domingo, 12 de febrero de 2012

ESTA CIUDAD

Había venido muchas veces a esta ciudad, siempre me entusiasmaba hacerlo. Por eso siempre soñé con volver a este lugar. Sin embargo, al arribar hoy aquí pensé que no era el día ideal para divertirse y pasarla bien; ya que hoy es domingo y para colmo un domingo de lluvia. Si bien es cierto, nunca había venido a este lugar en un día domingo; tampoco pensé que a esto se sumaría el factor de la llovizna, que de por cierto se está incrementando de a pocos allá afuera. Mientras me hospedaba en este mismo hotel donde me quedo siempre, empezó la lluvia. Con los minutos fue aumentando, no traje mi paraguas, que iba a sospechar que sucedería esto. Pero igual, estaba con un hambre maldita y lo único que quería es enrumbarme a un restaurante para comer algo. Cuando salí a caminar por esas calles, en donde siempre me había sentido bien haciéndolo, me percaté que lucían vacías, deshabitadas y sin ese color que le daban la gran cantidad de gente que solía pasearse por ahí. Las veces que he venido aquí siempre me ha gustado el salir de noche a apreciar los centros comerciales, las tiendas de libros, los restaurantes y a las hermosas chicas pasando por aquí. Era lógico que por la lluvia encontrara otro panorama, a las justas los restaurantes estaban abiertos. Además no era la noche aun, eso no lo tome en cuenta. Solo había caminado 2 cuadras, y ya estaba empapado. Pero como dije líneas arriba: estaba con un hambre inaguantable, así que en esas fachas entre al lugar y pedí un almuerzo. Había poca gente consumiendo, no comprendí eso. El estomago no contempla lluvias ni días domingos .En fin, no me correspondía analizar estos eventos, aunque si quería que esta ciudad fuera otra vez la misma: esa de la que me enamoré hace ya ocho meses cuando vine por primera vez aquí, y como siempre de tránsito. Luego del almuerzo, con la lluvia que aumentaba y no pensaba parar, decidí regresar al hotel. Fue todo un martirio el andar debajo de las fachadas con techos sobresalientes. Igual, me moje más de lo que ya estaba. Llegue a mi cuarto, acomode un poco mis maletas y me lave la cara y los dientes. Pensaba en recostarme un rato, pero con la cara recién lavada y fresca una buena idea apareció en mi mente. Recordé que en esta ciudad conocía a una chica. Era el momento indicado para comunicarme con ella y pactar encontrarnos. Ni corto ni perezoso busque su teléfono en mi agenda, lo encontré y decidí llamarla. Me contesto ella, se acordó de mí por mi voz. Le dije tantas cosas, pero no me percate que no era la hora indicada para llamar a alguien. Lógicamente a la 1 de la tarde ella como muchos otros estaba almorzando. De igual forma, la convencí para encontrarnos. No estaba muy segura de hacerlo, inclusive, deslizo la posibilidad de que nuestro encuentro seria otro día. Pero yo no estaba dispuesto a tener que esperar a mi próxima visita para verla, le insistí para que sea hoy. Al final me dijo que sí, que le parecía una buena idea el encontrarnos antes que me vaya. Ahora mientras escribo estas líneas estoy esperando a que me llame por teléfono para comunicarme que ya está cerca de aquí para encontrarnos a las 3 de la tarde como habíamos acordado. Pero se viene a mi mente la duda que quizás me dijo todo eso por compromiso, por salir del paso, y que a la hora indicada no me llamara. Y si por pesado decido yo hacerlo, no contestara el teléfono. De todas maneras debo esperar por su llamada, sé que hay posibilidades que lo haga, que recuerde de aquel la fiesta en la que ambos estuvimos el año pasado, en donde bailamos hasta las 3 de la mañana mientras yo la besaba un montón de veces en la frente y no me atreví a hacerlo en la boca. Aunque esa vez vi en su rostro que ella esperaba por eso .Hoy me reivindicare, iré de frente a su boca mientras la abrazo. Después que lo demás caiga por su propio peso. No sé si deba seguir siendo tan entusiasta, pero nunca vale la pena perder las esperanzas. Y menos, con una chica como ella que siempre demuestra sentir algo por mí. Si no la llego a ver hoy, sospecho que pasara mucho tiempo en que lo haga. No sé cuando volveré a venir aquí, deseo hacerlo pronto. No sé si ella vaya a la ciudad donde vivo. Lo único que sé, es que una tarde de domingo en plena lluvia no garantiza la diversión, ni menos en encontrarse con una bella chica como ella para hacer cosas divertidas.


pAnChO

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