domingo, 23 de septiembre de 2012

NOTICIAS DE FIN DE SEMANA


Tome unos chocolates de la caja que estaba sobre la vitrina de la sala. Fui a comprar  al bazar de la avenida principal, cerca de casa, una  rosa de plástico. Volví a casa, me bañe, peine y perfume.  Antes de salir, puse cuidadosamente los chocolates y la rosa en  una bolsa. Tome el bus que iba para ese lugar, me deslice el  pasillo de este sin ver ningún asiento libre. En fin, encontré un lugar para viajar parado sin maltratar ambos regalos. Iba asustado, temía por mi billetera. Por primera vez esta contenía billetes, pensaba invitarla a cenar, a brindar. Cuando estaba cerca de llegar al lugar temía no encontrarla.


Estaba sentado en la segunda fila, el ambiente mejoraba. 4 bellas siluetas me decían que no debía irme, que todo seria mejor. A pesar de eso, sentí pánico por algún contratiempo. En ese sótano estábamos todos contentos  pero no a salvo de cualquier intervención municipal. Me pare para ir al baño a echarme un poco de agua. Volví, la vi bailando,  me volvió loco como siempre  lo hace ella cuando esta frente a mí. Sentí ganas de raptarla, la contemple hasta el final de su actuación. Todo quedamos idiotizados ante tanta belleza. Espere a que salga de sus camerinos, salió y se dirigió al baño. Yo hice lo mismo al de caballeros, al pasar por ahí vi a través  puerta entreabierta que se lavaba las manos. No lo dude ninguna vez, ingrese raudo ahí, la salude, le di un beso en la mejilla. Se recordó de mi , por eso no se molesto de mi atrevimiento. Lucia como una verdadera Diosa.


Alce mi cabeza, venia caminando ella a lo lejos con una amiga. Mi perro me jalaba hacia otro lugar. En un domingo de primavera no podía ser que no me encontraría con ella cara a cara. El juramento que me había hecho yo mismo de declararle lo que sentía por ella cuando nos encontremos, no se cumpliría. Trate de acercarme, mi perro empezó a seguirme, se hacía fácil el caminar. Llego hasta el centro del parque, se despido  de su amiga. Iba con los audífonos  puestos, no escucho que grite su nombre para que me viera. Doblo hacia la  la izquierda, se dirigía a su casa. Mi perro me gano en fuerza y me llevo hacia otro sentido. De igual forma no la hubiera alcanzado.


Era como una misión imposible la que yo mismo me había encomendado. En fin, es para mí bien, quiero ser feliz. Nunca he sido tan imaginativo, pero lo puedo ser. Solo es cuestión de pensar mucho, de buscar un pretexto para poder conversar con ella. Quizá el saludarla sea una buena idea, quizá me lleve una decepción al ver que no me conste. Aunque a  estas alturas del partido creo que no hay mucho que perder, pero si mucho que ganar. Entonces esperare por  ella, me hare el encontradizo, calculare  la hora exacta para caminar por esa vía por donde ella vendrá en sentido contrario. No me desanimare como otras veces, tampoco seré muy elocuente. Hare todo con inteligencia, hare un esfuerzo por no emocionarme y echarlo todo a perder. Si Dios quiere en una semana ya debemos estar conversando y  preguntándonos tantas cosas.


pAnChO