martes, 26 de junio de 2018

SONRIENDO EN LA LLUVIA


Recuerdo, allá por 1997, cuando escuche por primera vez la canción de Neil Sedaka ‘Laughter in the Rain’, no en la voz de él, sino en una voz femenina que no recuerdo quien era, en caso lo haya sabido. Ese día, esa melodía me atrapo para toda la vida. No sabía de qué hablaba la letra, pero sabía que me la cantaban a mí. Esta canción la relaciono fácilmente y con tanta nostalgia al penúltimo año en que vivíamos en casa los 5 integrantes de la familia: mis padres, mi abuela, mi hermana y yo. ¡Que buenos recuerdos! Al año siguiente, 1998, falleció mi abuela o ‘abuelita’, como toda la vida la llame. Desde aquella vez esa melodía siempre sonó en mi mente, a pesar que no la volví a escuchar por un buen tiempo. Yo sabía que sería una de las canciones de mi vida. Fue en 1999, los primeros meses de ese año, en que recién acababa de terminar la secundaria, que la volví a escuchar en una radioemisora de Lima, mi ciudad. Esa vez si era la verdadera versión, en la voz de Neil Sedaka. Otra vez me volvió a embargar la nostalgia y, una vez más, hice mía esta canción. En ese año sí que sentía lo liberado que era el ser un ex -estudiante de secundaria. También que había sido un fuerte año académico pues no solo asistí a clases por las mañanas, sino que por las noches iba a prepararme a la academia. Además, como lo mencione, fue uno de los años más tristes de mi vida, ya que mi abuela falleció a mitad de ese año, causando una tristeza única en casa, en especial para mi hermana y para mí porque ella había vivido con nosotros desde que nacimos. Bueno, no quería hacer nada en esos primeros meses de ese año, salvo el escuchar música y escribir canciones. Esa vez fue cuando empecé a dar rienda suelta a toda mi creatividad, sin embargo papa me decía que debía de prepararme para ingresar  a la universidad, pues debía de seguir una carrera universitaria y yo  en parte estaba convencido que quería hacer eso ,pero sin perder mi creatividad e imaginación para el arte. Entonces, pienso y estoy convencido que esta canción volvió a aparecer en mi vida para darme una señal, algo así como: “tienes que cantar, no te queda otra”. Sabía que no importaba si era solo para mí o para el público, pero debía de cantar. Recuerdo que corrí de inmediato a mi habitación, entre y cerré la puerta con llave; y sentado sobre la cama, con guitarra en mano, empecé a cantar esta canción. Como no me sabia la letra en inglés, se me vino rápido a la mente una letra en español:”noooooo, no puedo olvidarte y esa es la verdad.Noooooo,no puedo olvidarte y qué más da” Fue una de mis mejores experiencias, así sea que solo cante para mí mismo. Fui feliz haciéndolo. Con el paso del tiempo, estudie una carrera universitaria, no me dedique a la música, pero no deje de escuchar tantas canciones y está en especial, que en estos últimos 20 años, la he escuchado en más de 30 versiones, sin exagerar. Y hasta ahora pienso que solo falta que yo grabe la mía. Y ese día llego, las circunstancias se presentaron para que sea así. Ayer por la tarde debía de hacer unas compras en el centro de la ciudad. El ómnibus que me llevo justo llego a una de las plazas principales del lugar, que no es su ruta habitual. Siempre circula por debajo, a través del túnel. Entonces decidí bajarme ahí e ir caminando hacia mi destino, y fue cuando me encontré con todas las tiendas de instrumentos musicales frente a mí. En ese momento recordé que hace tiempo estaba pesando en ir ahí, pero siempre venia postergando esa visita. No sabía el motivo escondido detrás de ese cambio de ruta del ómnibus, pero estaba ahí y no podía desaprovechar la oportunidad para entrar a cada tienda y averiguar por los precios de los instrumentos que pensaba algún día comprar. Entre a la primera tienda y vi un par de timbales en el mostrador, los toque como cuando uno acaricia algo querido y me salió un excelente sonido como para acompañar una rumba. Los vendedores al escuchar eso voltearon y me miraron como si yo fuera un músico profesional y no dudaron en ofrecerme y recomendarme otros instrumentos musicales de percusión. Siguiendo con el recorrido de aquellas tiendas, vi en una de ellas un bajo eléctrico. Costaba una fortuna, no imaginaba tener y pagas esa cantidad. Lo mire, lo contemple con mucha alegría y entusiasmo porque un día seria mío .En ese instante se activó la inspiración en mí y se me vino a la mente mi canción, ‘Laughter in the Rain’, pero con la ‘intro’ de ese bajo eléctrico que en ese momento yo había lo había creado. Ese era el bajo eléctrico que necesitaba para la introducción de mi propia versión. No quería perder la concentración, y mirando los instrumentos yo empezaba a construir mi canción. Enseguida vi unas castañuelas y unas panderetas. La canción ya estaba hecha. Al ver un cajón peruano le agregue ese último instrumento. No sé si porque en mi vida he escuchado tanta música o porque esa es mi canción, los arreglos de mi versión ya estaban hechos. Era una tarde oscura de invierno en Lima y en el cielo las nubes oscuras anunciaban que iba a llover. Yo portaba una casaca-abrigo y una bufanda, por lo que pensé que si tuviera que hacer el vídeo de la canción, seria en ese lugar porque ya tenía el vestuario y el clima se prestaba para el nombre de la canción. Me vi en un espejo y lucia aceptable para el vídeo, aunque vi canas en mis cabellos, que me decían que los años no habían pasado en vano y sin embargo yo había ganado mucho más entusiasmo por la   música, y gracias a ella seguía joven de ánimo y de corazón. Creo que  siempre andaré sonriendo en la lluvia.


pAnChItO

viernes, 1 de junio de 2018

LO QUE MAYO ME DEJO


Mayo siempre ha sido un mes frio, húmedo y con garantía de que las cosas a pesar que pudieran salir bien, siempre encontraran algún obstáculo en el camino. Definitivamente, este mes no me gusta porque en Lima, mi linda ciudad, generalmente es muy marcado el cambio del otoño al invierno; o mejor dicho, del verano al invierno, ya que últimamente no hemos tenido otoño en esta ciudad.No debo de ser injusto pues en este mes también la he pasado bien, sobre todo cuando era pequeño; salvo en la semana de exámenes o cuando volvíamos de vacaciones y entregaban la boleta de calificaciones a los padres. Mayo no me gusta en Lima. Pero si lo debo de pasarlo aquí, lo hago bien abrigado, con un cigarro en la mano y con las ganas de conocer a alguien y quizá darle un giro a mi vida. En los últimos 7 años, por trabajo, me ha tocado estar fuera de Lima para este mes. No sé si por cosas de un benevolente destino o por pura casualidad. Esta vez parece que no será así, y la verdad ya no me molesta o incómoda si voy a estar aquí. La vida es corta, siempre todos te lo repiten, y el tiempo pasa tan rápido y suceden cosas tan inesperadas que he decidido pasarla de lo mejor este mes, así tenga la idea que las cosas en esta ciudad no funcionan así en este mes. Hasta el momento parece que el panorama se presenta poco favorable en cuento a un nuevo proyecto que me haga salir fuera, pero por otra parte aparece esa sensación que estando aquí puedo hacer cosas que me gustan y que siempre fueron postergadas por falta de tiempo. Este mes de mayo se ha tornado misterioso en la ciudad. El primer dia empezó muy soleado, aún más que en los últimos días de abril. Esto es una locura, parece que el tiempo quería contradecirme o quizá darme una sorpresa. Pensé por un momento que de repente esta vez mayo no sería un mes malo porque para mí ya lo había sido el mes de abril; ya que a los dos días de regresar a Lima, tuve un problema de salud.  Felizmente no fue nada grave, pero para que no lo sea en un futuro debía someterme a un pequeño tratamiento que demandaba tiempo y no muy poco dinero. Siempre he sido cauto en mis gastos, pero priorice mi salud y le dije ‘no’ a un pequeño proyecto que apareció para volver a salir. No me sentí mal con la decisión que tome, aunque mi último sueldo no me alcanzo para cancelar todo el tratamiento.  Por todo eso pensé que este mayo no sería malo, y parecía que así seria. Solo un par de días amaneció oscuro y frio, los otros días hasta el día de hoy han sido soleados. En la semana de celebración por del Día de la Madre recibimos en casa la visita de una tía y prima que radican fuera. No fue una visita inesperada porque ellas llamaron un día antes para anunciar que venían. Era viernes, llegaron por la tarde y termino siendo una reunión muy divertida y  amena pues mi tía y prima gozan de un buen sentido del humor. Fue un gran lonche, porque además que compre bebidas gaseosas y un keke, ellas nos sorprendieron y sin darnos cuenta habían pedido una pizza. Cuando ya estaba entrando la noche y la visita ya se había ido, decidí ir a ese lugar que ha sido mi refugio desde hace ya 11 años y que, además, ha sido testigo de más fracasos que de victorias en mi vida. Esta vez llegaba contento y si lo hubiera hecho triste, mi semblante cambiaría por unas horas. Mi instinto me decía que esa noche seria inolvidable. Salí de casa y tome un ómnibus. Ya era tarde, así que no quise arriesgarme y bajando al paradero tome un taxi para que me lleve hacia la misma   puerta del local. Cuando vi cerrada la puerta de este fue que empezaron los problemas. Había un operativo, parece que no abrirían hasta más tarde o hasta mañana, podía ser en horas de la madrugada o ya por la noche del siguiente día. No podía creerlo, esa noche me quedaría sin aquella distracción, diversión y placer que solo puedo encontrar en eso lugares. Los locales aledaños también lucían iguales, cerrados e inclusive con patrulleros afuera. Me dio ganas de gritarle a aquellos policías motorizados: “Por qué en vez de estar correteando delincuentes, se paran aquí a joder a la gente que quiere encontrar la felicidad” Y   créanme que esta felicidad no es fugaz si la sabes hacer. Pero no dije nada y solo encendí  un cigarro y camine algunas cuadras alrededor del local  tratando de resignarme de que debía volver a casa  para acostarme en esa cama que iba a tener en las almohadas todos esos bellos rostros de las chicas que esa noche no pude ver ni tener entre mis brazos.
Ahora que el mes se terminó, puedo decir que no me quede con los brazos cruzados e hice que   mayo se convierta en un mejor mes para mí, a pesar de frio y oscuridad que no pueden faltar. No puedo pasar por alto que en este mes he pasado noches inolvidables viendo junto a papa y mama la serie de tv de la noche y después cenando junto a ellos. Reconozco que a mi edad-joven aun- no es bueno el estar todo el tiempo con ellos, pero siento que estos días  son de muchos aprendizaje ya que en ellos siempre encuentro  sabiduría y  mucha tranquilidad. Debo de agradecer a Dios lo que he vivido en este mes aquí en mi ciudad; sobre todo porque he podido disfrutar de mis padres que aún conservan muy buena salud, buen humor y la misma fortaleza que toda mi vida he visto en ellos. Si vuelvo a salir de la ciudad por trabajo y no sé hasta cuando vuelva por aquí, sé que pase buenos días y si hubo días en que amanecí cansando, triste y desganado, lo pude superar con el amor de quienes están alrededor y el amor por mí mismo y por cada  nuevo hacer en cada mes del año, así sea mayo.


pAnChItO.