viernes, 30 de julio de 2010

EN CUALQUIER MOMENTO CON GABRIELA FRIAS, SIEMPRE ALGO CORTO, PERO EFECTIVO


Buen día: último día en Arizona, vamos a retratar otra realidad.

lunes, 26 de julio de 2010

De las ilusiones


Las ilusiones son esas esperanzas por algo concreto , que es muy seguro que no se cumpla, pero en nuestra mente siempre existe esa posibilidad que se den las cosas.Y así nosotros somos de una manera felices, aunque transitoriamente felices, pero felices, que es lo que importa.
Tengo amigos bastantes pragmáticos que me aconsejan a diario, al menos me lo muestran con sus actos, que de ilusiones no se puede vivir. Que esos pocos momentos de felicidad que provoca la ilusión alimentan nuestra futura frustración y nos conducen directo al fracaso. A pesar de los buenos consejos amicales y de las dudas que en mi siembran esas teorías sobre lo peligroso que puede ser vivir ilusionándose. Yo me sigo ilusionando con un montón de eventos en mi vida que en el fondo temo no sucederán, o al menos, yo mismo no sé cómo hare para que sucedan. A decir la verdad y para ser honesto hoy, ya que toco este tema- haciendo la salvedad de no ser un especialista en estos temas, psicólogo ni algo parecido- reconozco que muchas ilusiones que tengo me han extendido la vida, me han motivado cada mañana para empezar un nuevo día, me han calmado la desesperación que llevo conmigo desde hace dos años y lo seguirán haciendo al menos por estos días.
Tengo una ilusión por la que he hecho miles de cosas, por la que he puesto todo el esfuerzo posible e inclusive discutido vanamente en mi hogar por defender mi posición. Sin embargo esa ilusión se hace larga, se queda solo ahi, en ilusión. Ella habita ya en mi mente y no ve concretarse. Y temo que suceda lo que ya me han aconsejado: que termine por frústrame la vida, dejándome una herida de muerte en el alma y ,lo peor de todo, comprometiendo a una mal momento a mis futuras generaciones. Pero dejar de ilusionarme es algo que no me convence, algo que podría pensar en hacerlo- o al menos tratar de hacerlo- pero que se que no lo podre hacer y, quizás, por eso evitaría el esfuerzo de querer dejar lo que no dejare. Necesito vivir ilusionado, necesito tener motivos por los que quiero vivir, necesito saber que mañana mas tarde las cosas cambiaran para mejor. Además en estos días festivos aquí en mi país- fiestas patrias- no es justo mostrarme ante mis seres queridos con una cara de preocupación ni, mucho menos, mostrarme así, a mi mismo, cuando me mire el espejo mientras me aliste para los festejos respectivos por estas fiestas.
Quisiera dejar las ilusiones y vivir de realidades, quisiera calcular lo que sucedera en mi vida , empezar a meditar a intercambiar ideas conmigo mismo. Todo esto que se hace propicio en estas noches frías de invierno aqui en mi pais.Si, esos momentos n la que uno se sincera consigo mismo y no para hasta terminar aceptando con valentía lo que le depara el futuro. Ahí donde no quepa la palabra desdicha, ahí donde solo alcanza la sinceridad. Se leería feo una escritura asi : que desdichado soy porque me toca vivir todo eso. Pero que valiente, digno y ejemplar se leería: acepto mi destino, tratare de variarlo aunque sea un poco , pero si la vida desea que mi destino continúe su camino , por algo será. Pero aun quiero seguir estando ilusionado, aun quiero tener en mi mente esa película en la que me veo cumpliendo todos mis deseos, feliz y contento. Necesito creer que las cosas saldrán como las espero; mi juventud me permite ser un ilusionista, pensar en muchas cosas que aunque suenen imposibles pueden estar dentro de el rango de las posibilidades de poder alcanzarlas. Parece ilógico, hace mucho tiempo estoy en duda de que si la ilusión que tengo en mi por eso que hasta hoy no alcanzo me llevara a la frustración .Sin embargo ese mismo tiempo es el que tengo de haber cargado sobre mi espalda una nueva ilusión, una nueva esperanza que está creciendo en mi mente y que me lleva a tener los sueños más hermosos e inigualables que he tenido en toda mi vida. Pues llego a la plenitud de ellos cuando ambas ilusiones se cumplen en un mismo sueño; esas dos cosas que ahora las tengo pendientes, y que se hacen realidad en mis mejores pensamientos, sea dormido o despierto. Aparecen resueltas ahí, y eso me llena de felicidad, de placer . Debo cuidarme de las ilusiones, al menos de la última que he subido a mi cabeza ; ya que trae consigo un maravilloso final que conscientemente pienso que puede convertirse en un final catastrófico y que promete manifestar la frustración de la que tanto me hablaron y de la cual hasta hoy me hago el ciego para no verla venir. Cuando suenan los relojes, cuando veo los calendarios como corren y cuando celebro una nueva despedida del año; es el momento en que mas me sirve vivir ilusionado. Es como una inyección que me pongo para prevenir o combatir cualquier síntoma de tristeza por saber que no cumplí lo que planeé, para descubrir que hay más horas, más días y un nuevo año para hacerlo.
La ultima ilusión de la que he hablado, llego a mí sin querer. En realidad yo llegue a el lugar en donde nació esta sin esperarla, sin tenerlo pensado. E inclusive como cosa curiosa de la vida creí que el lugar, que deje para migrar a el otro, era incomparable a lo que encontraría más allá. En aquella zona en la que muy pocas veces me atreví a caminar y por la que hoy me atrevo a madrugar con tal de llegar temprano ahí y seguir alimentando mi ilusión. Precisamente el silencio que está empezando en esta tarde, en la que todos quienes viven en esta calle toma una siesta por el frio que soporta nuestra ciudad, me devuelve a la realidad. Me hace bajar a tierra y me advierte que la frustración puede estar a la vuelta de la esquina. Pero igual quiero seguir ilusionado, quiero seguir viviendo una telenovela en mi cabeza y quiero seguir soñando con un final feliz. Por otra parte están aun las ganas para que mis ilusiones se conviertan en una realidad, estoy yo con el mismo entusiasmo para seguir luchando por que se cumpla lo que añoro de hace tiempo y esta la chance que, como en el mejor de mis sueños, se cumplan las dos ilusiones. La ilusión antigua- que huele y a una utopía- y esta nueva ilusión a la que le estoy poniendo tanto empeño que sospecho podría correr mejor suerte que la anterior. Ahora si me voy a tomar mi siesta, a echarme a la cama y abrigarme bien para seguir ilusionándome y soñando. Porque después de todo en esta vida cualquier argumento es válido para siempre sonreír.
pAnChO

MENSAJE A LA CONCIENCIA - POR EL HERMANO PABLO


LA MUERTE DE LA MUERTE
Julio Azael Zepeda, de Barranquilla, Colombia, se probó el traje una vez más. Era un traje viejo, de más de cinco años, pero por eso mismo le tenía más aprecio. Todo lo encontró correcto: las medidas, el color, la tela, los adornos. Y como desde hacía cinco años, sonrío satisfecho.

Después de colgar el traje en el ropero, salió a la calle. En pocos días comenzaba el carnaval de 1984, pero en la calle, inesperada e intempestivamente, lo atropelló un carro tirado por mulas. Julio Azael encontró la muerte, y allí en el ropero quedó esperándolo su traje de «La muerte». Porque ese era el disfraz que usaba con todo éxito cada año en el carnaval. Se vestía de muerte para desafiar a la muerte.

«Fue la muerte de la muerte», anunciaron los diarios de Barranquilla.

Aquí tenemos otra de tantas ironías de la vida. Julio Azael Zepeda se disfrazaba todos los años con el disfraz de Muerte: paños negros, esqueleto pintado, calavera pálida. Era uno de los mejores disfraces del carnaval de Barranquilla. Pero de tanto bromear con la Muerte, la Muerte de Carnaval, lo sorprendió la otra muerte, esa que no es un disfraz ni un chiste ni un carnaval: la muerte auténtica y verdadera.

Lo que llamó la atención fueron los titulares de los diarios: «Murió la Muerte»; «La Muerte encontró a la muerte»; «La muerte de la Muerte». Todos los titulares giraban en torno a la misma paradoja, la misma ironía, el mismo chiste macabro.

Sin embargo, el concepto de «la muerte de la muerte» es perfectamente bíblico. Es una de las promesas más grandes que Dios le ha hecho a la humanidad. Lo expresa en verso el profeta Oseas en el capítulo 13 de su profecía: «¿Dónde están, oh muerte, tus plagas? / ¿Dónde está, oh sepulcro, tu destrucción? / ¡Vengan, que no les tendré misericordia!» (v. 14).

Y en el libro del Apocalipsis, la última gran profecía de la Biblia, se estampa: «Ya no habrá muerte» (21:4). La muerte, que ha sido la compañera inseparable del hombre desde el día en que Adán pecó y ha sido la más temible experiencia de todas, un día dejará de existir. Ya no atacará más, ni morderá más, ni volverá a destruir felicidades e ilusiones, ni a provocar dolores y lágrimas.

Sólo Jesucristo, el Señor resucitado y viviente, tiene el verdadero y absoluto poder sobre la muerte y el sepulcro. Sólo Cristo tiene vida eterna para darnos.

LA COLUMNA DE GUILLERMO GIACOSA :Los negocios y el medio ambiente


Leía, en un artículo publicado en el suplemento económico de El Comercio, que las escuelas de negocios de todo el mundo ya están concentrando sus esfuerzos en el dramático cambio climático que estamos viviendo. Parece que se le está dando a este tema “un enfoque mucho más profundo y detallado”. Hay nuevos puestos docentes vinculados al medio ambiente y se llevan a cabo estudios de casos concretos.

Todo ello es bueno y elogiable pero, desafortunadamente, un tanto fuera de tiempo para las necesidades del planeta. Un profesor citado en el artículo dice: “Esto ha pasado, cuando yo estaba empezando a enseñar, de una especie de novedad, a convertirse en una parte central de nuestro negocio”. Subraya que el comité asesor de su escuela, integrado por ejecutivos de grandes compañías, le comentó hace poco “que los temas de sostenibilidad y medio ambiente deberían figurar entre los tres enfoques principales de la institución”. Y agrega: “Están profundamente comprometidos a hacer algo con respecto al cambio climático y necesitan un equipo que esté preparado”. Enhorabuena o quizá, para ser más justos, en hora tardía. Este tema, que el profesor citado consideró hace diez años una novedad, tenía ya en esa época un mínimo de veinte años de tratamiento en los foros científicos y en los organismos especializados del sistema de las Naciones Unidas.

Personalmente, he participado como observador de decenas de reuniones de científicos en las cuales se anunciaban los dramas medioambientales que estamos viviendo hoy. Tratar de difundirlos me aseguró el mote de 'despistado’, 'inoportuno’, cuando no de 'terrorista verde’. En ese tiempo nadie quería oír hablar de nada que perturbara los florecientes negocios mundiales. La prensa, obligada por su propio negocio, procuraba no hacerse eco de noticias que perjudicaran el entusiasmo de los mercados. Todo estaba bien, el progreso no tenía límites y solo los tontos, los saboteadores, los amargados o los dinosaurios de izquierda podían tener una idea adversa al maravilloso futuro que nos esperaba.

Hoy subsisten personas, cuando no personajes, que siguen chupándose el dedo y repitiendo el mismo anquilosado y falso discurso de entonces. Los glaciares se nos vienen encima, el mar sube, el calor activa nuevas bacterias y nuevas enfermedades, las lluvias devastan regiones otrora fértiles pero ahí están los optimistas de antaño repitiendo su evangelio de un futuro feliz. Ninguno de ellos, por supuesto, se plantea cuánta culpa les cabe por haber propiciado una impunidad total en el campo de los negocios y haber minimizado los controles que naturalmente deberían haber ejercido los estados. La factura del festival 'Hagan lo que quieran mientras produzca dinero’ es pesada y quizá al final de la misma pueda leerse el RIP que figura en los sepulcros. La codicia, asociada a una tecnología cada vez más eficiente, ha acelerado un proceso por el cual, sin exageraciones, las próximas generaciones tendrán enormes dificultades para sobrevivir.

viernes, 23 de julio de 2010

Por favor, no me escribas

Lo que antes me hubiera parecido una alegría, una hermosa sorpresa y, con seguridad, el aliento para seguir luchando en este mundo tan caótico. Hoy, es para mí un recuerdo que desearía no vuelva a estar más en mi mente, que desaparezca por arte de magia; pues hoy lo detesto y espero no encontrarlo en mi bandeja de entradas. Si, ese email, que estas pensando en escribirme, esas palabras que se mostraran tan amigables, tan dulzonas, tan conciliadoras y hoy, aunque suene muy tosco, tan estúpidas. Ya que no tienen sentido para mí, y, con lamento, creo que ya no lo volverán a tener. No lo hagas por favor, no me escribas ese mail, déjalo todo así. Puedo leer tu mente, y puedo saber –por fin gracias a dios- cuanto de lo que dices, piensas o escribes es creíble. Hoy ya no me imagino la vida como la imaginaba antes junto a ti. Por ende tampoco quiero imaginarme a mí leyendo tu email, ojeando esas líneas que son tardías, irrelevantes, forzadas para ti. Pero que pueden tener el poder de dejarme pensando en ti, en lo que fue nuestras vidas a punto de estar juntos, y en lo que fue para mí una pesadilla, de la que hace no mucho desperté. No me escribas, te lo aconsejo como el amigo que aun me considero de ti, te lo pido como aquella persona que te hizo tantos cumplidos y que hoy solo te pide uno esto como a manera de recompensa. Pero sobre todo te lo agradezco desde ya, que con mucha cordura termines desistiendo de tan terrible escritura para mí, que con esa madurez , que ya debes poseer- de la cual carecías cuando andábamos juntos , y te permitió malógralo todo-. Pero si a pesar de mis suplicas, de mis consejos y de tu grado como persona adulta. Te permites escribirlo: te debo contar con mucha honestidad que cuando tú me escribes, me siento un hombre con esperanzas, con muchas posibilidades de tener de nuevo una relación contigo. Pero a la vez con ganas de poner los pies sobre la tierra y retirarme del todo de tu vida- algo que aunque deseo hacerlos con tantas ganas, tú solo lo puedes lograr-. Cuando leo un email tuyo no interesa en que situación sentimental me encuentre, no es importante que sueño este buscando hacer realidad, ni menos que problema no resuelto tenga pendiente. Automáticamente cambio el sentido de mi vida y me vuelco a pensar en ti, a pensar erróneamente en los dos, a contar con mis dedos cuantas veces pensé en este momento. Mi mente solo se concentra en ti, en cada palabra que escribes, en cada idea principal de cada párrafo que debo de interpretar, en hacer un análisis concienzudo de lo que escribes de verdad, lo que escribes de mentira y lo que estas dejando de escribir, pero que yo creo saber. Alíviame de efectuar este arduo trabajo, evítame de gastar tantas horas pensando en ti y en tus mensajes. Olvida de realizar ese maldito mail. Mejor envíame una muestra de madurez, una muestra de sinceridad, una muestra que aun me conoces bien y anda desligándote de mi poco a poco “me escribas nada”. Cuando llegan tus emails- que ahora ya no son tan frecuentes, y ojalas algún día sean nada frecuentes- me entrego a el más temible oficio de el pensar en que responderte, de seleccionar con que palabras darte respuesta, para que nada de lo que escriba te parezca ofensivo y grosero. Y que termine ocultando toda esa rabia que siento por los recuerdos, pero que no ha sido la suficiente para olvidarte de todo. Si ahora estas a punto de escribirme, y crees que es una tarea que debes cumplirla- aunque de seguro preferirías no hacerla, y eso nunca lo sabré por que , y a estas alturas no me interesa saberlo- te cuento una vez mas que no seré ese hombre resentido , furioso y vengativo que borre tu email, sin leerlo, es mas, lo dejare siempre ahí, en mi bandeja de entrada de correos con la esperanza de leerlo una vez mas, a pesar que en yo mismo se que nunca lo hare. Se acerca mi cumpleaños, aunque tampoco está a la vuelta de la esquina, aprovecho para pedirte un presente por esta fecha. Solo deseo que me obsequies tu desistencia de hacer ese email que me quitara horas de sueños, que me dejara pensando en la cama que es lo que has querido darme a entender, que es lo que no te debo de escribir al responderte, y lo peor de todo, mermara parte de tiempo de mi sueño ocasionando que al día siguiente no pueda despertar temprano para ir a ese lugar donde creo que mi sueño se está cumpliendo. Y eso si sería el mayor acto criminal que atentarías contra mí, como si ya no te basto lo que me hiciste antes. Pues necesito estar ahí hoy, y todos los días que pueda hacerlo. Porque sospecho que mi sueño se terminara de realizar en cualquier momento; veo una luz en plena obscuridad del amanecer de estos días fríos de invierno aquí en mi ciudad que me va a iluminar de seguro para toda la vida. Un reflejo de aquella felicidad que nunca la hubiera tenido contigo y que jamás la tendré, pues no deseo volver a enrolarme en tan desdichada empresa de volver a conquistarte .Puede que en algunos meses ya no tenga sentido escribirte y pedirte que no digites este email. Porque estaré en la capacidad de poderlo leer y releer y seguir sintiéndome tranquilo para responderte- si es que se me antoja- lo que pienso sin el temor de ofender tus sentimientos.
Aunque los dedos de tus manos te pidan sentarte frente a la computadora para escribir ese número de renglones de palabras cursis e hipócritas. Se fuerte y no lo hagas, no me perjudiques, no te perjudiques. No me hagas renegar contra el día en que nos conocimos, no reniegues por saber que en el fondo no lo quieres escribir. No me hagas pensar en los dos, ahora no quiero llenarme la mente de cosas pasadas y sin importancia. No pienses en que fallamos tu y yo para que los cosas anden tan jodidas como andan hoy entre los dos. No nos lamentemos de esa poca confianza que existe entre nosotros. Pues hoy, haciendo una excepción, retomare toda la confianza que te tenía antes, y te lo diré directamente: por favor, no me escribas.
pAnChO

miércoles, 21 de julio de 2010

MENSAJE A LA CONCIENCIA - POR EL HERMANO PABLO


BAJO VIGILANCIA CONSTANTE

La muchacha, bonita y agraciada, primero trató de correr a lo largo de la cuadra. Luego saltó una verja y atravesó un parque. Después subió a un taxi, y dio la vuelta a la manzana. Posteriormente trató de permanecer bajo la lluvia, a pesar de esa molestia. Pero en ningún momento logró desembarazarse de la otra mujer, una policía.

Ese procedimiento fue parte de la nueva táctica que Denise Pereira, de la División de Crímenes en la Calle de la policía de San José, California, tomó contra las prostitutas. Como es imposible arrestarlas a todas, Denise Pereira dispuso ponerles una acompañante que no se despegara de ellas durante todo el día. Como resultado, la prostitución en la ciudad disminuyó un noventa por ciento.

Esto de poner una escolta constante a una mujer que se dedica al amor ilícito fue, al parecer, una idea genial. De todas las prostitutas que había en determinado sector de la ciudad, sólo quedaron cinco. Las demás se vieron obligadas a dejar su oficio o a irse a otra parte. ¡Les era imposible realizar su negocio cuando a medio metro tenían a una mujer policía!

¿Qué tal si se pudiera poner una escolta policial a cada delincuente de los que pululan en las ciudades? ¿Qué tal si cada ladrón, cada asaltante, cada violador, tuviera siempre, las veinticuatro horas del día, un vigilante que no le perdiera pisada?

Sin duda que el crimen descendería mucho en todas partes. ¿Qué tal si cada marido, de esos a quienes les gusta engañar a su esposa, o cada esposa, de aquellas a quienes les gusta hacer lo mismo, tuvieran día y noche un guardia que los tirara de la manga no bien planearan hacer algo feo? ¿Se reduciría con eso el número de infidelidades, y por ende, de hogares destrozados?

Pero es imposible ponerle a cada hombre, a cada mujer, un vigilante sempiterno. ¡Necesitaríamos que la mitad de la población humana vigilara a la otra mitad!

Por eso Dios ha puesto en el ser humano un vigilante interno. Es la conciencia. La conciencia vigila, acusa, advierte, aconseja, habla, grita, clama. Si nos acostumbramos a escuchar la voz de nuestra conciencia, y nuestra conciencia está iluminada por la Palabra de Dios, difícilmente caeremos en el delito.

LA COLUMNA DE GUILLERMO GIACOSA .¿Es Irán el nuevo objetivo bélico de Estados Unidos?


Irán puede transformarse en una palabra clave para el futuro de la humanidad. Las sanciones contra ese país, con castigos más severos a las compañías extranjeras que negocien con él, y la expansión de la capacidad ofensiva de EE.UU. en la isla Diego García –equipada para apoyar a submarinos con misiles de cabezas nucleares– resultan preocupantes. Según el Sunday Herald, de Glasgow, el equipamiento militar incluye 387 destructores de búnkeres para destruir estructuras subterráneas reforzadas. “Están activando el engranaje para la destrucción de Irán”, afirmó el director del Centro de Estudios Internacionales y Diplomacia de la Universidad de Londres. “Los bombarderos y los misiles de largo rango de Estados Unidos están preparados para destruir 10,000 objetivos en Irán en pocas horas”. La prensa árabe informa que una flota de EE.UU. y una nave israelí han pasado recientemente por el Canal de Suez camino al Golfo Pérsico, donde quieren aplicar “las sanciones contra Irán y supervisar los barcos que entran y salen de ese país”. También se anuncia que Arabia Saudí ofrece un corredor para un eventual bombardeo israelí a Irán. El almirante Mullen, responsable de la Junta de Jefes del Estado Mayor de EE.UU., se encontró con su similar de Defensa israelí para hablar sobre “la preparación de Israel y Estados Unidos ante la posibilidad de un Irán con capacidad nuclear”. Él dijo: “Yo siempre trato de ver desafíos desde la perspectiva israelí”. La paranoia hace lo suyo: muchos creen que si Irán deviene en potencia nuclear, países como Turquía, Arabia Saudí y otros de la zona serán sus aliados.

En la Military Review se urge a EE.UU. a un ataque contra las instalaciones nucleares de Irán y contra sus activos militares no nucleares, incluyendo infraestructuras. Según los norteamericanos, el gasto militar de Irán es bajo “en comparación con el resto de la región”, y su doctrina militar es estrictamente “defensiva y está diseñada para retrasar una invasión y forzar una solución diplomática”. E indican: “Para Washington, la capacidad disuasoria de Irán es un ejercicio ilegítimo de soberanía que interfiere en los designios globales de Estados Unidos”. La administración de Obama se indignó cuando Turquía y Brasil procuraron un arreglo con Irán para restringir la producción de uranio, y logró una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU con nuevas sanciones contra Irán. China la apoyó, pues ve en ella la eliminación de toda competencia sobre los recursos de Irán.

Cabe recordar que Pakistán e Irán firmaron un acuerdo para un nuevo gasoducto que podría extenderse a India. Este país, con Pakistán e Israel, son las tres potencias nucleares que no han firmado el Tratado de No Proliferación. Todos han desarrollado armamentos nucleares con el apoyo de EE.UU., y aún lo hacen. Nadie quiere que Irán o cualquier otro país desarrollen armas nucleares. Para eliminar esta amenaza habría que establecer una zona libre de este tipo de armamento en Oriente Medio, pero es Estados Unidos el que pretende, desde 1995, que Israel sea eximido de esta obligación.

EN CUALQUIER MOMENTO CON GABRIELA FRIAS, SIEMPRE ALGO CORTO PERO EFECTIVO


Bernanke agrega que en estas condiciones, las tasas de interés de referencia se mantendrán bajas por largo tiempo.

viernes, 16 de julio de 2010

Otra poesía

Por que él no te quiere? , yo mismo no lo entiendo
Debe ser que cada uno tiene sus propios sentimientos
Pero si tú me querrías como a él lo quieres
Yo si te correspondería inmediatamente

Puedes soñar con miles de besos de el
Pero yo todos tus sueños los realizare
Todo esto que te digo, no es ninguna declaración de amor
Pues tú siempre supiste lo que sentía por ti mi corazón

Que tonto suena de mi boca decir que somos el uno para el otro
Aunque pensándolo bien, los dos vemos el amor de el mismo modo
Tú amas a quien no te ama, y quizás nunca lo hará
Yo te amo mucho y dudo que un día a mi me amaras

No tendría para mi sentido juntarme contigo, si tú no sientes nada por mí
Para ti no habría motivo de estar a mi lado, si yo nunca te haria feliz
No intentes cambiar lo que siente su corazón por ti
No intentare forzar a tu corazón que haga un espacio para mí

Tú dejaste de ser mi fantasía cuando descubrí que no me querías
Yo siempre fui quien te seguía hasta saber que nunca serias mía
Pero por que ocultar siempre nuestros sentimientos
Por eso hoy te cuento lo que por ti siento

Nadie puede querer a otro, solo porque el también te quiere
Tu a mi no me quieres, y el por ti tampoco amor siente
Yo soñé que te cogía en mis brazos en un día de felicidad
Ya despierto acepte que eso no pasara en la realidad

Hoy me despido y me marcho descendiendo por las escaleras
Mañana tu también te despedirás de él con mucha pena
Hasta siempre mi amiga, esta vez no fue buena mi suerte
No te preocupes que existen muchos que por ti se mueren
Y lo más importante es tu elegirás a quien realmente quieres

pAnChO

LA COLUMNA DE GUILLERMO GIACOSA :Invisibilizando la realidad


Ayer me lamentaba por la falta de compromiso de la prensa con el medio ambiente. Luego de haber enviado la nota, vino a mi memoria la frase de Saint Exupéry: “Lo esencial es invisible a los ojos”, y se apoderó de mí la mortificante impresión que hoy, a lo esencial, lo hacen deliberadamente invisible a los ojos y, sobre todo, a la conciencia de los ciudadanos. Los grandes intereses económicos, aquellos que en los últimos treinta años han hecho lo imposible por que no se advierta a la población sobre el calentamiento global, siguen en su tesitura y, hoy –con el drama en nuestras espaldas–, tienden a minimizarlo, cuando no a seguir negándolo. Escuchar a Oppenheimer decir que el agua no es un problema resulta patético. Y más patético es que nadie escriba o hable refutando su disparate.

Hoy, lo invisible, o lo que pretenden que sea invisible, es el despeñadero al que se dirige la sociedad humana de continuar con la desenfrenada explotación de los recursos naturales.

También se pretende que sea invisible la desocupación como problema coyuntural. Ya en 2003, mucho antes de que estallara la gran crisis, la OIT reconocía la pérdida global del empleo y señalaba que la productividad había crecido a escala mundial en un 5%, y los costos por trabajador habían caído en un 5.8%. La tendencia, naturalmente, se ha acentuado. Hoy se produce más con menos trabajadores y con trabajadores peor pagados. Este hecho es producto de los avances tecnológicos que, sin culpa, seguirán agravándolo. Es lógico que el capital exija expulsar de las empresas la fuerza de trabajo que ya no es necesaria y, así, aumentar los beneficios.

Las preguntas que se pretende que sigan siendo invisibles a los ojos son simples, y solo los ciegos políticos pueden ignorarlas: ¿Qué ocurrirá cuando el número de desocupados sea inmanejable? ¿Qué ocurrirá cuando esas masas tengan, como decía Sartre, más miedo a la vida que a la muerte? ¿Instauraremos dictaduras para controlarlas? ¿Nos organizaremos para vivir en guetos?

Mientras ese futuro se acerca, pareciera que la sociedad aceita el camino para que ello ocurra en el menor lapso. En efecto, aumentar el poder económico en desmedro del poder político es entregar la administración del gallinero a los zorros. ¿Alguien, en su sano juicio, puede creer que las grandes corporaciones que hoy constituyen el centro del poder mundial tienen una visión de conjunto de los dramas que nos aguardan? ¿Pueden imaginarlas reduciendo sus ganancias para preservar el medio ambiente o aumentando sus costos de producción para evitar que el desempleo masivo se transforme en una hecatombe social? Su visión, como es comprensible, es la de sus intereses. Estos, que son los de sus accionistas, no siempre coinciden con el bien social.

Sobran los ejemplos para saber qué pasa cuando el poder político está sujeto al interés económico. Le sorprendería a Saint Exupéry saber que, hoy, lo esencial es invisible a los ojos, no por ineptitud del espíritu, sino por mandato del poder económico.

EN CUALQUIER MOMENTO CON GABRIELA FRIAS, SIEMPRE ALGO CORTO, PERO EFECTIVO


Lacombinación de menores ingresos de algunas empresas líderes y caida en confianza del consumidor provoca baja en mercados.

viernes, 9 de julio de 2010

Dulce libertad

Cuando quise establecerme en ese corazón, no encontré acogida, no encontré el calor de hogar y concluí por saber que no era bienvenido ahí. Siempre puse lo mejor de mí; y aunque suena muy ridículo- razón por lo que no gusto escribir esto, ni menos decirlo-, puedo escribir que hice bien las cosas como para parar el reloj de mi vida en ese instante que creí que era el esperado por mí en toda la vida y quedarme en ese lugar. Para luchar por esa morada que encontré y por la cual hubiera pedido a Dios todos los días para que siempre sea mía, para que siempre sea el lugar que me acoja cuando regrese de largas batallas. Pero así son las cosas, así me sucedió a mí, y no fue una desgracia, mala suerte o un desvió de mi verdadero destino. Son simplemente las circunstancias, son esas chances que te da la vida para que sigas haciendo las cosas sin ataduras.Con esa libertad que estarias a punto de perder si tu enlazarias tu vida con la primera persona de la cual creees estar enamorado; pero muy conciente que de repente esa libertad no será para siempre y algún día encontrare a alguien que me haga sentir esa dulzura de las cadenas, ese placer de ser un hombre ya reposado en un hogar con alguien a quien elegí como mi compañera de toda la vida. Sin embargo los días corren y debemos hacer honor a nuestro generación de personas apuradas, si, de personas de vida agitada, que andan con el reloj en la mano y ya no en las muñecas; porque hasta para ver la hora en esa posición se pierden segundos. Y por supuesto nadie de esta época estaría dispuesto a perder el tiempo en ponerse a pensar por que sucedieron las cosas, que hicimos mal - que en mi caso considero lo hice todo muy bien,al contrario, de repente peque de noble- para que la vida nos traiga estos momentos solitarios y muy lejanos a lo que se puede considerar felicidad. Esos minutos hoy los aprovechamos en producir, sea en el trabajo o en los estudios, y sino es así, lo utilizamos para dormir. Para echarnos a la cama y descansar, muy bien abrigados en esta época de invierno, y soñando que todo allá fuera está solucionado. Pero con una pizca de realismo que mañana volveremos a ese veloz tren de vida que precisamente hace que esta sea divertida y no aburrida como la idealizamos en nuestros más afiebrados sueños.
Quise elegir como quería que sucedieran las cosas en este determinado asunto, y olvide – o mejor dicho, recién aprendí- que cuando el destino decide jugar al azar, a buscar en sus gavetas cualquier historia de amor o desilusión que tiene ahí para dártela sin importar quine eres tú .Debes aceptar lo que te toca vivir , aunque tu otro yo , como un verdadero loco, te hace intentar cambiar el rumbo de las cosas y corres a un lugar escondido a ponerte a planear y a llorar cómo hacer para que todo te salga como siempre lo has querido , o al menos ver las cosas como tus ojos quieren verlas. Creí que podía yo mismo decidir vivir en su corazón. Pensé en mi cabeza con mucha inocencia que llegaría hasta el final con ella, que estábamos representando un cuento de hadas- esos cuentos que nunca tuvieron, ni tendrán cabida en la realidad- y solo me di cuenta que hasta el final de mis días no podía llegar con una persona como ella, que siempre sembraba dudas sobre ella en mi mente , que le hacía falta a la lealtad y sobre todo que nunca tuvo definido que quería también compartir su vida conmigo. Hace mucho tiempo me paseo por las calles que con ella soñé pasearme haciendo alarde de nuestra felicidad, de nuestra alegría por habernos al fin encontrado en la vida. Si, habíamos caído en ese juego de pensar que las relaciones pueden funcionar teniendo su origen en el amor a primera vista- al menos yo lo pensé así-, dejando de lado el conocer la profundidad de nuestras almas y hacer compatible nuestros corazones. Por eso hoy mi caminar, por esas calles soñadas caminando junto a ella, es tranquilo; respirando el aire fresco, protegiéndome de el frio y gritándole a al viento que pasa arrastrando hojas de esos antiguos arboles que hay alrededor, – soy tan libre como tú, y puedo arrastras así como tú esas malas hojas que quieren formar parte, pero no lo harán, de el libro de mi vida-. Cientos de carros que pasan a toda velocidad no notan que grito como un loco, y si lo notaran no les llamaría la atención; ya que saben que en esta vida todos andamos medios locos y algunos completamente locos. De regreso a casa y caminando por esta avenida que se hace interminable cuando uno quiere reflexionar, cuando quieres pensar un poco en resolver mis dudas. Decido que no intentare instalarme otra vez en otro corazón, tengo claro que no deseo entrar a esos lugares a la fuerza. Sino que esperare que las cosas se den sin darme cuenta, y que un día me vea a mí mismo dentro de ahí mirando los globos y carteles menbretados con la palabra “Bienvenido”. Ese será el momento cuando habré comprendido que el destino hizo su trabajo y me coloco en el lugar a donde tenía que llegar; a ese corazón que el escogió al azar de su gaveta para mí. No hay más que escribir, no hay más que contar. Solo pararme en la ventana de casa y mirar esos vientos que soplan las vidas de muchas personas hacia diferentes direcciones y que se burlan al saber que uno quiere ir contra su naturaleza devastadora, arrolladora, pero también aleccionadora.
Que los vientos te sean provechosos.
pAnChO

MENSAJE A LA CONCIENCIA - POR EL HERMANO PABLO

NO PUEDO VER NADA

Las palabras se oían con claridad, serenas y dramáticas: «No puedo ver nada.» Los hombres las escucharon vez tras vez, callados, serios, cargados de pesadumbre. La cinta seguía corriendo y corriendo. Pero ninguna palabra más podía oírse. Sólo aquellas que encerraban toda una tragedia: «No puedo ver nada.»

Eran las últimas palabras que había grabado el piloto del Boeing 747 de Iberia, que había chocado con el avión de Avianca en el aeropuerto Barajas de Madrid. La densa niebla, y el deficiente sistema de luces de la pista, habían provocado la tremenda desgracia en la que murieron 196 personas.

«No puedo ver nada.» En su sencillez y brevedad, estas palabras siempre denotan un problema en ciernes o una desgracia que se precipita. No poder ver nada, cuando uno más necesita de una clara y buena visión, es preludio de muerte.

Supongamos que uno corre por un camino de montaña, con precipicios a los lados. De pronto lo envuelve una densa niebla. Si no puede ver nada, el peligro de muerte está en cada vuelta del camino.

Supongamos que uno está dentro de su casa y ocurre un temblor. Las luces se apagan, las paredes se quiebran, las vigas del techo comienzan a caer. Uno busca desesperado el cuarto de los niños. Los oye llorar, pero no puede ver nada, y tropieza con sillas, muebles y escombros. No poder ver nada en esos momentos es horrible.

Supongamos que uno está metido dentro de un grave problema moral. Alguien le ha traído un chisme infame sobre su esposa o sobre su esposo. La duda ha cundido en el corazón. Su alma se debate en la incertidumbre. ¿Será cierto? ¿No será cierto? Uno se toma la cabeza y dice: «No puedo ver nada.»

O supongamos que uno ya está en su lecho de muerte. Ve acercarse el fin, y se da cuenta de que nunca arregló su vida con Dios y no sabe a dónde va. «No puedo ver nada», dice amargamente. Se da cuenta de que en la vida adquirió conocimientos y educación, hizo una carrera, tuvo una familia, y acumuló dinero y prestigio. Pero frente al más allá, «no puede ver nada».

Jesucristo es la luz del mundo. Él dijo: «El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida» (Juan 8:12).

LA COLUMNA DE GUILLERMO GIACOSA . Argentina: día nacional del boludo


En una entrevista concedida años atrás a un medio local, me preguntaron cómo me definía. Mi respuesta sorprendió un poco al periodista, pero la reprodujo tal como la expresé: “Soy un humanista boludo”. Creo haber repetido esa misma frase, a la que no soy adicto, pero que refleja una realidad, en un antiguo programa de Jaime Bayly quien, naturalmente, la encontró no sé si apropiada, pero sí divertida.

Ahora soy yo el sorprendido pues el 27 de junio se celebró en Argentina el Día Nacional del Boludo. Mi día. Detesto, en realidad, esas fechas comerciales, sea por la madre, el padre, la abuela, el amigo, el periodista, la secretaria o el benemérito pollo a la brasa pero, en este caso, me regocijo pues es una forma original de reivindicar, con una intención que raya la ironía, a quienes no aspiran al poder, ni a pisarle los callos a nadie, ni a enriquecerse, ni a comerciar con estupefacientes, ni a estafar a incautos o violar a menores. Esos personajes son, somos, en un mundo donde transgredir, usurpar y burlar es casi la ley, los boludos. Se trata de la cara opuesta a la de los vivillos, los especuladores, los abusadores, los 'Genaros’, los 'José Enrique’ y toda la fauna de malos políticos, malos empresarios, malos periodistas y malas personas que, sin ser mayoría, alcanzan a amasar las mayores fortunas y, con ello, sienten haber adquirido patente para mirar por sobre el hombro a quienes no han tenido su viveza o su descaro.

Dice la BBC: “Que los boludos tengan su día es, para algunos, una burla al pueblo argentino y, para otros, la manera de aplaudir a una especie en peligro de extinción que los vivos se empeñan en destruir”. La campaña comenzó en el 2009, y fue creada por una agencia digital y por un grupo de diseñadores gráficos y bloggeros y, también, usuarios de Facebook.

Tiene la intención de cambiar la connotación de boludo como una palabra con un significado negativo y convertirla en una reivindicación para los ciudadanos que respetan las leyes, cumplen sus obligaciones, creen en una sociedad justa, se adhieren a las instituciones democráticas y piensan que cuidar el planeta es una obligación cuyo incumplimiento provocará males irremediables. Rechaza a quienes, haciendo gala de la viveza criolla, transgreden normas y sacan provecho de cuanta situación pueden, aun cuando perjudiquen a su ciudad, a su país o a la naturaleza.

La connotación de boludo encierra cierta ternura. El aparentemente descortés “qué hacés, boludo” es, en la mayoría de los casos, una frase cargada de afecto que solo se les prodiga a los amigos. Leo en la BBC que en Colombia se realizó una campaña similar sobre los 'zanahorias’ y que, en Venezuela, el escritor Uslar Pietri dijo que, en ese país, solo los pendejos pagaban impuestos, tenían ética y cumplían sus obligaciones, con lo que ennobleció el término hasta el punto que se organizó una manifestación que se llamó la 'Marcha de los Pendejos’. No sería mala idea hacer algo similar en Perú con la palabra adecuada y siempre que no coincida con el Día del Pollo a la Brasa.

EN CUALQUIER MOMENTO CON GABRIELA FRIAS, SIEMPRE ALGO CORTO PERO EFECTIVO


Bueno llegamos al destino: viernes. Hoy los inversionistas se tomarán una pausa, preparándose para la ola de resultados financieros.