lunes, 27 de abril de 2015

SOY UN BLOGUERO !

Y hoy es el último lunes del mes de abril del año 2015, y me siento contento de haber podido escribir  todos los lunes del mes esta columna. Al fin, pude disciplinarme y encontrar tiempo, dentro de todas las actividades que realizo a diario, para el poder escribir cada semana en este blog. Bajo estas circunstancias de esmero y de espíritu de cumplir con un compromiso conmigo mismo y de seguro con los pocos y muchos que leen este blog y se entretienen con mis escritos, prometo que en el próximo mes  de mayo las cosas seguirán así:” todos los lunes una nueva columna será escrita”.
Ahora no se con exactitud, si los temas, de los cuales hablo, son de interés de todos o quizá no. Pero tengo el presentimiento, como decía líneas arriba, que  pocos o muchos me leen cada lunes, y otros en el transcurso de la semana. Así que debo de seguir por el camino que emprendí hace ya  ocho  años, cuando cree este blog, del  seguir escribiendo de todo  y para todos.
Otras de mis alegrías, no sé si sea algo tonto o no, es que escribo sobre hechos reales que me han sucedido, sobre anécdotas que viví, las cuales creo dejaron en mi alguna enseñanza que ahora se las puedo transmitir a ustedes mediante mis escritos; y quizá con esto  el lograr que muchos no vivan lo que yo viví, o a lo mejor, vivir lo que cuento ahí; ya que hay momentos  en mi vida que han sido placenteros, inolvidables y muy divertidos.
Por supuesto que para mis aspiraciones de ser un escritor, no  sé si bueno o algo  serio, pero si un escritor, cuento con mucha imaginación con la cual podría llenar líneas de líneas. Pero decidí  que en este blog jamás utilizaría nada que fuera un invento o alguna idea que suene divertida y que no haya sucedido en lo mínimo en mi vida. No,  yo decidí que todas estas columnas serian basadas en cosas reales. Y gracias a Dios, lo he cumplido en todos estos años. Puedo decir con orgullo que para ser un bloguero, en lo que se refiere al contar anécdotas, jamás apele a la imaginación o creación. Toda esa ideas que rondan por mi mente y que son maravillosas, a mi parecer, las estoy  guardando para cuando llegue el día de escribir mi primera novela. Cosa que aun veo como lejana, pues mis otras actividades y mi ociosidad en los días de descanso,  impedirán que  este propósito se concrete a corto plazo. De momento estoy casi feliz de poder tener este blog, de escribirlo, de pensar que siempre hay gente que me lee y de poder ser yo mismo en cada línea escrita. A todos ustedes se les agradece.  Pues esto es ‘De todo para todos’.


Ps: Pensar que hasta hace 4 años veía como algo raro y quizá, ridículo el de llamarse ‘bloguero’ a quien hacia un blog. Hoy quiero llamarme así y sentirme más contento aun, si algún día alguien me llama así.

pAnChItO

lunes, 20 de abril de 2015

LA OSCURIDAD SI ALUMBRA MI VIDA

Si pienso en todas las cosas que he vivido en estos  30 y siempre años de vida, creo que desde que tengo uso de conciencia hay cosas por reprocharme; hay decisiones o acciones que me han dejado como un verdadero idiota. Pero la vida es la vida, ella registra lo bueno y malo que hiciste. Y la verdad, en mi existen cosas que he hecho a  nivel intermedio, algo que por un lado me da cierta tranquilidad porque no estuvieron del todo mal mis actos, pero que a la vez me recuerdan lo que papa siempre me dice: “nunca se deben de hacer las cosas a medias”. Es así, hasta el día de hoy,  no considero haber hecho  algo tan malo o tan bueno. Salvo, que hace 8 años descubrí un lugar perfecto para el relajo, un lugar a donde escaparme y un lugar que me hizo vencer los temores de salir tarde de casa para embarcarme en largos viajes en ómnibus, donde en el camino convivo con gente de todo tipo y propia de la noche. Creo que eso si lo he hecho bien en mi vida, me enorgullece aquella hazaña de hallar el lugar que desde adolescente buscaba. Pienso que en lima, mi ciudad,  tengo un lugar a donde irme,  a donde refugiarme cuando ciertos pensamientos invaden mi mente y quieren sumergirme en tristezas o depresiones. Desde hace 8 años ya no me siento solo,  esa es la verdad.
Generalmente en mi vida no todo lo que he hecho ha estado bien del todo, no todas esas acciones han producido en mi un estado de alegría hasta el día de hoy. Al contrario, muchas de ellas siguen arrastrando sus malas  consecuencias hasta ahora mismo que estoy escribiendo estas líneas. Por eso me sorprende  que aquella  buena acción que hice para conmigo, hace ocho años, hasta hoy me siga dando satisfacciones y sea un motivo para seguir tomando buenas decisiones. Porque si un logro un hombre consigue en esta vida, es el encontrar un lugar en donde pueda escapar, aunque sea por unas horas o una noche,  de la rutina y de la realidad. Y  yo sinceramente aquí y en  cualquier otro lugar, si no fuera por este espacio en mi ciudad, no  tengo a quien visitar ni a donde ir a pasarla bien. Y eso no me hace desdichado, créanme.
En aquel oscuro local, encuentro buenos recuerdos de mi vida. No me atrevo a decir los mejores, porque esos son con mis familiares más cercanos y compañeros de estudios y el trabajo, pero son recuerdos. Cada vez que llego a ese lugar, me siento como un hombre que llega a un lugar desconocido, pero cuando van pasando los minutos voy reconociendo cada rincón, a cada persona que labora aquí desde hace años y termino   viendo en mi mente a aquel muchacho de 'veintitantos' años que llegaba cada  viernes saliendo de la universidad. Hasta el día de hoy  suelo pararme en una esquina, miro a todos lados y a todos. Preparo mi plan de desplazamiento y de evacuación según el momento lo amerite, algo que hasta el día de hoy felizmente no ha sucedido. Se quiénes son de confianza y quiénes no lo son; algo que es suficiente para mí y creo lo es  para todos quienes desean cuidar su integridad física  cuando asisten a algún local nocturno. Conozco a casi todos los que asisten a ese lugar, pero me gusta observar si hay nuevos para cuidarme de ellos o mirarlos con recelo. A pesar que sospecho que terminare conversando con ellos y comentando de las bondades de aquel sótano del placer. En fin, ese también es mi hogar, es mi sitio, es el rincón prefecto para hacer lo que no hago fuera o lo que no me permiten hacer. Hasta el día de hoy sospecho un día, aunque creo que no llegara, alguien a mi estará a mi costado y será  por quien no podré volver a visitar ese sitio, y eso lo haré con placer. Y si se me ocurriera escaparme a aquel sitio que me está albergando tantos años, debería de  hacerlo  con la mayor destreza y astucia que se necesita para esos casos.  Aunque sé que si tuviera a una  gran persona  a mi lado, capaz no valdría la pena arriesgar tanto por un momento placentero. Pero de que  este es mi lugar  por ahora y quizá pro toda la vida es mi lugar y a mucha honra.
Nadie de mi entorno  sabe que asisto ahí, a excepción de papa que solo me aconseja muy bien: “cuídate”. Y  no se lo cuanto a nadie, no  porque sea algo malo que hago; sino porque a las personas más cercanas les debo respeto.
Nunca he querido describir  esas escapadas nocturnas que me doy. Me  he prometido a mí mismo  que alguna vez se los contare y cuando tengan la debida edad, a mis hijos o sobrinos varones. Como contaba líneas arriba, papa sabe de eso, pero  sin mayores detalles. Pero la cosa es que sabe que mis escapadas nocturnas y muchas veces inesperadas, tienen una justificación. Pues muchas veces he cenado apurado o he visto algún programa de tv  a medias por irme para allá. En aquella  oscuridad  de ese local, he aprendido que hay cosas que valen la pena. Que una persona no puede determinar tu felicidad. Que si alguien te dice que no, hay otros que te dicen que sí,  aunque sean diferentes las circunstancias.

Estoy otra vez en lima sin ningún plan. Después de la siesta, del leer y el hacer algunas cosas que papa y mama me piden arreglar en casa. Es hora ce alistarme para escaparme hacia donde he querido ir desde que empezó el día pesar que siempre me persigno y me encomendó a los miles de santos que existen para poder estar a salvo en el camino. Solo puedo decir que en mi caso: “La oscuridad si alumbra mi vida”

pAnChItO.

miércoles, 15 de abril de 2015

SIEMPRE LA RECORDARE

Existen personas a quienes  solo las tenemos presentes en el momento, a quienes  solo las recordamos en el instante en  que estamos frente a ellas porque no son importantes para nosotros. Yo sospecho que para muchas personas soy así, solo existo en el momento en que estoy frente a ellos, sea por trabajo, estudio u otra actividad. Pero existen otras personas que siempre las tenemos presentes y aunque ya no las volvamos a ver, las recordaremos hasta el final de los tiempos.
Llegue a lima hace  ya un mes con la idea que conocería gente nueva, que conocería a alguien en  especial. Cuando pasaron los días, pensé que lo que creía y presentía, no seria. Sin embargo, hace tres semanas me paso algo por lo que debo de darle gracias al destino, a Dios y a papa y  a mama (pues estos dos últimos me animaron  frecuentar nuevos lugares, a ir a aquellos lugares a donde no había  podido asistir  porque cada vez que llego a mi ciudad, solo  lo hago por una semana), conocí a una persona que me  robo mi mirada, que me robo mi concentración y, por último, también  el corazón. Era una chica a quien desde el primer momento que la vi, sentí que ya me había hecho preso de mis pensamiento, que todos eran para ella. Ella hizo en mí cambiar mi forma de pensar, romper mis promesas y empezar de nuevo sin respetar las reglas que yo mismo me impuse por las malas experiencias que viví. Simplemente, en convertir en mentira de que ya no volvería a luchar en batallas que sé que serían perdidas. Me embarque en aquel barco, con  aquella persona que me incentivaba a ser una vez más un adolescente y  el acicalarme y prepararme de la mejor manera para cada encuentro que tendría con ella. Todo esto era un misterio; las cosas que sucedían me envolvían cada día, y todo eso me hacía casi un hombre feliz, que en realidad es lo que importa. No pude disimular lo que sentía por ella. Nunca fui un buen actor para esas cosas, y menos en esta ocasión en que simplemente había sido flechado por aquella persona que una no conocía. Ella se dio cuenta de mis miradas indiscretas y también, me empezó a mirar. Yo creo que más por interés hacia mí, por saber quién se había fijado en ella, y que posibilidades tenía. No sé hasta hoy si ella será parte de mi futuro porque he luchado en tantas batallas y por experiencia quizá, vuelva a perder, o vuelva a tirar la toalla en otra pelea  en que me dé por vencido. Pero el sentimiento que tengo por  ella, el entusiasmo de cada encuentro, han contribuido a mi alegría, a mis ganas de volver a salir de casa e incentivarme a seguir mejorando en todo aspecto. Cada día, de todos estos que ha pasado  desde que la conocí, me justifique a mí mismo por qué siempre volver hacia donde ella esta.
Hace unos días, revisando mis documentos, volví a la realidad y recordé que debo de volver al trabajo, que la rutina esperan por mí: “el subirme a un avión con mis maletas para llegar a otra ciudad y dejar de hacer lo que hago en mi ciudad”.  No sé qué sucederá; pero lo que si estoy seguro es que ella es de aquellas personas que la recordare por siempre, que jamás la olvidares e identificare mi última estada en mi ciudad con ella. Ella  vivirá en mi mente por siempre. Y que si por una razón, que ni yo mismo se, me siento ya un perdedor, puede que el destino esta vez juegue a mi favor y me haga un ganador al volver a esta ciudad en una próxima visita y la vuelva a ver y si tenga el coraje que me falto para contarle lo que siento, algo que sospecha, pero que necesita salir de mi para ver su actitud hacia mí y el  darme cuanta cuantas posibilidades tengo.

Volveré a viajar. No quise pensar en le día que me  tocaría volver al trabajo. Seguro si no la hubiera conocido, regresaría con la idea que esta última visita fue como las otras. Pero todo ha cambiado, sé que existe alguien que en verdad me puede volver a ilusionar, puede romper con todos los esquemas y me puede brindar alegría. Debo de volver pronto, aunque sea solo de visita.

pAnChItO

lunes, 6 de abril de 2015

AQUÍ NO HAY FICCION

Una tarde de hace muchos años, me anime a escribir algo en la PC. Fueron dos renglones que no me convencieron, que dejaron en mí la sensación que quizá, eso no era lo mío, que se me hacia complicado escribir muchas líneas, que sería imposible llenar una hoja con alguna idea mía. Que la mala caligrafía  y poca ortografía anunciaban que era el principio y fin de querer escribir, o al menos hacer una columna. Pero esos dos renglones mal escritos habían despertado en mí un placer que jamás había sentido en otra actividad que antes realice. Además, que yo sabía que era la manera más segura para mí de sentirme aliviado de cualquier mal pensamiento o una estúpida sensación de fracaso en el amor u otros aspectos de la vida. Como sabía que no podía dejar de escribir, que por más que vengan a mi mente  tantas cosas que indicaban que debía de desistir de ser un escritor, decidí serlo por un tema más de salud mental. Y empecé a mejorar en mi caligrafía,  mi escritura y  la forma de como poder llevar todo lo que estaba cargado en mi mente al papel. Las cosas no fueron fáciles al inicio, pero debo reconocer que como esa era mi vocación, se hacía algo que tenía un atractivo que me llamaba la atención, y por lo cual estaba dispuesto a mejorar y a poner de mi parte para que cada día se lean mejor todas la líneas que escribía y escribiré. De  las pocas actividades que realizo para pasar el tiempo, el escribir se ha convertido en el escape perfecto, en la actividad que la realizo con mucho placer. Por eso siempre digo, con algo de exageración, que el hacerlo es como tocar el cielo. Y en verdad el escribir para mí es como trasladarme allá arriba y sentir que estoy alcanzando la felicidad casi por completo. En mi vida, como en la de todos, he vivido etapas no muy felices, etapas en las que yo mismo me he hecho daño. Pero que siempre  busque el  echarle la culpa a todos quienes estaban a mí alrededor. Pero vocación de escribir me llevo a poder descargar todas mis frustraciones y a la vez el reflexionar y comprender que yo mismo soy quien decide lo que me otorgara alegría y también tristeza.  Jamás se me fueron las ganas de escribir. Algunas veces por el tiempo y por la pereza deje de hacerlo, pero me di cuenta que no podía estar tranquilo, que no me sentía en paz conmigo mismo y que mi salud mental necesitaba de aquella ‘catarsis’ que solo produce en mi  el poder escribir.  Aunque parezca demasiado atrevido de mi parte, me  considero un ‘escritor’. Es que en realidad soy eso porque casi todos los días de mi vida escribo. Ahora, con eso no trato de ponerme a la altura de escritores de profesión, de renombre. Pero sé que es un oficio que realizo con sinceridad y que si bien no se en realidad a cuantas personas entretiene o de algo sirve, a mi me hace sentir bien. Y si, como alguna vez alguien quien leyó este blog dijo: “esto es una terapia”, este blog  lo convertí en la mejor manera de liberarme de mis tristezas y  de mis preocupaciones  en la vida. Quizá, lo que diga no suene bien, capaz sea momentáneo, quizás hasta ilógico, pero a la escritura le dije y le digo hasta el día de hoy:” solamente tú me haces saltar, me haces volar, me haces feliz”. Hoy recordé cuando hace ya 6 años decidí retornar, fue un día como hoy del año 2009. Después de casi unos años en que la flojera, la des organización y la preocupación en algo que aun no se resolvía en mi vida, decidí escribir mi nueva columna y no encontré mejor motivo que el hacerle una a  una gran amiga quien cumple años un día como hoy. Recuerdo que me demore en hacerlo,  y eso me desespero mientras  escribía porque quería terminarlo para enviárselo a ella.  Fue como la idea fluyo y entres tantas cosas que le escribí, le  conté que estaba profundamente enamorado de ella. Ese día sentí que me liberaba de un gran peso que cargue conmigo por mucho tiempo. Que aquellas tardes en que ella vino de visita a mi país, en la cuales caminábamos y yo me moría por abrazarla y besarle todo el rostro, eran deseos  que estaban  siendo liberados en aquellas líneas, y  por arte de magia luego de escribir todo eso me sentí mejor.

 Por eso el escribir  como nadie lo ha hecho en mi  puede cambiarme, puede llevarme desde el estado más triste hasta el estado de serenidad y llegar a un momento de felicidad.  Por eso este es el momento de juntar  todas esas columnas que escribí durante estos últimos 6 años para publicarlos en un libro que no tendrá la presión ni el reto de convertirse en el más vendido; pero que cumplirá su función de ser útil para alguien o muchos y que quizá consiga lo que yo deseo: “el motivar a muchas personas a escribir, a liberar todo lo que llevan dentro  y les hace daño o le quita espacio para nuevos pensamiento que de seguro  son de mayor utilidad para la vida”. Sin la esperanza de llegar con esto a ser un gran escritor, lo publicare y   por fin en mi mente dejaran de sonar las campanas de aquel llamado  de emergencia; pues ya fue escuchado y todo lo que escribí en este blog quedara plasmado en un papel. Escribir estas líneas me hacía falta desde hace días. Léanlas como también espero lean las otras columnas de estos tantos años de escribir todo lo que me sucedió y que siempre pienso puede dejar una enseñanza. Les aseguro con mucha sinceridad que todas son historias verídicas, son historias que le pueden suceder a cualquiera y más a una persona como yo, que sin dejar de estar cuerdo ni de vivir bajo las normas de la sociedad y la religión, me he dado cuenta y convencido que soy un hombre con un leve diagnóstico de locura. Algo que hasta hoy no me lo ha señalado un especialista en la materia,pero que yo cada día lo noto en mí, y con mucho orgullo eso contribuye a mi persona para ser más feliz.  Pues aquí no hay ficción.

pAnChItO.