viernes, 31 de diciembre de 2010

FELIZ NUEVO AÑO

Es complicado hacer un recuento de todo lo que nos sucedió durante el año que está por terminar. Y difícil ,no porque sea imposible recordar todo lo que sucedió; sino, que no es muy sencillo y gratificante el pensar en todo lo malo que ocurrió en nuestras vidas durante estos 12 meses. Sin embargo, es necesario pensar en lo que deja el año, en lo bueno y lo malo que nos sucedió, por lo que a fin de cuentas creo que cada uno debería hacer un recuento para uno mismo, un balance, un análisis, una lista que a pesar de la flojera que trae consigo el solo pensar en hacerla, nos puede ser de mucha utilidad al plantear los nuevos objetivos para el nuevo año que empieza. Aunque eso de plantear objetivos, puede sonar muy comprometido con el éxito y precisamente eso es lo que no tenemos seguro, y si lo creemos tener, terminamos frustrados en caso de alcanzar el fracaso. Pensándolo bien, puede convertirse en un trabajo mental saludable el analizar todo lo que vivimos en el año, todas las anécdotas dignas de contarlas en las próximas tertulias en la que participemos. Pero sobre todo, no viene mal el identificar ciertos errores que cometimos este año que ya paso. Eso es lo bueno de terminarlo, que todo está en el pasado, y para bien o para mal ya no pertenece a esta nueva etapa que empezamos a vivir.
Embarazosa se convierte esta actividad de hacer un recuento anual de nuestra vida, cuando todo esto lo exponemos al público, cuando somos interrogados por curiosos o, simplemente, cuando decidimos contar lo tan bueno o mal que nos fue en el año. Algo que por lo general es de incumbencia de mostros mismos, y de seguro que al contarlo buscamos de una manera inconsciente el dar lastima en caso no nos haya ido bien, o de lo contrario, en hacer alharaca de lo bueno que la pasamos y de seguro lo mejor que la pasaremos.
Es erróneo el atormentarse con las interrogantes de: por qué no lo hice?, por que deje pasar la oportunidad? y podre recuperar el tiempo perdido?….. Si pensamos así, corremos el riesgo de terminar mas desilusionados y de empezar un nuevo año con la idea de que todo lo que planemos no nos saldrá bien, y viviremos otro fracaso. Todo es cuestión del destino, y lo único que es cuestión de nosotros es tomar el “fracaso” o el “éxito” como eventos que pueden dejar enseñanza más que un placer o un disgusto que naturalmente traen consigo estas dos benditas palabras que lamentablemente rigen la vida de la mayoría de nosotros. Esas dos palabras claves quizás o con seguridad son la causa de la mayoría de los problemas de depresión en las personas. Contestando las tres interrogantes planteadas líneas arriba podemos emitir estas respuestas: lo que no lo hicimos tiene una respuesta, que solo seria de utilidad si nos sirve para corregir los errores en el futuro. Porque si fuera solo para lamentarnos, no sirve de nada. Si pensamos en las oportunidades que dejamos pasar, solo lograremos frustramos mas. Pues siendo realistas esas ocasiones no se volverán a presentar, no nos tocaran otra vez la puerta para aprovecharlas. Sin embargo así hayamos perdido esa chance que la vida nos dio, tampoco es el fin del mundo y menos la razón para cruzarnos de brazos y dejar que llegue la muerte y nos sorprenda en medio de una actitud de inactividad. Y finalmente, si nos detenemos a pensar en si podríamos recuperar el tiempo perdido. Terminaríamos concluyendo que no. Nadie puede recuperar el tiempo que ya paso. Si lo podríamos hacer, terminaríamos siendo premiados por haber podido regresar al pasado; y así lamentablemente no son las cosas. Así que es inútil invertir tiempo en querer contestar aquellas preguntas que tienen respuesta conocida, la cual todos nos negamos a aceptarlas. En pocas palabras, cada año que termina nos deja la sensación que falto mucho por hacer. Y cada año nuevo inevitablemente concluirá de igual forma. Si podremos cambiar el final del año que viene, capaz si, o capaz no. Solo haremos un verdadero cambio cuando nos hayamos por fin dejado de lamentar por las cosas que nos sucedieron, por las cuales nosotros quizas no hicimos lo posible para que sucedieran. De seguro es una receta recontra conocida, pero a la vez muy poco practicada en todas partes del mundo.
Cuando comprendamos que cada día es una oportunidad para hacer las cosas bien, que cada año nuevo puede ser mejor, y que en la vida nadie pierde tanto tiempo como para rendirse en su intento de cambiarlo todo. Recién hablaremos de ser felices de verdad, de tener una mentalidad más moderna para afrontar todo lo que se viene. Todos nos iremos de este mundo, y ahí, al nuevo lugar a donde llegaremos no importara quien supo manejar mejor el reloj de sus vidas. Con esto no le quito meritos a los triunfadores quienes han sacado provecho de esas situaciones y han sabido esquivar los problemas para vivir con “éxito”. Pero lo que trato de dejar claro es que todos pueden empezar una nueva historia, no hay límites. Solo el hecho de querer darse entero en una nueva empresa, en cambiar de óptica hacia el mundo es lo que vale. Los resultados son complementarios, son una consecuencia de cómo hemos trabajado. Pero para nada deben marcar nuestra vida y tampoco restarnos meritos. Nadie es perfecto en este mundo, pocos son los genios, muchos somos los de el montón y gracias a Dios cada días son menos lo estúpidos que creen que el éxito radica en ser geniales. Porque cuando entra a tallar la felicidad en estos asuntos, ella se tumba a toda genialidad, a todo talentosos que camina a por ahí, a todo hombre formidable de ciencia, etc. y se establece en la habilidad innata que cada uno tenemos de querer, de sonreír así todo se muestre color negro , de tomar las cosas como vienen y sobre todo de mantenernos unidos a quienes amamos y en armonía con los demás.
No hay mucho que escribir en un fin de año. Todos los consejos ya se dieron, y yo dudo ser una persona para dar consejo. Pero creo que como todos puedo dar un punto de vista sobre las últimas horas del este año 2010.
Todo lo esta columna que he escrito hoy puede leerse enredado, confuso, atolondrado al ser escrito. Pero deja el mensaje simple para los que tengan paciencia de leer esto: en esta vida no hay que tener motivos para ser felices. Con solo el hecho de querer y ser querido es suficiente para serlo. Pero si queremos tener aun más motivos para ser felices, pues el motivo que nos falta es el entender a la felicidad como algo inventado, algo que no tiene un valor material. Pero que tiene un valor muy alto para el espíritu.


pAnChO

jueves, 30 de diciembre de 2010

MENSAJE A LA CONCIENCIA - POR EL HERMANO PABLO


CINTURONES EN LA CIUDAD
Fue un cinturón de fuego de tumultos y de violencia que a fines de abril de 1992 rodeó una gran zona de la ciudad de Los Ángeles, California. En tres días se produjeron 3.300 incendios, se saquearon y se destrozaron miles de comercios, se enfrentaron las pandillas con la policía, y se vivió la furia del motín.

Tres semanas después de los disturbios se formó otro cinturón. Un cinturón humano. Un cinturón de hombres y mujeres, niños y adultos que, tomados de la mano, rodearon la zona devastada. Eran personas de ciento veinte grupos religiosos, que deseaban mostrar su esperanza de que la paz y la armonía podían restaurarse en la atribulada ciudad. El mundo entero se dio cuenta del tumulto, y el mundo entero se dio cuenta también del cinturón de paz.

Estas inquietudes sociales son típicas de la época en que vivimos. Los motines de Los Ángeles fueron terribles. Diez mil comercios, grandes y chicos, quedaron destruidos. El desempleo subió, de la noche a la mañana, a un cuarenta por ciento. Y los arrestos policiales ascendieron a más de diez y siete mil. Pero fue admirable la solidaridad fraternal que se produjo a raíz de los sucesos.

Hay muchos que compartimos interés y pasión por el bienestar social, por la paz en las familias, por la integridad en las relaciones humanas, y por la justicia en el corazón del hombre. Si los que tenemos esa preocupación manifestamos nuestra inquietud, quizá eso dé comienzo a deponer los odios raciales y religiosos, y las antipatías sociales y nacionalistas. Quizá podamos lograr que unos y otros, los de una parte y los de otra, alrededor de este mundo en convulsión, se unan en comprensión y en amistad.

Cuando eso suceda, comenzarán a cesar la violencia, la desigualdad social y las guerras. Nacerá una hermandad universal que unirá en uno no sólo manos sino corazones. Quizá sea soñar demasiado, pero la horrible condición social del mundo demanda que comencemos con algo, aunque sea sólo un sueño.

Sin embargo, aun para el que piensa que un cinturón humano de paz universal sea un sueño irrealizable, hay algo que sí se puede realizar. Es la paz que, como individuo, puede tener en su propio corazón. Cuando Cristo es el Señor de nuestra vida, el milagro del «nuevo nacimiento» ocurre en nosotros. Ese nuevo nacimiento trae consigo nuevos ideales, nuevos propósitos, nuevos impulsos y un nuevo corazón. Cristo desea darnos esa paz. Aceptémoslo como Señor hoy mismo.

EN CUALQUIER MOMENTO CON GABRIELA FRIAS, SIEMPRE ALGO CORTO PERO EFECTIVO


EUA: 30 de diciembre, penúltimo día de 2010 y los mercados operan con tendencia negativa. Pero el saldo será muy positivo para este 2010.

LA COLUMNA DE GUILLERMO GIACOSA : Barbarie en la civilización occidental


El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, quien logró recuperar su libertad y con quien se solidarizaron durante su arresto numerosas personalidades –entre las que destacaban por su importancia política Lula y Putin–, expresó, en una entrevista concedida al diario español El País, que recibe permanentes amenazas de muerte supuestamente por parte de militares estadounidenses. También las reciben sus hijos y su abogado. Manifestó, además, que parte de su prisión en el Reino Unido la pasó en el pabellón de los condenados por delitos sexuales y asesinato de niños y luego en una unidad de aislamiento donde “algunos pederastas enloquecidos gritaban toda la noche sobre sus crímenes”.

Mientras tanto, en los Estados Unidos, Bradley Manning, soldado estadounidense acusado de suministrar documentos clasificados del gobierno de su país a WikiLeaks no la pasa mejor. Enfrenta una condena de 52 años y las condiciones de su carcelería son atroces. Durante los últimos siete meses ha estado encerrado en una celda de 1.80 metro de ancho por 3.60 de largo en confinamiento solitario.

El día de Manning comienza a las cinco de la mañana y se viste luego de recibir la ropa que fue obligado a entregar la noche anterior. Entre esa hora y las 8 de la noche no se le permite dormir ni un instante, si lo hace los guardias lo obligan a sentarse o pararse. Hace una hora de gimnasia por día en una habitación vacía donde sólo se le permite caminar haciendo figuras de ochos y cada cinco minutos, durante todo el día, es chasqueado por los guardias. Según las autoridades carcelarias de Estados Unidos todo esto es para evitar que Manning atente contra su vida, más de lo que ellos atentan contra su cordura.

Una parte de Occidente parece dispuesta a demostrar que sus prédicas sobre derechos humanos no alcanzan a aquellos que revelen las violaciones o vilezas que el propio Occidente comete. Julian Assange y Bradley Manning son una prueba viviente de esta determinación.

viernes, 24 de diciembre de 2010

FELIZ NAVIDAD

A tres días de la noche buena estoy echado en la cama leyendo noticias internacionales, mirando de reojo el teléfono por si suena- como no sonó durante todo el año- y pensando en solucionar mañana por la mañana lo que no pude solucionar en estos 4 meses. Si, esos meses que se pasaron tan rápido. Lo único que me tiene contento en el día de hoy es que que aun lucho por la vida aunque no hay muchas razones para cambiar de mentalidad y creer que las cosas saldrán mejor el próximo año. He perdido en parte el sentido de la navidad; no me imagino a solo 4 días de esta fecha estar en este estado tan desanimado, pero a la vez tan consciente que es la fiesta que a muchos los hace felices. Miro el techo de mi habitación y pienso en nada entre toda la nada que se ha convertido mi vida.
Pero el poder que llevan consigo estas fiestas de navidad y fin de año puede cambiar las espinas por rosas y la oscuridad por esa potente luz que hay en la sonrisa de los protagonistas de la navidad: los niños. Creo, que todos cuando nacemos hacemos un contrato con Dios y con la vida misma: este consiste en que debemos ser buenas personas, responsables solidarias con nuestro prójimo y sobre todo realizar acciones de provecho durante nuestro recorrido por este mundo. Sin embargo, todos pasamos por esa hermosa etapa de la “infancia”. Ese momento transcendental en nuestras vidas en que si bien nos formamos e inclinamos nuestros sentimientos hacia la nobleza; también vivimos la etapa de felicidad plena muy lejos de las preocupaciones y en la cual concluimos que le sentido de la vida está en le jugar y así ser felices. Muchos de nosotros decimos por todo lugar a donde vamos que debemos seguir conservando el espíritu de niño durante la adultez para así poder tomar los problemas que se presentan a diario de la mejor manera y sobre todo tener ese ingenio propio de los infantes de resolverlas de una manera tan practica y alejada de cualquier pensamiento quejumbroso y pesimista. Pero decir eso es fácil, mas hacerlo no. Es que todos llegamos a la adultez cargados de responsabilidades, presionados por ese contrato que hemos hecho con nosotros mismos a base de escalar posiciones, de vivir comparándonos con los demás y de querer alcanzar fortuna aunque dejemos de lado lo más simple y saludable de la vida como es el amor hacia los nuestros y a cambio dejando entrar a la depresión y al estrés a nuestra mente.
Se fue la felicidad que teníamos cuando éramos niños, se fue la ilusión que había en esa etapa de nuestra vida y se metió por nuestra ventana esa amargura y agitación que hace de nuestras vidas el infierno en el que nos hemos acostumbrando a vivir y que muchos lo llaman tontamente el “paraíso”. De tanto vivir así, de tanto competir y de tanto llevar en las manos las marcas de esta vida agitada llegamos a un punto en estas fiestas navideñas que no encontramos ya las cosas más hermosas que hacen de estas fiestas la principal razón de estar felices y en familia, por lo cual nos sentimos tan vacios a pesar de tenerlo todo.
Mientras aquí yo echado en la cama leo los periódicos en esta tarde gris- curiosamente en el primer día de la estación verano aquí en lima- Perú- tengo una gran flojera en levantarme de aquí para escribir mi columna semanal. De repente debe ser que todo ese trajín del año, esas ideas y venidas, esas madrugadas y viajes inesperados me terminan tumbando aquí y filosofando de lo que es la vida, de lo que hice y no hice durante este año que ya está por terminar. Y sobre todo pensando una vez más que soy un estúpido en lamentarme de lo que sucedió y concluyendo que lo más inteligente que podría hacer es reconocer en los errores que cometí, durante estos casi 365 días, la oportunidad para que las cosas salgan mejor el próximo año
Ya no quiero saber que es lo bueno y lo malo. Ahora quiero hacer lo más conveniente para mí. Veo por mi ventana con vista hacia la calle a niños jugando en medio de ese cielo que hizo todo lo posible y lo consiguió: que no aparezca el sol. Y concluyo que esa es la navidad. Si, la ilusión que tienen los niños y el poder de vencer los obstáculos que se presentan, como ese de revoletear en una tarde oscura sin importarle que no salió el sol. Muchos de ellos jugando contentos sin darle importancia a quien tiene más o menos que ellos. Pues lo único que vale ahí, es quien tiene mas entusiasmo para divertirse y pasarla bien. Tienen buena cara; su mirada refleja el verdadero sentimiento de estas fechas .Se creen triunfadores, y lo son, porque vuelan en el tiempo a través de su imaginación. No es maravilloso ver todo esto a través de mi ventana. Y más maravilloso aun remontarme a mis años de infancia y recordar de todas esas aventuras que vivía gracias a mi imaginación. Retornar por un momento a esos días de alegría, a esas horas que de seguro fueron las mejores de mi vida. Cuantas locuras y aventuras pase de pequeño, cuantas recuerdos inolvidables junto a mi hermana jugando y divirtiéndonos sin pensar en el futuro ni en esas paradojas de la vida. Después de pensar en todo esto, de ver afuera de casa a niños jugando muy alegres. Decido levantarme de la cama, echarme agua a la cara, pasarme el peine y volver a creer en la navidad. Salgo a caminar dejando de lado esos tediosos análisis de política internacional y más bien, me analizo a mí mismo, y me doy cuenta que hay un mundo mágico de la navidad que esta esperando allá afuera por mí.
Esta es la navidad: el mejor ejemplo no los dan los niños quienes juegan contentos, quienes esperan sus regalos sin importarles si serán grades o pequeños. Ellos que se ilusionan por lo que comerán sin importar cuantos kilos de más o menos tendrá el pavo que habrá en su mesa o si habrán uno o dos panetones ahí. Y por supuesto, ni si sus regalos serán los más caros o sofisticados. El recuerdo de mi niñez vive en mí, y debe vivir en ti y en todos. Que sea esta otra oportunidad más para desearles a ustedes mis amigos y lectores. Y también gente que de casualidad me lea por primera vez: una feliz navidad. Que la familia este unida. Que quienes están lejos ese día con mucha más razón estén en nuestros corazones y así comprobar que por una sola noche podernos olvidarnos de nuestros problemas y volver al hogar, volver a ese simple juego de niños en que todo es a base de entusiasmo y se convierte en una gran momento.

PD. Esto de salir a caminar no solo me devolvió aun más el espíritu de la navidad; sino que también al pasar por el mercado cerca de casa, me invitaron a departir una rica taza de chocolate con una porción de paneton. Y mientras disfruto de todo esto, me doy cuenta que en esta fecha todos somos una familia.
pAnChO

EN CUALQUIER MOMENTO CON GABRIELA FRIAS, SIEMPRE ALGO CORTO PERO EFECTIVO


A quienes hoy lo celebren, les deseo una linda Navidad junto a sus seres queridos! Nos reencontramos este lunes.Sera un gusto

lunes, 20 de diciembre de 2010

MENSAJE A LA CONCIENCIA - POR EL HERMANO PABLO


ES SIEMPRE BUENO MIRAR HACIA ATRÁS
El camionero Robin MacAllen de Toronto, Canadá, puso en marcha el motor de su vehículo. El camión estaba cargado con varillas de hierro, y Robin estaba saliendo del corralón de materiales.

Como conocía bien el lugar, Robin casi nunca miraba hacia atrás cuando retrocedía. Siempre suponía que tenía suficiente espacio libre. Pero esta vez, al retroceder, chocó contra otro camión que Robin no había advertido, y ocurrió lo insólito. Una varilla —una sola varilla de la carga— se corrió hacía adelante, traspasó el vidrio trasero de la cabina del camión, entró por la nuca de Robin y salió por la frente.

Increíblemente, el desprevenido camionero no murió. La varilla, de milagro, pasó entre los dos hemisferios de su cerebro, sin causar daño mortal. A Robin lo llevaron de emergencia al hospital, y el comentario sentencioso del cirujano Friedman, que le extrajo la varilla, fue: «Hay veces en la vida en que conviene mirar hacia atrás.»

¡Qué lección tan poderosa la de esta frase del doctor Friedman! Mirar hacia atrás es examinar nuestra vida pasada. Es repasar las experiencias. Es analizar la conducta. Y quien con ojos objetivos mira su vida de ayer y estudia los motivos y las razones por los que hizo lo que hizo, tendrá la madurez necesaria para conducir su vida presente hacia triunfos y victorias.

Es realmente sabio poder prever consecuencias y luego, en todas las decisiones, tener presentes esas consecuencias. Solamente la persona que mira hacia atrás, examinando sus hechos pasados, puede prever consecuencias y ordenar su vida presente con cordura y sensatez.

«Hay veces en la vida en que conviene mirar hacia atrás», le dijo el doctor Friedman a Robin MacAllen. Mejor le hubiera dicho: «Siempre conviene mirar hacia atrás. Siempre conviene aprender del pasado. Siempre conviene medir nuestra conducta conforme a las experiencias vividas. Siempre conviene tener presentes las lecciones que nuestro ayer nos ha dejado.»

Si nuestra vida no ha rendido el fruto que debe, y hemos tenido heridas, frustraciones y malentendidos, es porque toda nuestra vida es un espejo que refleja lo que le hemos dado. La vida nos paga según nuestra inversión en ella. Lo que sembramos es precisamente lo que cosechamos.

Para poder aprender del pasado y del presente, pidámosle a Cristo que sea nuestro Señor. Él quiere ser nuestro Maestro. Abrámosle nuestro corazón.

LA COLUMNA DE GUILLERMO GIACOSA :Felicidad al interior del Capitalismo


Un estudio realizado por la Universidad de Harvard pidió a un grupo de estudiantes que elijan entre dos mundos alternativos. En el primero, el joven ganaría 50,000 dólares al año y el salario medio aproximado de los demás sería de 25,000 dólares. En el segundo, el joven ganaría 100,000 dólares al año pero el resto ganaría 250,000 dólares. La mayoría de los estudiantes eligió la primera opción. Preferían ganar menos, pero que el resto estuviese por debajo de ellos. Otra investigación similar dio idéntico resultado. La conclusión es que en “una sociedad en la que la creación de riqueza individual se considera sinónimo de felicidad, la propia búsqueda se transforma en una empresa ferozmente competitiva”. Las personas no miden su propia satisfacción en términos absolutos, sino en términos relativos respecto de los otros. Se desprende de esto que ubicarse en un estatus social más elevado constituye parte de la felicidad. En realidad un estatus más elevado suele acarrear “más envidia y malevolencia ajenas” ya que los otros se sienten superados y, a veces, ninguneados. De ese modo dejamos de vernos como miembros solidarios de una misma especie y abortamos la empatía (capacidad de colocarse en el lugar del otro) de la que estamos naturalmente provistos.

Otros estudios demuestran que cuánto más tenemos más creemos que nos resultaría imposible vivir con menos.

Richard Layard, ex presidente del grupo de política macroeconómica de la Comisión Europea y figura prestigiosa de la Cámara de los Lores británica, afirma: “El estándar de vida es, hasta cierto punto, como el alcohol o las drogas. Una vez que hemos tenido una experiencia dada, necesitamos seguir experimentando lo mismo para seguir siendo felices. De hecho nos encontramos en una especie de cinta de correr, una cinta sobre la que debemos seguir corriendo para que la felicidad no desaparezca”.

Nada se parece tanto a una definición de la alienación como esta cita de Richard Layard.

viernes, 17 de diciembre de 2010

LA ÚLTIMA POESIA

Me enrede en una tormenta que parecía destroza
Me resigne a mirar el alegre pasado desde la sombra

Pregunte por la salida como si no me quedaría ahi por tanto tiempo
Creí ver fantasmas de días mejores cuando vi pasar su cuerpo

Seguí con mis actividades pensando en que las cosas cambiarían
Vi pasar los segundos, minutos y horas con algo de alegría

Soñé con volver a lugares más hermosos
Me desperté aceptando al destino y sus antojos

Creí que este no era el lugar ni el momento para vivir mis fantasías
Comprobé con el paso del tiempo que ella a mis días le daba vida

Una mañana fría de mitad de año por su sonrisa fui capturado
Otra mañana de un día de la misma semana decidí no ser liberado

Todos los días despertaba con la ilusión de volver a verla
Casi todas las noches soñaba con tenerla

Una mañana de agosto me senté a su costado
Una tarde de agosto decidí en quedarme a su lado

Algunas frías noches del invierno me recordaban que aún no era mía
Muchas soleadas mañanas de la primavera me esperanzaba con su sonrisa

No se si este sueño este por llegar a su final
No sé si esto puede ser la realidad

Estoy seguro que lo que siento por ella es verdadero
Estoy convencido que no la olvidare aunque el destino me mande muy lejos

Hoy me entere que no será mía
Mañana me resignare a tan tiste noticia

Veo crecer en ella la extensión de su felicidad
Veo la prueba que su amor para mi noserá

Nada convertirá este dulce sueño que viví hasta hoy en una pesadilla
Mucho de lo que viví junto a ella lo recordaré para toda mi vida

Creo que en pocos días le tendré que decir adiós
Dudo que ella se entere que por ella siento amor

Mirare por última vez sus ojos verdes
Me mirada partir sin pensar si algún día regrese

Pienso que en parte mis esperanzas de ser feliz se han quebrado
Olvidare todo eso y recordare toda la alegría que ella me ha dado

Empezare por fin a distinguir entre la amistad y el amor
Terminare al fin de sufrir por amor

Gracias mi chiquita por haber incrementado mi felicidad
Gracias por no haber sospechado la verdad

Aunque, eres tan inteligente que de seguro un día te enteres
Ý quizás en ese momento con una sonrisa me recuerdes

Yo le rezare y pediré a Dios por lo mejor para ti y los tuyos
Tú miraras el cielo y sabrás que como amigo aun soy tuyo
pAnChO

jueves, 16 de diciembre de 2010

EN CUALQUIER MOMENTO CON GABRIELA FRIAS, SIEMPRE ALGO CORTO, PERO EFECTIVO


Feliz jueves a todos.EUA: Actividad industrial mejora en diciembre e inflacion en eua en linea con lo esperado

MENSAJE A LA CONCIENCIA - POR EL HERMANO PABLO


«NUNCA HABÍA ORADO CON TANTA INTENSIDAD»
Lo que más deseaba Margot Strecher era un buen baño caliente en el confort de su hogar, y después una cama tibia y acogedora como premio a un intenso día de trabajo. Ese era el sueño de cada día de Margot, camarera de Hartberg, Austria. Mientras regresaba del trabajo, soñando con el baño caliente y la cama tibia, se salió del camino al cruzar un puente y cayó con el auto a un río congelado.

Golpeada y con fracturas, y sumergida hasta los hombros en el agua fría, Margot clamó con todas sus fuerzas: «¡Dios mío, ayúdame!» Y en medio de la noche, empapada de agua helada y con copos de nieve cayendo lentamente, una anciana oyó su clamor. Cuando Margot se halló en el hospital, les dijo a los médicos: «Nunca había orado con tanta intensidad como esta noche.»

Los sueños más lindos y los proyectos más atractivos suelen derrumbarse en un momento. El baño caliente y la cama tibia de Margot, camarera nocturna, se cambió de pronto en baño helado y en la perspectiva de morir ahogada dentro de su propio auto que se hundía inexorablemente.

Pero clamó a Dios. Clamó a Dios como nunca lo había hecho, y su situación cambió. Porque el fracaso de un proyecto, la destrucción de un ideal, el derrumbe de una ilusión, si bien producen profundo desconcierto, no son una desgracia irreparable. La desgracia no la produce la pérdida del ideal. La desgracia la produce la pérdida de fe, esa fe que necesitamos para continuar en la vida con todo y sus dolores.

A los cuarenta y cinco años de edad un hombre descubrió que su esposa lo había estado engañando. Sufrió enormemente hasta querer morirse. A fin de olvidarlo todo, se fue a vivir errante en los bosques, comiendo sólo frutas silvestres. Resultó que la vida al aire libre lo transformó, física, emocional y espiritualmente. Volvió a la ciudad, y ya a los cincuenta años había reconstruido su vida con un nuevo amor. Hombres que han visto arruinarse su negocio se han recuperado aun a los cincuenta y sesenta años de edad.

Cuando aun contra toda razón mantenemos la fuerza, no perdemos de vista a Dios y ponemos la esperanza en Él, miramos con ojos expectantes esta vida, que es tan fluctuante y problemática, y en cualquier momento ocurre el cambio positivo que renueva nuestra esperanza y restaura nuestra fe.

Siempre podemos clamar a Aquel que es misericordioso, poderoso e inmutable. En Él hallamos la paz que necesitamos, y Él nunca nos falla. En un mundo siempre cambiante, necesitamos la ayuda de Uno que nunca cambia.

LA COLUMNA DE GUILLERMO GIACOSA :Banco del Sur


En un seminario sobre el proyecto del Banco del Sur se dijo: “No es una crisis financiera que deviene en crisis económica; tampoco es una crisis por corrupción de algunos banqueros, ni producto del ciclo endógeno de autodepuración del sistema: es una crisis del régimen de acumulación, de los ejes fundamentales de la economía actual, de los criterios de rentabilidad y eficiencia. No es solamente una crisis de las políticas neoliberales”. Luego se afirmó que aún puede haber impactos sobre la economía mundial más graves que los del 2008. “Está desatada una disputa por la hegemonía, en la que el eje anglosajón (defensor del dólar) está herido de muerte y hará lo posible para que los demás estén peor que él”. Se pronosticaron nuevas burbujas financieras producidas por la especulación que sigue dominando el sistema financiero. “La acumulación de capital por alta concentración sigue buscando opciones de rentabilidad en las burbujas especulativas y detrás de las compras de hipotecas están las megacorporaciones, emparentadas a los fondos de inversión”. La crisis concentró recursos que seguirán derivando al mercado financiero y provocando la aparición de nuevas burbujas financieras.

Es imperativa una nueva arquitectura financiera para la región que permita blindar las economías y promueva la integración. “El primer instrumento es el Banco del Sur, con una banca de desarrollo regional como primer paso y un sistema de pagos que nos libere de la dependencia del dólar, mediante una moneda común que ayude a fijar el valor de los productos que deban ampararse”. Los precios internacionales están distorsionados por la especulación y los subsidios. ¿Qué señal puede recibir un productor para orientar su producción a partir de esas cotizaciones? La producción de alimentos está subordinada a los vaivenes especulativos. La propuesta del Banco del Sur fija como objetivos la soberanía alimentaria, energética y de salud, como áreas prioritarias a financiar y sobre las cuales construir un nuevo modelo de desarrollo.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Reencuentro

He salido a dar un paseo por las calles de San Isidro aquí en lima- Perú. Hace tiempo no venia por este lugar. En realidad, hace tiempo que no salía mucho de casa; y si lo hacía era a lugares cercanos a donde vivo.
Caminado por una calle con nombre de árbol y sin rumbo conocido- aunque en realidad si con un trasfondo muy sabido por mí- veo salir del edificio que está a mitad de la cuadra a Lorena. Para mi felicidad ya no ha crecido más, parece que con su 1.75 m de estatura ya fue suficiente. Apresurada para un taxi, no me reconoció, sube a el y la vuelvo a perder de vista como hace 6 años. Pienso que tengo como único motivo pasear por esta calle tranquila dejando de lado la emoción que sentí al verla cada día de aquel verano del 2004. Sigo caminado sin dejar de darle importancia al pasado, ósea sin dejar de pensar si en verdad no me vio, o me vio, pero no se intereso en saludarme.
Esto de caminar sin ninguna dirección, sin ningún objetivo de visitar a alguien y sin ninguna culpabilidad de parecer un loco se hace divertido, relajante y propicio para repetirlo cuantas veces sea necesario. Ya que este tipo de locuras te comprometen con la felicidad. Y a mi entender en eso consiste vivir la vida.
Antes de seguir por esta ruta sin dirección llamo por teléfono a mama:” le digo como esta todo por casa, le cuento que me encontré con unos amigos y que demorare”. Entonces sigo con mi recorrido y llego a un parque. Decido comprarme un refresco y un keke mientras me siento a descansar en una de las tantas bancas que hay ahí. Poca gente pasa por aquí a pie; la mayoría lo hace en auto. Sin embargo, un hombre de avanzada edad pasa cerca a la banca en donde estoy sentado y me pregunta: “espera a alguien sentado ahí”. Le digo que no, que estoy tomando aire. Bien espero que disfrutes tu estada por aquí- me dice-. No lo entiendo, ni tampoco tengo ganas de hacerlo. No sé porque, pero recuerdo en ese momento que en casa desde pequeño me enseñaron a respetar a las personas de avanzada edad.
Sentado y disfrutando de mi merienda recuerdo que hace muchos años una vez vine aquí saliendo de la universidad; averigüé de una manera bastante astuta y después de un trabajo muy concienzudo la dirección de la rubia y espigada Lorena, que tontería que hice para conseguir este dato, ni recordarlo. Esa vez llegue hasta la puerta de ese mismo edificio de donde hace unos instantes ella acaba de salir. Me sorprendí al verla ahí de la mano de un muchacho, al menos a diferencia de ahora, ella ese día me miro y me mostro una discreta sonrisa de la que no se percato su acompañante. Me sentí un perdedor en aquella ocasión, llegue a casa y reflexione sobre el seguir ilusionado con ella. Al día siguiente me pregunto qué hacia ahí de una manera muy cordial y no grosera y arrogante como lo hizo ese anciano que me interrogo hace un rato. Le dije que visitaba a un familiar que vive cerca, que no sabía que ella también vivía por ahí. Me dijo que sí, que ella vivía en ese hermoso edificio; y que el muchacho que iba con ella de la mano era su enamorado. Solo la felicité y le advertí con una sonrisa que el tener un familiar cerca a donde ella vive sería un buen pretexto para siempre visitarla. Ella solo sonrió aquella vez.
Yo ya no quería darle más importancia a los recuerdos. Pero no consecuente con eso, aparecía hoy después de mucho tiempo caminando por esta calle para encontrarme con ella. Decidí regresar a la avenida principal caminando por la calle paralela por donde había venido. En el trayecto me cruce con un par de guapas chicas y las salude sin conocerlas y con mucha coquetería respondieron a mis saludos. Creo que con un poco de tiempo y entusiasmo hubiera terminado obteniendo el número telefónico de al menos una de ellas. Pero decidí regresar a casa.
Cuando llegue a la avenida principal para subir al ómnibus, me percate que a esta hora estos pasan repletos de gente, que es día viernes y es imposible y casi una hazaña poder encontrar uno vacio o al menos con suficiente espacio para sujetarse bien en los pasamanos y viajar parado. Dispuesto a tomar un taxi, elijo parar uno de el cual sospeche no me cobraría mucho; algo que no sucedió por lo que seguí con mi búsqueda. Esperando por otro auto me tope con Lorena. Me sorprendí al verla; pensé que vi a un fantasma. Ya que hace media hora se había ido en aquel taxi. Me miro: hola como estas Mario- fue lo primero que me dijo-. Sentí que mi corazón ya no latía ni la cuarta parte de cómo lo hacía hace seis años por ella. Pero si hubo un pequeño remezón en mí. La salude, no le mentí, le dije que recordaba que vivía por aquí. Pero le volví a mentir como hace tantos años; pues justifique mi presencia con la visita a ese tío que en realidad no vive por ahí. Hablamos poco de nosotros, estábamos concentrados en tomar nuestras respectivas taxis para irnos. Me conto que tenía una reunión con una amigas en el cine de el centro comercial, a donde yo estaba pensando ir, pero olvido su cartera por lo que tuvo que regresar a casa. Le dije que yo iba a ese lugar, que de ahí se me hacía más fácil tomar ómnibus hacia mi casa. Ella me propuso en pagar taxi a medias para ir hasta allá. Me pareció una buena idea; por lo que Paramos una camioneta y subimos a aquella sentándonos en la parte posterior. El chofer nos propuso tomar un atajo pues con tanto tráfico demoraríamos mucho tiempo en llegar al centro comercial. Aceptamos la propuesta mientras conversamos más de nuestras vidas en el pasado. Llegando al lugar me propuso tomar un helado. Yo le propuse tomarnos una sangría, por lo que me miro con cara de sorpresa y me dijo que le parecía bien. Mientras tomábamos el dulce licor hablamos de los dos, de nuestras vidas ahora. Yo puse la nota humorística y le dije que lo que estaba haciendo ahora era tratar de no emborracharme. Ella sonrió y así terminamos la jarra. No llegamos hablar de cómo nos iba en el amor. Salimos del restaurant; pague la cuenta a pesar de que ella no quería que lo haga. Discutimos, ella quiso pagar la sangría. Me dijo que de ella fue de la idea tomar algo juntos. Argumente que la idea de tomar la sangría fue mía, por lo que yo pagaría el consumo. La vi mortificada por eso. Así que no tuve mejor idea que escoger el halado más grande que había en aquella heladería del restaurante y pedirle que me invite este. Ella otra vez sonrió escogió uno del el mismo sabor de le mío. Casi terminándolos, a lo lejos vio a sus amigas y yo coincidentemente vi mi el ómnibus que me llevaría a casa. Nos dimos un beso en la mejilla. Sentí que ella y yo pensábamos lo mismo: que las cosas ya no podían ser como hace 6 años, que habíamos compartimos una jarra de sangría y un par de helados y no sé cuando nos volveríamos a ver. Ella volvió a sonreír diciéndome: “ven más frecuentemente a visitar a tu tío; a él le gustara compartir contigo muchas jarras de vino y vasos de helado”.
Desde ese momento decidí que era una buena idea el visitar a mi tío todos los fines de semana.
pAnChO

MENSAJE A LA CONCIENCIA - POR EL HERMANO PABLO


UN EXPERTO EN GUSANOS
«¡Venga pronto, lo necesitamos! ¡Hay miles, y están saltando hasta treinta centímetros!» A raíz de la urgente petición, Carl Olson, de cuarenta y cuatro años de edad, entomólogo de la Universidad de Arizona, Estados Unidos, se dirigió a la morgue. Tenía que examinar un cadáver humano.

El cadáver estaba lleno de larvas de mosca casera que saltaban del cuerpo a gran altura. Era algo rara vez visto. Así nació la vocación de Carl Olson.

He aquí un oficio que, aunque muy bien pagado, no muchos desean realizar. Sin embargo, cuando hay que determinar en qué día u hora murió un ser humano, alguien tiene que hacerlo. Examinando las larvas del cuerpo —de qué clase son, de qué tamaño y forma—, es posible decir, casi con exactitud, cuánto tiempo tiene de muerta la persona.

«No me da nada trabajar con cadáveres —asegura Carl—. El alma ya se ha ido. El espíritu ha vuelto a Dios. Si con mi trabajo puedo ayudar a esclarecer un crimen o un accidente, me doy por satisfecho.»

No es de muy buen gusto tocar temas que tienen que ver con la putrefacción y la muerte. Hay en casi todo ser humano una especie de repulsión hacia lo que no es vida. En cambio, sí nos gusta pensar en la salud, la fuerza y la vida, es decir, en lo agradable, lo provechoso, lo vivificante y lo encantador.

Desgraciadamente, no todo en la vida es encantador. Si hemos de ver con ojos sinceros la realidad de las cosas tenemos que reconocer que no sólo en un cuerpo físico puede haber putrefacción. También en el alma humana hay peste, podredumbre y muerte. Fue precisamente a causa de lo podrido del ser humano que Dios tuvo que mandar a Cristo su Hijo a la cruz. O moría el pecador, o moría Cristo por el pecador.

Dios había creado perfecto al ser humano. No había en Adán ni en Eva, en su primer estado, nada de maldad. Los gusanos de la corrupción moral que hoy destruyen nuestra sociedad no eran parte de aquella primera pareja. Cuando menos, no lo eran sino hasta después que ellos optaron por rebelarse contra Dios. La muerte espiritual del hombre comenzó cuando él quiso independizarse de Dios.

Hoy la raza humana está tan lejos de la pureza moral que nadie se confía de nadie. Todo convenio tiene que ser protegido por un complicado juego de leyes, y aun así, el que quiere engañar, elude la ley.

¿Qué necesitamos entonces? Un arrepentimiento profundo, una limpieza del alma, una transformación del corazón. Sólo Cristo produce esa transformación. Sólo Él salva. Volvamos a Dios. Sólo así viviremos en paz.

LA COLUMNA DE GUILLERMO GIACOSA : Al tigre celta se le acabó la fiesta


Decía un gran cartel en Irlanda: “¿Cuál es la diferencia entre Madoff y los banqueros irlandeses? Que Madoff fue preso”. Se refieren al estafador gringo que defraudó por unos 50,000 millones de dólares. Madoff era un honorable y respetado caballero, miembro de la National Association of Securities Dealers, organización autorregulada en la industria de activos financieros de EE.UU. Su empresa estuvo entre las cinco que impulsaron el desarrollo del NASDAQ, y él fue coordinador jefe del mercado de valores.

La palabra 'autorregulada’ debe llamar a reflexión. ¿Es posible la autorregulación en un mundo en el que la codicia es casi una virtud? Dudo que funcione eficazmente. Alguien dijo: “El ser humano es bueno, pero si lo vigilan es mejor”. Claro está que la vigilancia no permitiría hacer los negocios que este sistema exhibe como si se tratara del mejor camino hacia el éxito.

Ahora es Irlanda la víctima del carnaval vivido. La Irlanda que hasta hace poco nos era vendida como 'el Tigre Celta’ y citada como ejemplo. Bueno pues, el ex Tigre recibirá de la Unión Europea y el FMI cerca de 100,000 millones de euros para rescatar sus bancos. Una locura si se piensa que es un país de 4.5 millones de habitantes.

Los ajustes fiscales serán brutales para garantizar el pago de la deuda y comprometen gran parte de lo que se produzca en los próximos años. El plan contempla aumento de impuestos y recortes en beneficios sociales para pagar la crisis bancaria y cumplir con los términos del FMI.

El Gobierno presentó el Plan de Recuperación Nacional para los próximos 4 años, y en números prevé recortes de 3,000 millones de euros en prestaciones sociales, ahorro de 1,200 millones a través de la eliminación de 24,750 puestos de funcionarios, el aumento de la edad para jubilarse y un alza en los impuestos.

El primer ministro irlandés aseguró que las medidas tienen como objetivo recuperar la “confianza de la ciudadanía” (sic) y demostrar que el país tiene “futuro”.

viernes, 3 de diciembre de 2010

"Quisiera ser escritor"

Cuando empecé a escribir mi primera novela, libro, cuento o historia- que dicho sea de paso, aun no la he terminado, y no sé si la llegue a terminar- , con mucho entusiasmo pensé en acabarla en 4 meses. Realice una de mis más malas planificaciones en la vida: me dije a mi mismo, o más bien, me prometí-como siempre me prometo cosas que nunca las cumpliré- que este libro lo terminaría antes de fin de año. Al principio, estuve entusiasmado con el hecho de poder escribir, del dejar escrita una historia que si bien tenía mucho de ficción y me desnudaba como un escritor novato, como un aprendiz de contador de historias o simplemente como un advenedizo en estos oficios literarios; también me ayudaba a expresar mucho de lo que hay en mi mundo interno y externo. Por tanto, creí justo, aunque no sé aun si existe la justicia o la injusticia, que era valido superar mi pereza y por fin sentarme a escribir esta novela que la llevaba hace mucho tiempo en mente y que en una tarde, de agosto último, de la nada, encontró la forma y el titulo. Se me hubiera hecho fácil el terminar esto en el tiempo pactado conmigo mismo? No lo sé. Capaz si, sino hubiera sido por los días venideros, por las diferentes obligaciones que tenia, y por otros temas que gritaban por ser atendidos. Pero creí que todas esas cosas eran fáciles de superar creí también  que era un robot y que sentándome frente a la PC escribiría como loco páginas tras páginas en unas cuantas pocas horas. Ademas, pensaba que estaba dotado de toda esa habilidad literaria para escribir; que  en verdad solo con los años uno logra alcanzar, ya que a veces hay mucho que contar escribiendo y otras veces hay mucho por arreglar para presentar cierto material a una editorial. Yo solo llevaba algunos años haciendo esto.
No todos los días uno amanece con esa sensación de querer seguir creando, de querer seguir contando todo lo que es producto de la imaginación y de  tener la magia de poder combinar la realidad con la ficción para ver escrita una página con algo de lo que uno ha vivido, está viviendo y quizás no dejara de vivir. Muchas veces amaneces con el temor y la preocupación de que si te sientas a escribir sin ganas,  terminaras escribiendo tu realidad de una manera aburrida y triste,pues intentas llenar las páginas contando muy mal mucho de ti,  tus logros, tus fracasos, tus amores, desamores y todo lo demás. Así estas  corriendo riesgo de terminar haciendo una novela sobre ti, algo que a nadie le interesa y que posiblemente ninguna editorial lo publicara. Y además por tratarse de tu vida privada no debes ni un solo minuto en hacerlo público a través de un libro. Por eso el espíritu creador debe ir de la mano con lo que uno experimenta. De la nada ninguna línea podría ser escrita, pero llenar hojas con tu historia personal es terrible al menos para mí. Pero si al fin lo haces, si logras superar el rechazo de la gente a una historia sin importancia y que además se basa en ti, habrás hecho un libro autobiográfico.Algo poco  o nada aceptable si no eres un personaje notable.
Ya tenía presente muchos factores que hacían y que harían en el futuro que yo no pueda cumplir con los plazos que yo mismo me concedía al escribir mi primer libro o novela. Vi entonces complicado poder determinar una fecha en que concluiría esta historia. Además, comprendí que era necesario que las cosas se presenten de este modo, que mi obra demore, que tome su tiempo para tener la seguridad de que algo bueno se publicara después de un trabajo largo y bien revisado; claro si llego a encontrar una editorial que se interese en hacer esto. Hoy se presentaron tres contratiempos más, que casi me dejan sin escribir una sola línea: ayer fue un día para el olvido; amanecí mal con gripe y con un gran dolor de garganta. Tuve la mala idea de ducharme y así empeorar mi salud,así que por la tarde estaba con una congestión nasal insoportable y el dolor de garganta que iba en aumento. Había tomado pastillas para esta enfermedad viral que me provocaron mucho sueño. Luego de dormir un poco,escribí  unas lineas. No me convencieron, sentí que ese día había bajado mi productividad; me quede dormido frente al teclado por 20 minutos, desperté y no había escrito nada importante. Me fui a dormir. Luego del almuerzo, en que comí mucha fruta, tuve la mala idea, pero divertida también, de comer un pedazo de chocolate que encontré en la dulcera de la mesa.Me lo comí leyendo el periódico mientras reposaba el almuerzo. A los pocos minutos me vino una sensación de ir al baño. No pensé lo que sufriría mi estomago por aquel antojo después de un buen almuerzo, pero fue así. Estuve sentado en el inodoro mucho rato. Luego mas aliviado me senté a escribir, pero cada vez que intentaba empezar a hacerlo, recibía la alerta de mi estomago; debía volver a sentarme en el inodoro, en descargar todo eso que me hacia mal.Estaba claro que ese día no podría escribir. Cuando me sentí recuperado del todo, con el estomago más liviano,los ojos me empezaron a fastidiar; era  otra vez esa antigua irritación y quemazón que es producto de  andar muchas horas frente al computador escribiendo algo que aun no tiene fecha de cuando ser terminado y tampoco editorial que lo salve de acabar en el baúl de mis recuerdos . Aunque también he estado estos últimos días,sentado frente a la PC, leyendo mucho, resolviendo muchos ejercicios de ingeniería y viendo muchos vídeos musicales; por lo que no debo de echarle la mayor culpa de mis problemas a la vista a la idea de querer ser un escritor. Me recordé  de echarme la crema que me receto el doctor hace más de un año cuando también tuve un problema similar y me sentí mas aliviado. Fue insoportable esa quemazón en los ojos, sobre todo el izquierdo, por lo que no seguí escribiendo para prevenir vuelva a fastidiarme la vista. Esa noche acepte que ya no seguiría escribiendo por unos días, que no terminare mi obra antes de fin de año. Si sigo insistiendo en escribir pensando en la fecha que me he planteado terminar todo esto,terminare haciendo lo que tanto critico: contar sobre mí.
Estuve muy mal del a garganta,del estomago y los ojos. Por eso no escribí,me dije cuando me acostaba para dormir. Esa noche se me paso por la mente la idea de jamas ser un escritor.Por lo malestares de mi cuerpo tuve muchas pesadillas. De todas recuerdo que una era que me presentaba  mi borrador a una editorial  y este era  rechazado. La otra era peor: no era un escritor y memoria de una neumonia, ademas que tenia un avanzado  cáncer al estomago y ya  había perdido la visión en  el ojo izquierdo.
 Desperté y solo quería estar bien de salud.


pAnChO

miércoles, 1 de diciembre de 2010

MENSAJE A LA CONCIENCIA - POR EL HERMANO PABLO


LA MUERTE VINO DE ABAJO
Los seis jóvenes subieron al auto, alegres, despreocupados, chispeantes, divertidos. Eran tres parejas de novios que celebraban su graduación.

Subieron al auto y emprendieron una loca carrera por los caminos del sur de Francia. Pero había demasiado alcohol en el cerebro del conductor.

En una curva del camino el auto se salió de la vía. Cayó en una acequia de tres metros de profundidad que estaba llena de agua. El auto quedó encajonado en la acequia y les fue imposible abrir las puertas. El agua comenzó a subir, y lentamente los cubrió a todos. Esos últimos momentos fueron de horror. Los golpes sufridos por el accidente, junto con la asfixia, cobraron seis vidas jóvenes al mismo tiempo.

Los titulares de los periódicos anunciaron: «Un auto lleno de jóvenes cae en una acequia y se hunde en el agua. Fue imposible para los jóvenes abrir las puertas.»

¿A qué podemos atribuir estas muertes? ¿A la insensatez juvenil? ¿A la necedad de manejar a ciento sesenta kilómetros por hora en estado de embriaguez? ¿A la fatalidad cruel y despiadada? ¿Al castigo de Dios? Muchas conjeturas se pueden hacer sin llegar a nada, pero una cosa sí es cierta. La muerte de esos seis jóvenes, tres parejas brillantes, simboliza la sociedad actual, que se halla encajonada como el auto en la acequia.

Podemos usar varias metáforas para describir la situación de nuestra sociedad. Podemos hablar de un «callejón sin salida», o de una «vía muerta» o de un «torrente irreversible». Pero siempre estaremos describiendo la misma situación: una sociedad rumbo a la destrucción inexorable. La destrucción de la familia es la prueba más evidente de ello.

¿Qué podemos hacer? El primero de los doce pasos del grupo «Alcohólicos Anónimos» dice: «Reconocemos que somos incapaces de vencer nuestro alcoholismo.» Mientras nos creemos capaces de resolver solos nuestros fracasos, nunca saldremos del infortunio. El segundo de los pasos dice así: «Sólo un poder superior al nuestro podrá cambiar nuestra condición.»

Esa condición que nos tiene dominados es el pecado que reina en nuestro corazón. Y el poder que puede rescatarnos es el poder de Jesucristo, el Hijo de Dios. San Pablo lo expresó de esta manera: «A la verdad, no me avergüenzo del Evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen» (Romanos 1:16). La única solución para la sociedad actual y para cada uno de nosotros es reconocer nuestra condición y luego aceptar el amor de Cristo. Gracias a Dios, es una solución que está al alcance de todos.

LA COLUMNA DE GUILLERMO GIACOSA : ¿Lobo está?


La Cumbre Iberoamericana que se realizará en Argentina el 3 y 4 de diciembre, y que se llama 'Educación para la inclusión social’, suma otro hecho significativo en la recomposición de fuerzas continentales. Honduras estará ausente pues no fue invitada. Y no lo fue porque la mayoría de los países del área –salvo Perú, Chile y Colombia– no reconocen el gobierno de Lobo.

¿Hubiese sido posible años atrás que alguien que complace los intereses del Departamento de Estado, quede fuera de una cita continental? Hubiese sido impensable. Hoy es una realidad que indica un grado de autonomía inédito en la región.

El hecho habla de una superpotencia poderosa en lo militar pero endeble en lo político. Sus deseos han dejado de ser órdenes y por tanto, para quienes recordamos las nefastas intervenciones gringas en nuestra área, se anuncian tiempos de integración y, sobre todo, de rechazo a la vieja tradición de golpes de estado que, desafortunadamente, Perú convalida implícitamente al reconocer el actual gobierno hondureño.

La Cancillería hondureña admitió que Lobo no irá a Argentina porque no lo invitaron. El gobierno argentino ha sido, junto con Brasil, uno de los más activos en la defensa de la continuidad democrática en Honduras al extremo que la presidenta argentina y la secretaria de Estado de EE.UU. (Hillary Clinton) reconocieron que había sido un punto de disidencia durante la reunión que mantuvieron en Buenos Aires.

Lo de Lobo tiene antecedentes: ocurrió en la Cumbre de la Unión Europea y Latinoamérica en Madrid. Por presión de los presidentes que amenazaron con no viajar, Lobo debió partir. Lo cierto es que no aceptar a Lobo significa no aceptar la intervención gringa en nuestra política interna. Su aceptación, más allá de ser un acto de sumisión, sienta un grave precedente para la región.

Así como ayer los militares hondureños depusieron a Zelaya por proponer una consulta para saber si la población estaría dispuesta a una reforma constitucional, mañana puede invocarse otro motivo igualmente banal

EN CUALQUIER MOMENTO CON GABRIELA FRIAS, SIEMPRE ALGO CORTO PERO EFECTIVO


Es mitad de semana: En Estados Unidos, los despidos planeados por las empresas en noviembre tocan su nivel mas alto en 8 meses.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Planificando

No me gusta elaborar planes, ni menos cumplirlos. Aunque una cosa es lo que uno dice, y otra lo que terminamos haciendo. Por eso que en mi vida siempre he montado planes que en la mayoría de casos no han resultado como he querido y esto me ha demostrado que a veces debo regirme por las sorpresas que trae el destino consigo. Y como soy una persona que suele estar comprometida con lo que hace y promete, termino cumpliendo los planes y viendo los resultados que generalmente son los menos esperados.
Siempre he pensado en cambiar de estrategia, en ver la forma de alcanzar lo que busco de una manera distinta. He buscado un procedimiento que antes no he experimentado; pero las dudas se apoderan de mí y terminan haciéndome creer que hacer un cambio drástico en la manera de afrontar los conflictos que hay en la vida puede ser riesgoso. Aunque sospecho sin temor a equivocarme que uno desde que llega a este mundo vive de por si en riesgo.
Esta semana que viene debo recurrir otra vez a el hacer un plan, al invertir muchos minutos de mi tiempo – que de por si es amplio- en la mejor manera de tratar de conseguir lo que quiero, o al menos tratar de tentar suerte e irme en el peor de los casos con la sensación que quise que las cosas salieran bien y no me quede con las manos cruzadas sin hacer nada. No tengo más salida que diseñar una estrategia que me permita esta semana lograr lo que no pedido hacer en los últimos 4 meses. A pesar que me volví hace no mucho un escéptico de construir planes y estrategias y también de ser 100 % positivo con los resultados esperados; hoy solo me queda pensar en lo contrario, en volver a ser el yo de antes, aquel que se sentaba a pensar en la mejor manera de alcanzar lo que quería y el que en cada minuto creía que las cosas no tenían por qué salir mal y todo contrario, resultar de lo mejor. Me imagino preparando el plan maestro, sentado en mi escritorio escribiendo cada acto que se me viene a la mente y ordenando las ideas y pasos a dar para que todo salga casi perfecto. Y concluyendo que el montar un plan es la única forma que conozco de lograr algo a pesar de activar el peligro de llevarme una gran decepción cuando no me salgan las cosas como las espero. Pero aun me queda la valentía, el espíritu guerrero, aquel atrevimiento y persistencia que me dieron éxitos en mis años universitarios cuando las cosas se tornaban negras para mí y los profesores predecían que debía volver a llevar ciertas materias- que hasta hoy pienso en cómo darles una utilidad en mi vida profesional- para así aprenderlas mejor. Si logre sobrevivir a esos malos momentos y pude de cierta forma ser el vencedor de las circunstancias que se presentaban a diario. Por que no puedo ahora montar un plan y llevarlo a cabo y luchar para que este se realice de la mejor manera y que al final de la jornada resulte como yo lo espero.
Existen tantos dichos y uno de ellos habla que:” uno con el paso de los años retorna a ciertos hábitos que formaron parte de su vida”; y si yo estoy envejeciendo- aunque eso lo dudo, pues el alma no envejece cuando uno aun creé ser útil para algo- pues estoy volviendo a mi antigua costumbre de planificar las cosas, estoy volviendo a ser cuidadoso con cada movimiento que daré. Y por ultimo seré otra vez aquel hombre dedicado a encontrar la felicidad.
Pensar en lo que hare cada día de esta semana será un reto para mí, será una posibilidad de volver a probar mi cualidad más preciada: la persistencia. No desmayare en mi lucha así vea que las cosas no estén marchando como lo he pensado. Lo que quiero contar, lo tuve que contar hace tiempo. Lo que debo decir, no lo quiero decir aun. Pero esta dilación, más que causarme cierta tranquilidad- pues a veces es mejor guardarse las cosas- ya me está empezando a pasar la factura; y estoy sintiendo la frustración de quedarme callado, de esconder mis emociones, y de no saber lo que piensa la otra persona; y quién sabe, si me estoy privando de buenos momentos junto a ella. Por todo eso debo trabajar concienzudamente en cada día de esta semana, en cada paso que daré, sin dejar que aparezcan chispazos de improvisación. Pero nada que me aleje de lo que ya ha sido establecido para alcanzar el objetivo que espero.
Como no tengo talento para predecir las cosas- ya que si tuve una bola de cristal, la tire por ahí- y como tampoco tengo el talento para creer que todo va a salir bien. Estaré preocupado, nervioso y ansioso porque termine la semana y que los resultados sean de los mejores. Aunque sea cual fuesen que sean, lo importante es que quede en mi mente que al fin me anime a hacer eso que nunca antes hice, y que ya no habrán mas dudas en mí.
Entonces solo me queda el decirme a mí mismo:”manos a la obra”. Las esperanzas son buenas cuando te ayudan a sobrevivir; pero son malas cuando destruyen tu vida, cuando agotan los minutos de tu tiempo. Pero esta vez y solo por única vez volveré a tenerlas conmigo; voy a escindir de mi vida esos malos recuerdos que siempre lleve conmigo para creer que todo va a salir de las mil maravillas y como no va a ser así; pues ya es triunfo para mí poderme animado a contarle la verdad, a buscar el espacio para tantear sus emociones y encontrar el momento preciso para confesar la verdad. Es otro cantar si las cosas salen como las quiero.
Al final de todo me doy cuenta que sigo siendo aquel soñador y planificador de siempre. Y si las cosas me salieron bien en los estudios, en el trabajo y en otras empresas que monte; por que no ahora esperar resultados similares. Pero lo mejor de todo es que ahora gracias a la esperanza que tengo llevo una sonrisa conmigo y eso me hace muy feliz.
pAnChO

EN CUALQUIER MOMENTO CON GABRIELA FRIAS, SIEMPRE ALGO CORTO PERO EFECTIVO


Feliz viernes.EUA: Miles de personas abarrotan las tiendas este "viernes negro", pero muchas coinciden en que las ofertas no son tan buenas como en 2009 .

lunes, 22 de noviembre de 2010

MENSAJE A LA CONCIENCIA - POR EL HERMANO PABLO


EL BESO DE LA MUERTE
Era un caso de vida o muerte, y había que actuar rápido. Si no, el pequeño animal moriría. Así que Paul La Fonte, francés de treinta y siete años de edad y amante de los animales, procedió a hacer la resucitación boca a boca.

Pero el animal moribundo no era un cariñoso gatito. Era una pequeña cobra recién traída de la India. Había sido pisada por un automóvil al sacarla de la jaula, y por no dejarla morir, Paul sopló aliento en los pulmones del ofidio.

La cobra revivió, y lo primero que hizo fue clavar sus colmillos en los labios de su salvador. Los diarios de Avignon, Francia, al comentar el caso, concluyeron: «El beso francés entraña peligros, pero el de este hombre fue el más mortal de todos.»

Este no ha sido el único caso de un beso mortal. En los novelones que se publicaban a principios de siglo era común que dos amantes decepcionados se suicidaran mutuamente bebiendo el mismo veneno, tomándolo el uno de la boca del otro.

Hay otros besos que así mismo hieren, estropean, golpean y matan; por ejemplo, los que empinan la botella de licor porque ya ni los grandes vasos los satisfacen, y sorben con avidez trago tras trago. Ese beso que le dan a la botella resulta ser, para muchos de ellos, un beso mortal.

Los pequeños que, por seguir el ejemplo de los grandes, consiguen un cigarrillo de marihuana y se lo pasan el uno al otro, están también causándose la muerte con el beso que dan en la maldita aspirada.

Lo mismo ocurre con los que se inyectan una jeringa hipodérmica. El beso fatal que se dan con la aguja, no con los labios pero sí con las venas, no sólo los deja endrogados, sino que por la transmisión tan frecuente del virus del SIDA también les resulta ser un beso mortal.

El que besa la boca de la mujer ajena está también dando un beso de muerte. El adulterio es la muerte del matrimonio. Podrá parecer dulce en el momento, pero es un beso mortal.

Las ambiciones deshonestas, así como las pasiones desenfrenadas, son fuego y son veneno. Ceder a ellas es ceder a un beso mortal.

¿Cómo podemos evitar ser víctimas de esta clase de beso mortal? Haciendo de Jesucristo, y de sus leyes morales, el patrón de nuestra vida. Es que si Cristo es nuestro Salvador, si Él es nuestro Señor, si Él es quien motiva todas nuestras acciones, nos veremos entonces libres de toda mala consecuencia. Permitamos que Cristo sea el Señor de nuestra vida. Él nos salvará de todo beso mortal.

LA COLUMNA DE GUILLERMO GIACOSA :Con el agua no se juega


El agua es negocio y todo lo que es negocio atrae la codicia de las grandes corporaciones. La estrategia es siempre la misma. El primer paso consiste en desacreditar a los organismos locales públicos que administran este elemento. No es difícil porque la mayoría de la prensa, que ve jugosas tajadas para el futuro, contribuye a desacreditar. Hay medios y periodistas que se alquilan y si de privatizar se trata, ellos están en primera fila. Ya se han invertido miles de millones de dólares en todo el mundo para que las corporaciones puedan acceder a las fuentes públicas de agua potable. Y las experiencias de privatización en este campo han fracasado tanto en América Latina, como en el sudeste asiático, África e incluso América del Norte. El periodista Scott Thill recuerda que el Banco Mundial prestó 100 millones de euros a la subsidiaria europea oriental de Veolia, la mayor corporación privada del agua del mundo. ¿Su objetivo final? La privatización de los recursos acuáticos de Europa oriental. “Veolia aclaró que su modelo empresarial se basa en la maximización de los beneficios y no en inversiones a largo plazo”, explica. Es decir que mientras ellos se empachen de dinero, lo que pase después es responsabilidad de quienes los contratan. “Tanto el Banco Mundial como Veolia reconocen que no quieren invertir en la infraestructura necesaria para mejorar el acceso al agua en Europa Oriental. Por eso la inversión de 100 millones de euros en Veolia es tan alarmante. Es una evidencia más de que el Banco Mundial sigue comprometido con la privatización, a pesar de las evidencias de que este enfoque no resolverá la crisis mundial del agua”.

Bonito y sencillo. Son depredadores al servicio de “maximizar los beneficios”. La evidencia que se requiere de que las privatizaciones del agua son operaciones condenadas al fracaso puede hallarse en su lugar de origen, Francia, conocido como el centro de la privatización del agua. “En junio, la municipalidad de París recuperó los servicios de aguas de sus dos multinacionales locales, Veolia y Suez, después de duras controversias. Es una de las 40 remunicipalizaciones solo en Francia, que se pueden sumar a las ocurridas en otras partes del mundo mostrando un cuadro negativo: la privatización del agua es, en última instancia, un concepto horrible y un proyecto fracasado”.

“Es indignante que el Banco Mundial siga invirtiendo en privatizaciones corporativas del agua cuando fracasan en todo el mundo”, dijo la presidenta de Food and Water Watch. “Una inversión similar en las Filipinas fue un desastre definitivo. Comunidades locales y sus gobiernos en todo el mundo están cancelando sus contratos con compañías como Veolia por excesivos costes, despidos de trabajadores y servicio inferior al promedio”. Quien toque las puertas del Perú no será Veolia, pero se le parecerá como dos gotas de agua sucia.

jueves, 18 de noviembre de 2010

En la noche

Estoy caminado con destino desconocido por aquellas calles donde ya no soy un desconocido. Parece mentira, pero por aquí todos tienen muy buena memoria, y me reconocen al ver mi rostro. De seguro me recuerdan de tantas veces que vengo de paseo por este lugar. Me ofrecen pasar, me hablan de las novedades que habrá en la noche, me aseguran que todo andará bien: que si me retiro tarde y con unas copas de más, me acompañaran a tomar un taxi. De primer momento no me animo a entrar a tan tentador lugar – veo por la rendija razones para sumergirme en este mundo de fantasía y realidad- ,pienso que es curioso el caminar por una zona tan insegura pero con la seguridad que si alguien vendría a atacarme, a asaltarme o simplemente a matarme – sin explicación, como ahora sucede en cualquier parte del mundo-, saldrían a defenderme aquellos viejos amigos a quien consideraba que no eran mis amigos hace tres años cuando vine por primera vez por estos lares. No tengo ganas de entrar hoy ahí, a pesar de todas esas ventajas que lleva consigo el introducirme a ese antiguo edificio donde siempre he encontrado la felicidad. Decido continuar mi camino hasta la plaza principal de esta antigua avenida que poco a poco va saliendo del olvido y va recuperando la importancia que tenía hace muchos años. Corre mucho aire en este lugar, las bancas lucen ocupadas, las muevas luces lo iluminan todo; nadie pasa desapercibido y menos las parejas que se muestran cariñosas. Aprovecho el viento que corre para que refresque mi cerebro y me ayude a renovar mis ideas que me están pareciendo ya gastadas, anacrónicas y muy ilusionistas. Capaz no recorra toda la plaza, seguro cruzare por la vereda de enfrente y retornare por aquella avenida donde ya puedo ostentar que soy conocido. Hago eso, y regreso a ese lugar donde aún sigue de pie esa invitación hacia la felicidad, ese llamado a perder la cabeza y dejar de martirizar a esta con los problemas cotidianos de la vida. Al llegar a la altura de aquel lugar me detenga a esperar que cambie la luz del semáforo para cruzar y entrar otra vez a ese mundo donde por una sola noche puedes ser feliz, donde te das cuenta que vale la pena correr los riesgos que lleva consigo el caminar por aquí. Quizás he llegado a una edad en que se cuidarme bien, en que comprendo que todos los peligros precisamente están en la calle y nunca dejaran de estar ahí. Aunque también lo están en otros lugares : como dentro de una oficina, de una escuela, de una universidad o dentro de nuestra mente que a veces guardando malos recuerdos termina convirtiéndose en un arma letal contra la búsqueda de la felicidad. Además no llevo muchas cosas de valor conmigo: algo de dinero, lo suficiente como para entrar a ese lugar que del cual aun sigo en duda en entrar o no. Aunque sé que ella adentro me está esperando. Pero quiero experimentar nuevamente ese placer que solo lo puedo sentir dentro de esas puertas metálicas custodiadas por todos esos hombres que me llaman como a un viejo amigo. Me siento identificado con los muchos varones que al igual que yo están a punto de animarse a entrar, entonces pago mi entrada y entro a local. Espero encontrarme con las mismas personas de siempre, aunque es bueno ver nuevos rostros, ilusionarse con aquellos, e ir a la conquista de esas siluetas que rondan por todos lados de este oscuro y cálido local. El frio que sentía allá afuera desaparece aquí. Las luces y esa calentura propia de ver tantos cuerpos bellos hacen que me abochorne, que sienta el vapor y que a la vez reconozca que necesito un par de cervezas para refrescarme. Todas me reconocen en la barra, el dj también lo hace. Me da la mano, nos saludamos, busco algunas miradas y solo sé que ella busca la mía, la logro ver a los lejos. Parece que alguien ya le ha avisado que llegue, por eso anda fuera del vestuario. La veo más bella que nunca. Consumiré la cerveza junto a ella, no puedo esperar más. Tengo la seguridad que vendrá hacia mí; me juego la vida esperando a que se acerque. Ella pasa delante de muchos que la llenan de piropos, viene hacia mí como siempre. Yo le extiendo mis brazos, le estampo un beso en la mejía y me siento un hombre nuevo, lleno de esperanzas, libre de preocupaciones y comprometido con la noche y con lo que ella decida hacer. Solo basta con rozar su cintura para revivir, para convencerme a mí mismo que debo perderme con ella entre tantos espacios oscuros, que debo financiar esta noche interminable, que los lamentos de miseria debo mandarlos de retorno a casa. Al final decido no tomar ninguna bebida alcohólica. Pienso que no es necesario estar algo empilado para disfrutar del placer que ella me dará. Al andar con ella me miran algunos curiosos, deben estar pensando que soy un hombre con suerte, un afortunado que departe con la mujer más bella del local. Ella me trata como su fuese su chico, yo la trato como a mi chica. Parece que entre los dos ha nacido una relación de confianza, de amistad, de cariño. Una sociedad que busca pasar un buen momento y desear que no llegue mañana, que no nos sorprenda la realidad. Ella piensa igual que yo, no decide tomar ningún trago. Así que dejamos la cerveza de lado. Concluyo que solo debo comprar un par de botellas mas, que es lo que quiere ese mozo que nos viene a molestar a cada rato. Decidimos vaciar las botellas a al piso. No le hablo de mis penurias, ella tampoco de las suyas. Más bien termina de tirar todo el líquido de cerveza al piso. Pienso que no hay forma más feliz de perder mi dinero. Seguidamente me impregno de su perfume, me avasallo ante sus movimientos y me olvido de todo lo que esta pendiente allá afuera. Me siento como fuera de este mundo, me siento un hombre completo. Un par de besos mas y me retiro .Salimos juntos cerca del escenario, nos despedimos. Somos otra vez libres, otra vez cada uno regresa a interpretar su propia historia. Salgo de aquel lugar e inmediatamente busco un ómnibus para regresar a casa. Veo un par de ladrones cerca de mí, me miran, yo también los miro. No me interesa si quieren algo de mí, ya me gaste todo el dinero que llevaba conmigo. Solo tengo para pagar el ticket de regreso a casa. Llegando a mi destino, subo a mi habitación. Decido cambiarme de ropa, ponerme esos pantalones y chompas que son mi uniforme habitual y en las que llevo impregnada mis preocupaciones y temores. En los bolsillos de aquellos pantalones están tantas horas de sufrimiento, de desesperación por buscar una ilusión. Mi ropa de fiesta de diversión, de una fantasía cumplida fugazmente no irá a la lavadora hasta que pierda todo el olor a ella.
Ahora solo pienso en volver a pasearme por aquellas peligrosas calles donde he estado sin el temor a ser asaltado y con la seguridad que si soy víctima de un asalto, será con el placer que me da el volver ahí y el comprar botellas de cerveza que terminaran regadas en el suelo, así como también lo harán todas mis preocupaciones.
pAnChO

martes, 16 de noviembre de 2010

LA COLUMNA DE GUILLERMO GIACOSA :Obama se despinta


Resulta llamativa la afirmación republicana luego de su triunfo en las últimas elecciones legislativas: «Lo más importante que queremos conseguir es que el presidente Obama solo tenga un mandato». Por el lado demócrata todo indica que los jóvenes, que contribuyeron a llevar a Barack Obama a la presidencia, están desilusionados con los tibios escarceos de su líder y se abstuvieron de votar. Estos militantes esperaban de Obama una postura más firme y sensata en las absurdas guerras que se desarrollan en Irak y Afganistán, una pronta respuesta a la vergonzosa e incalificable prisión que se mantiene en Guantánamo y, seguramente, una postura de liderazgo por parte de los Estados Unidos en la imprescindible lucha contra el calentamiento global. Además, naturalmente, de lo referente a las políticas económicas al interior de su país y el deseo de que estas beneficien a los sectores más postergados. En ninguno de los temas invocados Obama ha sido capaz de ir mucho más lejos de lo que hubiera ido George W. Bush. La diferencia, que no hace historia ni modifica el futuro, son los modales y el lenguaje del actual presidente que carece de la prepotencia, la soberbia y la ignorancia que caracterizaron a su antecesor.

No obstante, comete errores que parecen calcados a los de su antecesor. Podría colegirse que un imperio deja de pertenecerse para ser de quienes conducen su rumbo económico. La pregunta que cualquier ciudadano estadounidense debe formularse es esta: ¿Cuán real es el poder que tiene el presidente de su país? Y, seguido a esto, la reflexión sobre el papel que juegan los ciudadanos al elegir mandatarios, representantes o senadores que responden no a los intereses de sus votantes, sino a los intereses de los lobbies que representan a las grandes corporaciones.

El muy alabado sistema bipartidista estadounidense no es tal. En realidad se trata de un solo partido con dos cabezas. Un monstruo bifronte que crea la sensación del cambio cuando en realidad solo realiza ajustes coyunturales que no modifican ni las ideas profundas ni la metodología con que se enfrentan los problemas. Más aún, la administración Bush II hizo concesiones multimillonarias a sus amigos por servicios en Irak y sin pasar por ningún tipo de licitación, y su sucesor demócrata ni siquiera ha pensado en realizar una investigación. Y si lo pensó lo hicieron desistir de inmediato. Saben que teniendo un solo cuerpo es bueno mantenerlo tan sano y armónico como las dos caras que lo expresan.

Ese juego es parte del folclore político gringo y su población lo admite con tanto entusiasmo como a las hamburguesas o los chicles. De otro modo resulta imposible comprender cómo luego de la devastadora administración encabezada por Bush II, sus compañeros de ruta pueden hoy regresar impunemente al Congreso.

MENSAJE A LA CONCIENCIA - POR EL HERMANO PABLO



LA SEPULTURA NO ES LO IMPORTANTE


Primero lo enterraron en la iglesia de Garrison, en Potsdam, Alemania, junto a su padre Federico Guillermo. De ahí, en la época de la Segunda Guerra Mundial, lo sacaron y lo llevaron al refugio secreto del Mariscal Herman Goering. De ese lugar lo trasladaron a una mina de sal en Turingia, Alemania Oriental, a casi cinco mil metros bajo la superficie de la tierra.

De ahí lo llevaron a una iglesia en el pueblo de Marburgo, en Alemania Occidental. Y por fin en agosto de 1991, después de doscientos cinco años de haber muerto, el cuerpo de Federico I, el Grande, rey de Prusia, fue sepultado donde él quería: en los jardines de su palacio de verano, en la ciudad de Potsdam.

Toda esa odisea nos lleva a preguntarnos: ¿Tiene, realmente, alguna importancia el lugar donde a uno lo entierran?

Los grandes de este mundo la dan tanta importancia al lugar donde van a vivir como al lugar donde serán enterrados. Piensan que las personas de ilustre cuna como ellos deben ser sepultadas en lugares de grandeza y renombre.

Así pasó con Federico I, el Grande, rey de Prusia, filósofo, artista, mecenas de literatos, y formidable guerrero. Él quería que lo enterraran sin ninguna pompa ni ceremonia en los jardines de su palacio que bautizó «Sans Souci», que en francés significa «sin preocupación». Pero los azares de la política y de la historia lo llevaron de lugar en lugar, hasta que al fin, doscientos cinco años después de su muerte, sus restos llegaron a descansar donde él siempre quiso.

Y surge de nuevo la pregunta: ¿Tiene, después de todo, real importancia el lugar donde a uno lo entierran? Estudiemos esto por un momento.

Somos cuerpo y alma, lo material y lo espiritual, lo pasajero y lo eterno. El cuerpo que nos sostiene vino de la tierra y a la tierra regresa. El alma, esa parte inmaterial nuestra que es lo que realmente somos, es eterna. Es triste que le demos más importancia a la parte nuestra que retorna al polvo que a la que nunca muere.

Ciertamente para los familiares y amigos íntimos el lugar donde reposa el cuerpo tiene importancia; pero sin falta de respeto, o más aún, de reverencia, al deseo de estos allegados, para la persona que muere lo que más importa es dónde irá después de la muerte. Es el destino del alma lo que vale, no el destino del cuerpo.

Dios no nos ofrece sepulturas en mausoleos de mármol sino una morada eterna en la gloria celestial. Démosle hoy mismo nuestro corazón a su Hijo Jesucristo. Él nos dará una vida íntegra y buena aquí, y una vida de gloria eterna en el más allá.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

EN CUALQUIER MOMENTO CON GABRIELA FRIAS, SIEMPRE ALGO CORTO PERO EFECTIVO


Feliz miércoles!¿Conviene adoptar el patrón oro como sugiere Zoellick?

Días de radio

Mi habitación no lucia del todo soleada desde 1993 cuando todos los viernes al volver del colegio abría las cortinas dejando que entre el sol y así empezaba a escuchar música hasta ver que este se ocultaba.
Mi habitación siempre tuvo conmigo una complicidad que nos ha llevado a ella y a mí a pasar tantos años guardando tantos secretos, escondiendo para nosotros los momentos de felicidad y tristeza. Ahí he escrito mis mejores canciones, ahí he jugado a ser un locutor de radio, ahí he llorado cuando ha sido necesario hacerlo y de la manera más privada, y ahí han sucedido tantas cosas que solo me provocan alegría hoy que las recuerdo. No esperaba, hoy luego de el almuerzo subir a mi habitación para sacar un par de zapatillas y encontrarme con aquel escenario que me regreso a hace 17 años. Mi cama cubierta por el sol de la tarde era la plataforma perfecta para colocar ahí los casetes, long plays y toda mi imaginación para jugar a ser un dj , programar música y sobre todo pasar las mejores tardes que hasta hoy puedo recordar con mucho placer y añoranza. Recuerdo que mi abuela nos servía de almorzar a mi hermana y a mí cuando volvíamos de la escuela, y los viernes era algo especial, yo comía con apuro, pues me esperaba el mundo mágico de la radio. Yo que siempre estuve muy poco comprometido con hacer las tareas que nos dejaban en la escuela de lunes a jueves, menos lo haría un viernes en el que solo pensaba a jugar a ser un gran dj. No salía de mi habitación hasta casi las 7 de la noche cuando papa y mama volvían de trabajar, ellos jamás sospecharon mi entrega a ese oficio el cual me hacia feliz e imagino quizás era lo que mejor hubiera hecho en esta vida.
Recordando esa etapa de mi vida, puedo concluir que 1993 fue un gran año. A veces recibía la visita de mi hermana, ella también compartía esa fantasía de ser dj, aunque no tan permanentemente como yo. Así que se convertía en una gran colaboradora musical para mi, era divertido cuando cada uno se ponía al mando de su propia radiograbadora y programaba sus canciones. Era una sorpresa para el otro cuando de un momento a otro empezaba a sonar una canción que hace tiempo no la oíamos. Eran en verdad los mejores momentos musicales que viví.
Cuando dije que ese fue un buen año, sí que lo fue. A pesar que tanto gusto por la música me costó el año escolar. Porque aquella costumbre de entregarme a la radiodifusión musical aficionada poco a poco se volvió un hábito diario con mayor intensidad cada viernes por la tarde . Pero de nada me arrepiento hoy, hice lo que me gustaba, gaste mis energías en una tarea que yo mismo me la impuse y de la cual disfrutaba haciéndola. Y aunque no tenia público, ni críticos era el mejor y más feliz dj de el mundo. Es que realizaba mi trabajo de la mejor manera a pesar de las limitaciones de las radiograbadoras de uso domestico con las que contaba. Creo que en verdad que esa quizás fue mi verdadera vocación en la vida, por la cual con seguridad hubiera puesto todo de mi parte para perfeccionarla. Ya que mi segmento musical contaba con intermedios publicitarios cada media hora,todo tan real como si alguien me estuviera escuchando, y en verdad nadie lo hacía. Salvo una persona, y quizás la más crítica para mí, yo.
El tiempo fue pasando, las cosas en casa cambiaron. El nuevo año trajo novedades en mi vida. Al volver a hacer el año escolar, llevaba conmigo la responsabilidad de convertirme en un alumno más aplicado, con la mentalidad en mejorar mi rendimiento académico. Felizmente se cumplió el objetivo; mejore en mis calificaciones escolares, no fui un alumno desatacado, pero me convertí en uno muy responsable. Y claro está que la responsabilidad es parte fundamental del éxito.
Pero siempre estaba en mí ese gusto por escuchar música, por escaparme de todo y encerrarme en mi habitación para prender mi casetera y embarcarme en ese viaje imaginario que solo puedes realizar gracias a la música. Aunque jamás volví a abrir las ventanas para que entre el sol como lo hice en el año anterior, algunas veces volví por unas horas a ser un dj.
La semana que paso estuvieron pintando la casa por lo que aun no hemos puesto cortinas en las habitaciones, y fue así, como lo contaba líneas arriba, mí tamaña sorpresa de ver de nuevo en mi habitación- el cuarto completamente soleado- aquel escenario en el que me perdía entre la felicidad y quizás la señal de lo que hubiera sido mi profesión para cuando sea grande. Como a manera de confabulación entre las diferentes circunstancias, el vecino de atrás en ese momento escuchaba una canción de 1993 la cual yo la disfrutaba hace un viernes de hace 17 años. Todo estaba preparado como para que yo me olvide de todos los problemas y preocupaciones que llevo ahora como adulto y me interne nuevamente en esta pieza de la casa a programar mis canciones, a desempolvar esas casetes y armar un pequeño programa siquiera de media hora musical. No podía negarme a mí mismo ese privilegio de volver a desempeñarme en lo que más me gusta. Así, que arme todo en la cama, me cerciore que el volumen de mi equipo musical este relativamente bajo para que nadie en casa escuchara todo eso. Presente las canciones, improvise un par de publicidades e imagine una vez más, como lo hacía hace muchos años, que miles de personas me escuchaban .Luego despedí el programa prometiendo a mi imaginario público que este volvería a ser emitido en cualquier momento. Cuando ya regresaban mis casetes a su sitio, pensé que quizás pasaría mucho tiempo para una próxima emisión de este programa o que quizás ya no habría otro. La tristeza que llevaba conmigo por tantos recuerdos no me permitió incorporarme inmediatamente a mis actividades actuales. Me senté en el escritorio a preparar mi informe de trabajo, y solo pensaba en volver a ser ese dj aficionado, en volver a estar de regreso a casa en un viernes de hace 17 años y terminar de almorzar junto a mi hermana y mi abuela ya fallecida para dirigirme a mi habitación a escuchar música. Ya trabajando en mi informe me entro la duda si era tonto recordar tantos buenos momentos de cuando era un casi un niño, si en verdad tenía una utilidad haber hecho todo eso. Y se vino a mi mente un día de hace un par de meses cuando llegue a una radio local para participar como panelista de un programa de corte político. Y al ser muy temprano para la cita entre a la cabina y programaban música de los 80’s y 90’s. Como haciendo tiempo mientras esperaba al conductor del programa donde emitiria opiniones, converse sobre musica con el programador. El se admiro de los títulos, cantantes y años de las canciones que yo conocia de el amplio material que tenia en su discotecatenia en su discoteca. Me pregunto sorprendido como lo sabía todo. Y yo le respondí de una manera bastante graciosa: Es que yo escuche hace muchos años un programa de radio hecho por un tremendo dj. Como se llamaba ese programa – me interrogo-.Se llamaba el cuarto solar con un buen colchón musical- respondí contento.
pAnChO

lunes, 8 de noviembre de 2010

EN CUALQUIER MOMENTO CON GABRIELA FRIAS, SIEMPRE ALGO CORTO PERO EFECTIVO


Feliz lunes! se acerca Día de Acción de Gracias en EE.UU. y la cena costará más a los estadounidenses;el pavo es casi 33% más caro.

viernes, 5 de noviembre de 2010

MENSAJE A LA CONCIENCIA - POR EL HERMANO PABLO



«DEJA QUE TU PADRE TE DÉ UN BESO»
La balsa de goma corrió desbocada sobre los furiosos rápidos del río Colorado, en el Gran Cañón. Navegaban en la balsa tres hombres impetuosos. De repente la balsa dio contra una afilada punta de una roca, y estalló como un globo. Los tres hombres cayeron a las turbulentas aguas.

Harris Frank, de sesenta y cinco años de edad, hombre recio y duro, luchó por su vida. Tenía una clavícula fracturada y la mano izquierda casi seccionada. De los otros hombres, su hijo John de cuarenta años, y su nieto Tyler de dieciocho, no supo nada. En su agonía clamó a Dios diciendo: «Señor de los cielos, sálvame a mí y sálvalos a ellos.» Después de dos horas fue rescatado.

Cuando su hijo y su nieto fueron a verlo al hospital, Harris Frank, con lágrimas en los ojos, dijo: «Deja que tu padre te dé un beso.» Este era el primer beso que aquel padre le daba al hijo en cuarenta años de vida.

Harris Frank no era un hombre malo. Era un hombre duro, eso sí, de los que piensan que besar a un hijo es señal de debilidad, cosa de mujeres. Pero él no era malo. Sin embargo, esos momentos de peligro, cuando parece que se ha llegado al fin de la vida y se abre por delante el abismo negro de la muerte, sirven para ablandar la mente y el corazón. El hombre más duro se enternece, y los ojos sin lágrimas se humedecen.

Muchos padres piensan que para hacer que sus hijos sean hombres tienen que tratarlos con dureza e insensibilidad. No deben nunca mostrarles cariño ni darles un abrazo. Pero cuando acecha la muerte o golpea la desgracia, se dan cuenta de que la vida natural no es así. Ellos también, por duros que sean, sienten emociones que los mueven a llorar, a asustarse y a clamar a Dios. Cuenta Harris Frank, en su relato, que vio una especie de catedral blanca en los cielos, y eso lo hizo clamar a Dios.

¿Cómo debe relacionarse, entonces, el padre con su hijo? Si el hijo está en la cunita y todavía viste pañales, debe ir y darle un beso. Si el hijo tiene dieciocho años y está sufriendo sus primeros problemas emocionales, debe abrazarlo, darle un beso y confortarlo. Y aun si el hijo tiene cuarenta años de edad y está pasando por una crisis en su vida, debe darle un abrazo y un beso. ¿Acaso por eso deja de ser su hijo?

Los hijos, especialmente los hijos varones, necesitan ver en su padre esa transparencia emocional que les asegura que son amados de quien más necesitan amor. Amemos a nuestros hijos con el amor con que Dios ama a su Hijo Jesucristo, y lloremos con ellos.