martes, 26 de abril de 2011

MENSAJE A LA CONCIENCIA - POR EL HERMANO PABLO



ESTADO DE MENDICIDAD
Kevin Barry salía a trabajar todos los días, ya fuera invierno o verano, o ya hiciera frío o calor. No descansaba ni domingos ni días feriados. Es que Kevin era un mendigo. Aquel hombre de cuarenta y cuatro años de edad se mantenía pidiendo limosna por las calles.

Lo interesante del caso es que Kevin comenzó a recibir una jubilación por incapacidad laboral, pero la dependencia del estado que administraba esos asuntos determinó que desde esa fecha el dinero que Kevin recibía en la calle se consideraría «donativos». Según los funcionarios estatales, aquellas entradas a modo de limosna ascendían a una suma de dinero tal que obligaba que se le redujera su jubilación por incapacidad.

Así es de compleja la vida moderna. En estos tiempos, para tener pan para comer, ropa para vestir y casa en la cual vivir, hay que tener mucha habilidad y mucha iniciativa. Será por eso que hay tantos «profesionales de la adulación», «profesionales del delito» y «profesionales de la mendicidad».

No se puede negar que estamos viviendo en tiempos difíciles. Sólo unos cincuenta años atrás nuestro trabajo tenía que ver con la tierra. Había ciertamente muchos pueblos, pero la gran mayoría de las personas se abastecían de lo que la tierra producía.

Hoy en día nos hemos volcado hacia las grandes ciudades, y ellas no dan lo suficiente para tanta afluencia de gente. De ahí que nos estemos volviendo «profesionales en el delito»: en el fraude, en la estafa, en el contrabando y en la prostitución, y hasta en la mendicidad.

¿Habrá alguna solución? En cuanto al crimen, hay que combatirlo con toda la fuerza de la ley. En cuanto a la pobreza, recordemos que de no ser por la gracia de Dios, todos podríamos ser pobres. Algún día tendremos que dar cuenta de la dureza de nuestro corazón. Es hasta probable que nuestros propios hijos exijan una explicación. Pero en el sentido espiritual, todos somos mendigos.

Jesucristo contó la siguiente parábola: «Dos hombres subieron al templo a orar; uno era fariseo, y el otro, recaudador de impuestos. El fariseo se puso a orar consigo mismo: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como otros hombres —ladrones, malhechores, adúlteros— ni mucho menos como ese recaudador de impuestos. Ayuno dos veces a la semana y doy la décima parte de todo lo que recibo.” En cambio, el recaudador de impuestos, que se había quedado a cierta distancia, ni siquiera se atrevía a alzar la vista al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: “¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!” Les digo que éste, y no aquél, volvió a su casa justificado ante Dios» (Lucas 18:10-14).

Ante Dios, todos somos mendigos espirituales. Pongamos a un lado nuestra vanidad. Digamos, como el recaudador de impuestos: «¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!» De hacerlo así, Cristo nos rescatará de nuestra mendicidad espiritual, y nos dará paz en esta tierra y una herencia incorruptible en el cielo.

sábado, 23 de abril de 2011

LA COLUMNA DE GUILLERMO GIACOSA :En Semana Santa digamos la verdad



La prensa y las redes sociales están frenéticas. Parecen concursar para ver quién halla los argumentos más contundentes contra los candidatos presidenciales, con especial acento en Humala.

Es una buena ocasión para medir la influencia de los medios en la conducta ciudadana. ¿Han desgastado su poder de convencimiento o siguen siendo los creadores de la realidad? No estoy muy seguro pero tengo mucha curiosidad porque si logramos que el ciudadano piense críticamente por sí mismo habremos dado un paso al frente en la calidad de nuestra democracia.

Mientras tanto observemos qué dice la consultora, conservadora, Latinobarómetro, sobre las opiniones que suscita el neoliberalismo por tierras sudamericanas. Pues de eso se trata: o seguimos a cara de perro con las políticas actuales o hallamos fórmulas que rescaten valores olvidados relativos al mínimo que precisa un ser humano para vivir con dignidad.

En un reciente estudio, Latinobarómetro pregunta a los ciudadanos del área latinoamericana si creen que las privatizaciones han sido beneficiosas. Veamos: 36% dice 'sí’. En Perú se reduce a un 31%, en Chile da 34% y en Argentina 30%.

Preguntados sobre los servicios públicos privatizados, 30% de latinoamericanos responde afirmativamente: Chile y Perú 27%; Argentina, 30%.

Sobre la situación económica de sus países, el 27% de los entrevistados de Chile dice que la misma es buena o muy buena, contra un 17% en Argentina (igual al promedio latinoamericano) y solo 10% en el Perú. A la pregunta “¿Cuán justa es la distribución de la riqueza?”, el país con la mayor proporción de quienes dicen que es “justa” o “muy justa” es Venezuela con 38%, contra un 14% en Perú y un 12% en Argentina y Chile, país al que los ideólogos neoliberales sugieren imitar por sus logros económicos y sociales a pesar de que el 88% de los entrevistados creen que la actual distribución de la riqueza es injusta.

Son cifras exentas de histeria, aunque pueden provocarla y las da un organismo no solo conservador sino también partidario del neoliberalismo.

EN CUALQUIER MOMENTO CON GABRIELA FRIAS, SIEMPRE ALGO CORTO PERO EFECTIVO



Ex presidente Clinton y Carlos Slim lanzan proyecto deportivo para que 900 adolescentes regresen a la escuela en ciudad de Juarez.

miércoles, 20 de abril de 2011

Una muy buena noticia

Pensaba que aun estaba a tiempo para comprar mi ticket de avión y así programar mi viaje cuanto antes y embarcarme en ese avión que me llevaría directo a esa ciudad que hoy más que nunca necesito recorrer para olvidar tantas cosas y, sobre todo, para asistir a aquella feria en la cual por unos minutos me encontraría con todos a quienes admiraba a través de sus escritos y me reconocería a mi mismo como uno más de ellos.
El dinero no está botado para nadie en estos días, aunque tengo la certeza que para unos puede que sí. Pero no es mi caso; necesito desembolsar una cantidad no muy baja de dinero para así poder viajar y ser asistente a esa tan esperada por mi “feria del libro”. Otra vez no planifique las cosas, otra vez el evento me gano y otra vez me detengo unos minutos para comprender que los deseos y sueños que llevamos con notros no siempre se pueden realizar, o al menos, no de un día para otro.
Hoy no ha sido uno de mis mejores días; quizás no haya un día en mi vida al que pueda llamar de completa felicidad. Pero entiendo que esa es la vida: una serie de eventos, una serie de días buenos y malos y un montón de horas con miles de actividades que terminan por alternar tu buen humor y tu mal humor. Y lo que cuenta al fin es que aprendamos a aproximarnos a quienes dicen ser triunfadores, pues ellos lo mejor que hacen- y eso es digno de admirar e imitar - es saber manejar esas variables de carácter. Son unos duchos en buscarle el término medio a las cosas y gozar a plenitud de cada día, así todo ande al revés.
Esta semana sabía que no podía ser diferente para mi: ayer comenzó todo con cierta tranquilidad, hoy empezó otra vez el enredo de siempre; la pesadilla que me despierta casi de madrugada y me hace permanecer y minutos en cama antes de levantarme para interrogarme a mí mismo por lo de que no conozco su respuesta y creo nunca lo sabré. Igual, con todas esa dudas ya familiares para mi, consigo cada día levantarme de la cama y mojarme la cara con el agua helada sin el tonto temor que llevaba conmigo de niño de resfriarme. Me refresco y dejo atrás esos pensamientos reflexivos y torturadores sobre el por qué no hice esto, por que si hice lo otro y por que hoy estoy en el mismo lugar. Mientras desayuno vuelve a ocupar mi mente aquella feria de libros que se inicia el día mañana. Mi imaginación me hace vivir mentalmente pasajes en los que me paseo por ese lugar lleno de libros y en el cual diviso el mío y por el cual debo contestar una serie de preguntas que por fortuna se no me hacen fáciles de responder y termino como todo un hombre famoso autografiándolos para esos nobles compradores de estos. Pero la realidad es otra; estoy aquí sentado hincándome una vez más con las lamentaciones del por qué no estoy ahí entre ese incalculable número de libros y personajes literarios. Reniego conmigo mismo por no tener el dinero suficiente para comprar los tickets de avión, hago mis cálculos mentales rápidamente y concluyo que si decido ir en bus demorare una eternidad.
Salgo temprano, llego a la estación central de buses como casi todas las mañanas. Se a donde me dirigiré. Pero hoy tengo ganas de cambiar mi rumbo por solo el hecho de subirme al mismo ómnibus con aquella chica con quien comparto banca en la sala de espera casi todos los días del año. Lo hago, hoy estoy más rebelde que nunca, no me entrevistare con esa señorita que me promete una buena remuneración y de quine sospecho que al llegar el fin de mes me dará solo las gracias. Entonces subo con la chica de mis sueños y presiento que entro a un confesionario. El ómnibus allá adentro esta gris como la mañana que aun no ve el sol .Me decido a contarle lo que nunca antes lo había hecho. Me contesta rápidamente que no, que está comprometida y por tanto es imposible algo entre los dos. Decido seguir el trayecto con ella, mi cara se pone tiesa, ya no sonríe, no encuentro motivo para hacerlo. Pero igual la acompaño. De regreso tomo otro ómnibus hacia la agencia de viajes. Insisto en ver los precios, espero un milagro, no lo hay. Siguen aun las mismas tarifas de vuelo que vi por la red. Esas cantidades en dólares son inalcanzables para mí en este momento; me hacen pensar que fue muy buena idea la del faltar a ese trabajo con etiqueta de explotación, donde ya me han hecho perder muchas semanas y muchas monedas entre pasajes y refrigerios que no han sido reconocidos y no lo serán.
Nada peor me podría pasar en este día: definitivamente no viajare a aquella ciudad y también definitivamente ella no será mía. En conclusión, puedo decir que ahora ando tranquilo: ya nada me tumbara, ya lo escuche todo. Regresando a casa como a manera de consolarme y saber ,para mi mismo, que algo de escritor tengo. Decido desempolvar mis cuadernos de apuntes y mis folders buscando aquellas escrituras que alguna vez hice. Pienso que juntándolas y presentándolas en alguna fundación literaria puede que tenga la oportunidad de ir a la próxima feria de libro con todo pagado. En esta búsqueda solo logro reencontradme con viejas lineas y viejos recuerdos de historias similares a las de hoy, en donde una vez más me toco escuchar el no de la chica de quien pensaba era mi felicidad. Tengo que admitir que esta vez llegue tarde, que con ella quizás hubiera alcanzado la felicidad, pero el tiempo me jugó una mala pasada, o,capaz, el destino lo hizo asi y por algo será.
Como no me quedan ganas de nada en este día. Decido ser dueño de mi y arrecostarme en la cama a recuperar todas esas horas de que no dormí. A meditar en sueños de el por qué las buenas noticias no llegan para mí.
Oigo la puerta de casa: es papa y mama, regresan de la clínica. Papa me muestra sus resultados de sus análisis. Vuelve mi el rostro de temor. Quizás voy a escuchar lo más importante para mí y ruego que todo sea negativo. Y si, papa está bien, aquel tumor que lo aqueja es benigno. Los abrazo a ambos, es la mejor noticia que me han traído en le día. Regreso a mi habitación, miro a todos a todos lados y doy un salto de alegría porque si bien no iré a la feria del libro y no tendré como pareja a la chica más linda de mi país: S i tengo a papa y a mama en muy buen estado de salud. Y aun así me todavía pregunto por qué no llegan las buenas noticias?






pAnChO

MENSAJE A LA CONCIENCIA - POR EL HERMANO PABLO



SÓLO UN SOPLO DE VIENTO
Era un acto artístico impresionante. Siempre electrizaba al público porque recordaba la célebre hazaña de Guillermo Tell, el histórico arquero suizo. Lo realizaba Kurt Borer, suizo también, con su hijo Roger, de ocho años de edad.

En una feria de Basilea, Suiza, Kurt colocó a su hijo contra el tronco de un árbol. Luego puso la manzana sobre su cabeza y disparó la flecha tal como lo había hecho cientos de veces. Pero un repentino soplo de viento cambió el curso de la flecha, y ésta se clavó en la frente de su hijo.

No fue más que un soplo de viento. Un soplo repentino que fatalmente se levantó justo en el momento en que la flecha iba en vuelo. Y fue suficiente para provocar la tragedia. La policía suiza, que no tomó ninguna medida contra el padre, calificó el suceso «un trágico accidente».

Así suele ocurrir en la vida. Una causa muy pequeña puede provocar grandes efectos, tanto para bien como para mal. Algunos le llaman a esto «destino», y otros «suerte»; algunos lo atribuyen a su horóscopo, y otros aun a la «Divina Providencia».

Todas estas asignaciones son más o menos aceptables. El ser humano vive en un mundo de fuerzas ciegas, y los sucesos de la vida se entrelazan de tal manera que algo que ocurre en Francia puede repercutir en Chile. La decisión de un fanático tomada en la soledad de la noche puede provocar una guerra civil, y el curso de una flecha, en un espectáculo, puede ser alterado por un viento imprevisto.

¿Cómo hacer para vivir en calma en un mundo tan incierto y en medio de una humanidad donde tantas fuerzas violentas corren desbocadas? Aquí es donde aparece la fe en Cristo, Salvador, Pastor y Guardador.

El salmista de antaño, David, aprendió de esta fe en Dios, y vertió sus sentimientos en el Salmo 91. He aquí algunos de sus versos:

El que habita al abrigo del Altísimo
se acoge a la sombra del Todopoderoso.
Sólo él puede librarte de las trampas del cazador
y de mortíferas plagas...
No temerás el terror de la noche,
ni la flecha que vuela de día...
La fe en Cristo suaviza el dolor del infortunio: fe en su persona, fe en sus promesas, fe en el destino que nos ha trazado. Los que nos sometemos al señorío de Cristo sabemos que todo en nuestra vida ocurre según su divina voluntad. Y aunque no siempre comprendamos el porqué de los sucesos, sabemos que Él nunca se equivoca. Entreguémonos a Cristo. En Él siempre estaremos seguros.

LA COLUMNA DE GUILLERMO GIACOSA :Cómo anda el mundo



La semana pasada se reunieron los ministros de Finanzas del G-20 y luego vino la Asamblea Anual de Primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. Una de las conclusiones tácitas es la defunción del Consenso de Washington, que comenzó a morir en Mar del Plata, cuando el Mercosur le dijo que no al ALCA y Bush anticipó su partida de Argentina. El tema actual es la inclusión social. Tema que hoy interesa al Perú. Cada vez hay más países que se suman a esta postura. Aun dentro del FMI hay quienes sostienen que las crisis en Egipto o Libia están vinculadas a la cuestión social.

La nueva idea es agregar, a los datos macroeconómicos, información sobre temas sociales, laborales y educativos. La misma fue planteada en el FMI conjuntamente por España, Sudáfrica, Australia, Brasil y Argentina. La justificación es que las variables educativas, por ejemplo, tienen una importancia fundamental en el crecimiento del capital humano y es parte de uno de los principales problemas que enfrentan los países en el mercado laboral, que es la creación de trabajo para los grupos poblacionales más jóvenes que se incorporan al mercado laboral. “Si no se gasta en educación, si no se crean puestos de trabajo, si no hay movilidad social, los crecimientos no son sustentables.”

Otro tema significativo fue el precio de las llamadas commodities (materias primas como el trigo, el cobre, la carne que no tienen valor agregado). El ascenso de los precios en el sector de la alimentación se debe, por un lado al aumento del consumo en países como China e India pero, básicamente, a la especulación financiera. El FMI pretende crear stocks para bajar los precios en los momentos de mayor alza.

Sigue preocupando el déficit fiscal de EE.UU., que este año volverá a ser del 10% de su PBI y su fuerte tasa de emisión monetaria. También los problemas de deuda de muchos países que hasta hace poco eran considerados modelos. Hoy el problema de la deuda en el mundo es más severo que cuando lo tenía Latinoamérica y seguirán apareciendo países que no podrán afrontar sus pasivos.

sábado, 16 de abril de 2011

CORRIENDO RIESGOS

Aquella mañana de sábado, del último mes de Enero, decidí contarle la verdad. Sentí que mi corazón no quería seguir ocultando que latía por ella y creí que, por primera vez en mi vida, debía correr el riesgo y tentar suerte en ese aspecto de la vida y el salir victorioso de todo esto. En esa mañana que nos despedimos, en la estación central de ómnibus, como casi todas las mañanas lo hacemos, pude darme cuenta que no podía seguir escondiendo lo que sentía por ella, que no podía seguir soñando con algún día estar a su lado y evitando- lógicamente- el bochorno que sentiría en caso ella me diga que no ante una posible declaración amorosa. Ese día cuando regrese a casa sentí la necesidad de sentarme seriamente a pensar que la próxima vez que la vea seria el momento en que le confiese mi amor. Debía planear algo, quizás ver la forma de decirle más claramente lo que siento por ella y esperar una respuesta suya. Aunque también cabía la posibilidad que no me la de en ese mismo momento – algo que me llenaría de angustia- pero no tanto como todo esto que llevaba desde hace meses y que por fin estaba dispuesto a contarlo. Si no me declaraba, me sentiría como un cobarde, como un hombre sin las agallas para ir por la persona a quien quiere. Pero a la vez, si seguía con ese teatro de ser simplemente un buen amigo y así, esconder mis verdaderos sentimientos. Obtenía el beneficio de no tener que enfrentarme a ella cada mañana cuando esperemos nuestros respectivos ómnibus y mirarnos y pensar para nuestro adentro que yo siento algo por ella, y ella no por mí. Y que nuestra cordial relación de compañerismo quizás se haya fracturado de gravedad. Fue uno de esos fines de semana en que medite mucho, en el que tuve la voluntad de dedicarle muchos minutos a pensar en ella y en mí. Las dudas y las indecisiones como siempre aparecieron y, como en casi todos los casos, lograron cambiar mis planes. Aunque hice lo posible para que esa vez todo sea distinto y termine por imponerse mi idea inicial de contarle la verdad; todo fue en vano. Luego de más de una hora, mirando al techo de mi habitación, echado sobre la cama, decidí que no le diría nada, que seguiría guardando el secreto- que ahora creo ella podría haberlo sospechado, pero sin la seguridad de que fuera verdad- hasta una nueva oportunidad en que el corazón este otra vez a punto de estallar y necesite una vez más en pensar en declarar mi amor. Eso de contarle a una chica de cuanto me gusta siempre me pareció romanticón y vergonzoso. Pero lo aceptaba como parte de le proceso para estar con la persona que quieres sin dejar de pensar-obviamente- que era un acto tan cursi .Sin embargo, cuando la conocí a ella, cuando me empecé a enamorarme de su forma de ser, cuando deje de mirar su belleza física para interesarme en su también lindo interior; comprobé que a veces el declararse a una chica, el contarle cuanto estas enamorado, lleva consigo el misterio de que si lo haces con la persona de que en realidad están enamorado; lo harás con entusiasmo, con soltura y por ningún lado le encontraras la cursilería de la que tanto yo renegaba y que solo por ella me parecería un acto fantástico y tan sublime como tocar el cielo. No había otra explicación para todo esto: estaba enamorado de ella. Pero ahora ya no era el temor a ser un romántico lo que me impedía contarle a ella mis sentimientos; sino, el temor de que me diga que no y perder su amistad o quizás el verdadero terror a perder estas esperanzas que tengo a que un día sea mi chica. Ya que al no decirle nada, aun puedo jugar con la ilusión de un día puede ser mi pareja. Lo que concluyo de toda esta disyuntiva que viví aquel día es: que algunas cosas en el amor no cambiaran; que siempre en esta vida habrá que romper las barreras de no querer correr riesgos, pues de otra manera no hay forma de alcanzar lo que queremos; que si queremos saber si el viento sopla a nuestro favor, debemos superar nuestros temores y contarle la verdad a la persona a quien queremos. Hoy sigo viviendo con la duda de que si en verdad un día hubiéramos estado juntos, o quizás no. La he vuelto a ver en el mismo lugar donde ambos esperamos el ómnibus de partida a nuestros respectivos destinos. He visto en ella otra vez toda mi felicidad, me siento triste cuando parte. Pero me entusiasmo al saber que mañana la volveré a encontrar en ese lugar. He pensado mil veces si existe un futuro entre nosotros; y he terminado concluyendo que solo lo podre saber cuándo me anime a contarle la verdad- algo que ya no puedo esperar a hacerlo- y sienta por fin tranquilidad en mí de que lo he contado todo. Aun tengo la suerte de verla todos los días y solo es cuestión de tener la decisión necesaria para contarle lo que siento. Para no quedarme en esta estación de buses esperando  siempre el volverla a ver cuándo quizá  ya nunca más lo vuelva a hacer.


pAnChO

jueves, 14 de abril de 2011

MENSAJE A LA CONCIENCIA - POR EL HERMANO PABLO


SUS PADRES NUNCA REGRESARON No había para Francesca edificio más intimidante ni pórtico más amenazador. No había, tampoco, un ambiente más frío ni un sentir más indiferente. Todo producía aprensión. Francesca era una dulce y linda niñita de seis años de edad. El edificio al cual entraban era un asilo para niños con enfermedades mentales. Y quienes la llevaban de la mano eran sus propios padres. Hablaron largamente con el médico. Después llenaron una buena cantidad de papeles. La niña, con un leve retraso mental, miraba todo con asombro. Cuando terminaron de hablar, le dijeron a Francesca: «Espéranos aquí. Volveremos pronto.» Y diciendo eso, salieron por la misma puerta por donde habían entrado. La niña quedó sola y confundida en manos de extraños. Y los padres nunca regresaron. La chiquita pasó el tiempo en silencio, sin hablar, sin sonreír, casi sin moverse, esperando inútilmente el regreso de sus padres. Después de cuatro años, siempre esperando, se ahogó con una semilla de ciruela. No se sabe si fue sin querer o si ella misma lo provocó, pero murió esperando. A pesar de su corta edad, tenía un corazón sensible que nunca pudo comprender por qué la abandonaron sus padres. ¡Qué duros e inhumanos son los corazones de algunas personas! A nosotros nunca se nos ocurriría hacer algo así. Y sin embargo, ¡qué fácil nos es estar totalmente imbuidos en nuestros intereses personales! En el trabajo, en la actividad social, o incluso en la televisión, estamos nosotros también, sin advertirlo, abandonando con indiferencia a los hijos nuestros. A un clérigo, en su último descanso terrenal, lo estaban velando muchos de su congregación. De repente entró un joven a la sala, con rostro que revelaba indicios de que era alcohólico. Contemplando el cuerpo inerte y viendo en torno suyo toda esa gente de maneras refinadas, dijo: «Ahora sé, padre, dónde estabas tú cuando yo más te necesitaba.» Parece que aquel clérigo no había comprendido que la primera responsabilidad de todo esposo es su esposa, y que la primera responsabilidad de todo padre son sus hijos. Cuando se altera ese orden, el resultado siempre es la desgracia. Por eso Cristo dijo: «¿Quién de ustedes, si su hijo le pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide un pescado, le da una serpiente? Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a los que le pidan! Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes» (Mateo 7:9-11,12).

LA COLUMNA DE GUILLERMO GIACOSA :Justicia social


El grupo Otra Mirada se ha referido a un estudio del Banco Mundial sobre Perú. Dicho estudio “reconoce los logros en las principales variables macroeconómicas en los últimos años”. Pero llama la atención “respecto al carácter poco incluyente del actual modelo de crecimiento”. Señala a “la reducción de la pobreza monetaria como uno de los principales logros, aunque se hace hincapié en las disparidades de este resultado. En ese sentido, la incidencia de la pobreza mantiene un carácter geográficamente asimétrico. De acuerdo al informe, la reducción de la pobreza se concentró en las zonas urbanas y urbanas marginales, especialmente en Lima, pero en algunos departamentos ubicados en la sierra rural la pobreza supera el 60% de la población”. “Para los más de US$5,000 anuales de PBI per cápita que ostenta Perú, los resultados en desarrollo humano e infraestructura no son los previstos, lo que implica una grave desigualdad de oportunidades. En el Índice de Oportunidades Humanas –que registra la igualdad de oportunidades en el acceso a los servicios sociales–, Perú se ubica en el puesto número 13 de 17, debajo de todos los países de América del Sur que conforman la muestra de estudio y solo por encima de Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Honduras.” “Uno de los temas medulares en el campo de la igualdad de oportunidades es el educativo. En ese sentido, el proyecto Young Lives de la Universidad de Oxford viene recopilando información sobre el desarrollo cognitivo (medido por la comprensión del lenguaje) de niños de alrededor de 5 años de edad en Etiopía, la India, Vietnam y el Perú. Al contrastar el desempeño de los niños, se ha encontrado que en el Perú la diferencia entre las habilidades cognitivas entre los niños más ricos y más pobres es entre 50% y 200% más elevada que en el resto de países estudiados”. El BM ratifica la idea que uno de los desafíos más importantes para el gobierno entrante es hacer que los avances del país sean compartidos más equitativamente por todos los peruanos.

martes, 5 de abril de 2011

NO ME ESPERES

No me esperes mañana, porque en realidad estoy pensando en no asistir a la reunión. Los respectivos saludos por tu cumpleaños llegaran y entre ellos estarán los míos, de eso estoy seguro. No puedo obviar que en esta fecha es tu onomástico, como tampoco para mi puede pasar desapercibida la idea de que estoy atado a tu amistad, a tu cariño, a tus lindo cabello y a tus actitudes muy extrañas en cuanto a la forma de representar cierta consideración que dices tener por alguien. No dudo que mañana será un día soleado, con un cielo despejado y con la particularidad de que las horas en este no correrán para que así tú puedas vivir con mayor detenimiento cada momento de un aniversario más desde que llegaste a este mundo, desde que con tu sonrisa conquisto el corazón de tus padres, el de tus familiares y también el de este hombre que ahora te escribe estas líneas justificándose por no asistir a esa fecha en la cual alguna vez de mi vida soñé con estar todos los año y que hoy solo pienso, con cabeza, que no debería estar ahí porque no soy bienvenido por ti. Pero regresando al día de mañana; avizoro un día de por si divertido, con pajaritos cantando en el enorme jardín que conservas detrás de tu salón de sala y con el piano esperando por ti para que tú misma te entones el “Happy Birthday” alzando la mano derecha y apuntando con el dedo índice hacia el techo para así enfatizar mejor las notas graves en tu voz. Ahí no estarán todos, solo estará mi recuerdo: de aquella vez que te descubrí tocando y cantando para ti misma la canción de cumpleaños. De seguro me recordaras aplaudiéndote, sorprendiéndote con halagos por tus habilidades musicales y, sobre todo, pidiéndote que para mi próximo cumpleaños toques el piano y cantes esa misma canción para mí. Y no podrás olvidar, y yo menos, a ti comprometiéndote y, luego olvidándote en mi onomástico hasta de saludarme. La vida se ha encargado de mostrarme como es el mecanismo para sobrevivir en ella, como se pasa por alto ciertas actitudes y como, aunque sea increíble, hasta se puede olvidar ciertos desplantes que alguna vez nos hacen personas a quienes queremos mucho y que por los designios de Dios, nunca dejaremos de hacerlo. En un día como mañana mereces ser feliz y estar rodeada de todos quienes te aprecian y te estiman. Por lo cual considero a cada instante en ir hacia ese lugar en donde estas. Pero también merezco estar lejos de ahí para reflexionar, para reconciliarme conmigo mismo y demostrarme que estoy dejando de actuar como un tonto para actuar como alguien natural y eso implica que si no soy bienvenido o no soy visto por tus hermosos y grandes ojos. Mejor es no estar presente ahí y disfrutar a la distancia de esta fecha tan especial para ti y para mí. Soy yo quien te puede escribir infinidad de líneas por tan solo conquistar tu corazón. También soy quien puede viajar muchos kilómetros para estar presente en esta fecha tan importante. Y por último, también soy quien puede entender lo que sucede contigo cuando obvias un cumplido de parte mía o, simplemente, no lo tomas en cuenta. La vida también se ha encargado de convertirme en un pasajero constante, en un viajero de oficio y con especialización en soñador. Pero ella misma me ha enseñado y, aun, lo sigue haciendo que el cuerpo nos puede dar para recorrer miles de kilómetros con tal de reunirnos con quienes queremos, pero también con quienes nos quieren de verdad. Esta vez dejo de hacerlo para evitar otro sinsabor que trae consigo cada nuevo desaire que me toca experimentar. No dudes que he preparado mis maletas para irte a visitar, para enrolarme en esa reunión de la que siempre quise ser infaltable. Pero entérate que así como he empacado, también he desempacado desanimado y con falta de motivación de estar junto a ti. En fin, he llegado a aprender que cada uno es dueño de sí y de sus pensamientos. Que debemos respetar lo que piensan los demás y que de seguro si tú actúas así es porque no tienes interés en mí. Es casi seguro que mañana no estaré junto a ti físicamente, pero da por un hecho que en pensamiento lo hare, que el cariño que tengo por ti hace posible que no deje de pensar en nosotros ni un solo minuto. Sabes que en donde sea que tu estés o vayas yo estaré contigo y que nada puede vencer el amor que sentimos por ciertas personas. Si se te hizo una costumbre verme ahí todos los años y si hubo una mínima posibilidad que percibas lo mucho que te quiero. No me esperes mañana que no llegare. No por resentimiento, ni rencor en mí. Más bien, por mucho amor: por el amor que siento por ti y sobre todo, lo más importante, por el amor que siento por mí. Feliz cumpleaños flaca.


pAnChO

EN CUALQUIER MOMENTO CON GABRIELA FRIAS, SIEMPRE ALGO CORTO, PERO EFECTIVO


Feliz martes: apretón monetario en China, falta de consenso entre los miembros de la Fed, el oro toca nuevo máximo

lunes, 4 de abril de 2011

LA COLUMNA DE GUILLERMO GIACOSA :Las flores ocultarán el bosque


Leía la prensa escrita luego de los sondeos de opinión que colocaban en primer lugar a Ollanta Humala y recordaba una frase de Shakespeare que alguna vez me impresionó: “Sea tu práctica distraer con ajenas querellas a los espíritus volubles”. Y si de volubilidad se trata, el electorado es un ejemplo casi patético de ella. Por no mencionar al mercado. Mi interés histórico no está dirigido a saber quiénes pasarán a segunda vuelta, sino en averiguar, y en esto la situación de Ollanta presenta una buena oportunidad, cuál es, actualmente, la incidencia real de la prensa. ¿Logrará, como lograba Montesinos, destruir un candidato en dos semanas? ¿O los electores, gracias a Internet, a las redes sociales y a su experiencia personal tendrán la oportunidad de elaborar sus propios juicios? Me importa, naturalmente, saber a favor de quién, pero más me importa, si queremos construir democracia, que la ciudadanía piense por sí misma. No hay crecimiento real si los seres humanos no acompañamos los logros económicos, que los ha habido, con un mejoramiento de nuestra conciencia crítica que nos permita reflexionar, con el cerebro y no con el hígado, sobre qué es lo mejor para el país en cada momento de su historia y por qué. Erich Fromm decía, allá por 1983, “los deseos de los seres humanos apenas surgen ya de ellos mismos; más bien se despiertan y se gobiernan desde afuera” y eso, en manos de la derecha o de la izquierda, se parece en mucho a una dictadura. Solapada y envuelta en palabras, por cierto, pero dictadura al fin porque no sirve a los seres humanos, sino que se sirve de ellos. La mayoría de los ciudadanos tienen opiniones y prejuicios, mas no convicciones (Fromm, no textual). Y, teóricamente, en esas circunstancias, la manipulación es un juego de niños. Habremos madurado como sociedad en estos tiempos de florecimiento económico. O las flores, no ya el árbol, nos ocultarán el resto de una realidad que es preciso ajustar si no queremos retornar a la única y aún vigente opción de solo repartir pobreza.

MENSAJE A LA CONCIENCIA - POR EL HERMANO PABLO


TREINTA Y SEIS HORAS AL LADO DE LA MUERTE Fue larga la borrachera de esa noche. Eran jóvenes y tenían pocos años de casados, y sin embargo el licor era su única distracción. Scott Osborn, de veintiocho años de edad, y Diana France, de veintiséis, de Rotherham, Inglaterra, bebieron esa noche como nunca. Al día siguiente Diana no despertó en todo el día, y Scott siguió con sus tragos. Al tercer día Diana tampoco se movió de la cama, y Scott siguió al lado de ella, sin dejar de beber. Por fin Scott se dio cuenta de que ella estaba muerta. Él había estado acostado al lado de un cadáver durante treinta y seis horas. ¡A qué extremos de horror y tragedia conduce el vicio del alcohol! Esta pareja, ambos licenciados, tenían buenos empleos con buenos salarios. Tenían un apartamento bien amueblado y adornado. Pudieran haber sido felices, con placer sano y normal. Pero escogieron el alcohol como pasatiempo principal. Y el designio franco del alcohol es siempre liquidar a su víctima. Igual que Scott, toda persona dominada por el alcohol vive al lado de un cadáver. Vive, en primer lugar, al lado del cadáver de su inteligencia y su raciocinio, porque el alcohol liquida las facultades de la razón. Vive también junto al cadáver de su personalidad. El alcohol destruye su verdadera identidad. Vez tras vez se dice del alcohólico: «Cuando está en su sano juicio es una bella persona, pero cuando bebe unas copas de más, ¡es una fiera»! Con el alcohol se vive también junto al cadáver de un destino brillante y progresista. Hay millones de hombres talentosos y capaces, con perspectivas deslumbrantes, cuyo futuro el alcohol ha desintegrado. Hombres inteligentes, verdaderos genios que, anulados por el alcohol, se hunden en el fracaso. Sobre todo, el alcohólico vive junto al cadáver de su conciencia moral, esa elevada facultad que distingue al ser humano de la bestia. Con una conciencia muerta, la persona pierde toda noción de compromiso, de responsabilidad, de honor. Si hoy usted está en las garras de ese enemigo implacable, en primer lugar, reconózcalo. Admítalo ante todos los suyos, y especialmente ante su cónyuge. Diga abiertamente: «Yo soy un alcohólico.» Luego busque la ayuda de algún grupo de apoyo. Yo le recomiendo el grupo «Alcohólicos Anónimos». Finalmente, sométase al señorío de Cristo. Alléguese a alguna congregación de personas que sirven de todo corazón al divino Creador. Dios tiene el poder para librar de las garras del alcohol a cualquiera que se lo pida. Él quiere darle una nueva vida. Busque a Dios como quien busca la vida misma.