domingo, 26 de febrero de 2012

DE VUELTA A LA RADIO

Hace un año por estos días decidí que le pondría fin al programa de radio que producía y conducía todas las noches. Fue una decisión muy bien pensada, triste, pero lo hice sin dudar. El principal motivo fue que existía la posibilidad de irme a vivir a Mala, un distrito de una provincia cerca a la ciudad de Lima. Mis llamadas a quien me contrataría eran frecuentes. Prácticamente todo estaba arreglado con él y ellos para trabajar juntos. Lo único que me quedaba era animarme, preparar las maletas e irme allá para empezar una vida lejos de la familia pero realizando lo que siempre quería: “trabajar ejerciendo mi profesión”. Las confusiones otra vez empezaron, las cosas como siempre me sucedía no se mostraban claras. Una llamada que hice casi para finiquitar dicho contrato me desanimaba, me mostraba que mi viaje podría ser en vano. Que llegando ahí no encontraría nada seguro y que me quedaría volver habiendo gastado mi pasaje y sobre todo tiempo. Para esto ya eran los primeros días de Marzo, ya había dejado de conducir el programa de radio, me había despedido de una forma especial, no triste ni melodramática. Pero sincera y con tinte de congojo al saber que después de muchos años compartiendo con la gente vía las canciones que programaba y presentaba, ya no lo volvería a hacer. La magia había acabado, y a pesar que no había conseguido nada, que seguía viviendo en Lima, yo ya estaba fuera del aire por voluntad propia. No tenía sentido volver, de igual manera sabía que si no era en ese momento, algún día debía partir. Mi profesión me pedía a gritos que no podría vivir en mi ciudad, que debía ir despidiéndome de todo e inclusive de mi familia para hacer realidad mis sueños profesionales.
Ahora recordando aquel martes 28 de Febrero del año que paso, se me vienen a la mente hechos bastante tristes. Partiendo que en ese momento tenía un sentimiento distinto a otros días, más que una despedida, era el abandonar gran parte de mi vida. Esa vez a como era el último programa debía programar una canción, pero una que yo como un radioescucha mas solicitaba; y solo una canción se me ocurría programar: “Lately”, canción del gran Stevie Wonder. Una balada que me marco para toda la vida. Una vez la escuche presentada por unos de mis locutores preferidos y maestro a la vez. En aquella ocasión él la presento como la ultima de su programa del día, y por esos días yo estaba muy enamorado de la primera chica a quien le declare mi amor. Para ese entonces aun andaba en duda si decírselo o no, pero luego de escuchar esa canción me anime a contarle todo lo que sentía por ella. Cuando me dijo que si salte de felicidad. Luego que paso toda esa emoción, prendí mi reproductor de música y escuche esa canción. Mientras la escuchaba recordaba de todos esos momentos tristes que viví al pensar que de repente no sentía nada por mí para ver luego que el amor había triunfado, ya era mi chica. Lo que sucedió después es para olvidar, las cosas no terminaron bien. Lo único que me queda claro y en mi conciencia es que por culpa mía no la perdí, sino porque el destino lo quiso así.
Hacer por última vez algo que uno disfruta, y que va mas allá de la retribución económica que uno pueda esperar, es un esfuerzo casi imposible. Nadie imaginaria que nunca quise hacerlo, que pensé en jubilarme, envejecerme o morirme haciendo radio; presentando canciones, comentando estas, conectándome con la gente a través de sus pedidos musicales. Pero todo estaba dicho, deje de hacer radio. Permanecí un par de meses más en Lima, luego me salió la oportunidad de este empleo en donde hasta ahora estoy. Tuve que mudarme a esta ciudad, me adapte a este estilo de vida. Extraño aun a la familia, a mi ciudad y por supuesto a la radio. Pero sé que las cosas son así, que el destino te marca un camino, quizás una oportunidad que hay que aprovecharla implicando esto adaptarse a todo lo que venga; así sea vivir lejos de las personas que mas quieres y también de lo que más te gusta hacer.
Estoy a punto de ir de visita a Lima, todos los fines de meses lo hago. Pero ahora se me ha presentado una oportunidad, algo inesperado: el conducir por un día el programa de radio que deje de hacer hace un año. Esto se trata de revivir el programa solo por tres horas. Es lógico que el tiempo es corto, que no podre satisfacer a todas los pedidos musicales de todas las personas. Pero me emocionare de solo saber que otra vez estoy en esa cabina recibiendo correos electrónicos, llamadas telefónicas y revisando los cds, casetes y vinilos que tengo ahí para programar. He dicho que si lo hare, estoy ansioso por estar ahí. Llegando a lima me preparare para ese momento, para esas tres inolvidables horas, hare el mejor programa que jamás hice.
Dicen que hay gente que estuvo pidiendo mi retorno, que ha dicho que aunque sea lo haga una vez por semana. Y lo que más me halaga: han dicho que aunque sea este por un solo día lo disfrutaran. Yo solo les digo que el programa de todas maneras lo haremos este viernes 2 de marzo. El primer motivo es porque hay radioescuchas que lo piden, y el segundo es porque lo necesito hacer para ser feliz.


pAnChO.

No hay comentarios: