lejos, no oculto que me había visto, dejo que la abordara. Parecía que nos comunicábamos mentalmente, seguro había afinidad entre nosotros, ¿por qué llego al mismo lugar donde yo fui? Le invite un café, se rehusó al principio, pero parece que le caí bien, que mi insistencia sana reflejaba que solo quería ser su amigo, así que nos tomamos un par de tazas de café con sus respectivos pasteles, luego nos despedimos. La acompañe hasta la esquina de su casa, vivía cerca a el hotel de mi tía, donde yo me hospedaba. Me eche a dormir pensando que la chica más linda acababa de compartir mesa conmigo. Amanecí y sentí que tenía suerte por haberla podido conocer, por conversar con ella. Pero las cosas empezaron a cambiar, así como el clima de la ciudad, que de un cielo de Sol radiante empezó a transformarse en un frío día nublado y luego lluvioso. Iba a  salir de esa ciudad, entonces concluí que no valía la pena seguir pensando en ella, sin embargo no quería quedar como una un hombre rencoroso;sentí que debía decirle verdad: "mi contrato de trabajo acababa de vencer, mis prácticas profesionales habían culminado" .Ya no había nada por hacer ahí, lo mejor sería volver a casa después de mucho tiempo. Faltaban un par de horas para salir de viaje, preferí estar en mi habitación para terminar de preparar mis cosas. A punto de partir, nos encontramos, me dijo que no me olvide de llamarla. Sabía que todo era un gesto diplomático, que ella al igual que yo sabiamos que perderíamos todo contacto. Me despedí de mi tía, primos y demás familia. Camino al terminal de buses observe la cuidad, recordé de lo lindo que hablaba mi abuela de ahí, algo que estaba comprobando por mi mismo. Ya viajando en el ómnibus hacia Lima, quise buscar en mi agenda el nombre de una canción que apunte ahí un día mientras trabajaba y uno de mis colegas me dijo como se llamaba esa melodía. Al buscar la bendita agenda no la encontré en mi maleta, la había olvidado en la mesa de noche de mi habitación. En realidad no tenía cosas muy importantes ahí, además de que mi tía la guardaría hasta cuando yo vuelva a ir por allá. Pero recordé que ahí estaban los números telefónicos de Celeste, pero pensé que en realidad   por dignidad nunca la pensaba llamar. Antes de abrigarme dentro del ómnibus y acomodar mi cabeza sobre la almohada,   sentí que era muy buen idea la del destino de haber hecho que me olvide dicha agenda en esa ciudad. No tenía caso seguir en contacto, algo nos distanciaba. Vi cierta tranquilidad en su rostro cuando me despedí de ella. Supe que a veces el cielo brilla, se tiñe de celeste, es un disfrute para la vista y una esperanza para la vida. Pero muchas veces tanta maravilla no nos pertenece. Han pasado ya 11 años de eso y aun no he vuelto a esa ciudad, no he sabido nada de mi agenda ,menos de ella.



pAnChItO

martes, 22 de octubre de 2019

Loco, descorazonado,pero con un alfajor.


“Todos estamos abordando ese vehículo que es el planeta tierra. Algunos vivimos el viaje con entusiasmo, otros con cierta incertidumbre y algunos convencidos que las cosas no pueden estar peor”
"Cada historia es única. Algunos dicen que cada historia es de exportación porque puede ser de lección para quienes aún tienen mucho por vivir. Si es así, cada experiencia personal podría servir  para nuevas generaciones, solo si sabemos como transmitirlas"
Estoy a punto de cumplir un sueño, siempre he querido correr en una Maratón, no sé si haré un digno papel, si siquiera llegare entre los del grupo de la mitad, pero quiero correr ese número de kilómetros y comprobar que todo lo que me motivo a cumplir mi sueño por fin encontró respuesta en mí. Mis padres me aconsejan que no participe en esa carrera, porque estoy un poco subido de peso, además que no soy ya un jovencito. También me recuerdan que aún no ha pasado ni 5 meses de mi recuperación de un accidente en el hombro que sufrí a fines del año pasado. Clínicamente ya estoy hace tiempo apto para seguir con mi vida, y lo siento así, por eso ya llevo casi 3 meses saliendo regularmente a parque a trotar y luego a correr, me siento bien. Claro que debo de cuidarme en medio de todas mis ganas por hacer toda clase de ejercicios, hago de todo un poco y de acuerdo a mi edad. Recuerdo que cuando estaba en el colegio jamás corrí siquiera 20 metros, hoy estoy a pocas horas de concursar y ya llevo más de 15 kilómetros de longitud recorrida en estos 7 días de preparación. Estoy seguro será una gran experiencia. Además, no voy a correr solo, un amigo de muchos años también lo hará, ambos nos inscribimos para esta aventura y hemos prometido cuidarnos el uno al otro y dar aviso a la familia en caso salgamos afectados en medio del reto. Pero es difícil que suceda lo peor, estamos bien físicamente y yo después del accidente que sufrí me he vuelto más mesurado y jamás exigiría a mi cuerpo a algo que no pueda resistir.
Mi amigo me lleva diez años de edad, pero corre muchos años más que yo y no representa la edad que tiene. Él se aferra a la vida y la vida se aferra a ponerle las cosas difíciles. Estuve entrenando solo, pero era hora de hacerlo con mi compañero. En verdad, ya había corrido mucho por la mañana, pero igual nos encontraríamos y era  casi seguro que yo no correría, pero era bueno reunirnos  en el centro comercial y antes de todo, como siempre, empezar a mirar a las chicas lindas que caminan por ahí   y sonreírles. Aunque una vez mas no tuvimos suerte, algún día será que nos liguen, siempre la vida te da sorpresas, como canta el maestro Blades. Disfrutamos del momento mientras planeábamos los últimos detalles de la carrera.

Volviendo a casa, dentro del ómnibus, sabía que tenía poderosas razones para escribirle a ella, para contarle de mi historia de kilómetros recorridos. Ella era mi inspiración, la chica que me gustaba aunque yo no estaba seguro si le gustaba a ella. No tenía duda que yo calmaría la desesperación del tráfico, a esas horas de Lima, leyendo las líneas que me escribiría como respuesta a alguna broma u ocurrencia mía. Pero esa noche estaba destinada para que sucedan muchas cosas, pero como siempre mi mente estaba preparada para que de 3 de ellas, 3 acaben conmigo. Al final esa conversación no fue buena, yo tuve que sacarle palabras con cuchara de la boca o mejor dicho ganas a sus dedos para que teclee el teléfono de donde escribía. En esa conversación a veces yo me sentía un verdadero desconocido para ella, pues demoraba en contestarme o no lo hacía. Prácticamente al no estar conversando con nadie y sospechar que no era el momento ni jamás seria de contarle lo mío, pues no le importaría, le escribí que le deseaba suerte, una buena noche de viernes y le mentí que ya me estaba llamando para cenar. Me contesto con dos palabra: “ciao, cuídate” ¿Fue un error escribirle? No me dijo nada, pero me sentí humillado, pero me lo busque, no escribiré absolutamente nada. Yo mismo siempre escojo o busco cargar la cruz más pesada.
En aquel centro comercial con mi amigo de muchos años y ahora compañero de maratones, en medio de todas esas averiguaciones por esas coloridas y costosas zapatillas, supe recordar un lugar donde preparan muy buenos alfajores, aquella pastelería donde mama a mi hermana y a mí nos compraba tantos dulces de harina. Salí inmediatamente a comprar alfajores, olvidando que en casa todos estaban a dieta, incluyéndome yo, sobre todo por la maratón que estaba  a punto de correr.Pague por tres, lucían muy bien, era las mejores, de gran calidad. Como un tesoro hice que me lo envuelvan y en una bolsa lo lleve camino a casa. Fue así  que el alfajor hizo su aparición ante el fracaso de esa conversación con aquella chica y además ante la preocupación  que no tenía los kilos apropiados  como para correr  aquella Maratón ,pero igual lo iba a hacer porque me hacía feliz. Como en una obra de teatro, el héroe tenía que cobrar vida; y ese era el alfajor que se convirtió en el protagonista y me hizo feliz mientras lo disgustaba junto a mis padres en casa, en aquella noche, donde ya no había ninguna evidencia de que la había pasado mal unas horas antes.
Después de todo, era un loco al querer correr esa maratón y pensar en ganarla. Pero hacer lo que me gusta hace tiempo no iba a ser dañino porque yo sabía que en el momento de la verdad correría de acuerdo a lo que mi físico me permitiera, cuidando mi corazón que si lo tenía conmigo, a pesar que por unas horas anduve descorazonado.


pAnChItO

domingo, 15 de septiembre de 2019

Cachanga,matanga


En esta ciudad, donde vivo, una de las bondades que he descubierto es que todas las noches, fuera de la cancha de fútbol, dos hermosas chicas montan un puesto de venta de ‘cachanga’; este delicioso postre que es una suerte de tortilla hecha a base de harina con un poquito de azúcar, un gusto al paladar, y que estoy seguro que quien la prueba no podrá dejar de hacerlo jamás. Aquí por estas fechas llegamos a una temperatura que desciende algo menos de los ‘0’ grados y es habitual que este postre sea acompañado con una taza bien caliente de café, que también es vendido por estas guapas chicas de manos privilegiadas. No solo es el público masculino quien consume estas, también son muchas las muchachas que llegan para disfrutar de la cachanga. Muchas noches ya que salgo bien abrigado y con bufanda para consumir una cachanga con su respectivo café. Llevo viviendo ya varios meses en un hotel de la ciudad, aún no he conseguido una casa, y como la empresa- donde trabajo- me paga la mensualidad, no me he apresurado en conseguir otro sitio, además que este es un lugar acogedor, ubicado sobre una pequeña colina, lo que me permite en algunas noches salir a fumar un cigarrillo mientras contemplo las estrellas y aspiro el aire fresco de aquí, a veces o muchas veces encontrando la inspiración para escribir. A ese hotel llegan personas de diferentes ciudades, generalmente a pasar una o dos noches, lo que dure algún trámite por hacer, una conferencia pactada por realizar o un amorío fugaz por concretar. Somos pocos los que vivimos aquí. Los fines de semana llegan parejas a pasar la noche del sábado o domingo, ya que esta ciudad es apacible y todos los secretos se pierden en las sus frías noches. La noche de ayer sábado, cuando estaba tomando aire fresco en el balcón, del último piso, contemplando la Luna, mientras fumaba un cigarro, una moderna camioneta hizo la parada aquí; imagine que de seguro eran uno de esos empresarios millonarios que llegan con algún ingeniero para evaluar la posibilidad de invertir aquí, pues también es una zona rica en minerales sulfurosos. Pero no fue así, era una pareja aparentemente de novios. La chica era muy agraciada y por su rostro parecía que le había chocado el frío y altura de esta ciudad. El varón parecía un exitoso empresario, ambos entraron juntos al hotel. No pude con mi genio y corrí hacia la recepción y con cualquier pretexto me quede ahí para observar bien a la chica, a la luz de las lámparas; era muy bella, toda una tentación, pero una mujer prohibida. Fui a mi habitación a recostarme un rato, unas horas después salí hacia el puesto donde venden cachangas o donde las cachangueras, como lo llamamos aquí. Llegando ahí me encontré con esta pareja, cada uno con su cachanga  y  café en mano ya se retiraban e inmediatamente gire mi cuello y mire de espaldas a esa bella mujer que estoy seguro no dejara de probar este postre los días que este aquí ,mandando  al diablo esa dieta que con seguridad la hace tan apetecible a mis ojos y los de muchos. Ellos se fueron hacia la plaza principal y yo me fui en sentido contrario para ver si me encontraba con algún compañero de trabajo para conversar. No encontré a nadie y decidí volver a mi habitación. Note que un par de perros me seguían, era lógico, habían sentido el irresistible olor a la cachanga .No podía comer mientras esos canes me miraban con cara de pena, por lo que les lance dos trozos de cahcnaga, uno para cada uno. Rápidamente se lo comieron y fueron a darme el alcance y tuve que tirarles dos trozos más, y así hasta quedarme sin un solo pedazo para mí. Esas mascotas gozaron del dulce más que yo. Llegué al hotel, entre a mi habitación y encendí la televisión: estaban pasando un programa de baile, nada gracioso para mí, ya había visto algunas temporadas pasadas y me era aburrido; pero esta vez vi a una bella bailarina de cabellos largos que se movía como ninguna, tenía un rostro angelical y me hizo alucinar una de las mejores escenas de una película prohibida siendo junto a ella los protagonistas. Yo estaba detrás de la pantalla y yo no podía hacer nada, solo ilusionarme con ella y ver la forma de desfogar tanta pasión que se encendió en mi como una llama de fuego que tendía a subir de intensidad. Me dije a mi mismo: “cierra tus ojitos, dame tu manita y ya sabemos cómo será el final” Luego salí a tomar un poco de aire para refrescarme, ya que adentro la hoguera se encendió por ese bello e inalcanzable cuerpo de la televisión. Note que la puerta de la habitación junto a la mía estaba abierta; ahí dentro estaba esa pareja, estaban desempacando. Yo seguí de frente hacia el balcón.
Regrese a mi habitación, me abrigue muy bien y me eche a dormir. No lograba cerrar los ojos del todo, escuchaba quejidos, parecía que estaban golpeando a alguien; note que esos sonidos venían de algún lugar cercano. Salí hacia el pasadizo y descubrí que eran la habitación contigua a la mía y concluí que esos quejidos eran de felicidad. Aquella pareja estaba haciendo el amor muy cerca de mí, podía escuchar la voz agitada de la chica en éxtasis total. Envidiaba a ese empresario por la faena que estaba realizando y más por con quien lo hacía. Trataba de dormir, pero esos gritos y movimientos de catre no me dejaban hacerlo, me inquietaban, me animaban a hacer eso también. Llame por teléfono a una amiga, quien vivía cerca de la ciudad, sonaba ocupado, insistí, quería encontrarme con ella para también gritar de placer como esos vecinos eventuales. Me resigne a dormir y volver a repetirme a mí mismo aquella frase salvadora que una y mil veces he invocado en mi vida. En medio de del frío subía en mi  la temperatura pensando en esa bella bailarina de tv, en la chica que no podía ubicar por teléfono y en aquella bella muchacha que hacia el amor cerca de mí. Dormí un poco, los ruidos volvieron a despertarme, prendí la luz y con mi cajetilla de cigarrillos en mano salí al balcón. Bien abrigado empecé a fumar y contemplar la madrugada silenciosa y las estrella alumbrado la soledad de la calle y la mía también. Vi a los perros que terminaron con mi cachcanga, uno macho y una hembra, se apareaban, hacían el amor en plena soledad de la calle y a bajas temperaturas .Pude de divisar en el macho su cara de júbilo y entendí que con barriga llena todo lo demás se podía realizar. La intensidad de los gemidos aumentaba en aquella habitación. Estoy prendiendo mi segundo cigarro mientras veo en plena faena a esos perros y escucho a esa pareja hacer el amor e imagino la escena, y digo en voz baja que primero es la cachanga y luego la matanga. Lo segundo me falto a mí, por eso quizá y no podía dormir.




pAnChItO.



domingo, 11 de agosto de 2019

CASI UN ESCRITOR


Hace casi 1 mes, a raíz que estaba por empezar la Feria del Libro en Lima, un grupo de estudiantes de literatura, de una Universidad particular, me contactaron para hacerme algunas preguntas como parte de un trabajo sobre este evento. Debo de reconocer que me entusiasmo la idea y me alegro que jóvenes estudiantes en letras se interesan en lo que escribo y sobretodo me vean como un escritor, pues así me llamaron. “Pronto lo seré” –les respondí a manera de no afirmar aun que lo soy y dentro de mi saber que puede o no que lo sea.  Accedí a reunirme con ellos y me dije a mi mismo que sería lo más sincero posible en mis respuestas. Llegando al restaurante, donde me citaron para la entrevista, los encontré con una grabadora de voz y todos con sus libretas de apuntes. Yo estaba algo nervioso, pero dispuesto a empezar la entrevista. Pensé que serían muchas las preguntas que me harían, que sería un cuestionario que pondría a prueba toda la experiencia de mi vida profesional. No estaba muy seguro de ser un gran periodista o escritor, pero si estaba seguro que podría decirles algo o muchas cosas de utilidad. Eran 2 chicas y 3 chicos, muy jóvenes todos, pero con mucho interés en su profesión y por ende en lo que podían aprender de mí. Sonaba bien eso. Eran tan aplicados que me intimidaban de solo ver como preparaban esa entrevista delante de mí. Yo estaba aprendiendo mucho de ellos y a cambio debía de darles las mejores respuestas a aquellos jóvenes ávidos de conocimientos. Yo quería contribuir en algo a su trabajo de investigación, a su vida profesional y quizá a ellos como personas. Como decía líneas arriba, debía de contestarle todos sus preguntas con sinceridad- eso incluye decirle que no sé cuándo sea así y  averiguarlo, investigarlo y ponerme en contacto con ellos cuando tenga la respuesta; quizá para discutirlo, porque de seguro ellos ya tendrían la respuesta para ese entonces-. Sin más preámbulo empezó la entrevista y de las pocas preguntas que me hicieron, definitivamente esta fue la mejor: ¿A un escritor lo podemos conocer como persona por lo que escribe? Mientras miraba si ya llegaban las empanadas y los jugos surtidos de frutas, que habíamos pedido, les dije que era una excelente pregunta y aunque nunca me la habían hecho anteriormente, tenía el 99% de la respuesta conmigo. Ya con los pedidos en la mesa y luego de darle el primer sorbo al jugo de papaya y naranja, mientras también exprimía el limón sobre mi empanada de carne, les dije que creía que un futuro escritor empieza a escribir por el gusto de hacerlo, por el gusto de expresar algo que nos molesta, que nos duele en el alma o nos enfurece, y también por lo que nos pone contentos. Paralelamente, un escritor también es un lector empedernido que anda detrás de información, del entretenimiento, además que su cerebro se vuelve una esponja que absorbe todo vocabulario, técnica y demás de como escriben los autores que está leyendo. El escritor es consciente de que mucho de lo que calla, o mejor dicho lo que no escribe, le seguirá dando vueltas a la cabeza, persiguiéndolo constantemente hasta que sentirá que no puede   ir en contra de sus   principios al querer escaparse de la realidad en sus escrituras y termina contándolo en muchas líneas . Muchos soñamos con ser escritores y siempre en nuestro día a día encontramos la materia prima para seguir con este oficio. Podemos escribir sobre lo que nos sucede o sucede a nuestro alrededor, algún acontecimiento sorprendente o extraño y  siempre expresamos ,muchas veces, inconscientemente lo que pensamos; siempre  tratando de no manchar honras, ni dejar heridos con ese lápiz que muchas veces puede ser más peligroso que un puñal. Eso sí, para escribir algo o llegar a ser escritores debemos de ser lo más exigentes que podamos con nosotros mismos a la hora de escribir, porque puede que muchos que se estén iniciando en la lectura al leernos toman nuestro modelo de escribir como referencia para crear su propio estilo. Las empanadas y los jugos ya estaban por la mitad y pensé que había tardado mucho en darles una clara respuesta. Concluí que a un escritor se le podía conocer en gran parte por lo que escribe, porque quien escribe cuentos, novelas o columnas de opinión no puede escapar de sí mismo, inclusive aquellos que siempre cuentan algo que alguien les contó o le dijo que cuenten. Algo así como un cocinero que por más que vea una receta y diga que la puede hacer al pie de la letra, siempre dejara algo de si, su propia sazón, su característica; lo que de seguro será del gusto del comensal, la razón que los harán volver a ese lugar para seguir consumiendo ese plato. Cuando termine de hablar, no sabía si había dejado satisfechos a los 5 estudiantes que estaban enfrente de mí. Ya no había más preguntas, la entrevista había terminado. En sus rostros note que deje el mensaje, que me pude expresar de la manera más correcta. Estábamos a punto de despedirnos cuando una de las chicas abrió su computadora portátil y en unos segundos me mostró en la pantalla una de mis últimas columnas que había escrito y me dijo, con una sonrisa: “ya sé quién es el protagonista de estas líneas”. Me puse colorado, les dije que ya conocían al personaje. Entre todas nuestras carcajadas, yo sentía que había contribuido mucho con ellos al aceptar que me entrevisten. Llego el momento de la foto, todos sonrientes, casi como lo que ya éramos: amigos. Les pedí me hagan llegar una copia del trabajo para tenerla de recuerdo y me retire diciéndoles, con una pícara sonrisa, que si en una de mis próximas columnas creían aparecer uno de ellos o todos, era pura coincidencia. El solo pensar que esta experiencia me había dejado mucho de que escribir me llenaba de adrenalina. Felizmente siempre llevaba conmigo mi libreta de apuntes. Saliendo del restaurante ellos se iban hacia su facultad universitaria y yo a mi hogar para seguir escribiendo. Mientras iba camino al paradero, para tomar el bus, sentí que no era descabellado empezar a ser un escritor en todo el sentido de la palabra. Sabía que tomando ese bus llegaría a casa para ponerme a escribir. Ya estaba en camino a ser un escritor.



pAnChIto

domingo, 14 de julio de 2019

HISTORIA REPETIDA


“Hay amores que son verdaderos, más bien dicho, sentimientos que salen desde muy adentro del corazón. Quizá pueden llegar a ser obsesiones, pero son sentimientos al fin y al cabo. Y cuando no eres correspondido te duele tanto que demoras en recuperarte de ese rechazo, ya no vuelves a ser tú mismo. Pero llega un día en que vuelves a ver a esa persona y ese amor frustrado que no fue, que no es correspondido, ni será, y que  parecía ya superado, te vuelve a doler; y  más que antes. Todo se convierte en una confusión otra vez en tu vida, lo único que sabes es que aun esta en ti ese maldito amor que sientes por esa persona. Te duele el verla y saber que nunca será tuya”

Más de lo que uno puede hacer, lo más lógico es que no pueda hacerlo. Pero a veces es necesario hacer menos de lo que se puede porque en caso de hacerlo esto podría terminar siendo innecesario y más que solucionar algo, empeoraría las cosas o abriría un abismo que jamás podremos cruzar; y en caso que nos animáramos a hacerlo, moriríamos en el intento. Yo decidí contarle la verdad, como lo hice en otras ocasiones con otras chicas que también me interesaban. Parece nunca aprendí la lección. Ella era mi salvación, pues empecé a temerle a la soledad,además que me interesa un montón y valía correr el riesgo. Quizá ahí estaba el error. No me sorprendió su amabilidad para responderme de una manera muy elegante y sutil que por el momento, por motivos de desarrollo profesional, prefería estar sola. Acepte eso, no podía hacer otra cosa, a pesar que ella me movía la mente y el corazón y yo quería de una vez estar con ella en una relación. No era un novato en esto, pero termine concluyendo que me apresure mucho en hacerle aquella confesión. Los días fueron pasando y por la gracia del Señor no nos vimos, no nos tocó trabajar juntos, aunque si conversábamos vía telefónica. Las cosas estaban bien-eso aparentaban-, nadie estaba incomodo por nada. Cuando se iba acercando la fecha de volver trabajar juntos, era obligatorio tocar ese tema y llego el momento, al menos yo no podía evitar hacerlo. Después de contarle  mi temor por volverla a ver, de mi vergüenza de con qué cara mirarle a los ojos, obtuve de ella una gran respuesta: “me miraras con la misma cara que tienes y deseo que todo sea de lo más normal entre nosotros” Parecía que eso sucedería y  me sentí más tranquilo. Esa noche al echarme a dormir, primero mirando el techo como si miraría las estrellas, recordé tantas cosas entre los dos y a pesar de mi tranquilidad y resignación por lo que no seria, creí que merecía estar con ella. Llego el día del encuentro, entre a la sala de embarques, de donde despegaríamos a esa ciudad donde seriamos otra vez compañeros de trabajo y donde posiblemente ella me esquivaría si yo tratara conquistarla. Me sentí nervioso, más cuando la vi a lo lejos. Estaba junto a otros compañeros de trabajo, tome valor y me acerque; salude a todos y le estampe un beso en la mejilla. Estaba preciosa, pero sabía que no era el lugar ni el momento para piropearla. Trate de sentarme junto a ella en el viaje, pero los tickets de embarque nos distanciaron, aunque no tanto, y de reojo la miraba y podía ver que ella a mi también. Los días de trabajo fueron de los más tranquilos, ella me esperaba, cada vez que podía, para ir a almorzar y   por las noches para abordar el ómnibus que nos llevaría al campamento donde cenábamos y dormíamos. Éramos amigos, eso parecía, aunque no podíamos mirarnos por mucho tiempo a los ojos. Algo me inquietaban, pero como llegaba cansado al cuarto, rápidamente conciliaba el sueño y me olvidaba del todo. Los días de trabajo se pasaron y llego el momento de partir. Volvimos a embarcarnos y todo parecía seguir bien. No supe más de ella hasta unos días después que regresamos de viaje y ambos nos encontramos en la oficina para entregar algunos documentos. Esa vez sentí que algo ya no era igual entre nosotros. ¿Qué había sucedido si nos tratamos con mucho respeto los días de trabajo y nunca hablamos del tema? Quizá la explicación era que yo había observado que cuando algún colega la cortejaba, le gastaba bromas y la piropeaba disimuladamente, ella simpatizaba y le daba la confianza para que siga en su plan de conquista; algo que no sucedía para conmigo. Estaba claro que no le gustaba. Terminando la reunión, salí rápidamente para no incomodarla, pues muchas veces les decía para acompañarla a su casa. Después de ese día cada uno tomaría su rumbo, ella volvía a su ciudad y luego saldría a otro lugar por trabajo; yo estaba en Lima, pero ya tenía planes para viajar por trabajo. Volví a escribirle para su cumpleaños, la felicite   y le dije que aunque estaba lejos me imaginaba con ella bailando y comiendo torta. Creo no le gustó mucho eso que le dije. Estaba claro que no sentía nada por mí y no quería que me haga ilusiones de que un día seriamos verdaderamente amigos, ya que algo más nunca seriamos. Me decidí y le pregunte, siempre disimuladamente, si ‘La Princesa’ tiene ya su ‘Príncipe Azul’. A lo que ella me respondió con un contundente ‘Sí’. Me sorprendió eso porque hasta hace un mes me dijo que no tenía a nadie y que Dios ya le enviaría una pareja en el momento preciso, mientras tanto ella dedicaba ese tiempo a trabajar y terminar sus estudios de postgrado. Podía ser cierto lo que me contó, pues ella es guapa, inteligente y una excelente persona. Decidí tomar esa respuesta como cierta, quizá por no tomarla como una forma de ahuyentar a mi persona. Como era de noche, le escribí que ya me iba a cenar. Le desee buenas noches y ella me deseo lo mismo. Esa vez sentí que lo nuestro en verdad nunca seria y que por desgracia la volvería a ver y seguiría comprobando que aún estoy enamorado de ella. Historia conocida.
Capaz todo sería distinto y cambiaría el guion de esta historia si decidiera ir a otro Reino y encontrar a mi Princesa y tratar de ser -aunque de una forma muy particular- su ‘Príncipe Azul’.


pAnChItO.


miércoles, 19 de junio de 2019

Querido amigo...


Mi querido amigo, sé que las cosas no andan muy bien en su vida.Pero si me deja contarle, tampoco las cosas  andan del todo bien en la mía; y de seguro en la de muchos más en este mundo, por no decir de todos. Sabe Ud. que la felicidad no es algo que exista por completo y más bien-según nuestro criterio- es una meta que nos mantiene vivos, pues luchamos para alcanzarla y llegamos a comprender que en esa búsqueda alcanzamos cierto bienestar que es lo más parecido a eso, la felicidad o como yo lo he llamado ‘la casi, casi felicidad’. No voy a seguir explayándome en todo eso y solo hoy quiero decirle que bajo ninguna circunstancia debe de pensar que este ha sido un mal comienzo de año. Al menos aquella caída, en los últimos días del año que paso, que lo tuvo inmovilizado del brazo, le sirvió entre tantas cosas para entender porque a veces debemos de sentar cabeza y buscar la estabilidad tanto económica como emocional. Felizmente tuvo a sus padres ahí para apoyarlo en ese mismo día en emergencias, de la clínica, y en todo el proceso de recuperación, el cual aún está en proceso. Le quiero decir que sin   querer ser un consejero- y convencido que para problemas de depresión están los especialistas- que no existen mejores días que estos en reposo para reflexionar. Aunque no le parezca, es mejor haber iniciado el año con esta sensación que hay cosas por cambiar en la vida, pues ese golpe de la caída ha sido duro y le ha permitido direccionar sus actividades hacia donde más le convengan y no perder más tiempo en los meses restantes de este año que aún tiene muchos días y aventuras por mostrar. Es mejor a veces estar a puertas cerradas-algo que lo obliga su situación de recuperación- para pensar en mejorar o corregir algunas cosas.
Sé que los amores que Ud. ha sentido por muchas damas no le han sido correspondidos, pero también sé que hay un amor que están destinado para toda la vida y ya habrá momento para que lo conozca. No puedo dejar de decirle que en estas noches frías, pero calurosas dentro de mi ser, en la ciudad, más de una vez he tenido las ganas de ir a aquel lugar, al cual hemos ido tantas noches y nos hemos deleitado poseyendo aquellos hermosos cuerpos que al amanecer ya no nos pertenecían. No puedo mas, tengo que ir mañana ahí; además que he averiguado de dos nuevos locales que también están muy buenos. Hey! Ud. me dijo que ya anda bien del brazo, o al menos ya no usa el cabestrillo que sostiene este para que no se caiga su hombro,entonces podríamos ir mañana a hacer ese recorrido nocturno que sería el primero del año. Tiene que animarse; creo que es la mejor manera que olvide los problemas. Recuerde que siempre lo hicimos así, solo que esta vez no vamos a olvidar del todo nuestros problemas, sino que el día de mañana, cuando nos despertemos más relajados, seguiremos apuntando al objetivo de mejorar nuestras vidas. ¡Vamos! Mañana la noche es joven otra vez para nosotros.
Se me hace difícil tratarte de usted, es mejor de tu. No sé de donde nació tanto respeto?, pero ya no creo que por más líneas pueda dejar de tratarlo de tu. Quizá ese usted se convierta en tu más rápido de lo que piensa.
Cuando se cayó, me contó que pensaba que un viento apareció de la nada y lo empujo. En casi 10 años de caminar o trotar por esos lugares jamás se había caído; ya tocaba, pues. Le llego el momento, hay que pasar de todo en la vida para ganar experiencia. Fue una caída dolorosa y con una luxación, además que se echó a perder tu fin de año y muchas cosas más. Pero pudo haber sido peor, quizá con daños irreversibles. Sé que a raíz de esta recuperación has tenido que rechazar trabajos, algunos que son bien remunerados-relativamente-, pero eventuales. Algo para pensarlo. Ya sé que no todo es dinero en esta vida y que el amor es muy poderoso, pero piensa en el bienestar de los tuyos y de cuanto necesitaras para formar tu propia familia. De repente ahí está la explicación de todo, esa tarde que llegaste de emergencia a la clínica me contaste que tuviste que gastar parte de tus ahorro en las radiografías, tomografías, inyecciones para el dolor y la anestesia; a parte de la casi media docena de taxis que tomabas junto a tus padres para trasladarte de un lugar a otro, pues muchos festejaban la fiestas y se hacía lenta la atención médica. También me dijiste que tus padres pagaron parte de los gastos porque veían que tu tarjeta de crédito podría reventar en aquella tarde que se prolongó hasta la noche, porque te hicieron muchas pruebas para determinar que no necesitabas una intervención quirúrgica, felizmente. Al salir de la clínica junto a tus padres, abordaron un taxi y tu convencido que todo lo superarías y volverías a tu vida normal. Bueno, ese día llego y es mañana.
Hay que aprovechar las oportunidades que se presentan, pueden que este mismo año ya no podamos seguir asistiendo a estos lugares; tú sabes que si conseguimos parejas las amaremos tanto y  no vamos a desear perderlas por estas aventuras de fin de semana.
Yo sé que no puedes perder trabajos eventuales, pero también debes de recuperarte bien para empezar a buscar un empleo más seguro. Necesitas relajarte y nuestra salida a esos lugares es la mejor opción; es algo habitual en nosotros. Después seguirás   planeando tus nuevos objetivos, una cosa no tiene nada que ver con la otra. Discúlpame, pero no tengo otra opción más que ofrecerte esta: la de hacerte sentir bien llevándote a esos lugares, a los que tu alguna vez me llevaste por primera vez. Sin mas que decirle, empiezo a despedirme sin dejar de hacerle recordar  , una vez más, que mañana nos espera una nueva  noche de incursión a esos lugares donde supimos ser felices y sospechamos siempre serán un lugar de llegada sea cual sea la circunstancia de la vida. Porque aunque le parezca algo loco, tan bueno   como es el estar solo en casa para tomar decisiones, también lo es donde iremos mañana. En ese el lugar donde se deciden muchas cosas, además que desde ahí ya se empiezan a ejecutar.

Lima 2019



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martes, 21 de mayo de 2019

Mayo no.....


Aun me es complicado vivir un mes de mayo en Lima, mi ciudad. Me gusta esta ciudad, donde nací y crecí, y resido casi la mayor parte del tiempo. Pero tengo recuerdos vividos no gratos en el mes de mayo en Lima. Situaciones que me han marcado- a pesar que no han logrado paralizarme en mi vida- y que aun las siento como si fuera ayer, cuando las viví.
Además, el aire frió que corre por estos días, propios del mes, me traslada a esas oscuras y frías tardes vividas en Lima, allá en el 2006,cuando fue mi primer gran golpe en la vida en cuanto a amores no correspondidos, para luego volverlo a experimentarlo en el 2007 ,2013 y para rematar en el 2016. Son cuatro experiencias que terminaron de convencerme de que este no es mi mes en Lima. Tuve tantos inconvenientes para estas fechas que ahora les tengo mucho respeto cuando llegan.
Este año, para este mes, no he podido huir de la ciudad y tampoco   he querido rescatarme a mí mismo. Quizá porque estoy buscando enfrentar de una vez por todas este mes en Lima. Otros años, gracias al trabajo, he pasado la mayor parte de mayo fuera y si regrese a la ciudad fue por una razón muy importante: “El día de las Madres”. Esa será un excepción para toda la vida, mama siempre me traerá aquí, a mi ciudad, este donde yo este. Pero siendo sincero, mayo no me trato mal en otros años; sobre todo en aquellos en que aún era un niño y poco o casi nada me importaba los meses del calendario. Fue un mes de mayo de 1993, lo recuerdo muy bien, que viví una de las experiencias más increíbles de mi vida: “toda las tardes del viernes, por más de 4 horas, me pasaba escuchando música”. Recuerdo que los días viernes   esperaba que toque la campana de salida del colegio  para salir corriendo a casa ,almorzar y luego entregarme a ese placer que hasta hoy causa gran efecto en mí, el escuchar música. Fui feliz, no ‘casi, casi feliz’; una excepción necesaria a la regla que yo me he impuesto para la vida. Puede que sean solo traumas en mi mente para el mes de mayo en Lima, pues automáticamente el primer día del mes me sentí desanimado, además que el día amaneció oscuro y por la tarde ya parecía de noche. Fue así que volví a recordar lo que viví en esos 4 años que mencione líneas arriba; volví a  quererlas a ellas-en caso deje algún día de hacerlo- y a recordar como perdía toda posibilidad que sean mías. Era ese mismo sufrimiento que me paralizaba, que me impedía ser yo; ósea leer, escribir y escuchar mucha música. En este mayo he vuelto a sentir ‘esa sensación de falta de futuro’. Algunos pequeños problemas, algunas causas desconocidas han hecho un abanico de posibilidades que explicarían este escenario de desgano y vacío que vivo. Pero siempre hay una luz que hace su aparición e ilumina la vida. Una vecina, la nueva vecina, una linda chica, que agita mi corazón empieza a rondar por mi mente y por la casa también .No quiero ilusionarme en un futuro juntos, pues ni siquiera nos saludamos. Pero si de lindas chicas se trata,por la tarde hizo su aparición aquel fantasma que atormenta mi vida hace ya 3 años, un mes de mayo del 2016. Quizá mi último gran sufrimiento. La batalla para olvidarla pensé nunca la ganaría, pero la llegue a ganar. Mayo me revuelca en recuerdos, eso estoy seguro sea para toda la vida. Las cosas se salen do control cuando pienso mucho en lo que no fue y en lo que no es. Salí cerca a casa a hacer unas compras y la vi, estaba más bella que nunca y como siempre me miro con indiferencia. Estoy convencido que si lograría vivir todos los meses de mayo en otro lugar, igual me asaltaría cierta depresión, pena y desilusión. Felizmente estoy trabajando-y lo estoy consiguiendo-en ver este mes aquí o en cualquier lugar como un mes cualquiera. Ya me convencí, una vez más,y espero sea definitivo, que en este mes de mayo puedo pasarla bien. Ya con fecha para volver a salir de viaje por trabajo-a fines de este mes, aunque yo hubiera querido que sea antes- , luego del almuerzo, mientras revisaba algunos documentos, sonó el timbre de la puerta .Era un vecino que nos avisaba o –mejor dicho-avisaba a mama, quien abrió la puerta, de que el Tanque de Agua, que tenemos en el último piso, estaba rebalsándose. Era una emergencia, teníamos temor que todo el agua termine inundando la azotea, filtrándose al piso de abajo, además que malogre el techo de la casa adyacente, la del vecino. Mis padres, que ya son de avanzada edad, no podrían resolver esto. Felizmente estaba yo en casa y me hice cargo de todo, rápidamente subí a cerrar las llaves del Tanque de Agua y me trepe por el lavadero, puse un par de ladrillos, y alcance al tanque para verificar que no siguiera llenándose. Para más seguridad cerré todas las llaves de agua de la casa mientras mama y papa llamaban al gasfitero. Felizmente pudimos controlar el problema. No creo que nadie sea imprescindible, ni tampoco creo en héroes; pero si papa y mama hubieran estado solos, de seguro hubieran tenido que recurrir a un vecino para que los ayude a resolver todo esto. No sé si mi lugar está aquí, pero las cosas suceden por algo y gracias a Dios lo resolví. Ahora ya estamos más precavidos y sé que debo de inspeccionar el Tanque de Agua, sobretodo, antes de salir de viaje. El mes de mayo necesitaba algo de emoción, otro episodio de esos en que toda la familia, o los que quedamos en casa, trabajamos en equipo; y paso con esto del rebalse del Tanque de agua. Ahora me doy cuenta que este equipo familiar de trabajo ya lo estoy liderando yo, pues los años me han colocado en esa posición y esta vez la alarma ya se activó y debo de tomar las cosas con responsabilidad. Aun me costaba pasar un mes de mayo aquí, pero me estoy convenciendo que es un mes cualquiera, donde hay que seguir haciendo las cosas que nos exige la vida hacer. Por la noche, luego de que el gasfitero se fue, salí a comprar algo para la cena y me cruce con la nueva vecina, de quien hable, como siempre nos miramos y pienso que  ambos tenemos ganas de intercambiar sonrisas. A ella hace mucho que no la veía, creo que estaba destinado que ese día la vería de nuevo. Sentí que en la próxima oportunidad podría saludarla y sea lo que Dios quiera que suceda o no entre los dos, el mes de mayo después de todo no es malo ni tiene porque serlo.



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martes, 30 de abril de 2019

ABRIL ME ESPERABA


Hoy me sentí contento; casi, casi feliz, algo que para mí es lo máximo. Cumplí un sueño, algo que estaba pendiente desde hace más de un año. ¡Qué bueno que las cosas sucedan siempre cuando tienen que suceder! Mi vida creo que al fin se está ordenando. Quería hacer esto desde hace un buen tiempo, pero estoy convencido que este era el momento, no existía otro. Quizá por eso antes sentía muchas dudas que hoy, felizmente, ya fueron despejadas. No puedo quejarme por lo que he vivido en estos primeros 4 meses de mi vida. No pintaba bien para mi esta año, de repente porque que empecé este recuperándome de un accidente sufrido casi al terminar el año 2018. Precisamente en el tiempo en que obligadamente   tenia que guardar reposo y casi con una sola mano realizar todas mis actividades, y para colmo soy diestro y esta mano es la que la tenía inmovilizada, pude reflexionar y ver lo que en verdad quiero de mi vida y cuan es importante el cuidarse en todo aspecto de la vida. Los días siguientes a mi recuperación el destino supo llevarme por los caminos que eran necesarios caminar. Necesitaba conocer muchas cosas, verlo por mí mismo, que no me lo cuenten; gracias a Dios lo pude hacer. Hoy por varios minutos estuve ahí arriba, sobre un vehículo descapotado, observando a muchas personas y observado por ellas también. Pude ver desde arriba como se mueve la ciudad, como gira una parte del Mundo, esa parte que a nosotros no interesa, porque aquí nacimos, vivimos, tenemos familiares y porque nuestros hijos crecerán aquí y merecen un mejor futuro y muchas oportunidades. Sabía que ahí no podía mostrar ningún arte más que el único que puede ser el de conducir este gran ente de la mejor manera posible. Pedir que tengan confianza en mí todas esas personas que me miraban y otras que no es una locura si no les planteo lo que pienso hacer. Junto a un grupo de personas decidimos salir a conocer más del campo, a pasearnos por todo lugar y a vivir por un momento lo que viviría en caso decida hacer lo que quiero hacer. Contar detalles de esto, en estos momentos, no sería lo más conveniente aun. Solo quisiera decir que si hasta hace 2 días estaba en duda de lo que quería hacer, hoy lo tengo muy claro: quiero hacerlo y no por la presión de muchos que están a mi alrededor, sino porque sé que puedo aportar algo e ir aprendiendo también en el camino. Es una decisión valiente, osada, pero no apresurada ni menos que haya nacido de una locura. El día que me toque hablar enfrente de todas las personas que decidan embarcarse conmigo en este proyecto, diré las cosas con claridad, planteare soluciones a los problemas sin provocar risas ni caras de sorpresas en los demás. Y lo más importante, escuchare opiniones. Solo Dios sabe que pase más adelante y gracias a él cumpliré el sueño completo. Felizmente todo llego en su momento y aun estando ahí, donde no pensé que iba a estar, ya sentía y siento que tengo que subir al próximo peldaño de esa escalera que la vida ha puesto para mí. He decidido entrar a ese campo, a esa guerra; todo por voluntad propia, nada de presiones. Lo hago porque quiero aportar mucho. Porque – lo digo con humildad-ya he ganado algo de experiencia y quiero ponerla al servicio de los demás y compartirlo con gente más joven. Siempre tuve la idea que estas cosas no se comercializan, que estas decisiones se toman cuando tienes control de ti mismo y eres consciente que puedes hacer bien las cosas. Ese control nos lleva a la calma dentro de esa emoción y entusiasmo propio del momento. Pero a la vez también se sabe que es una responsabilidad que al asumirla uno sabe que tiene la oportunidad de dejar un ejemplo y un camino despejado, el cual debe de seguir siendo prolongado por otros durante los demás años que vengan. He caminado un montón en estos dos últimos meses. Me enterado de muchas cosas que no sabía, y las otras que las sabia pude conocerlas al detalle. He sabido conectar mi lado humano con todo lo que he visto y esto me ha llevado a seguir pensando en soluciones. Estoy seguro que tengo y tendré a un grupo de gente muy joven y preparada ahí dispuesta a poder ayudarme a concretar mis sueños. No estaré solo ni en los buenos ni malos momentos. Seremos un equipo, discutiremos cada detalle de lo que propongamos. Habrá muchas personas y circunstancias que nos obstaculizaran, pero sabremos salir de esto con la razón y porque no también con la firmeza que se necesita para el caso.
Hace un mes, tomando muy temprano desayuno en un restaurante, empecé a verme con seriedad en esta tarea que yo mismo me he encomendado. Este reto y hasta riña con la vida empezó con mucho entusiasmo, aunque con cautela de mi parte y no puedo saber en que terminara. Pero estamos seguros que suceda lo que suceda, todo este trabajo no serán en vano; dejaremos planes de trabajo, las formas más viables de poder cumplir lo que deseamos para que puedan ser logrados por quien se encuentre en el puesto. Todo esto puede parecer una locura, pero para mí es un éxito desde ya. No tengo porque desanimarme al pensar que muchas cosas me serán desfavorables, lo único que haré es cumplir con lo que me propongo y siempre estar dispuesto a escuchar y seguir aprendiendo con todos. Además que recurriré a las personas mejor calificadas para que me puedan asesorar de cómo hacer viables las soluciones que planteare a los diferentes problemas que detecto día a día.
No pensaba que en este año me sucedería todo esto. No creí animarme a concretar mis deseos. Es definitivo que el mes de abril me esperaba con una buena sorpresa.



pAnChItO.


martes, 26 de marzo de 2019

¿ERA POESÍA ?


Cuando pienso en poesía o cuando escucho nombrar esa palabra, siento que es algo pendiente que tengo por hacer en la vida. Si bien es un género literario en el que no he querido incursionar, tal vez porque lo veo como una construcción que demanda mucha delicadeza y precisión, y que puede llevarte -si lo haces de una manera equivocada o muy forzosa- a escribir líneas demasiado empalagosas, repetitivas e inverosímiles. Para mi es quizá una tarea de arte puro y no una tarea que la podamos realizar con facilidad. Hace unos días, una conocida editorial anunciaba un concurso para todos quienes escriben poesía o se animarían a hacerlo. El premio no es algo material extraordinario ni mucho menos de valor monetario, es un ‘souvenir’ de la casa editorial y el reconocimiento de que tu poesía logro ganar a muchas que se enviaron  desde varias partes de la región por no decir de todas partes del mundo; por tanto un aliento para empezar o continuar-en algunos casos- escribiendo poemas. Por un momento se me paso por la mente intervenir en este concurso, o sea escribir un poema, mandarlo y así participar. De seguro el querer incursionar en ese género y todavía debutar en un concurso-organizado por una editorial conocida a nivel mundial- es algo suicida, porque lejos de un reconocimiento, lo más probable es que me lluevan las críticas, en caso sean todas las poesías que concursan  todas publicadas en la pagina oficial de la editorial. Felizmente esa intención fue algo que pasó muy rápido por mi mente y después aterrice a tierra y comprendí que no era el momento de escribir una poesía ni mucho menos concursar con esta.
Creo haber escrito poesías - no sé si se podrían llamar así- cada vez que me enamore, y eso ha sido desde mis épocas en el colegio. Tendría 12 o 13 años cuando escribí la primera. Hasta hoy en casa guardo los manuscritos de todos esos poemas; no son malos,son pésimos, lo reconozco con cierta valentía. Cuando fui creciendo hice algunas mejores poesías, pero igual no las considero del todo así y mucho menos competitivas .Por eso hasta el día de hoy no estoy convencido de haber escrito poesía.
Recuerdo cuando empezaba la secundaria, tendría 12 años, y en el curso de literatura una vez el profesor nos pidió llevar para el día siguiente una poesía, sea de cualquier autor y de cualquier extensión.
A pesar que papa tenía muchos libros en casa, que hasta hoy los conserva, muchos también de poesía, decidí ir a la biblioteca de la escuela-un moderno ambiente  repleto de toda clase  de libros, que había sido inaugurado unos meses antes- para buscar una poesía. Esa vez mi hermana también iba a ir a la biblioteca para realizar una tarea de investigación avanzada para la escuela. Fuimos juntos, cuando llegamos nos separamos porque yo me encontré con algunos de mis compañeros de clase. A mí me agradaba ir por las tardes al colegio, y   no para encerrarme en la biblioteca o hacer un trabajo en reunión grupal, sino que había compañeros que iban por la tarde para preparar un trabajo de investigación y otros para jugar 'fulbito' en la gran cancha de la escuela. Yo no era muy habilidoso para la pelota, entonces acostumbraba a pedirle prestada a uno de mis compañeros su bicicleta para pasear alrededor de patio, mientras imaginaba que manejaba un auto y recorría toda la ciudad. Esa tarde no fue la excepción, rápidamente entre a la biblioteca, le pregunte al bibliotecario por un libro de poesías, me dio uno y saque una hoja en blanco de mi maleta y empecé a copiar el poema. Escribí con apuro, no me interesaba que es lo que  decía ahí, solo trababa de terminar rápido para salir del ese lugar y montar bicicleta. No tenía idea de los poetas ni sus mejores poesías, así que me sentía contento con solo haber conseguido una poesía y poder llevarla al colegio al día siguiente. Mi caligrafía hasta el día de hoy es mala, y antes era peor, así que con el apuro esa hoja escrita era un verdadero garabato.
Al llegar a casa para transcribir esa poesía en el cuaderno no entendía lo que había escrito, a parte que recuerdo que esta era bastante complicada, como el nombre del autor. Por un momento creí necesario buscar otra poesía en la biblioteca de papa, pero me daba flojera hacerlo, así que me senté alrededor de la mesa de estudios y empecé a tratar de transcribir el poema, lo que no entendía. Entonces lo reemplace con palabras que se me venían a la mente. En medio de todo mi desorden, irresponsabilidad y falta de lectura trate de darle sentido a ese poema, y conseguí completar este. Hasta hoy recuerdo que eran 4 estrofas. Al día siguiente, para mi mala suerte, salí elegido para leer este poema delante de todos mis compañeros. Todos en el aula me miraban extrañados, capaz porque me veían nervioso-ya que me sentía así porque había inventado parte de este-, porque no creo a esa edad sabrían mucho de poesía como para observar lo que yo había adicionado o cambiado al original. El profesor, que en todo momento se mantuvo mirando al piso, al terminar yo de leer de hablar dijo: “gracias a su compañero por leernos su poema. Recuerden que si no consiguieron un poema pueden inventarlo, como lo acaba de hacer él
Al final de año, desaprobé la materia por muchas cosas, a veces sospecho que por esa poesía también.
La mejor anécdota que tengo es que ese día puse algo de mí para completar ese poema; lo modifique, fui como un co-autor de esa poesía, aunque nunca tome atención de quien era el autor. En los años siguientes escribí mucho, pero nada aun que crea ya pueda publicarlo. Si hubiera decidido participar en el concurso, que organiza la editorial, tendría que haber sido lo más cuidadoso posible para hacer un poesía que pueda, al menos, superar esa aventura escolar que quizá fue un  presagio que algún día escribiré buena poesía y me atreveré a publicarla.


pAnChItO.



lunes, 25 de febrero de 2019

IMPOSIBLE DE SABERLO


“Que va a ser de mi vida sin esa chica maravillosa a mi lado. No es mía, no la conozco aun, lo reconozco, pero sospecho que es tan maravillosa. Quizá Dios no se animó a que yo la conozca y, a veces creo, parece que no la llegare a conocer. Pero nunca se pierden las esperanzas, eso claro esta. Aunque en el fondo ya comprendí el mensaje”

No sé qué hubiera podido suceder en estos 3 años si ella hubiera aceptado estar conmigo, eso nunca se va a saber. Pero estoy seguro que por el amor que existía en mi corazón para ella, esto hubiera sido suficiente para acercar nuestras vidas a la ‘casi, casi felicidad’ Yo sé del presente exactamente lo que todos saben a mi alrededor, nunca de las conjeturas o de lo que hubiera podido ser. Imposible de saberlo. Nunca sabré lo que hubiera sido de mí junto a ella, pues las cosas no sucedieron. La vida nunca deja de sorprendernos y quizás uno de estos días me traiga a la verdadera mujer de mi vida; aunque yo creía que ella era la mujer de mi vida. La conocí, me atrajo, y me enamore de ella. Un día le dije que quería conocerla, ella me dijo que no le parecía. Desde ese entonces viví ilusionado con que un día se enamore de mí. Pero como todo intento era en vano, comprobando que no era correspondido, decidí alejarme; acepte una oferta de trabajo de afuera y no supe más de ella. Cada vez que llegaba a la ciudad a visitar a mis padres, trataba de no caminar por los caminos por donde ella iba y conseguí no verla más. A veces creía verla a los lejos, de espalda, era casi inconfundible su bello cabello ensortijado, entonces yo me alejaba y no miraba más hacia donde probablemente ella estaba. Aunque en una parte de mi me pedía ir tras ella-como muchas veces hice- y volver a intentar el ser siquiera su amigo, otra me decía que las cosas no funcionaban así y que ella no quería saber nada de mí, que si insistía podía caer mal y además que mi dignidad también se ponía en juego. Imposible de saberlo. Me sentí fatal los primeros meses cuando aceptaba que no sería mía. No llore, soy poco de hacerlo, pero si me deprimí. Por trabajo y por voluntad propia visite muchos lugres donde había infinidad de mujeres, de las que me hice amigo. Era muy bellas, pero nadie poseía la belleza de ella. Estaba enamorado o puede que obsesionado. Surgía en mí esa duda. Imagine que con alguien podría aliviar mis penas, pero no existía esa persona. O quizás por tanto pensar en ella dejaba pasar otras posibilidades. Imposible de saberlo. En esos momentos de depresión, los pasatiempos que me daban placer ya no lo hacían. Si quería escribir algo, no lo hacía bien; el desgano y la depresión me tenían sentado en el sofá o echado en la cama. Si leía, buscaba inconscientemente historias de desamor que más golpeaban mi corazón porque todas esas eran menos tristes y dolorosas de la historia que yo estaba viviendo. Todo eso me hacía daño, e incluso hasta escuchar canciones románticas porque cada letra me identificaba con la historia de tristeza que estaba viviendo o una historia alegre de amor que no la vivía y pensaba que tampoco la viviría. Imposible poder saberlo. Cuando estás enamorado, ilusionado u obsesionado con alguien, haces todo lo contrario de lo que decías que ibas a hacer cuando te pase eso. No pude controlar la situación, me sentí entusiasmado y me gano un impulso por querer conseguir la felicidad desde el primer día en que la tuve cerca de mí. No sé si está bien escribir así de crudo, pero odio esos días en que anduve enamorado de ella; no porque me dijo que no, sino porque yo no supe hacer bien las cosas ni prepararme para el rechazo o  al menos sospecharlo  y verlo como una posibilidad. ‘Imposible de saberlo’ Hoy no he dejado de ilusionarme, pero ya puedo imaginar cómo pueden terminar las cosas en caso intente tener algo con otra persona. Soy más paciente y creo que con eso obtendré mejores resultados. Quizá este camino a encontrar a alguien que simpatice conmigo siguiendo esa ruta. Imposible de saberlo.
Hace 3 años hubiera podido comenzar una gran historia de amor, al menos para mí. Hoy vivo una historia distinta a la que me imagine que viviría si las cosas salían bien. No estoy destruido, hoy tengo ganas de vivir. Todo eso que viví luego que ella me rechazo fue una aventura que para bien o para mal es parte de mi historia y al final lo usare para no cometer los mismos errores. Ósea puede que sea más bien que para mal. Imposible de saberlo. Hoy ya no evito verla, ya no voy por otros caminos ni me escondo en casa o en otro lugar. Cada vez que la veo me doy cuenta que no he dejado de quererla; quizá si deje de obsesionarme con ella y acepté de verdad derrota. Con solo verla experimento esa misma sensación de la primera vez que la vi y no puedo dejar de pensar en si sería oportuno acercarme a ella y saludarla. Pero al final no lo hago, eso es bueno. Si no sentiría todo lo que siento por ella, algo que lo compruebo cuando la tengo frente a mí, estaría de repente enfocado a conocer nuevas personas y dejar de pensar inconscientemente que ella podría ser mía. Capaz y hoy tendría a alguien a mi lado y la vida sería distinta. Imposible poder saberlo.
A estas alturas de mi vida y luego de haber comprobado que mi corazón aun late por ella, debo de buscar un refugio, uno para toda la vida porque solo así podrá olvidarla del todo. Imposible de saberlo. Se me hace imposible saber muchas cosas, pero lo que si lo tengo claro es que hay tanto amor en mi corazón que será entregado a alguien, y no sé si ese mismo amor es el que aun siento por ella. Imposible de saberlo. Qué pena que la vida no sea muy fácil para algunos o que no hayamos aprendido aun a hacerla más simple. Hay asuntos que no son de vida o muerte, pero a veces el corazón late por quien no lo merece. Ojala que todo el amor que sentí hacia ella lo vuelva a sentir por ese alguien a quien aún no conozco, pero no pierdo las esperanzas de conocer. Imposible de saberlo.



pAnChItO.


lunes, 28 de enero de 2019

LOS QUE ESTÁBAMOS AUSENTES


No tengo la culpa de nada! Y digo esto de la manera más sincera, clara, y por qué no, sin ninguna vergüenza. Aunque me digan que soy un ‘cara dura’, es contundente lo que acabo de escribir y no me provoca el mínimo sentido de preocupación por lo que puedan decir o pensar quienes están a mí alrededor. Que se vayan muy lejos aquellos que creen que podrán a mi responsabilizarme de todo, que aún creen que soy el mismo tonto de siempre que puede cargar con todo el peso de los errores ajenos. Cada uno hace lo que debe hacer. Cada uno sabe de sus responsabilidades, y cada uno tiene un puesto, que le ha sido asignado, dentro de la organización del trabajo. Claro, existen salvedades donde uno debe de sacar la cara por el resto; una situación en donde uno debe de asumir la responsabilidad porque la situación lo amerita. Pero eso debe ser ante una emergencia, y por lo tanto comprensible por si las cosas no saldrían tan bien como lo haría el especialista a quien se tiene que suplir. Un día miércoles, día de semana, día laborable, mis principales colegas, ellos muy sabios, se decidieron tomar un descanso, unos días libres; haciendo de este día, de mitad de semana, un día festivo sin pensar que su ausencia era inconveniente. No me hago problemas por eso, además que cada uno puede hacer lo que se le da la gana mientras eso no vaya en contra de la tranquilidad de los demás. Yo no reclame de semejante actitud de estos buenos muchachos, ya  que  hasta ese momento todo andaba bien. Pero había un trabajo que cumplir en ese día miércoles, que por voluntad propia de ellos este se convirtió en un ‘día de relajo’. Como supervisor debía de  ir a trabajar. Mientras esos tres muchachos, dando ‘un buen ejemplo’ de lo que es descansar bien, se quedaban allá en la ciudad, bajo el sol, que está saliendo por las mañanas, sentadas en la terraza de un grandioso hotel  y tomando un gran desayuno junto a hermosas mujeres, yo laboraba con normalidad  y con algo de envidia hacia ellos. Hasta ese momento parecía que todo andaba tranquilo, que nada inesperado sucedería, que  algunas decisiones que ellos deberían de tomar, no tendría que hacerlas yo. El  trajín del trabajo era el mismo, salvo algunas pequeñas cosas que había que hacer por ellos, nada de importancia. No me dijeron para unirme al descanso, así que no me pusieron en la situación de elegir entre divertirme con ellos o ir a trabajar. Todo estaba tranquilo, podía hacer solo las cosas; sin embargo parece que la vida se ensaño con la empresa y conmigo también, ya que era en ese momento el único representante ahi. Cosa inesperada, a lo lejos, parado yo en medio de la planta de fundición, vi que se acercaban dos modernas camionetas que terminarían estacionándose frente a nosotros. Al pararse la primera camioneta, delante mío, alguien bajo las lunas de la parte trasera   y vi el rostro de unos de los empresarios más importantes del país en el rubro. Lo conocía porque muchas veces había visto sus fotos  en periódicos y revistas especializadas.  Recordé rápidamente que una de las empresas que dirigía este millonario empresario buscaba, desde hace más de un año, comprar acciones en nuestra empresa.  Buen día, es UD. el Superintendente el encargado de esta unidad- dijo-   Si, yo me estoy haciendo cargo en estos momentos, pues  el grupo de encargados ahora está en una misión de evaluación en la ciudad capital -respondí hábilmente- En aquel lugar, por el mismo clima,  las líneas telefónicas  o cualquier otro sistema de comunicación no funcionaba bien  ¡Que mala suerte la mía! No podía comunicarme con alguien de los voluntarios vacacionistas  para que venga a hacer su trabajo. Aquel empresario había llegado con un contador y un geólogo, ambos especialistas en la materia. La otra camioneta llevaba consigo a su personal de seguridad. Decidí que primero conversaríamos en la oficina, y mande a traer cuatro tazas de café. Miraba mi teléfono móvil y aún no había buena señal, era mala suerte porque otros días la señal es mala, pero al menos había para comunicarse. Al conversar con ellos me di cuenta que era tamaña responsabilidad la que estaba asumiendo. No pude alargar más la conversación, en un momento conseguí la señal y llame a los muchachos, pero no atendieron al teléfono.
Tuve que llevarlos a conocer nuestra zona de trabajo, permitirles husmear por aquellos lugares que son nuestros y que por algún motivo en algunos casos deberían ser ocultados por las personas responsables y no por mí que no estaba tan enterado de lo que era propiamente las operaciones del trabajo.  Estos cuatro visitantes necesitaban recorrer toda el área de trabajo para dar una opinión de como marchaba nuestra empresa y de que posibilidades teníamos para un futuro inmediato.
En el recorrido hice las cosas de la mejor manera, debo de reconocer que dado que no era mi especialidad la de cotos y operaciones hubo una situación en que no pude dar una explicación clara de las cosas, o más bien no pude cubrir falencias y esto fue usado en mi contra; o más bien en contra de la empresa.
En su informe final, este grupo de profesionales a carta cabal, mencionaron que no trabajarían en sociedad con nosotros, que no era rentable invertir en nuestra empresa. Quizá no represente bien a la empresa, pero creo que hice lo mejor. No sé si existan las disculpas del acaso, pero yo solo puedo decir que hice lo que pude. Pero nos descalificaron y ese era el resultado que importaba.
La culpa no era solo mía, pues si hubieran estado ese día cumpliendo sus funciones quienes son los encargados de esa área,otro hubiera sido el final de la historia. A raíz de esto, muchos de ellos mismos se dieron el lujo de decir que por mi culpa habíamos perdido inyección de dinero en la empresa, pues no supe resaltar el potencial de la empresa ni de convencerlos que algunas carencias en el trabajo podrían ser mejoradas comprando maquinaria moderna. Sabíamos que la empresa ya no tenía mucho dinero, que era costosa su recuperación y si no estábamos apoyados en aquellos inversionistas, estábamos del lado del fracaso. Todos los días realizaba mi trabajo, me metí de cabeza en mi área, pero nunca me interese por las otras. Tampoco se trataba que quiera con una gran pasión conocer todos los procesos del trabajo. Pero el mensaje para mí mismo era que si hubiera conocido más de las otras áreas, habría podido argumentar por qué   era rentable que inviertan en nuestra empresa. El mensaje final era que no solo debía sentirme mortificado porque quienes se ausentaron y me dejaron ahí solo trabajando eran los primeros que me criticaban, sino que yo debía de entender lo importante que es interesarse por todas las áreas del trabajo, pues uno nunca sabe cuándo va a ser necesario demostrar esos conocimientos usándolos para la conveniencia de la empresa y para la de uno mismo; ya que  era la mejor manera de poder haber escalado posiciones demostrando que valgo mucho para la empresa.


pAnChItO.