lunes, 25 de diciembre de 2017

Pequeñas metas cumplidas

Por primera vez, en 10 años, que cruce esa avenida y no voltee mi cabeza para mirar hacia el lado izquierdo , que es donde vive ella. Esto era porque acababa de cruzarme con otra chica que vive cerca de mi casa, quien otra vez despertó en mí una ilusión, aunque pesándolo fríamente: una falsa ilusión;ya que en una oportunidad tuve el valor de ir detrás de ella y preguntarle su nombre, y ella me dijo que no podía hacerlo porque era un desconocido. Ella me conocía de vista, pues vivíamos en la misma cuadra, pero estaba claro que no quería que la conozca ni tampoco ella conocerme. Pero los años van pasando y hay episodios de nuestra vida que deben de quedar en nuestra mente, aunque solo como anécdotas que ya no nos deben de hacer daño, si en caso alguna   vez lo hicieron. Luego de ponerme a pensar en aquella remota posibilidad con la nueva vecina, lo que definitivamente me producía mucha tristeza, pude sonreír un poco y fue por la satisfacción de que, como contaba líneas arriba, ya no mire hacia la casa de mi otra vecina, a quien espere por una década esperanzado en que se enamore de mí y suceda lo imposible: que deje a su novio por quedarse conmigo.  A ella empecé a conversarle y me enteré sin saber que en ese entonces ya tenía una relación con un muchacho, quien hoy ya es su prometido, pero igual seguía llamándola, seguía propiciando encuentros entre ambos. En conclusión, seguí gastando mis energías en un imposible.Al empezar,decidí  dejar de pensar en ambas vecinas, que aún me gustan, y mirar hacia otros lares. El buscar el amor de nuestras vidas no es fácil, porque no siempre de quien tú te enamoras es la persona que siente lo mismo por ti. Por eso que también al olvidarme de ambas vecinas era el dejar de echarles las culpa-como muchas veces lo he hecho- de mi soledad; pues ellas no tenían ni tienen la obligación de enamorarse de mí, y es más: siendo sincero y justo con ellas, nunca me dieron esperanzas y más bien fueron claras en decirme y/o mostrarme que no tenían interés en mí.
Este año que ya está por terminar empecé diciendo:”quiero sincerarme conmigo mismo. Quiero decirme a mi mismo  parado frente a un espejo todo lo que no he hecho bien y que inconscientemente-a pesar de saberlo- lo sigo haciendo. No quiero seguir postergándo mas esto. He empezado por reconocer que el tiempo nunca es el mejor aliado de aquel hombre que vive de recuerdos, de pensamientos, de batallas perdidas que si la vuelve al luchar obtendrá los mismos resultados. No porque sea un fracasado, sino porque hay cosas que más dependen del destino y no de uno; por lo cual hay que aprender a no darle más vueltas a un mismo asunto, del cual sabemos cuál es el resultado final. Mejor es el iniciar una nueva historia y dejar que las cosas caigan por su propio peso, sin presionar a nadie. Si hablo de amores, yo debo de contar más historias que se basan en ilusiones que luego se convirtieron en obsesiones, que en hechos reales. Estas historias que se crearon en mi mente y que aún no salen de ahí, me hicieron mucho daño y aun lo siguen haciendo. Soy un romántico, un hombre que cree en el amor, un hombre que aún creen en esas historias fantásticas en la cual si estas interesado en una mujer pones todo tu empeño en conquistarla. Pero ahora también creo en los procesos que se debe de seguir para que las historias terminen bien. 
Hoy he decidido caminar por todos los caminos por donde se deba de caminar. Conocer personas por aquí y por allá, cambiar con ellas impresiones; como también olvidarlas pronto en caso ellas no muestren un interés en seguir en contacto conmigo. Esta actitud no debe de tomarse como un producto de rencor u ofensa, sino de salud y respeto por uno mismo. Me cuesta hacer todo eso, pero debo de hacerlo por mi bien. Porque si bien es bonito el ilusionarse con una persona y sentir esa adrenalina única de pensar en el día que le declararas tu amor, también es doloroso cada momento en que compruebas que no siente nada por ti;mas cuando no acepta conversar contigo o caminar a tu lado, pero si lo hace con otra persona, a quien también recién conoce y es seguro que si simpatiza con esta. Nunca dejare de creer en el amor, pero hoy le doy una verdadera dimensión a todo lo que implica esto. La vida sigue corriendo y hoy recién entiendo que no puedo quedarme congelado en el tiempo, pensando en pajaritos que yo solo pinte en el aire para mí.  Quiero ver en cada espejo que se presente en mí día a día mi rostro sonriendo, pues siempre existirán motivos para ser feliz. Creo que las  personas que deben de estar para siempre en tu vida llegaran. No solo tengo como meta el mantener ese logro que alcance hoy de cruzar aquella avenida, donde vive ella, y no voltear a mirar a su portón, como muchos años lo he hecho, sino que debo de igual manera ya no mirar hacia la otra calle donde vive mi otra vecina. Metas pequeñas, para muchos tontas e insignificantes, pero para mí el cumplirlas va a ser un paso importante para alcanzar mi tranquilidad y mejorar mi dignidad. Al fin me sentiré liberado de esas cadenas que me atan a los malos recuerdos, y que yo mismo las hice así.  No esperare más tiempo por personas que no demuestran algún interés para mí. Les deseare suerte y empezare a buscar mi felicidad sin desesperarme y caer en peores momentos en que viví. Desde hoy si miro a los costados para cruzar ambas calles será solo para fijarme si no vienen autos o buses que puedan atropellarme, mas no para ver a esas dos personas que sin querer queriendo atropellaron mi dignidad”

Lo logre y estoy contento por eso. Para mí no puede haber otra forma mejor de terminar el año que el haber cumplido una meta que mejore como persona y que contribuya a mi tranquilidad y dignidad.



pAnChItO

lunes, 18 de diciembre de 2017

SIGO VIVO

Aun no puedo creerlo. No es ni  casi una hora que yo ya estaría muerto, o en el mejor de los casos con la cabeza rota y las costillas también. Estoy sorprendido de la suerte que acabo de tener. Mi agradecimiento eterno, una vez más, a Dios y a todos los santos porque salí ileso de ese accidente que acabo de vivir. Estoy de descanso en Lima y, como siempre lo hago, decidí salir a  dar un paseo en bicicleta. Yo que me vanaglorio de ser un conductor ejemplar de la bicicleta, un hombre que sabe controlar la velocidad, que es prudente para transitar por avenidas concurridas de todo tipo de vehículos, pero con el único defecto de que nunca he dejado de llevar los audífonos de  puestos mientras pedaleo, aunque siempre me digo a mi mismo que lo hago con el volumen bajo para poder así sentir si algún vehículo viene detrás de mí,me ocurrió un evento.Por esta imprudencia de montar bicicleta con los audífonos puesto algo  tenía que suceder un día, y justo hoy sucedió.Felizmente, aunque parezca increíble, no termine siquiera con una mínima raspadura.El reporte de ese milagro es el siguiente.Iba paseando por una avenida en pendiente, pensando en tantas cosas y acompañándome con la buena música que llevo en el teléfono móvil, la cual la escucho con los audífonos. No sé cómo sucedió, manejaba de lo más tranquilo e inclusive haciendo una pirueta para avanzar en subida, cuando veo de reojo una sombra detrás de mí que venía a toda velocidad. No sé por qué cometí la estupidez de pegarme hacia donde vi ese aquel bulto, y casi colapso con ella. Felizmente, el conductor al percatarse del inminente choque freno como pudo y se abrió para no golpearme y seguramente arrastrarme por el pavimento. Fue así que su motocicleta perdió el equilibrio y yo vi cómo se cayó sobre la vereda. En ese momento no note de la magnitud de lo que me podía haber sucedido y solo escuchaba que aquel hombre  tirado en el suelo solo me insultaba recordándome a mi madre. Me dijo que me había estado tocando el claxon desde lejos, pero que yo no lo escuche porque estaba con los audífonos puestos. No podía decir nada, yo estaba en falta. Eso lo tenía claro. Veía que trataba de ponerse de pie  con dificultad y quise ayudarlo estirando mi  mano, pero no me acepto la ayuda. Él estaba furioso,escuche más insultos de su parte. En ese momento me dijo algo que recién me hizo imaginar lo que hubiera podio pasar: “te hubiera podido matar con mi moto” Entendí lo que había podido suceder. Recién era consciente de lo grave que hubiera sido las consecuencias de esta imprudencia de mi parte, a la vez que también pensaba que fui afortunado.Si no moría, hubiera terminado con todo el cuerpo roto y quien sabe con una lesión que me hubiera dejado incapacitado para toda la vida. Le agradecí, le quise estrechar la mano, pero seguía tan molesto conmigo que no me extendió la mano. Parece que quería golpearme, y yo que tengo un carácter de los mil demonios no me defendí; solo pensé en la suerte que tenía de estar vivo e  ileso para semejante accidente que se hubiera producido. Pude ver su uniforme de trabajo,era repartidor de una conocida 'Pollería' del distrito donde vivo y de seguro hoy domingo con mucha más razón llevaba consigo varios pedidos. Pude observar también que los paquetes que llevaba en la canasta se habían roto. Quise darle dinero para subsanar eso, pero me dijo que me largue.Debía de aceptarlo,si él no hubiera reaccionado a tiempo, no sé qué hubiera pasado. Soy consciente que soy culpable y debo de tomar precauciones para que esto no vuelvo a suceder.Hoy  muchos transeúntes me miraban, yo me sentí avergonzado,pues  conduje irresistiblemente. Entonces y en medio de todo fue que  eche mi bicicleta a andar y no volví a colocarme los audífonos. Durante el largo camino de regreso a casa pensé en tantas cosas, mientras aún seguía con esa sensación de que estuve a poco de ser impactado por esa moto y arrastrado de seguro muchas cuadras. A decir verdad, y sin intención de salvar responsabilidades, aquel motociclista también iba a excesiva velocidad, pero yo llevaba los audífonos en el oído, por lo cual no pude escuchar nada de lo que sucedia a mi alrededor,ademas que me hice de forma tardía a un lado, y ese era lado equivocado. Si se trata de ser sinceros, no estaba escuchando música a un alto volumen, pero tan poco era a bajo volumen. Puedo decir que me he salvado de una muerte segura, porque si caía de cabeza al pavimento, ese mal golpe hubiera sido fatal. No puedo creer y aceptar que a pesar de tener tantos años de vida, aun pueda cometer esas graves faltas de tránsito, más aun  manejando una bicicleta. Puede ser que ese conductor también tenía responsabilidad por manejar a excesiva velocidad, pero debo de agradecerle también por haber frenado a tiempo. Si no hubiera hecho eso, ahora sería otra la historia y papa y mama podrían haber muerto de la impresión al saber de la noticia que yo estaba gravemente herido o muerto. Veo que mis errores e irresponsabilidades no solo me afectarían a mí, sino a mi hogar; pues no solo papa y mama se hubieran puesto mal con la noticia,también  mi hermana de la preocupación por  y por ellos .  Los accidentes están dispuestos para ocurrir en cualquier momento. Peligros hay en todos lados, pero somos nosotros quienes no lo identificamos o en caso de hacerlo,no los controlamos. Con todo lo sucedido, soy consciente de lo importante que es vivir en armonía con todos, quienes están a nuestro alrededor, porque uno nunca sabe si regresara casa vivo. El salir a la calle es parte del vivir,no podemos quedarnos enclaustrados en casa, pues debemos de salir a trabajar, a estudiar o a realizar algún trámite, pero hay que cuidarnos. Los accidentes pueden ocurrir en cualquier lugar, inclusive en casa.No nos confiemos en la buena fortuna. Si bien los eventos suceden cuando tienen que suceder, tampoco no son muchas las veces que tenemos la buena suerte de salir librado de ellos. Hoy, mañana y todos los días voy a rezar por la suerte que tengo de estar vivo. Cuando amaneció en la mañana, sentía muchas dudas sobre mi vida. Me rondaba por la mente, como otros días, si la vida me ha dado lo que merezco o tanto como le ha tocado a otros. No estoy donde quiero estar, eso me tiene desconforme a veces. No estoy con quien quiero estar, era siempre algo inexplicable para  . Siempre por mi mente pasaba el victimizarme y decir que la vida no justa conmigo. Pero que hubiera sucedido si hoy  por mi imprudencia ya estaría muerto,se hubiera ido al diablo la libertad que ahora tengo para escribir, para escuchar música, para leer y para salir a caminar y tomar el aire fresco. Todo hubiera terminado hoy para mi,pero en el mundo, salvo mis padres,a nadie hubiera importado;todo hubiese continuado y yo muerto por tonto. Ahora que estoy aquí escribiendo con planes de por la tarde ir a una feria de libros y a otra de vinilos y por la noche comer un rico ‘arroz a la cubana’ preparado por mama, sé que Dios, el destino y la vida me han regalado una nueva oportunidad para disfrutar de todo eso. Qué más puedo pedir, que el haber salido vivo de un accidente que  fue provocado por mi irresponsabilidad.

¡Que viva la vida! Mi mejor regalo de navidad es el estar vivo.


pAnChItO

miércoles, 13 de diciembre de 2017

UNA GRAN LECCION

Era una mañana de sábado de verano, y yo sudaba demasiado a pesar de haber tomado una ducha helada. Un calor intenso y una angustia en mí, que no sabía del por qué se había instalado en mí. Nada era igual al día anterior, viernes, que fue un día tranquilo y llena de inspiración para escribir canciones. Esta vez toda era un caos en mi día; no tenía nada que hacer, o no tenía ganas de hacer algo. Nada me llamaba la atención. Papa y Mama en el primer piso de la casa, y mi hermana laborando en la oficina. Para matar la intranquilidad e incertidumbre, me provine de sobres de maní picante y una bebida gaseosa de 2 litros light (aun pensando en bajar de peso, cosa que nunca hice en los últimos 6 meses, y tampoco creo que lo hare) e hice el intento de empezar a ver una película; una que la compre hace ya 9 años, cuando aún vivía en Lima y la vida me sonreía porque era un estudiante universitario y no debía de preocuparme de los verdaderos problemas que hay que resolver en esta. Cuando conectaba el televisor y el equipo de reproductor DVD, timbro el teléfono: era un mensaje de ella. Era conciso lo que me decía: “conéctate al internet, por la red social conversaremos”. Eso hice, me conecté y nos saludamos y de arranque le conté todos mis planes, como pensaba en pasar el resto de la mañana. Aunque por dentro si deseaba hablar con ella, mi momento de relajo era impostergable, esa película de hace muchos años me hacía pensar en darle prioridad y verla. Además, que me gustaba darme un aire de importante y a la vez demostrarle que estaba aún enfadado porque nunca responde a mis mensajes de saludos. “Come todo los manís picantes que deseas y tengas, tomate toda la botella de gaseosa que debas de tomar para contrarrestar lo picante que debe de estar tu piqueo, y con la otra mano conectate y lee con tus ojos lo que tengo que decirte”- me escribió en letras mayúsculas- De seguro no tendría yo que responder muchas cosas, ella me diría todo, menos una declaración de amor. De eso yo estaba seguro.

"No te quiero molestar mucho, y si así lo quisiera, no lo podría hacer porque mi vuelo a New York sale en media hora. Estoy aquí, en San Francisco, esperando a abordar el avión y no tenía nada que hacer. O más bien, tengo muchas cosas que hacer y por eso quiero empezar por una de las pendientes: el escribirte y soltar de mis labios o de mis manos todo lo que tengo para ti. No quiero dejar nada en la valija, deseo llevar renovada a la gran Manzana. Aunque no me quedare mucho tiempo, tratare de visitar a todos los amigos que tengo por allá. Qué bueno que te decidiste por el haber visto esa película que hace mucho tiempo vienes postergando el verla. Creo pagaste una deuda con tu 'papi' y hermana. Como lo sé, esa película ellos la compraron especialmente para ti, sabían que te gustaba y era muy escasa en el mercado. Pero ellos hicieron una cuota y te la compraron. Tú se lo agradeciste, pero nunca lo viste por estar pensando, como siempre, en tantas cosas y perdiendo el tiempo en renegar y sufrir por lo que no tienes y jamás tendrás; y no porque no lo puedas alcanzar, sino porque el destino lo ha escrito así y mejor debes de guardar tus energías para otras cosas de mayor valor. ¡Acepta que hay batallas que ya están perdidas antes de empezarlas! Qué bueno hoy te vas a entretener viendo esa película, que tanto te gusta. No me demorare mucho. Todo esto empezó hoy muy temprano. Me levante preocupada porque debía de abordar el avión a primeras horas, y aun no había terminado de hacer las compras que necesitaba. Al apurarme y preparar mis cosas, antes de ducharme, se me cayeron los aretes que me obsequiaste, hace ya casi 2 años, en la ciudad del Cuzco. Uno de ellos lo encontré rápidamente, estaba al lado de mis zapatos. El otro cayo y se metió por debajo de la cama. Y caramba que me causo problemas el sacarlo. Por un momento pensé en dejarlo ahí para que el encargado del hotel al hacer limpieza los encuentre, y junto al par que le dejaría sobre la mesa de noche los lleve a recepción; aunque para ese entonces capaz yo ya esté en el avión. Pero al final lo recupere, y los tengo puestos ahora. No sé por qué te hablo de todo esto, si después de todo tu nunca me volverías a preguntar por esos aretes; y si así fuera, te diría que me quedaron fascinantes y que los uso solo para ocasiones especiales. Es verdad, no me importan como tu quisieras que sea, pero recordé como convenciste al vendedor de la joyería para que te haga una rebaja y me lo compraste porque sabias que me gustaban. Y en verdad, ese día admire tu poder de convencimiento y como disimulabas al sacar esos billetes de tu cartera para pagar, creyendo que un ladrón te miraba. No te los quise aceptar, luche para que los devuelvas. No quería deberte nada, y tampoco quería que malgaste tu dinero en obsequiarle algo a alguien, a quien volviste a ver después de tiempo, y quien sabe si volverías a ver. Pero te los acepte porque me pareció tan original todo lo que hiciste, además que son muy finos. Espero sepas que no soy una interesada, nunca lo fui. Hoy recupere el arete que cayó por debajo de la cama, me tire sobre el piso alfombrado y estire uno de los brazos y sentí el objeto perdido.  Debo confesar que eso de agacharme me puso de mal humor, y el estirar mi mano me causo dolor, pero logre el objetivo. Desde esa hora me recordé de ti, y creí conveniente el escribirte llegando a New York, pero ya vez, había programado todo ayer, por lo que esta mañana termine de hacer las compras temprano y me duche, y me embarque al aeropuerto y estoy aquí esperando en sala de abordo.  Es por eso que te escribo, de otra forma no hubiera sido así, porque en el aeropuerto de New York me hubiera encontrado con algunos ex compañeros de trabajo y no podría haberme rehusado a tomar un café con ellos y luego abordar el auto para dirigirme a un hotel para dormir unas cuantas horas hasta que me recojan para tomar el avión y empezar a trabajar. Ósea, en otras circunstancias, jamás te hubiera escrito. Pero no lo tomes a mal, es lo que hace cualquier persona que no tiene ningún compromiso con alguien, ni menos interés en ti, haria. Eso sí, he leído todos tus emails que me mandaste. No los respondí todos porque anduve ocupada, y también con la esperanza a que te canses de escribirme. Esperaba que ya no me vuelvas a escribir, al menos por mucho tiempo. En verdad, por lo que me cuentas, sí que te dedicaste a fracasar en el amor. No creo que tu destino estaba escrito así, sino que te ilusionas mucho con las personas. Y si ellas no tienen ninguna simpatía por ti, ni interés, terminas por deprimirte. Sabes no es culpa de nosotras, es tu culpa por hacerte tantas ilusiones. No quería escribirte, porque sabía que iba a decirte todo esto, pero a la vez siento que es necesario que lo sepas. No me caes mal, te conozco hace ya casi 18 años y he reconocido en ti buenas intenciones, pero yo no tengo ningún interés por ti, salvo como amigos. Aunque sé que eso nunca fue suficiente para ti. Siempre supe que estabas interesado en mí, pero nunca pensé que tantos años guardarías contigo alguna esperanza por mí. Aquella tarde de 1999, en Lima, en la Academia Preuniversitaria, cuando yo llegaba apurada del colegio y almorzaba en un rincón del salón de clases antes que lleguen todos, tu corrías al quiosco a comprarme una Coca Cola, cuando yo decía que tenía sed. Siempre te quise pagar la gaseosa, después de decirte gracias, pero nunca la aceptaste. Y al día siguiente cuando te compraba tu bebida gaseosa favorita, te alegrabas y me decías que por la noche me acompañarías a tomar el bus para volver a casa. No entendías el mensaje. No quería deberte ningún favor, porque no te lo había pedido. Hace 2 años que fui para Cuzco, acepte el programar una fecha para ir juntos, pero lo hice porque no tenía con quien ir, y era bueno acompañarnos y así poder tomarnos fotos, pero nada más. Tu insististe en ir a las mejores cafeterías y restaurantes de esa ciudad y querer pagar las cuentas. Yo te convencía de comer en algunos ‘huariques’ que conocía, de la época que volaba semanalmente ahí. Pero comiendo en cualquier lugar, donde íbamos, hacia todo lo posible para pagar parte de la cuenta. Lo que me correspondía. No sé qué maniobra hiciste, pero cuando me fui a mirar hacia otro mostrador de la joyería, ya tenías en tus manos esos aretes que al final me regalaste. Te los acepte a regañadientes porque no podía portarme tan mal contigo. Pero pensaba que yo me los podía haber comprado en otra ocasión que vaya para Cuzco. Al día siguiente, de ese último paseo que hicimos juntos, tenía que volver a Lima porque de ahí me embarcaría otra vez al trabajo, y tú en vez de seguir disfrutando del Cuzco, me mandaste miles de mensajes de texto para saber de mí, para desearme buen viaje y hasta para preguntarme que había desayunado en esa mañana. Te odié y me arrepentí de haber viajado contigo. Por eso desde esa vez nunca conteste el teléfono ni tus correos electrónicos. Un día que llegué a Los Ángeles, vi una gorra con las inscripciones de la ciudad y recordé que esa es una de tus ciudades favoritas. No me importo el precio y te la compre. Me asegure de conseguir una agencia y enviártela por correo instantemente para que esa misma noche te llegue a Lima, y así compensar el regalo de los aretes, y te des cuenta que ya no te debía nada. Pues pensaba que así ya no me seguirías escribiendo, porque yo no fui ni soy tu chica. Así que te envié la gorra con el temor que lo puedas tomar como una esperanza para conmigo. Imagino montaste en cólera conmigo al recibir ese regalo después de muchas llamadas y mensajes de texto que no te respondí. Decidí llamarte para decirte que te estaba enviando un presente, y no contestaste. Recuerdo que luego me escribiste diciéndome que no estabas en Lima por esas fechas, y que a penas llegaste a casa, le pediste a tu mama el regalo y lo enviaste a mi dirección en Lima. Y esa gorra llego también cuando yo no estaba en casa. Cuando volví, me fastidio que me lo devolvieras, y lo tire por uno de los roperos de mi hermano, y hasta hoy no lo he vuelto a ver. Hoy espere que me digas que no tenías tiempo para hablar conmigo, porque más importante es tu película, porque tú a estas alturas debes de saber que ya no tengo nada bueno que decirte, pues hace mucho tiempo te he dejado claro que no quiero nada contigo. Sin embargo, dejaste todo para comunicarte conmigo. Pero ya que aceptaste hablar conmigo, te digo todo esto. Aunque no me lo creas, todo esto no lo escribo por sentirme aliviada de ti, sino para que en futuros caso no te ilusiones con las personas, ni te obsesiones; y aceptes que a veces muchas de ellas no tienen simpatías por ti, y por estar perdiendo el tiempo esperanzado en ellas, pierdes la oportunidad de entablar conversación con alguien que podría tener   afinidad contigo. No te escribo mas, ya salgo para el aeropuerto y te cuento algo: mañana por la noche llego a Lima, pero voy con mi novio. Hasta siempre”


pAnChItO

viernes, 8 de diciembre de 2017

UN HOMBRE DE DECISION

Había decidido tantas cosas, como casi siempre lo hacía, y tenía el temor de no poder llevar a cabo todo eso. Soy temeroso a seguir siendo por toda mi vida un hombre indeciso. La tranquilidad llegara a   mi vida el día en que este seguro de poder cumplir con lo que he decidido, sea para bien o para mal. Mientras tanto siempre me atormentaran las consecuencias del no haber cumplido con lo que me he decidido o el no haberme decidido a dejar de hacer las cosas que me hacen daño o no me tienen cómodo en la vida. Soy un hombre mediano en edad: aun joven, en realidad. Pero ya debo, de una vez por todas, darle dirección a mi vida, de acuerdo a las decisiones que toma para con ella. Al día siguiente de cumplir los 35 años, decidí pasar la noche en uno de mis Night Clubs favoritos. Esa noche llegue al local y había un montón de bellas chicas, algunas en la barra y otras en las mesas de consumo. Sentí que todas estaban ahí para mí, como un regalo atrasado de cumpleaños. Pero no estaba ‘la china’, una chica con quien siempre suelo tomar un pisco sour y cervezas negras; pues desde hace muchos años no solo existe entre los dos una relación laboral, sino una amistad. Hablamos de tantas cosas, pues es una mujer con mucha experiencia de la vida, y yo entre tragos y caricias casi siempre suelo hacerles preguntas que me deja el día a día. Entre tantas mujeres, divise a lo lejos, cerca de la barra, a aquella chica, quien, desde hace un tiempo, me llama la atención por su belleza exótica. No me demore mucho en acercarme y conversarle, para terminar, bebiendo con ella. Entre varias copas de vino que le invitaba y dos botellas de cerveza negra que pedí para mí, terminamos conversando de todo. Ambos nos abrimos como un libro. Nadie oculto nada. Y ella, como todas las chicas de su oficio, me estudio muy bien y se percató que era un hombre indeciso. Que, si bien recalcaba mi madurez, acorde con mi edad, me dijo algo que me dejo pensando: “te falta decisión”. Desde ese día eso se quedó en mi mente, pues me lo decía una mujer que sabía de la vida. Pero no hice mucho para corregir ese error. Ha pasado un tiempo desde ese día, y eso me ha venido atormentando, y explicando del porque muchas cosas en la vida no me dejan conforme conmigo mismo. Pues yo siempre he sospechado que mi mayor defecto era ese: el ser un hombre indeciso. Pero era necesario que alguien me lo dijera sin el temor de herirme, como lo hizo aquella noche esa bella chica. Creo que es el momento de corregir esa actitud mía. No puedo seguir viviendo así, sintiéndome mal por hacer lo que no quiero hacer. Si deseo algo en la vida, debo de pensarlo dos veces-claro está- pero no darle tantas vueltas al asunto y decidir algo para después retractarme y terminar por no hacerlo. Tomar una decisión en la vida puede ser difícil, más no hacerlo o el dudar en hacerlo, es el peor calvario que uno puede llevar consigo.
Si estoy aquí o deseo irme, es mi decisión. El decidir qué hacer, es analizar los pro y contras de una acción a realizar. Si no estoy allá, pues así lo he decidido; y no hay lugar a lamentarme. Fue mi decisión.
Llevo casi 2 años pesando en una chica, en como conquistarla, en cómo hacer para que sea mía. Los mismos 2 años en que le hable por primera vez, y fecha en que ella fue tajante y me dijo:” no te conozco, no puedo decirte mi nombre y no puedo seguir hablando contigo” Aun tengo esperanzas con ella, a pesar que alguna vez en la oscuridad creo haberla visto caminando de la mano con un hombre que posiblemente sea su enamorado o novio. A pesar de todo eso, no me decidí a olvidarla, y sigo teniendo esperanzas en que un día me dará una oportunidad. No me decidí a buscar a otras chicas. Falta una decisión de frecuentar lugares donde conozca gente nueva, y quizás ahí las cosas caigan por su propio peso y termine conociendo a la mujer de mi vida. No, yo sigo pensando en la misma chica y mirando que el tiempo sigue corriendo sin ninguna novedad en mi vida.
Estamos a pocos días de finalizar el año, y al ser yo una persona indecisa me ha llevado a lamentarme, una vez más, por no haber podido conseguir lo que he querido. No quiero seguir así, soy joven aun y puedo cambiar todo esto que me sucede con decisiones que me permitan sentirme cómodo y peleando por los objetivos que quiero alcanzar. ‘Nunca es tarde para cambiar’ Lo sé, y espero el hacerlo ahora y no esperar a que pase más tiempo y seguir pasando un mal momento al ver el calendario por estas fechas. ¡Voy a tomar decisiones! No me queda otra alternativa si es que quiero mejorar mi vida. Sudaran mis manos y sentiré hincones en el estómago de los nervios al tener que tomar decisiones, pero todo eso será mejor que el vivir atormentado pensando que hubiera sucedido se hubiese decidido hacer lo que no he hecho. Si se presentan buenas oportunidades en el camino a seguir, habrá que aprovecharlas siendo firme en tomar decisiones para no arrepentirse por los resultados. A estas alturas de mi vida ya no sueño con ser un hombre exitoso en todo ámbito, sobre todo en lo económico. Solo sueño con ser un hombre decidido y con personalidad. Creo que, con esas dos cualidades, puedo conseguir lo elemental en la vida para vivir tranquilo. No deseo grandes cosas, solo deseo ser ‘casi casi feliz’, y poder trasmitirles ese sentimiento a los míos.

Mi mejor regalo que puedo recibir en esta Navidad por parte de Dios y la vida misma, es que me convierta desde ya en ‘Un hombre de decisión’



pAnChItO