viernes, 30 de diciembre de 2016

PEQUEÑAS METAS

Si salgo de casa y veo lo que antes veía en esta misma fecha, el año pasado, me parece como si todo eso fue ayer, y me preocupo porque el tiempo pasa tan rápido y no deseo llegar al próximo año con el mismo sabor de que hay muchas cosas que no he logrado realizar. Es así que en mi mente empiezan un montón de preguntas, y surgen las respuestas más insólitas como producto de la desesperación por querer justificar las cosas, que en realidad son parte del destino. Tengo la duda de que si las metas que nos trazamos al empezar un nuevo año, son las que  en realidad  miden nuestro buen desempeño del año, y por consecuencia nuestra ´casi casi felicidad’. Soy consciente que debemos de poner de nuestra parte para que nuestra vida mejore, pero también sé de qué hay circunstancias que se van presentando en el camino, las cuales pueden soplar o no a nuestro favor. Si se logra el objetivo, estamos contentos y satisfechos, e inmediatamente nos trazamos nuevos objetivos para el año que viene. Quienes no alcanzamos el objetivo- es muy loco el trazarnos nuevos objetivos-seguimos aspirando a lo que aún no hemos alcanzado, y de seguro mentalmente nos comparamos con quienes están a nuestros alrededor y que si han alcanzado lo que se trazaron. Muchos años he intentado entender todo esto de fijarse metas, y cómo afrontar la vida cuando no se cumple lo que uno desea. Para mi es todo un misterio, o al menos a mí me parece así, el poder tener todas las herramientas, con que alcanzaremos nuestros objetivos, están en nuestras manos. Aunque en estos últimos años he encontrado cierto camino para poder salir airoso de todo esto, siempre me alcanza la conciencia y se me hace difícil el no sentirme mal por lo que no he realizado en el que año que está por terminar. Al final, alcanzo la tranquilidad pensando que si las cosas no sucedieron, era porque el destino lo quiso así; además que hay otras cosas que si se cumplieron, pero muchas veces no sabemos cuáles fueron, y si nos ponemos a analizar detenidamente los 365 días que vivimos del año, encontramos un montón de logros, ya sean pequeñitos, pequeños y grandes; y de seguro todas ellas nos provocaron satisfacción en ese momento y la sensación que hemos avanzado. Si la vida está llena de momentos, entonces ya hemos vivido y hecho bastante en el año que se va. Pero quien comprende eso, si a veces nosotros mismos no lo comprendemos y no lo tenemos presente en cada día de nuestra vida
Esta vez solo me trazare dos metas para el próximo año, y sé que son asequibles de cumplir y también el pilar de todo lo bueno que viviré por el resto de mi vida. A eso dos puntos pondré todas mis fuerzas, y sé que lo demás caerá por su propio peso, y si nos es así: con esas dos cosas que haya alcanzado, yo me doy por ´casi casi feliz´
Luego de la Navidad que es una fiesta donde también hace su aparición la depresión, le sigue el Fin de Año, que es otra fiesta donde también nos entristecemos y nos reprochamos por todo lo que no se hizo.
Sigamos siendo nosotros mismos, quizás con un poco más de sacrificios, pero nosotros. No olvidemos que las ilusiones nunca son buenas consejeras de lo que debemos hacer en la vida, como tampoco casos de hombres exitosos; porque lo que funciona para otros, no siempre puede funcionar para ti. Trabajar, estudiar son buenas opciones de vida, pero de nada nos sirven si vivimos comparándonos con los demás y exagerando el tiempo que le dedicamos a todo eso con el objetivo de superar a otros.

Feliz Año Nuevo!




pAnChItO

sábado, 24 de diciembre de 2016

Se precisa sonreír para estas fiestas!


Te sientes pésimo de ánimo, y tú sabes que no puedes echarle la culpa a nadie, porque todo lo que te sucede es a causa de tus decisiones y actos. Te da algo de alegría el saber que -siquiera-has madurado, pues ahora ya sabes que no tiene sentido el lamentarse frente a los demás por lo que te sucede. Sabes que no es bueno el dar lastima. También, comprendes que lo que te sucede, si bien es serio, tampoco es para morirse; peores cosas suceden en la vida y somos lo suficientemente inteligentes y fuertes como para aguantarlo. A veces, no es necesario el llegar hasta tal punto de depresión en que debas de recurrir a ayuda especializada, pero si es así: no dudes en que has tomado una buena decisión en acudir a uno. El madurar debe de implicar el hacerlo en el mayor porcentaje en que se pueda hacerlo, y en todos los aspectos.  El madurar nace de todo esto que estás viviendo, y que no es agradable, pero debe de enseñarte en no cometer los mismos errores en una nueva oportunidad que la vida de seguro te va a dar. Ahora si me preguntas, ¿Cuándo llegara esa oportunidad? Pues, no lo sé, pero te llegara tu oportunidad. ¡No dudes! Hoy, y como debes hacerlo siempre en estos casos: mantén tu mente ocupada, no vale la ociosidad, porque de seguro terminaras pesando en lo mismo y la depresión se volverá a apoderar de ti. Recuerda que todos tenemos días malos, pero la vida -así como nos presenta estas dificultades-también no ha enseñado en cómo hacer para no pasarla del todo mal en estos momentos. Confía en las circunstancias que hay en tu alrededor: confía en los tramites que has iniciado, confía en que el tiempo que se tomara el destino para mostrarte otra vez el camino de la alegría, será corto; pero sobre todo, confía en ti mismo. Siempre piensa y cree que esto que te sucede es parte de la vida, que es parte de tu destino, y es parte de una gran enseñanza que te valdrá para toda la vida, y que con el pasar de los años-te aseguro- dirás que todo lo vivido no lo cambiarías por nada. ¡La experiencia vale tanto!
Por último, no te preocupes si por momentos vuelven los fantasmas de la tristeza, si esta otra vez toma parte de tu mente. Siempre piensa que los malos momentos será solo un rato, y más tarde todo pasara y veras que estas vivo. Para estas fechas de fiestas tenemos una misión, y esa es de tratar de sonreír así las cosas no andén bien del todo; pues la Navidad es un pretexto para salirnos del libreto que nos exige la vida- ese de actuar con seriedad- y tener la libertad de andar con una sonrisa por todo lugar y si podemos el pegar un salto de alegría. Recuerda que lo haces por ti mismo y por un niño que está a tu alrededor, que si no te contagia la magia de esta fecha, al menos, tu no debes contagiarlo de tristeza.

Feliz Navidad!



pAnChItO.

viernes, 16 de diciembre de 2016

ESTOY VIVO

Cuando te ataca una pequeña depresión que es controlable y que tú sabes que, felizmente, no necesita de ayuda profesional pero  entremezclada con una pequeña acidez en el estómago por haber comido tanto por la ansiedad, te hace sentir morir,  y lo único en que piensas es que si acudes a un médico especialista en Gastroenterología -como te lo recomiendan tus padres-puede que te digan que tienes una enfermedad terminal ya avanzada; y el solo hecho de escucharlo hará que te consumas más rápido de lo que debieras. Mama te prepara una dieta especial y papa, cuando salió a tomar el aire fresco contigo, caminando por alrededor del parque, te recomienda que no te preocupes, que una mala racha la tiene cualquiera y está contento que estés en la casa, que esperes con calma a que te salga otra oportunidad para trabajar fuera. Es en ese instante es  que recuperas algo de vida y te das cuenta que así como cuando eras un niño, tus padres siguen siendo tus héroes y a pesar de la avanzada edad que ellos tienen, están ahí para darte aliento y en cierta forma el  protegerte. Ya por la tarde después del almuerzo, mientras lees el periódico, echado en la cama, recuerdas a alguien que hace mucho tiempo te dijo que no, y que hace poco-por tu insistente pregunta- te volvió a decir lo mismo, simplemente por la misma razón: tiene un novio desde hace 13 años, quien es muy cariñoso y además es un exitoso empresario de exportación de telas. Pero no puedes olvidar las últimas fotos que ha visto de ella en bikini y en minifalda, además que  la encontraste más hermosa que nunca, y en ese instante recuerdas todas las veces que anduviste con ellas por diferentes calles de la ciudad y nunca tuviste la habilidad-a pesar de que es tu amiga- de convencerla para entrar a uno de tantos hoteles que abundan en la ciudad y que pasan a ser o bien puntos de encuentros clandestinos, o escenarios donde alguna vez todos cometen  algún pecado  que puede pasar al olvido. Sabes que con ella todo es imposible, pero tú te has quedado con las ganas de explorar ese hermoso cuerpo, y    falta de ello decides coger el teléfono y buscar en la agenda los nombres de aquellas bellas amigas nocturnas que tienes y que te demandan un dineral por acompañarte una tarde por la ciudad, departir unos tragos contigo  , degustar unos piqueos y esperar una mejor oferta por ir a una habitación que debe de tener televisión con cable, baño con agua caliente y un pequeño bar. Haciendo cuentas ves que podrías cubrir esos gastos, aunque tus pequeños ahorros irán disminuyendo y podrías necesitarlos para cosas más urgentes en un futuro no muy lejano. Sin embargo, llamas a una de aquellas chicas en agenda, a la mejor de todas, aquella que labora por las mañana como modelo de una marca de repuestos para autos y que se traslada por toda la ciudad en taxis caros, que de seguro tu deberías de cubrir si cierran el trato de encontrarse. Pero por esos milagros que hay en la vida, ella te comunica que está ocupada, que más tarde estará libre, que la vuelvas a llamar para coordinar, y es cuando sales de tu habitación y te diriges a baño para tomar una rápida ducha  con lo que consigues que toda esa calentura se vaya de tu mente y otras parte de tu cuerpo. La quemadura en tu estomago ya ha cesado, te sientes mejor, completas la siesta que empezaste luego del almuerzo y enseguida vas al escritorio y revisas documentos, ves teléfonos de contactos de trabajo y  te topas con algunos antiguos  empleadores que podrían darte la posibilidad  para volver a trabajar fuera del  país. Entonces se te viene a la mente aquel país, donde trabajaste hace algunos años, y recuerdas su linda ciudad por la noche, toda esa bohemia que te hacía sentir tan bien con solo observarla. Y sin siquiera haber pedido el empleo, ya imaginas en los días libres paseando por esa gran ciudad usando aquellos caros zapatos que vistes ayer en la tienda y que hacen juego con tus jeans nuevos y con ese sombrero que lo tienes para estreno. Es cuando bajas a el primer piso para dirigirte a la cocina por un vaso con agua, y mientras piensas en cómo enfrentar ese gasto , ves en la sala  a tu mama leyendo el periódico y recuerdas cuando aún eras un estudiante universitario y te faltaba dinero para comprar algo y pedias un préstamo. Me acerco a mama y luego de muchos años decido pedirle un préstamo para comprar esos zapatos. Pienso que se los devolveré el mismo día que me paguen mi primera mensualidad, pero es cuando ella me recuerda de la gran inversión que están haciendo para refaccionar una parte de la casa, por lo cual ahora ella esta gastada y no podrá hacerme este préstamo. Además, me pregunta por todos esos zapatos que guardo en mi habitación y que están casi nuevos, y me hace reflexionar que esa compra aún puede esperar. Vuelvo a mi escritorio y decido el terminar de leer algunas cosas pendientes y luego el escribir. Es en ese momento que me embarga un entusiasmo del estar vivo, por lo que decido en ir al médico, para el día siguiente, pues es bueno que me examinen. Ya más tranquilo, decido salir a pasear cerca de casa, a caminar por aquellas hermosas avenidas por donde siempre pasan hermosas chicas. Antes de salir cojo mi cajetilla de cigarros y la de los fósforos, y me percato que ya no tengo muchos cigarros. Felizmente no suelo fumar más de un cigarro cada vez que hago un recorrido por la zona, por lo que será motivo de esta vez no fumar y así, también, celebrar que aún estoy vivo.

Mientras camino por las calles de mi distrito en Lima, me detengo a comprar algunos panes para tomar el loche con papa y mama. Cuando estoy saliendo de la panadería, viene la chica a quien mencione que me dijo que en dos oportunidades que no, manejando una camioneta moderna, y al percatarse de mí acelera el auto para pasar como si no me ha visto. Yo siento un alivio porque esa noche no quiero conversar con nadie, ya que solo quiero seguir soñando con el encuentro con la modelo de los repuestos de autos y con el día que comprare ese par de zapatos. Metas alcanzables, gracias a Dios.


pAnChItO.

viernes, 18 de noviembre de 2016

LA CARTA

Buen día, Sr.
He llegado a este lugar con mucho nerviosismo pues imagino   lo que me dirá. Acepto toda la  responsabilidad de los resultados, que hoy  son un fracaso. Sepa que mi mayor preocupación no termina aquí; después de escuchar todos sus regaños y sentencia laboral, solo le puedo decir que esta situación parece no tener solución, y no se me ocurre nada por hacer en este momento. Puede que UD. me diga que ya no me debe de importar eso porque el daño ya está hecho, y es irreversible. Nunca me había preocupado tanto por algo, como lo he hecho hoy. Veo un panorama más que incierto. Veo las cosas negras, y si se trata de ser sinceros: los objetivos se ven inalcanzables. Sin embargo, tengo que seguir intentando que las cosas mejoren. Cada día aplico nuevos procedimientos, o mejoro estos, pero nada. Aun así, seguiré hasta cumplir el objetivo  que nos hemos trazado. Sé que mi culpa se hace más grande porque hace 10 meses, cuando UD. me llamo para informarle del balance anual, y de las medidas que iba a tomar para que los malos resultados no se repitan en este  Nuevo Año, fui tajante en decir que esto se solucionaba de todas maneras y que pasando las fiestas de fin de año, tendríamos buenas noticias. En verdad, me sentía seguro de eso. No quise engañarlo ni mucho menos crear falsas esperanzas con tal de salvar mi cabeza, y así pasar unas felices fiestas. Yo creía que el día de  hoy llegaría a pararme frente a UD con el rostro de un hombre  victorioso, y traer conmigo el informe de que todo salió como lo pensábamos y deseamos. No me atrevería a decir que se terminó todo, pero es muy probable que así sea por este año. Soy consciente que uno demuestra con su trabajo y resultados que es muy capaz. Esta vez no traigo conmigo nada que le haga confiar nuevamente en mí. He  empezado a perder la confianza en mí, pero no la perderé del todo porque siento que puedo  hacer algo todavía, ya que aun, como le decía, nada ha acabado, a pesar que las cosas no pintan para bien. No puedo decir nada a mi favor, solo que de todo esto, todos  hemos aprendido una lección. En este momento, eso  no nos  servirá de mucho, pero en un futuro sí. Hoy UD. quiere resultados, y esos no los traigo conmigo. No  quiero renunciar a esto. Ya sé que UD me lo pedirá. Sé que  me obligara a alejarme de todo esto. Creo que no es el momento de que me vaya, a pesar que este barco  se está hundiendo y  estamos demasiado lejos de la tierra prometida. Ya sé que  muchos pasajeros  han naufragado, y por eso debería dar un paso al costado. Así están las cosas y asumo mi responsabilidad. Sin querer ser dramático, yo casi estoy muerto en vida, pero no tanto como para no querer buscar una última oportunidad. He perdido crédito con UD., pero gracias a Dios que conmigo mismo no. Hoy más que nunca sé que las palabras se las lleva el viento, pero también que  uno las lleva grabadas en la mente y puede con ellas reprocharse dia a día a uno mismo.
Desde mi pecho y con toda el alma le puedo decir que esto me duele más  a mí que a todos. Mi corazón y pensamiento siguen puestos  aquí. Este problema me tiene dando vueltas a la cabeza las 24 horas del día. Si  a veces sonrió, es porque me pierdo en  algunos pequeños episodios de mi vida que me traen a la mente momentos felices, pero cuando llega la noche y obligadamente debo de mirarme al espejo, y no ese de vidrio, sino el espejo de mi conciencia, sé que mi vida no es la mejor en este momento. No quiero seguir con más argumentos que parezcan que buscan   aminorar el regaño que recibiré de su parte. Ya
he hablado mucho y ya sé que UD. me dirá a continuación que todo lo pude  de haber resumido en un par de líneas: "las cosas están de lo peor, parece que esto no se soluciona y yo asumo toda responsabilidad, y aunque no quiera irme, sé que debo de hacerlo”  Sospecho que es este largo camino que queda, si es que UD.  me permite seguir en esto, de todas maneras correré el riesgo que de una manera sorpresiva una mañana me comunique que ya no seguiré con ustedes, que me vaya. Lo conozco lo suficiente como para poder imaginar lo segundo que me dirá: "estamos jodidos. Mira la cochinada que has hecho y no has sabido salir de esto” Darle la cara nunca ha sido para mí muy fácil, pues desde hace un buen tiempo no hay buenas noticias de mi parte. No tengo más nada que decir, ahora estoy enfrentándome a UD, al hombre más implacable que existe conmigo. Sé que no será  violento físicamente conmigo, ni siquiera  se le ocurrida el  abofetearme, pero sí sé que hasta con  la más corta oración que me exprese en esta noche, abrirá en mí una herida que me dolerá  para toda la vida, y debo de aceptar que lo merezco. Hoy no vale soñar con  lunas. No vale el esperanzarse a  las estrellas ni a  aquellos Soles que a veces  alumbran. Hoy estamos a oscuras, y ya sé que fue por mi culpa. Ahora no   tengo ni  la menor idea de cómo hacer que funcione el pequeño foco que está en la esquina de esta pieza, para así ver un poquito de luz. Sabe, traigo conmigo una caja de fósforos, con las cuales suelo  prender uno que otro cigarro, de vez en cuando, para acompañar la soledad y motivar a mi mente a  pensar en tantas posibles soluciones que aún no aparecen. No llevo conmigo una vela, así  que esa pequeña llama del fósforo nos iluminaria. Si me permite, encenderé un fósforo para fumarme un cigarrillo de vuelta a casa, mientras pienso si debo de seguir buscando soluciones o, más bien, un nuevo empleo.


pAnChItO.


lunes, 31 de octubre de 2016

DESDE MI MENTE.

Hace ya varios meses, en una tarde de sábado, mi hermana me regalo una libreta de apuntes, con el logo de una de las entidades, donde ella labora en el exterior, además con un lapicero que tiene por  una punta la tinta, y por la otra punta un resaltador de textos. Ella sabe que me gusta escribir, por eso me dio ambas cosas. Sin embargo, yo, por esas ideas de conservarlo como  un Souvenir,lo tuve guardo varios días en mi ropero, entre muchas otras cosas que tengo  pensado usarlas para ¿no sé cuándo?, pues pienso que no se deberían de gastar así nomas. Soy de las personas que escriben todas  ideas que se me viene a la cabeza de la nada; muchas veces lo hago en cualquier hoja de papel que este a mí alrededor, o recurro a muchas hojas apiladas que tengo en el escritorio de casa, que después las engrapo o las dejo guardadas en algún viejo cuaderno.  Pero a veces, las ideas se me viene cuando estoy fuera de casa o cuando ando de viajando en un ómnibus, bus o avión, por lo cual me di cuenta que necesitaba llevar una libreta de apuntes conmigo, ya que no soy de usar Tablets. Es así que en esta libreta, desde hace ya 8 meses, empecé a escribir muchas cosas que se me venían a la mente, producto de tanto pensar y recordar todo lo  que he vivido. Como no soy de las personas de publicar pensamientos en las redes sociales, pero sí creo que estas podrían ser de utilidad para cualquier lector, decidí  poner algunas de las tantas que escribí en aquella libreta, que ya está casi llena.

“Nunca se debe de pensar mucho en algo que aún no nos pertenece. No todo lo que uno desea lo consigue, y no todo esfuerzo que uno pueda hacer es válido para alcanzar las cosas. Siempre es bueno el tratar de estar bien  con lo que tenemos en el momento”

“Llegábamos al borde de la desesperación. Parecía que las cosas nunca se solucionarían y solo nos quedaba aceptar que si habia una solución, aun no la conocíamos. El recuperar la calma, y luego conservarla, será un éxito”

“Cuando tomas una decisión, debes de tener toda la seguridad que las cosas saldrán como quieres; y si no es así, toda la seguridad que no te arrepentirás y, por lo contrario, te sentirás contento que hiciste algo que debías hacerlo, que la conciencia te lo decía así, muy independiente de los resultados”

“A veces hay ideas que se nos vienen a la mente más rápido de lo que esperamos. Otros días luchamos para que nos lleguen ideas, pues  las necesitamos. Nunca entenderemos nada de esto, solo sabremos que cuando algo nuevo en la mente nos asalta, es impostergable el registrarlo en un papel”

“Todos los nervios se concentraban en aquella llamada que 'le cambiaría la vida'. Como siempre, no se había puesto a pensar que haría si esa alternativa no se daba, si ese salvavidas no era para él. La vida está llena de posibilidades, muchas de ellas con bastante seguridad que sucederán, y otras en duda si serán positivas. Siempre hay que tener un plan 'B' por si las cosas no funcionan como pensábamos”

“Si por cada día que empieza tendríamos la seguridad de lo que sucederá, la vida ya no sería tan interesante. Al menos, de algo si debemos de estar  seguros: vamos a sonreír sea como sea”

“Hace ya varios años aspiraba a ganar aquellos premios. Nunca enfoque mi vida a eso, a pesar que eso lo consideraba que era mi vida. Hoy aspiro a otras cosas más cercanas y más factibles de alcanzar. Las penas y frustraciones se terminan cuando descubres que tu realidad es la que vives en el momento, y ahí están todas las sonrisas de hoy”

“El insistía en que podía hacer realidad mucho de lo que imaginaba. Con el pasar del tiempo, se dio cuenta que las decepciones, de aquellos sueños que nunca se harían realidad, eran cada vez más dolorosas y le afectaban a su salud; por eso empezó a ser más realista, y hoy se pone metas alcanzables”

“La historia que lleva ya 10 años debe de llegar a su fin .Fueron tantas cosas que sucedieron hace ya muchos años, que deben quedar en recuerdos. Lo que fue, no será. Las ganas y entusiasmo que uno tenía hace aquellos años para con ese asunto, hoy  se marcharon”

“A diario andamos renegando del destino, y muchas veces queriendo atropellar el curso de la vida, porque siempre decimos: ¿Por qué me sucedes eso a mí?, ¿Por qué no estoy ahí?, ¿Por qué me quede aquí? ¿Por qué no está él o ella a mi lado?, etc. No comprendemos que cada uno vive lo que le toca vivir, y esa es una oportunidad para adaptarnos lo mejor que podamos a cada situación, lejos de renegar o sentirnos víctimas de la vida”

“Algunos hechos de mi vida  nunca han salido  de mi mente. No necesariamente tenía que leer algunas líneas del pasado para que toda esa tristeza se hiciera presente en mí. Lo bueno es que he aprendido a controlar el pasado, y el dolor que  produce este"

“Y la oscuridad desapareció cuando con tu sonrisa iluminaste la calle. No debo de acostumbrarme a eso para ver luz en mi vida, pero que buen seria que siempre  le pongas tu cuota de alegría”

“El esperar por la respuesta de otra persona y supeditar tu felicidad a ello, es una mala idea. Ya me estoy dando cuenta que eso me está  empezando a hacer daño ¡Dejare de hacerlo”

“Me hubiera gustado que este trabajo lo hicieras tú. Hace muchos años te soñé preparandome la sorpresa para estos días, pero hoy  no es así. La vida no es solo de sueños, sino de hechos. Cuando las cosas no se realizan, solo queda tomar acción en ellas. Hoy yo mismo empezare preparándome la sorpresa”


“Hoy me aborda un entusiasmo único, por lo que  quise realizar esa tarea, de la cual siempre me escapaba  porque tenía la idea de que era un trabajo muy extenuante. Y sí, me canse, pero al final, muy contrario a lo que esperaba, no obtuve ningún fruto. Felizmente en mi conciencia queda que al menos lo intente”


“Cuando encuentras algo que escribiste hace mucho tiempo y lo ves tan bien que crees no necesita ninguna corrección, ¡debe revisarlo una vez más! siempre las cosas cambien en días, meses y años”

“Si eres de las personas que te dejas llevar por la primera impresión o apariencia de alguien, puede que te pierdas a una persona asombrosa. Recuerda que la primera impresión se va deshaciendo en el camino. Son pocas las primeras impresiones que se mantienen durante todo el recorrido. A veces, los viajes son tan largos que cuando nos damos cuenta de la realidad, ya es difícil regresar al punto de partida. Mucha distancia para volver hasta ahí”

“En verdad, no lo conozco, por tanto, no sé lo que piensa, lo que siente, ni lo que quisiera decir o va  a decir; por tanto no puedo juzgarlo. Lo único que sé, es que cualquier cosa que diga, no me puede afectar ni puede marcar el rumbo de mi vida”

“Hasta el día de hoy ya he conocido a tanta gente que no me debe de llamar la atención como actúa cada uno en el mundo, e incluso, como lo hago yo. Ya nada me extraña en el día a día de la vida”



pAnChItO.








miércoles, 21 de septiembre de 2016

FELIZ CUMPLEAÑOS,PAPA!!

Papa  cumple años. Él ya se acerca a los 80 años. Que rápido se ha pasado el tiempo! A pesar de  que cuando mi hermana y yo nacimos, el ya estaba en  la mitad de los 40’s, nunca lo notamos mayor, salvo aquella vez cuando empezó a sufrir del corazón y sufrio un infarto. Sin embargo, tenemos la suerte de tenerlo con nosotros y que aun luzca lucido y en líneas generales, bien de salud.
Hace 5 años, para el Día del Padre, decidimos regalarle una PC y enseñarle a navegar por el internet. Al principio no quería hacerlo, le parecía complicado; sin embargo, lo hizo, y hoy ya es una costumbre en él  el leer diarios nacionales e internacionales, el ver documentales sobre Historia Universal  por  canales de Youtube, y el leer sobre medicina. Hace un par de meses, mientras yo estaba fuera, mi hermana le creo una cuenta de Facebook, y una vez me sorprendía a mí, cuando me encontraba en  una ciudad lejana trabajando, pues  recibí una notificación que Papa quería agregarme a su lista de amigos. Me alegre mucho  y lo agregue. A  pesar que el aún está empezando en esto y no publica nada, lee mucho de un grupo al que sigue, y  que se ha sido creado por todos los miembros  del barrio donde nació y vivió hasta el día en que se casó. Hace unas semanas que llegue a Lima entre a la computadora de Papa y me percate que el Facebook se abría automáticamente, por lo que decidí-aunque indebidamente- responder a los saludos que le hacían algunos amigos ,que estaban agregados a su lista, y también  comente algunas fotos que publicaban familiares. Pero esta vez con motivo de su cumpleaños, y ya enterado de  que yo de cierta manera  lo representaba en el ‘Face’, me pidió que escriba en su muro agradeciéndoles a todos por los saludos que le han hecho. Lo hice, pero  también se me ocurrió el escribir algo que papa  me trasmite últimamente en las largas conversaciones que tenemos. He llegado a Lima, ya hace un mes, y he tenido la oportunidad de encontrar a papa con una nueva visión de la vida. Si bien, él siempre fue un hombre que supo mirar la vida de la manera correcta y transitar por esta de la misma manera, ahora noto en el  más  tranquilidad, quizá la que le han dado los años, y por eso escribí esto en su muro que si bien ha sido redactado por mí, es el pensamiento netamente de papa; pues a mí nunca se me hubiera podido ocurrir un mensaje  lleno de tanta verdad.

Como un hijo orgulloso de él, y sabiendo que muchos de ustedes, lectores, no están en su lista de amigos, he decidió el trascribir este aquí en mi columna  y decir con mucha alegría: Feliz día, papa!

"Hace 30 años, cuando estaba a punto de cumplir los 50 años, me decía a mí mismo: “ya estoy viejo”. Hoy que ya estoy cerca de llegar a los 80 años, me he puesto a reflexionar y – a pesar que soy consciente de los años- trato de vivir cada momento disfrutándolo y haciendo lo que me hace sentir bien. He vivido preocupado por tantas cosas, y tampoco es que hoy me he dejado de preocupar  por  otras, pero  el largo recorrido de la vida me ha enseñado que a veces las cosas van cayendo por su propio peso, por lo que  hay que tomar las cosas con calma. Sé  que tengo más pasado que futuro, por tanto organizo mi tiempo para hacer las cosas que deseo hacer. No quiero parecer presumido, pero agradezco a Dios porque a esta edad  -a  pesar  de los achaques propios de la edad-  me veo  y me siento bien a comparación de otras personas contemporáneas conmigo. He  aprendido a  encender la computadora,  al conectarme a la Internet y el abrir varias ventanas para navegar. Hago lo básico; pero para mí eso es bastante, y me siento feliz. Ahora he dejado el mal humor. Hoy sonrió por  todo, e incluso de mí mismo. A  veces amanezco molesto y luego en mi habitación me encuentro con un espejo y suelto una carcajada diciéndome: “que cojudo que soy por amargarme  por nada”, y salgo de ahí  con una sonrisa que me dura hasta el final  del día. Debo de reconocer en mi  esposa, la mujer que es mi  soporte, quien me ha dado una familia y me conoce tan bien en estos 48 años de relación, por lo  cual  me sabe comprender. En conclusión, no importa la edad que tengas, pues esta solo  marca el ritmo de tu cuerpo, pero nunca podrá hacerlo con tu ánimo. No te preocupes porque te  falte poco para llegar a cierta edad. Vive el momento, ya que nadie tiene la vida segura! Recuerda que no  somos Matusalén!"



pAnChItO.

jueves, 1 de septiembre de 2016

SENTIRNOS FELICES

Cuando estás cansado de pelear en batallas, en las cuales nunca has sido  ganador, y te das cuenta que nunca lo serás. Cuando te sientes cansado de seguir esforzándote por querer conquistar a esa chica que a diario te dice que no, o te lo demuestra de muchas formas, y sabes  que nunca cambiara su opinión de no querer el  iniciar una relación contigo. Cuando solo quieres preocuparte de los tuyos y de ti mismo, sin pensar en nadie más, porque llegas a comprender y a aceptar que nadie se preocupa por ti. Todo eso se resume a que ya no quieres seguir siendo el mismo que has sido casi durante toda la vida.  Ya no quieres ser ese hombre que esperaba  por el amor, pues  hoy ya estás  cansado de haberlo ido a buscar por tanto tiempo. Hoy estás dispuesto  a dejar de lado aquellas  pequeñas esperanzas, para no hacerlas más  el motor de tu vida; pues ya sabes que  un día te dolerá el golpe de la decepción al saber que nunca conseguirás a aquella chica, de la cual siempre has vivido ilusionado. Soñar con lo que nunca sucederá puede ser alentador en algún momento de nuestras vidas, pero el hacerlo un hábito  y la razón de nuestra existencia, es dañino. Ha llegado el momento de renunciar a muchas cosas, pero siempre asoma el temor a quedarnos solos; pero tampoco quiero  seguir haciéndole pelea al destino, pues él hasta el día de hoy me ha demostrado que debo de estar solo, y si es así, por algo será. He llegado a una edad en mi vida que ya no deseo que todos mis esfuerzos que haga sean en vano. Hoy quiero guardar fuerzas para las verdaderas cosas importantes de la vida, como- si Dios quiera- cuando  yo sea un padre de familia y tenga bajo mi responsabilidad a pequeñas vidas, que a la larga serán el motivo de poder estar feliz cada día, si es que existiera ese término. Entrando a ese tema, hace un par de domingos fue la celebración del  Día del Niño, y yo  miraba, mientras salía a tomar un poco de  aire fresco, caminando por la avenida principal del distrito, que muchos  padres de familia se alborotaban   junto a sus pequeños  hijos, y otros ya no tanto,  a hacer compras por ese día: le compraban juguetes, los llevaban a los juegos mecánicos, y luego a restaurantes para celebrar como se debe su día. Yo me  tope por causalidad con un ex-compañero del colegio, todo un señor padre de familia, y con un hogar ya hecho. Fue una alegría el haberlo visto después de tanto tiempo; se le  veía igual, no había cambiado tanto después de  12 años que lo vi por última vez, pero estaba más contento que nunca: pues acababa de nacer su segundo hijo, era varón, y como ya tenía una hija mujer, tenía la pareja; algo que muchas veces las abuelas y madres siempre decían que era la  bendición para un matrimonio. Me presento a su esposa y sus dos hijos. Los felicite, vi en ellos una familia que estaba feliz. Fue cuando pensé que al igual que él, muchos de  mis ex-compañeros de estudios ya eran padres de familia, e incluso, muchos de ellos tenían hijos ya terminando la primaria, y yo aun nada. Entonces, volvían a mí  las  ganas de buscar a la chica que me gusta, y de  volver a  tratar de conquistarla y pedirle matrimonio para así  ser felices y tener hijos.
De seguro y todo era  producto, una vez más, de mi imaginación, pero  era una locura que nacía en mí y me desnudaba por completo ante mí mismo, demostrándome que yo si quería tener una familia, que no quería andar solo por el mundo y que, sobre todo, tenía ganas de tener criaturas junto a mí y verlos crecer y guiarlos equivocándome  en el camino de la vida y  junto a ellos el  aprender a rectificar los errores. La chica ideal, con la que siempre había soñado, apareció en mi vida  hace un par de meses, y ya  da vueltas por mi mente, algo que también sucedió con otras. Desde que la vi por primera vez, me quede impresionado y -aunque parezca algo que lo he dicho tantas veces- vi en sus ojos que era la persona con quien quería estar toda mi vida y formar una familia; aunque dicha Srta. no me hace caso, y me vuelvo a encontrar en aquel pasillo de espera, de incertidumbre, en aquel lugar conocido, donde he perdido tanto tiempo, y esta vez debo de poner toda mi fuerza de voluntad por no estar más ahí. No se trata de huir, de no querer luchar por el amor; se trata de ser realistas, de aceptar las cosas como son y no envejecer esperando a que alguien se convenza de algo de  que nunca se  convencerá. Quiero ser joven, y la juventud se basa en hacer cosas nuevas, en no vivir del pasado ni esperar a alguien, para poder construir momentos  que te hagan sentirte feliz. Saldré en este mismo instante de aquel pasillo, ya no esperare por nadie. Que aparezcan nuevas personas en mi vida, que por ahí haya alguien que el destino y los designios de Dios hagan que se pegue a mí y yo a ella para pasearnos juntos y así el descubrir  que debemos escribir nuestra propia historia. El día a día trae consigo nuevos retos: esta vez me toca escapar de aquel lugar de los  esperanzados, para  llegar al lugar de las realidades pero de libertades, también; porque solo eres libre cuando no vives esperanzado a alguien, y cuando compruebas que con quienes están a tu lados en el momento es que  puedes sentirte feliz y puedes ingeniártelas para que esos momentos se alarguen por toda muchos días más. Nunca puedes planear el estar feliz, ni menos con personas que aún no están a tu lado y posiblemente no lo estén.
Esta columna la escribí pensando en mí, luego decidí que podría quedar en el archivo, pero al final sentí que esta historia podían estar viviéndola muchas personas, y decidí publicarla.
En conclusión: “nos merecemos estar felices”


pAnChItO.



miércoles, 10 de agosto de 2016

REFLEXIONES DE ALGO DE MAS DE MITAD DE AÑO

Me he preparado toda la vida para ser la luz del Sol, para cuando este no aparezca. Para ser la luz de la Luna, para cuando esta nos abandone alguna noche. He ensayado ya miles de veces, en tantos años, para llevar un día en mi hombro su maleta o bolso, mientras paseamos o la acompaño  de regreso a su casa. He escrito tantas frases que ya llegan a estar escritas  en un  millar de papel, expresándole la felicidad que tengo al saber que existe y que nos estamos conociendo. He guardado tantas monedas en mi alcancía, como para comprarle un regalo especial  para el día en que  le pida que sea mi esposa. No he dormido un solo instante, la noche anterior en que hemos quedado en salir al cine, luego a comer y a pasear. He preparado el discurso que le daré a papa y a mama para presentarla a ella  como el amor de mi vida. También, he llorado muchas veces al saber que quien pensaba que era la persona que estaba esperando, ya tenía pareja y a lo mucho me veía como un amigo. Cuanta decepción me ha cubierto cuando comprobaba que confundía entre tantos bellos rostro su imagen, que nunca la he visto, pero que creo podre reconocerla, así siempre ella sea la chica invisible, la del sueño que soñé.

Me he envejecido pensando que la chica ideal ya está aquí o está cerca de este lugar. No sé a dónde mirar  más, ya vi hacia adelante, hacia atrás y a ambos costado, e incluso arriba y hacia abajo. Algunas veces la desesperación me ha hecho ver al mismo lugar hasta en tres oportunidades. He perdido años de mi vida, he perdido algo de mi dignidad, pero lo que más me duele y me da coraje es  que también he perdido oportunidades con otras chicas que no tenían el rostro de ‘la ideal’. A quien puedo reprocharle algo. Si, para ser sincero sí creo haberme cruzado con mi media naranja, mi  media toronja o media papaya. Y no sé por qué creo que a ella poco le importo si yo era el prototipo del chico ideal, quien sabe Dios qué pasaba por mi mente en ese momento para no haberla tomado de la mano y haberme dirigido hacia lo más cercano que es la felicidad. Bien dice aquel sabio dicho:” En una fiesta nadie se queda sin bailar; y si es as,í es porque alguien no supo  como decir, ¿quieres bailar conmigo?




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viernes, 3 de junio de 2016

NO ENCONTRÉ LO QUE BUSCABA

Llegué a Lima en un amanecer, de día domingo, de un mes del año que paso. El  cielo todavía  lucia oscuro cuando recogía mis maletas y me apuraba por salir  y coger el primer taxi que me lleve a casa. Tenía la alegría de volver a ver a mis padres, del saber que volvería a estar con ellos por una buena temporada y, al fin, del poder hacer muchas cosas que estaban pendientes en casa y en mi ciudad. Estaba contento de volver a casa, eso era lo importante, lo que le daba sentido a esa llegada. Por Fenómenos Naturales, el verano, en Lima, se había prolongado y cuando llegue, aun pude  gozar del Sol, el cual siempre fue la inspiración para crear, para hacer arte y para pensar que conocería a alguien muy especial. Fue así que  en esos días me invadió un presentimiento, que en mi ciudad, Lima, conocería a quien había buscado por tanto tiempo. Seria por fin  ‘La Mujer de mi Vida’. El hallazgo de aquella desconocida persona  me había sido esquiva aquí, en mi ciudad, y  en todas las ciudades en  donde viví en los últimos 5 años. Pero un día  sucedió lo inesperado  para mí: en una situación bastante inusual y rara, conocí a una chica espectacular; no solo lo digo solo por su aspecto físico, sino por quién es y  por lo que demostraba que llevaba en su corazón, con solo el hablar y sonreír. Al verla, la identifique como aquella persona que hace mucho tiempo aparecía en mis sueños y en mis mejores fantasías. En ese momento  reflexione del por qué Dios hace las cosas, y de  su confabulación con el destino para que  yo este de vuelta  en mi ciudad de origen; por lo que  concluí que esa indefinida visita a Lima era para conocerla, para verla por fin, y  para pensar en hacer todo lo posible por  tenerla por siempre conmigo. Desde ese momento los  días ya no fueron los mismos, cada uno de ellos empezaba con un motivo para sonreír y terminaban con un verdadero motivo para echarse a dormir tranquilo y pensando que ya todo estaba por resolverse. Hace tiempo no había sentido por nadie lo que sentía por aquella muchacha. Tampoco me importaba si yo para ella era el ideal, solo me bastaba con decirme que con lo que a mí respecta: yo era para ella. Hace mucho tiempo que  no veía a alguien con quien deseaba pasar todo el resto de mi vida y dejar de lado a la Soledad, que muchas veces me pareció ser  la perfecta compañía. Los nervios que tuve en mis días  de adolescente, cuando conocía a una nueva chica y temblaba por conquistarla y declararle mi amor, habían regresado con fuerza. No quería quedarme sin ella, ni quería luchar por su amor y al final fracasar en el intento.  Recuerdo que en una noche, en medio del parque, por los ánimos  por el creer que podría conquistarla, grite: ¡Que me importa el mundo si ella al final será mía! Fui optimista, algo raro e mí, pero el amor hacia milagros y me había hecho cambiar de parecer en cuanto a eso. Había pasado muchas veces por esta situación, en donde creí haber encontrado la mujer ideal, pero  nunca se concretaban las cosas, y debo de reconocer que todo ha sido  por mi responsabilidad. Se dice que  uno siempre aprende de las malas experiencias, pero yo no aprendí de ellas. Hoy, después de todos estos meses de haber batallado en una lucha ya perdida y, por ende, mi desgaste en vano, creo que perdí la tranquilidad que poseía antes de conocerla. Ahora sé que existe una mujer diferente a las demás, la cual no será para mí; lo cual me hace daño, una vez más.
Paralelamente a esta situación, durante todo este tiempo, aparecieron otras chicas  que me ilusionaban y me indicaban  que aquí, en Lima, de todas maneras, conocería a la persona que siempre anduve buscando.
En estos meses en casa: los almuerzos y cenas junto a mis padres fueron los  mejores momentos que he pasado; ya que siempre sospechaba que en poco tiempo, en esa misma  mesa, también nos acompañaría esa persona que ya estaba rondando por mi vida, y que tenía que estar junto a mí.
Entre tantas cosas que pensaba,  al fin creía que vería esa  sonrisa de tranquilidad en el rostro de papa; ya que por muchos años él  espera que mi situación se resuelve en ese aspecto de la vida. No había tiempo para más, los días corrían y yo sabía que esto se acababa y  todo debería de  definirse en un abrir  y cerrar de ojos. Pero un día  el sol se apagó y los días y noches se volvieron más frías. El invierno había llegado, y con ello aparecían las primeras dudas de  que si todo se cumpliría, tal como lo había pensado cuando llegue a esta ciudad, mi cuidad. No estaba autorizado por mi conciencia para el  rendirme tan pronto. Entonces, decidí que el clima de invierno  no terminaría con mi ilusión; por lo que yo  continuaría de pie en esta batalla que no la veía del todo favorable para mí. La chica a quien había conocido, solo una semana luego de haber llegado a la ciudad, aún mantenía contacto conmigo, pero esto no me indicaba que ella también tenía cierto interés por mí. La poca  simpatía que  ella tenía hacia mí parecía desaparecer con el correr de los días. Yo había puesto  todas las cartas sobre la mesa y seguí insistiendo hasta que llegó el momento más difícil de todo esto: ella me empezó a evitar y  ya  no contestaba a mis llamadas. Parecía que el castillo que construí de puras ilusiones se empezaba a derrumbar.
El día de mi cumpleaños, a pesar que perdiendo la dignidad le comunique cuando era la fecha, no recibí ninguna llamada o un mensaje de saludo por parte de ella. En ese momento y después de tantas cosas, pocas felices, que habían sucedido entre nosotros,  comprendí que esa batalla ya estaba perdida y que, aunque me cueste, debía iniciar el retiro; pues tarde o temprano terminaría del todo derrotado y con el ánimo y las fuerzas por los  suelos. Las otras chicas, a quienes conocí durante este tiempo, también  mostraron un comportamiento evasivo hacia mí. Ellas no querían ya seguir en contacto conmigo, inventaban miles de pretextos para evitar el salir juntos. Debí  de comprender que por aquí no estaba la persona  con quien siempre he soñado. Estaba  más confundido que nunca. Si no son ellas las chicas que podrían corresponderme, ya que en algún momento de mi vida me sonrieron, aceptaron mis piropos y me siguieron la corriente a mis intentos poco disimulados de tener algún tipo de relación con ella, ¿Quién podrían ser? Desanimado del todo y consciente que me traicionaron tantas falsas esperanzas, que yo mismo deje crecer en mí, decidí descansar por un buen tiempo y ya no molestarlas. Hoy por la mañana, recibí la llamada de un directivo de una de las empresas, en donde labore hace algunos años. Se  había recordado  de mí y me dijo que mi perfil encajaba para un nuevo proyecto que tenía en la puerta del horno. Para esto debía volver a mudarme a aquella ciudad, en donde radique por casi 2 años. No la pase mal ahí: me fue bien en el trabajo, en  la comida y en  el costo de vida; aunque tampoco ahí pude encontrar a quien buscaba. Lima siempre será una ciudad especial para mí, una de mis predilectas para vivir; aquí nací y  pase la mayoría de años de mi vida, pero es hora de empacar maletas: “hay  trabajo allá afuera”. Debo de ser sincero, estaba   a  la espera de un nuevo empleo con la misma remuneración, que me pagaran allá afuera,  pero con  el plus de que será aquí, en mi ciudad .Pero dado todo lo que me ha  sucedido con todas esas desilusiones y principalmente con aquella chica que conocí apenas llegue a Lima, y  de la cual me enamore perdidamente, he aceptado volver a instalarme muy lejos de aquí. Quizá es una oportunidad que me da el destino para alejarme de ella, porque al estar  yo en Lima y el saber que nunca será mía, me entristece. Amo a mis padres y no olvidare esta temporada que he pasado con ellos. Felizmente ambos siempre apoyaron la carrera que elegí, y lo que implica del trabajar lejos de aquí. Hoy debo de salir de nuevo. Por más que quiera mentir y me diga una y otra vez que estoy contento de volver a salir a trabajar fuera, sé que ella aún se aloja en mi mente, y desde ahora ya  siento la  tristeza por estar lejos de esta ciudad, donde ella vive. Aun no entiendo al destino: me trajo aquí para encontrar al amor de mi vida-según yo- ,  y hoy  me vuelve a dar la señal que debo de irme porque  sufro por aquella chica que vive aquí y nunca será mía. De repente a quien yo  no entiendo es a mí mismo. No sé por qué motivo siempre me suceden estas cosas. Lo único que sé es que  esta vez  me voy por un solo motivo: “Aquí  no encontré lo que buscaba”


pAnChItO.


jueves, 5 de mayo de 2016

SRTA.PERIODISTA

Parecía que sería una tarde  tranquila, sin ninguna novedad, y de mucho provecho, pues yo había decidido salir a  pasear por el centro de la ciudad a comprar unos libros  y unos CDs de música. Me embarque en ese proyecto, aferrándome a la alegría que me provocaba todo esto. Quería vivir el día a día de la mejor manera, sin preocupaciones.
Bajando del ómnibus, empecé el recorrido y sentí ese placer, que siempre siento, de caminar por aquellas antiguas y tradicionales calles del Centro de Lima, mientras  doy vistazos, de lejos, a las tiendas que están alrededor y también  a las lindas chicas que salen de estudiar o trabajar a esas horas de la tarde. Llegue a aquel  bulevar, donde se pueden encontrar todo tipo de novelas, obras literarias  y demás  libros. Entre a todas las tiendas, siempre es una alegría que ahí puedo encontrar  todos los libros que busco, y otros más. Sin embargo, esa vez solo compre lo que buscaba. Para terminar esa aventura, de tarde de compras por el Centro de Lima, me dirigí la tienda de CD’s , y al pasar por la tienda de dulces no pude el evitar hacer una parada y entrar a  ver las deliciosas bolsas de galletas de 'animalitos', las pequeñas cajas de chocolates en forma de moneda  y muchas delicias más. Tuve que vencer a la tentación de romper la dieta-que me  la habían impuesto por motivos de salud- y decidí solo comprar una bolsa de caramelos de limón, como endulzando la vida y haciéndole un bien  a mi  hígado, según algunos me lo han recomendado. Llegue al centro comercial, donde había muchos  puestos que venden discos originales y  también discos piratas. Cuando observaba los discos piratas con mucha atención a cada canción, note que le  faltaban algunas canciones que deseaba escuchar. Al consultarles a los vendedores por aquellas canciones, me dijeron que no tenían otros CDs, pero me recomendaban el  entrar a la tienda  de discos originales que estaba enfrente. No tenía pensado, en ese momento, el comprar un  disco original, que tenían un costo de casi  6 veces de lo que cuesta uno pirata, pero agradecí la amabilidad del vendedor y decidí el entrar por curiosidad a aquella tienda, donde si tenían el disco que buscaba. Al ver los precios, disimule mi rostro de sorpresa  y me prometí a mí mismo el  volver pronto. Cuando salía y observaba a los lejos  la vitrina de los vinilos, vi de espaldas a una mujer muy elegante. Ella miraba con detenimiento todos los discos de la gaveta. Me llamaba la atención, sobre todo por sus largos y dorados cabellos. No imaginaba quien era hasta que  por esas casualidades  de la vida, ella volteo y  ambos nos sorprendimos al mirarnos: era ella, aquella bella periodista, quien hoy  es muy conocida en la televisión de mi país porque a diario lee las noticias por las noches. Ambos habíamos sido compañeros de  trabajo, en una pequeño Diario en que yo practicaba y ella ya trabajaba, hace muchos años; por lo cual  ella ni yo podíamos dejar de saludarnos. Ella en la mano con un  LP de  Cold Play y en la otra de libros, y yo con mi bolsa de caramelos, libros y CDs nos llamamos por nuestros nombres. Parecía que  cualquier  mal entendido del pasado  entre nosotros estaba olvidado. La última vez que nos vimos en aquel semanario capitalino, cuando yo estaba de salida  y me organizaron una pequeña despedida, casi ni nos despedimos. Yo muchas veces, cuando  editábamos juntos las noticias, la invite a salir, y ella inventaba miles de pretextos para no hacerlo y yo insistía sin comprender que ella  no tenía ganas de hacerlo conmigo. Un día ella pidió ya no estar más en la sección de edición de noticias cortas, pues no quería verme. Era seguro que le  había caído muy  mal por mi absurda insistencia. Hoy le doy la razón de su hartazgo hacia mí. Lo que me quedo  fue el inventarle  un buen pretexto al director del Diario para dejar de laborar ahí. Pero esa tarde en la tienda de discos todos era ya parte del pasado y yo  me acerque y  le di un beso en la mejilla. Ella dejo a un costado lo que tenía en las manos y me abrazo y sonreímos por el reencuentro, ese que nos traía a la mente aquellos casi 5 meses en que trabajamos juntos, yo como practicante y ella como ya toda una redactora y columnista, pues era periodista de profesión y egresada con buenas calificaciones de una prestigiosa Universidad de la ciudad. Había mucho que conversar entre nosotros. En realidad, a mí me interesaba poco lo de ella y creo que a ella no le interesaba nada de mí. Sin embargo, por esa emoción de encontrarnos, después de tanto tiempo, y la cortesía de mi parte, le pregunte si  tenía tiempo para tomarnos una taza de café, pues el invierno en Lima ya empezaba con fuerza. ¡Buen pretexto!
Sorprendente para mi , encontré ella una respuesta positiva. Me dijo que era oportuno  una taza  caliente de café. Ella lucia bella y ya  era muy conocida en toda la ciudad por su trabajo en la televisión local. Como si  fuera un sueño, estábamos caminado juntos hacia la cafetería, mientras muchos la  saludaban y yo me sentía un hombre envidiado. Llegamos a un conocido centro comercial cera de ahí,  entramos a la cafetería y yo  tome la iniciativa de coger una mesa  lejos de la puertas de entrada, para que así ella no se sienta incomoda de tanta persona que la venga a saludar  y yo el   asegurar  que la  conversación entre los dos no sea interrumpida. Yo era consiente que  ya no tendría sentido el volver a intentar algo con ella, pero me sentía entusiasmado al empezar a conversar con ella. Le conté que  en los últimos 4 años estuve viviendo fuera de Lima, que me adapte a otras ciudades donde me tocó vivir por trabajo, pero que estaba otra vez en la ciudad, por una temporada. Ella me contó de lo mucho que le gustaba su trabajo. En realidad, no había mucho que contarme, pues yo  sabía que también trabajaba en una Radioemisora y escribía una columna política en un  conocido Diario de la capital. Lo demás sobre mí, no me lo pregunto, por lo cual yo me sentí corto en hacerle preguntas personales. Comprendí  que debería de disfrutar ese momento, de cruzar sonrisas con ella  y de comprometernos-aunque ambos supiéramos que era mentira- a encontrarnos de nuevo. Yo sabía que una taza  café y una donas no eran suficiente para alargar una conversación, pero ella me recalco que no contaba con mucho  tiempo para disgustar algo más en aquel lugar, además que me hablo de la dieta que realizaba,de  la cual puedo dar fe que le  funcionaba muy bien. Era el momento de salir y discutimos por pagar la cuenta. Yo me impuse y afirme que yo la había invitado y yo debía pagarla. Mientras aceptaba a regañadientes  que yo sea quien pague, le recordé  de todas esas veces que  ella me invitaba alfajores y  empanadas que traía de una conocida panadería que quedaba cerca de su casa. Luego la acompañe hasta el estacionamiento del centro comercial, donde había estacionado su auto,e  intercambiamos números telefónicos y correos electrónicos. En realidad, no sé si contestaría a mis mensajes si me decidía a escribirle-algo que dudaba de hacerlo por el hecho de no volver a caerle mal por insistente-, pero era bueno el  saber que hacíamos algo para evitar el olvido. La despedía perecía ser  bastante fría, sobre todo más de su parte, pues creo que en ese momento ella recordó  mi casi declaración de amor  y trato de no mirarme a los ojos. Antes de subir a su auto, dejo  de lado su  frialdad y extendió sus brazos para abrazarme, y yo también hice lo mismo. Nos abrazamos  fuerte, como si sabríamos que no volveríamos a vernos o que inconscientemente evitaríamos el hacerlo. Luego espere que subiera a su auto, que se siente, lo encienda y salga con dirección a su destino. Alce  mi brazo en seña de despedida, mientras ella salía manejando, y  al ver su sonrisa detrás de la luna, me embargo una alegría, algo así como cuando a veces salíamos juntos del trabajo  y la embarcaba en un ómnibus hacia su  casa. A pesar que  con ella hace mucho tiempo había perdido las esperanzas, debía de aceptar que esa tarde no había sido una tarde cualquiera ,pues no siempre uno se rencuentra y comparte un café con una chica como ella. Mientras viajaba en el ómnibus de vuelta a casa, recibí la llamada de mama, donde  me decía que bajando de la movilidad vaya  a la Botica y le compre una pastilla para el dolor de estómago a papa. Estando ahí, no se el por qué me provoco el preguntar si tenían una pastilla para el dolor del corazón.

Por la noche, mis padres sintonizaron el canal de televisión, donde ella trabajaba. Esa noche apareció más hermosa que nunca y  en su rostro se reflejaba  una sonrisa única, que por unos minutos pensé era por el re-encuentro que habíamos tenido. Volviendo a la realidad, tuve que aceptar que de repente para ella nuestro re-encuentro  ya era  pasado, y que  yo debería de hacer lo mismo. Entonces, entendí que los buenos momentos pasan y se vuelven  recuerdos. Yo creía que esa tarde iba a ser muy buena por el hecho de comprar  libros y  CDs, pero fue mejor por el hecho de encontrarla. Al acostarme la recordé  frente a mí tomando el café y dejando que la observe, como si aún era la primera vez que nos conocíamos. Al siguiente día, desperté y ya todo era pasado. Salí a trotar al parque, como casi todas las mañanas,  y salude a las chicas que también practicaban deportes ahí. Sabía que la felicidad es el presente, no lo que ya paso y nunca lo tuviste.


pAnChItO.

miércoles, 6 de abril de 2016

ENAMORADO DE TI

Me gustaría tener la oportunidad de reivindicarme: de poder hacer las cosas bien desde el primer instante en que empecemos a conocernos. Mi intención era el conocerte y caí en la desesperación, por lo cual todo salió mal en aquella ocasión. Al verte, ese día, caminando por la calle  y yo sin tener ningún recurso de como conversar contigo, pero convencido que era mi única oportunidad presentarme, fui detrás de ti hasta convertir ese acto  en una persecución que termino con la más torpe pregunta: ¿Cómo te llamas?
Créeme que hoy reconozco, con mucha sinceridad, que lo que hice estuvo muy mal. Para nadie es cómodo, ni menos para una dama, que otra persona vaya detrás de ella, y más aun sin conocerla de nada. Pero sabes que cuando uno tiene interés en alguien, desde hace muchos meses, como yo lo tengo por ti, suelen suceder estas cosas. No estoy justificando lo que hice, aunque si dándole un motivo real: el querer conocerte y querer pasar tiempo contigo, y contarnos tantas cosas con toda la confianza del mundo. Las cosas me salieron mal. Quede como un acosador o algo parecido.
Yo no soy así de aventado ni mucho menos de querer conquistar a alguien en el primer acto, pero mi grado de interés por ti se manifestó, aquella mañana de febrero, la cual será para mi inolvidable porque fue la primera y única vez en que cruzamos un par de palabras, de la manera menos indicada en estos casos. Ese corto dialogo, que sostuvimos, empezó por parte mía de una forma tan sorprendente  y tonta preguntándote por  tu nombre  y tu respuesta fue tan  cortante que mello mis esperanzas de conocerte.
No trato de ser alguien quien no soy. Yo soy así, como me ves, y casi nadie es perfecto  y sí, me siento mal por la forma en que me aparecí en aquella ocasión. También soy realista y comprendo que puede que no tengas interés en mí, más con todo eso que sucedió. Como ya lo dije, entiendo de  tu malestar  para conmigo, pero acabo de decir  que solo mellaste mis esperanzas, aún quedan en mí, por eso estoy aquí; por lo cual quiero empezar el proceso de conocernos. No sé cuánto más deba de insistir, pero lo haré. Discúlpame y déjame demostrarte que tu vales mucho para mí, por lo cual no me cansare de insistir porque me des una oportunidad de conocerte, de pasar de ser un extraño, quien camina  por la calle alrededor tuyo y  tú lo miras con indiferencia, si es que lo miras, a  ser un buen amigo y con el tiempo algo más.
En estos últimos días le he pedido muchas cosas a Dios: una de la cuales es el que me diera una nueva ocasión de poder conversar contigo y hacer la cosas bien. Tengo todas las ganas de tentar la felicidad, y para llegar a ella es necesario el caminar junto a ti. La vida no me puede seguir siendo adversa. Hoy confió más en mí. En ti encuentro todo lo que necesito para complementar  lo que aún le  falta a  mi vida. ¡Déjame conocerte! ¡Hoy solo deseo que tú estés a mi lado! Lo demás ya no importa. Soy joven pero no un chiquillo, razón por la cual se lo que en verdad siento por ti,  y  por eso deseo una seria relación contigo. Estoy convencido que esa seriedad en tu rostro con una eventual sonrisa me inducen a saber que tú eres la persona que siempre he buscado. Además, sé que lo mejor está en tu corazón, y todo eso quiero ir descubriéndolo cada día que estemos juntos. No pienso en otra muchacha que no seas tú. Todo esto que siento por ti, lo estoy sintiendo hace bastante tiempo, y creo que ha llegado el momento de expresarlo. Demás estar decir esto, pero lo diré: “estoy enamorado de ti”

P.D: Ni bien la primavera empezó, todos esperaban los primeros rayos del sol, pero  aun estos no se veían. Eso desesperaba a muchos que habían esperado con ansias esta estación del año, ya que el invierno había sido cruel. A simple vista, el cielo continuaba nublado y presagiaba una tarde de lluvia, como lo había sido en los últimos días. Solo uno que otro que miraba el cielo con detenimiento y profundidad, pudo ver que algunos rayos de Sol estaban cubiertos detrás de esas nubes y  parecía que hacían todo el esfuerzo posible para abrir estas, como si fueran cortinas, y hacer su aparición. Quizá ese trabajo no sería muy simple, pero ellos tenían la seguridad que mañana o pasado podrían salir e instaurarse en el cielo por el resto de los días y  encender aún más con llegada de verano. Aquellos que veían y afirmaban que la primavera demoraría y que  ya no querían seguir sufriendo los golpes fuertes del último invierno, decidieron emigrar hacia otro lugar. No podían esperar más tiempo por aquella estación, que por su naturaleza haría aparecer sus bondades en cualquier momento. Al tercer día de haber comenzado la estación, muchos ya habían partido, y no estuvieron presentes para cuando  antes del mediodía hicieran su aparición los primeros rayos del Sol y conviertan ese día, que amaneció como un típico día de invierno, en un día cálido e  iluminado de  magia, porque a muchos este nuevo clima les cambio el ánimo para bien. ¡Ya era primavera! Quienes se fueron a otro lugar en busca de la primavera, al enterarse de las buenas nuevas, quisieron volver para gozar de las bondades propias de la estación, eso mismo de lo que ya habían gozado en años anteriores, pero muchos de ellos habían vendido sus propiedades y se les hacía difícil el regresar a un lugar en donde ya no tenían nada. La desesperación los llevo a desafiar al calendario y las cosas no le salieron como esperaban. Sin embargo, en cualquier lugar donde estén también llegaría la primavera; ellos deberían de esperar con la paciencia, con la sabiduría de aquellos viejos pobladores que no se movieron de su lugar, pues guardaban la esperanza que esta tan esperada estación del año se manifieste. Ahora, hasta que llegue la primavera por esos lugares cuantas cosas pasaran, cuantos rayos del sol y hermosos días están perdiendo de ver por no estar aquí.


pAnChItO.


domingo, 6 de marzo de 2016

LA ESTRELLA QUE ME ILUMINARA

Anoche, en un sueño, me di una escapada  de la tierra.  Ya en el espacio, quise convencer a la Luna para que nos alumbre todas las noches en que estemos ella y yo juntos en la Tierra. Buscaba una respuesta positiva de este Satélite, pero no escuche nada. Me senté en ella esperando  que me diga que sí, pero nunca me dijo nada, y eso podía entenderse como un NO Volví decepcionado en mi nave de papel. Apenas aterrice  en tierra, empecé a ver la forma  de alumbrar todas mis noches junto a ella; si, esas noches clandestinas en que jugamos a que nuestro amor es permitido y goza de futuro. A pesar que sus ojos son un par de luceros que ya alumbran mi vida, hace falta una luz que nos guie y nos alumbre para sacar lo mejor de nosotros, y así  poder sobrellevar este amor que se vuelve complicado cuando choca con la realidad.
El camino de nosotros, por las noches, no es tan fácil: duendes, pumas y miradas indiscretas quieren espantarnos, pero hasta hoy no lo han logrado. Nunca han podido dejarnos a mitad de nuestro encuentro de amor. Pero vale la pena ser precavidos y tomar el control de la situación.
Al día siguiente, programe viajar hacia las estrellas. Este camino se  anuncia ser muy largo, casi imposible y con probabilidades de terminar achicharrado. Pero solo al pensar en ella, en querer que nuestro amor sea de la mejor, con una par de estrellas iluminándonos, me dio el valor para viajar hacia allá. Entonces fue que llegue hacia donde habían millones de estrellas; solo quería conquistar dos para que nos iluminen para toda la vida. Esas dos estrellas, también, eran difíciles de convencer. Parece que su negativa era inminente. Al escuchar la respuesta, de la cual sospechaba, no insistí, pues, literalmente me estaba  quemando vivo.  Tras mi segundo fracaso, decidí realizar el viaje de retorno hacia la tierra para otra vez, con mis ánimos caídos, buscar   una forma de poder sustituir esa Luna y  dos Estrellas, con las cuales soñaba para  iluminar nuestro paisaje de encuentro de amor.
A pesar de esos dos reverses que se presentaron por conseguir la mejor  iluminación  para nuestra escenografía, continúe buscando lo que pocos han logrado encontrar para su historia de amor: la luz eterna. Los malos resultados se siguieron presentando en aquellas búsquedas. De seguro en el cielo podría encontrar alguna luz para los dos, pero ya no quería  viajar más; por lo que recordé de una linterna que tengo en casa, de luz muy potente. Entonces, por qué no poder reemplazar a la luz de la luna? También, recordé que en casa guardaba un pliego de papel plateado  y tuve  la idea de montar  una escenografía: un par de estrellas y la luz de la luna. Cogí las tijeras y corte dos trozos de papel en forma de estrella. Y la linterna como la luna. Ya teníamos las tres luces que me fueron negadas.
Al final, llene la escena con todos los elementos para que sea una gran noche romántica. Mi vida estaba ahí. Era el premio a tanto esperar.
Cuando la sentía abrazándome, besándome y  yo temblado de emoción, desperté. Otra vez, todo había sido un  buen sueño. Medio soñoliento, pensé que de repente el sueño era como una recomendación de mis familiares desde arriba o de Dios para poder ligar con la chica que tanto quería, y con quien siempre soñaba. Entonces, me levante de la cama y  baje rápidamente a buscar la linterna que tengo en casa, y  me percate que se encontraba descargada. Luego me dirigí hacia el patio de la casa y  busque en el pequeño deposito, debajo de la escalera, por ese papel platino que mis padres guardaban ahí. Solo vi un par de bolsas vacías de cemento; pensé rápidamente que con ambas podría hacer un par de montañas. Por la tarde compraría una par de baterías para la linterna y dos pliegos de papel plateado. Pero caramba, olvide que durante todo el día  debía de realizar unos trámite para mama. Creía que todo se había venido abajo. Tome rápidamente el desayuno, me duche, leí rápidamente los titulares de unos diarios  y salí de casa, no sin llevar unas tijeras para recortar las estrellas durante el camino. ¡Estaba loco¡ Al subir al ómnibus miraba a todos lados, preguntándome donde podía estar  la chica que protagonizaría mi historia. No era  un alentador  día, las largas colas que se hacen para realizar trámites y  los vaivenes de gente encargada de informarte pero que están más desinformadas que tú me ponían de mal humor. Estuve tramitando documentos  durante casi todo el día. Al fin pude terminar con todo lo que estaba pendiente. Salí y me encontré con una muchedumbre en el paradero del bus que me llevaría a casa. Resignado, me coloque en la columna que se formaba  para abordar el bus de transporte. Durante la cola, empecé a conversar con una linda chica, que se mostraba  tan tierna y bondadosa. Esa tarde ya con pinta de noche se llenó de ilusión, porque a pesar de  que ella no era la chica de mis sueños, nuestra conversación se hizo tan amena que decidimos  abordar juntos el ómnibus que la llevaría a su casa.  Caminado hacia su casa, le sugerí tomarnos una taza el chocolate caliente, acompañándolos con unos alfajores.

 Luego de una gran conversación, salimos del  restaurante y mientras nos reíamos, las luces de los postes en la calle nos alumbraban como su fueran la luz de la luna. Unos vendedores ambulantes ofrecían todo tipo de figuras de material de felpa. Fue que  decidí comprar dos en forma de estrellas; si bien  estas no alumbraban, si eran alumbradas por el alumbrado público; además que al obsequiarle una de ellas, su rostro se ilumino y yo era feliz viendo  su sonrisa. Mi estrella también alumbraba. Fue así que me  di cuenta que tenía todo el paisaje que soñé. Cuando llegamos cerca de su casa, la despedí  y le dije  que  quería volverla a ver. Empezó a llover y yo rápidamente aborde un ómnibus. Llegue a mi destino y camine hacia casa. Entre a mi habitación y  saque de la maleta mi estrella, la mira y me dije  que siempre estaría conmigo.



pAnChItO.

sábado, 6 de febrero de 2016

APRENDICES DE LA VIDA

Sentía que la vida me era esquiva. Todo era un desastre porque veía una combinación de malos eventos en mí día a día; y a todo esto se sumaba un dolor de estómago que de seguro era producto de la preocupación y la ansiedad de que las cosas mejoren. Aunque debo de reconocer que siempre he cometido el error del comer un montón y en desorden. Con aquella dolencia física y mi dolencia en el alma trato de sobrevivir día a día y en las tardes, la situación  es peor: es ahí donde empiezan a morir todas las posibilidades en que las cosas mejoren. Otro día se terminara sin ninguna novedad.
Después de tanto tiempo en esta situación, he empezado a sobrellevar las cosas de la mejor manera, pero hay momentos en que me siento mal y trato de envolver en esto a alguien o a muchos, para así  poder arremeter contra ellos. Es cuando empiezo a cuestionar  a todas aquellas chicas que nunca me habían hecho caso y rechazaron  el tener alguna relación seria conmigo;  ya que creo que si alguna ellas estarían a mi lado en estos momentos, las cosas serían más llevaderas; porque vería en su rostros tanto amor y tanta esperanza en que las cosas mejorarían. Pero como yo soy un hombre que cree mucho en el destino y en los designios de Dios, al final  acepto todo lo  que me sucede, incluyendo la falta de compañía para estos malos ratos.  No me queda otra que repetirme una y otra vez la frase: “Por algo suceden las cosas”. Y es cuando acepto que  con nadie debo de desquitarme por lo que no  sale como yo quiero.
Lo que más me molesta de todo esto es  que esta historia se volverá a repetir el día de  mañana y yo volveré a maldecir al destino para luego aceptarlo y terminar hablando con la luna, antes de acostarme, en  que un día las cosas cambiaran. Después de todo, ya lo sé: “El destino es caprichoso”.
Ya he vivido mucho de esto y sé que hay cosas que no puedo cambiarlas, pero aprendí de ellas. ¡Quizá algo valioso en medio de todo! Hoy ya se lo que debo de hacer y lo que no debo de hacer para la próxima vez en que me encuentre en una mejor posición en esta autopista, la cual es la vida, en la que aún  no encuentro algún vehículo que me quiera movilizar  hacia el lugar deseado. Debo de reconocer que esta sorpresa que me preparado el destino no me la esperaba, por eso de mi enfado en demasía. Fue un error de mi parte en pensar que todo lo que uno consigue en la vida es seguro y duradero. Otra enseñanza que jamás olvidare.
Cuando las cosas empezaron a verse más complicadas y sin solución, reconozco que tuve que bajar el rostro, pero luego me di cuenta que no había cometido ningún delito, y esto le puede suceder a cualquiera. No me fue tan fácil el comprender que no debía perder el brillo de los ojos a pesar que las cosas no andaban bien, y sin fecha de que estas mejoren; hasta el día de hoy todo sigue igual, pero yo hago mi mayor esfuerzo para no dejar de sonreír.
En todo ese proceso de aceptar las cosas como son, era inevitable el desear haber sido el otro, ese quien siempre soñé ser  y no quien soy, pues pensaba que por ser así, no conseguía lo que quería; o más bien, no buscaba nuevas alternativas para mejorar. Siempre lo he tenido claro: yo soy un soñador que gusta de vivir escribiendo todos los días y con la idea de que un día las cosas que se me vienen a la mente se volverán realidad. Pero también, acepto la realidad: "me aferro a la tierra, por lo que siempre que salgo a volar, nunca desato la cuerda que me ata al piso". Sin embargo, muchas veces me alejo bastante de lo real, como hace algunos días en que imaginaba que en este nuevo año estaré  presente en la Feria del Libro de mi ciudad  presentando mi Opera Prima, firmando autógrafos y departiendo cafés con grandes escritores. Pero no puede ser así, porque  lo mío es otra cosa y  el  tiempo que invertiría en tanto arte  crearía un conflicto con mi verdadera profesión. A estas alturas de la vida ya sé que no puedo perderme en el camino, que las cosas ya están marcadas en la vida de cada uno, y es mejor seguir aquella ruta que nos trazó el destino y Dios. Muchas  actividades pueden acelerar los latidos de mi  corazón, pero yo sé que lo mío va por otro lado. Al final, uno entiende que la vida es una cuestión de descifrar las cosas que nos suceden, esas evidencias que marcan las oportunidades que debemos de aprovechar. Yo fui  un descuidado en todo aspecto de mi vida académica y laboral,pues nunca supe que era lo bueno para mí, ni  lo que en verdad era importante para mantenerme en lucha. Hoy  las cosas ya están hechas, no hay vuelta que darle, pero, al menos, he aprendido un poco a descifrar las cosas. Hay días en que me despierto como el hombre más feliz de la tierra, eso me preocupa porque yo creo que nadie es feliz del todo, sino  la vida ya no tendría sentido. Además, en los últimos meses no he tenido motivos verdaderos como para amanecer con tanto entusiasmo, pero es buen síntoma que uno amanezca así. Otras veces me levantaba  con la moral por los suelos, con una sensación que nada mejorara y que yo voy de mal en peor. Pero como he vivido muchos años y he ganado experiencia, me pongo a pensar que las  cosas no pueden ser tan malas del todo. Muchas veces me sentí derrotado, perdí la ilusión porque las cosas mejoren, pero siempre me cuide de no mostrar aquella imagen. Hoy ya no tengo que ocultar nada, pues no me siento derrotado ni he dejado de creer que vendrán mejores momentos. E inclusive, en las relaciones afectivas cada día descubro motivos para no preocuparme ¿Por qué extrañar a alguien quien nunca estuvo aquí? La vida es así, las cosas suceden porque tienen que suceder. Uno conoce a muchas personas, tiene interés por ellas,pero llega un momento en que uno debe de expresar sus sentimientos,y ello no implica que la otra persona sienta lo mismo. Es un   alivio en haber tentado suerte con alguien, en haber expresado tus sentimientos y el haber sonreído por un posible resultado positivo con ella.
 Si, en general, las cosas no cambiaran para bien, yo  podría hacer algo para cambiar en cierto punto todo esto. Eso sí, sin  dejar de lado el tener paciencia, porque  la vida es la misma que estaba escrita para cada uno y  las cosas se presentan cuando les toca presentarse: “ni antes, ni después”. Si habrá que mejorar, mejorare.No me sentiré mal por lo que sucede o lo que no sucede. Sé que no debo de recrear tanto el destino, que nunca viene mal un poco de realismo y eso sí, nunca ausentar de mi rostro la sonrisa. Soy y seré la misma persona, suceda lo que suceda. Yo seguiré aprendiendo de la vida; porque  lo  mejor que he aprendido de todo esto es que todos seremos siempre  unos aprendices de la vida.


pAnChItO.