martes, 20 de marzo de 2012

No me invites a ese evento, no iré

Estoy cansado de querer a alguien, de tratar de establecer una relación con la persona que me parece la indicada. Pero su actitud me muestra todo lo contario:” que es más bien la persona equivocada, que el destino no tiene decidido que este unido a ella”. Ella se olvida de mí, parece que le espanta la idea de que podríamos ser algo. Tiene todo el derecho de pensar así, de querer a quien su corazón le dice. Pero a la vez muestra una actitud extraña, incomprensible y estúpida de escribirme después de muchos meses para invitarme a un evento donde ella se presentara. Reconozco que es una gran cantante y compositora; que fueron esos dos talentos una de las tantas cosas que me llamaron la atención de ella desde la primera vez que la vi. Sin embargo, de la manera como se comporto conmigo, como rechazo mi amistad que le ofrecí luego de yo aceptar que entre los dos no habría nada, termino por decepcionarme. Desde ese momento decidí, y no desde un punto de vista de resentimiento y rencor sino desde un punto de vista real:” que tenía que olvidarla, que tenía que dejar de pensar que con ella compartiría mi vida”. Y fue así, logre dejar de fijarme en ella cada vez que tenía la oportunidad de verla; perdí la cuenta de cuantas veces la veía y logre que ya no me importe nada de lo que le suceda al igual que ella lo ha hecho siempre conmigo. Ahora ella aparece de una manera inesperada en mis días. Decide invitarme a verla cantar, yo ya deje de contemplarla hace mucho tiempo, y eso incluye también de verla cantar. No me he fijado bien de la fecha para la cual me envió esa invitación, imagino será una gran presentación de ella: talento no le falta. Le deseo lo mejor para ese día, es con mucha sinceridad este. Pero estoy convencido que no asistiré ahí, que si piensa verme sentado en aquel auditorio esta equivocada. La ausencia de uno entre tantas personas que asistirán ahí no es nada. Pero igual, sospecho que ella notara mi ausencia, que mirara a todas partes y comprenderá que yo me aleje para siempre de ella. Que su amistad a destiempo no me interesa, que su raro interés porque la vea cantar me parece un misterio tan complicado e irrelevante que no vale la pena analizarlo. Repito que no lo hago por rencor, lo hago por dignidad, por una actitud que debemos de tener todos en esta vida. De seguro aquel día no faltara aquella canción que al escucharla en su voz me termino de enamorarme. Que días aquellos cuando todavía había un poco de tranquilidad en mi vida, cuando era menos trajinado el trabajo y cuando aun creía en los amores a primera vista y el entusiasmo de volverla a ver. Hoy estoy convencido que no estaré presente en ese show que ella ofrecerá. Sospecho que después de mi ausencia de ese día no nos volveremos a comunicar para nada. Que aquellas raras oportunidades en que nos cruzábamos y nos saludábamos con un frio hola jamás se repetirán. Que al fin comprenderemos que el destino no quiso que estemos juntos ni mucho menos de que seamos amigos. Lamentablemente lo reconozco:” ahora no me importa su amista y creo no me importara durante el resto de mi vida. Alguna vez me importo, muchas veces por conservar esta permití que ella se comporte muy mal conmigo. Hoy es distinto; la vida me ha mostrado todo sin ocultarme nada. He visto que no es la única mujer en el mundo, que los sueños y fantasías que tuve al pensar en ella no se realizaran, y por eso ni me moriré. Prefiero hacerlo, y ojalas Dios lo quiera así, cuando este de una edad avanzada pero pueda valerme por mi mismo. En mi casa siempre me enseñaron a dar explicación a las cosas, a justificarse con anticipación ante una falta de asistencia a un evento.
Entonces, estoy planeando escribirle una carta; en ver la manera de poder disculparme desde ya por no ir a su show musical. Sé que no lo tomara a bien, que pensara definitivamente que aun estoy mortificado por lo que sucedió entre nosotros, e inclusive, puede creer erróneamente que le guardo rencor. No es así, no le guardo rencor a nadie. En verdad le deseo lo mejor, que ese día sea una espectacular presentación por parte de ella. Que el publico la aplaude como se merece, y que comprenda que jamás me vera entre su público y menos aplaudiéndola. No porque no se lo merezca sino porque no debo hacerlo después de que prometí no pensar en ella ni estar pendiente de lo que hacía. Como no encuentro una buena justificación para mi segura ausencia de ese día. Creo que optare por no ir sin dar mayores explicaciones. Si me vuelve a hacer la invitación, creo que le diré la verdad: “No me invites a ese evento, no iré”
pAnChO.