martes, 31 de diciembre de 2019

FELIZ AÑO PARA MI,PARA TI Y PARA TODOS LOS DEMÁS


Se escuchan gritos poniendo de punta los nervios de los vecinos que viven por ahí, y los míos también. Pareciera que están matando a alguien o que están perpetrando un robo a mano armada. Los primeros gritos que escuche fueron dirigiéndome a la avenida principal, cerca de casa. Después descubrí que las señoras que gritaban lo hacían a un niño –de seguro su sobrino o nieto de alguna de ellas- que montaba una nueva y pequeña bicicleta en medio de la pista, por donde a esas horas de la tarde los autos voltean a gran velocidad, pues quieren volver rápido a casa. Caminando unas cuadras más volví ser parte del pánico: otros gritos venían de un lado de la avenida. No era del motor de los autos, que pasaban por ahí, era de los dueños de un can que salía a embestir a una pareja que caminaba por el lugar. Ellos eran conscientes que su mascota tenía un buen peso, además de provenir de una raza de respeto, por lo cual gritándolo y a empujones lograban meterlo a su casa. Que tonto es asustarse por eso-pensé- Pero que mal es andar asustando a la gente con tremendo escándalo que se arma por cosas que pueden decirse en voz baja. Como no buscar una forma de sancionarlos. Todo eso me decía a mí mismo mientras seguía caminando hacia mi destino. Esos escandalosos gritos me asustaron, así como también a otros que caminaban por el lugar. Pero   pensándolo con más tranquilidad, ¿qué hubiera sucedido si aquéllas señoras no lo recordaban a ese niño que debían manejar con cuidado?...seguro ahora estaría mal herido o muerto. Era casi un hecho que un auto que volteaba a toda velocidad lo hubiera atropellado. En el otro caso, ¿si esos señores no hubieran llamado en voz alta a su can para luego meterlo a empujones?...posiblemente el can hubiera embestido y mordido a esa pareja. Pensando en lo que hubiera sucedido con altas posibilidades, no era sorprendente que esas personas actúen así. Y si yo, como otras personas, deseo caminar por las calles de la tranquilidad, mejor me debo de quedar en casa   viendo la televisión. ¿Pero quién hubiera comprado lo que necesitaba comprar? ¿Por cuantos días podría estar enclaustrado evitando escuchar todo ese escándalo? La única ruta a tomar es el enfrentar a la vida y comprender a los demás, pues yo en su lugar también hubieran hecho lo mismo. Es la mejor y rápida decisión que puede tomar cualquiera ante un peligro inminente, pues otra advertencia ya no habrá. Concluyendo: “no tendría sentido juzgar a los demás ni discutir con ellos por actitudes que todos cometeríamos cuando estemos en esa situación y es necesario hacerlo, porque está en juego la vida o integridad de alguien” Dividirnos entre vecinos o con quienes están a la vuelta de la esquina, por cosas que se hacen con una justificada explicación, esta demás. Hay batallas que no valen la pena empezar, pues son inútiles, no habrá ganadores y si muchos perdedores. Estoy seguro que si le pido a cualquiera que con sensatez me diga si es necesario imponer la tranquilidad de uno a costas de que otros no hagan ruido y eso implique que sucedan tragedias que se podrían evitar, me dirían que no. Que cada uno grite cuando tenga que gritar, no tendríamos por qué molestarnos. Tengo temor que la vida se termine con los mismos conflictos en mi mente. También temor y preocupación que aún le siga dando vueltas a lo que tiene una explicación simple. Desde ahora debo de entender que esto lo voy a ver una y mil veces y otras muchas; y un día, por no decir mañana o más tarde, yo seré quien rompa la calma de los demás, pues estará la integridad y la vida de alguien en juego. Y todo va a estar bien, nadie se tendrá que molestar; y si lo hacen, después comprenderán del porqué de mis gritos.
En este año que ya se está terminando todo hemos cometido errores, pero también hemos tenido aciertos en lo personal, laboral y en general en todo aspecto. ¡Feliz nuevo año 2020 para todos!


pAnChItO.