lunes, 27 de agosto de 2012

MIL DISCULPAS


No puedo hasta ahora diferenciar entre las palabras  “disculpar” y “perdón”. Sin embargo, prefiero extender mis disculpas en caso, y como  siempre sucede en  cualquier humano, cometa un error que puede ofender o perjudicar a alguien. De pequeño aprendí, y no sé si equivocadamente, que  perdón solo se le pide a Dios; por eso es que siempre se lo pido cuando le rezo todas las noches. He concluido  que en esta vida donde todos hablan de “justicias “e “injusticia”, si debería creer en esta dos palabras – cosa que hasta ahora no lo hago- me debo considerar alguien bastante  injusto porque no se disculpar, no puedo hacerlo; siempre llevo rencor para ese  alguien que se porto mal conmigo; quizás veo todos los pequeños detalles que hubieron detrás de esos actos o palabras  que terminaron  perjudicándome y ofendiéndome. Claro, que si se trata de un familiar o alguna persona que demuestra que lo hizo sin la mayor intención, todo está solucionado. En verdad lo puedo olvidar, tengo la plena seguridad que si se disculpar. No soy Dios ni Santo para juzgar a los demás, pero pienso que nací con el ‘don’ de saber quien hace las cosas conociendo  que las está haciendo mal, y  a pesar de eso sigue haciendo daño. Y lamentablemente para mi  clavario, también puedo ver quien está verdaderamente arrepentido; y a pesar de todo eso se me sigue haciendo aun más  difícil el disculpar. Ya que  en mi balanza donde sobrepeso ‘el cometer un error’ y ‘el estar verdaderamente arrepentido’ gana por kilos de  diferencia lo primero. Por eso ahora que ya han pasado varios años,  reconozco  que a ella siempre le mentí, ya que fingí que la había disculpado del tremendo error que cometió hace algunos  para conmigo. Pero en mi mente y mi inconsciente nunca la disculpe, y sé que nunca lo podre hacer.  En ese entonces creí que era mejor mantenerme sereno y fingir que la disculpaba, que ya todo estaba olvidado, que nuestra amistad estaba intacta. Pero en realidad siempre fui consciente que no olvidaría lo que me había hecho, que siempre estará en mi mente. Es que en verdad, no quería perder su amistad, y en mi tonta cabeza también la posibilidad de volver a compartir con ella una relación, debo reconocer que aun la quería. Sin embargo, ahora veo que es evidente, demasiado notorio - y todo lo reconozco con orgullo -en mi que nunca la disculpe y que no pretendo hacerlo porque simplemente me hirió el corazón, y sentí ese dolor como nunca creí podía sentirse. Hace ya 8 meses todo salió a la luz, en una conversación le dije  sin mayores rodeos   todo lo mal que se había portado  conmigo y lo cuan molesto que estaba con ella; hable demás – pero con mucha educación-, hable por la herida, hable lo que tenía que tenía guardado dentro por  mucho tiempo, y después de todo eso me sentí como si  me había sacado un peso de encima. Estaba liberado, parece que esa mochila llena de enormes rocas que siempre lleve había desaparecido de mi espalda. Desde ese día, las cosas están más y más lejos de ser como antes para nosotros. Ya nada será igual a  aquellos tiempos cuando nos conocimos, cuando  nos hicimos  grandes amigos y posteriormente  me sentí animado a declararle mi amor con la seguridad que recibiría un ‘sí’ como respuesta. En fin, ahora las cosas están claras, yo ya no quiero ser su amigo, y ella tampoco quiere serlo de mí. La comprendo, es lógico que no quiera tener la amistad de alguien que le mintió, que fingió disculparla para un día previo a la ‘noche buena’ hacer explotar en su cara esa bomba de tiempo que ella misma había activado con su actitud. Y si otra vez regreso a esos dos conceptos aun no permitidos para mi diccionario “justicias” e “injusticia”, yo por justicia me siento convencido que tampoco quiero tener como amiga a una chica como ella: alguien quien me mintió de la peor manera, que no le importo ilusionarme y así seguir incrementando mi cariño hacia ella, para luego terminar con el corazón lesionado-  y no en sentido figurado, ya que sentí dolor en ese musculo-, para luego expectorarme con una patada en las cuatro letra como si fuera un muñeco de trapo o más   bien un verdadero idiota. Esa ultima noche que nos encontramos,  y en la cual lance todos mis dardos contra ella, sentí que por fin pude decir lo que antes no pude hacerlo, que por fin dejaba de ser un idiota para ser una persona con dignidad, esa dignidad que perdí cuando me enamore de ella, y por la cual aguante que ella haga todo lo que se le dio la gana. Pero volviendo a ese sentimiento en mi de no poder disculpar, y en cierta forma gozar de eso, sentirme algo aliviado de ver como aquella muchacha  que me fregó parte de mi vida ,que me perjudico, que creyó que era un  perfecto imbécil  por aguantar todo eso y sonreír,  espera con angustias que el otorgue eso que no lo hare; y  lamento que nunca lo podre hacer porque he llegado a comprobar con el pasar de los años que yo no puedo disculpar, que me es imposible, que es parte de mi personalidad. Quizá todo esto sea una  patología en mi  – aunque dudo un psicólogo pueda cambiarla- , quizá  me iré hasta la tumba sin haberla podido disculpar. Pero siento que hago lo correcto, y eso vale. Como dije anteriormente, no con todos me pasa eso: con la familia y personas más cercanas, o quizá aquellos que demostraron que en verdad se equivocaron sin intención, si los disculpo de corazón. Y no de esa manera tan mentirosa como lo hice con ella.
Cuando uno se enamora suele perder el sentido de las cosas, suele ser dulce y creer en los cuentos de hadas. También  ver  la máscara de la caperucita roja en el rostro de esa persona que cuando menos lo esperas  aprovechándose  de tu amor te engañara y se acostumbrara a tratarte como un tonto.  Veras que no le dará ni la mas mínima importancia a que te esta ilusionando y creando en ti una falsa expectativa, ella seguirá viviendo con la mentira por muchos días más, quizá meses para después de la manera más cobarde mediante  un correo electrónico decirte que ya no pasa nada, que no quiere seguir contigo, que todo fue un error. Y yo comerme ese  mal momento, aunque por dentro sentir la tranquilidad de haber conocido su verdadero rostro para decidir jamás tener este tipo de amistades. Recuerdo que pensé en algún momento que no podría vivir sin ella, que en la distancia me daba cuenta que mas la quería. Pero felizmente ahora he comprobado que  a pesar que si la ame de verdad, que le hable de tantas cosas interesantes con sinceridad; puedo darme cuenta que no es la persona de quien uno puede confiarse, que es uno de esos seres equivocados que van caminando por el mundo fregándole la vida a los demás, que ocultan  con mucho esmero su infelicidad  pensando que pueden hacer infelices a otros  para así posiblemente pensar que ellos  pueden dejar de serlo. Al final  de todo esto, llega  un momento en que provocan lastima, aunque nunca la suficiente como para obtener mi disculpas. No lo digo por decepción, ya que creo aun en el amor, creo en la fantasía de las relaciones sentimentales, creo  que existirá en mi vida esa chica a la cual hay que regalarle rosas, la cual te abrazara y te dará todo el apoyo en el momento que lo necesite. Pero para mí no  existe esa persona a quien uno cataloga “la mujer de mi vida” de buenas a primeras, eso solo puedes decirlo después de conocer bien a la persona. Existen tantas mujeres, y una de ellas puede ser la persona que busca en verdad, nunca dejare de creer en el amor. Por ahora yo solo busco la tranquilidad, olvidar este mal momento y seguir encontrando  las razones por la cuales no le daré  lo que ella busca en mi , mis disculpas.


pAnCho.

martes, 14 de agosto de 2012

DE REGRESO A CASA, CUAL????

Llevo tres semanas en lima, y siento que ha sido tiempo suficiente para reencontrarme con la familia, con algunos o muy pocos amigos-conocidos-, con mi casa, con  las fachadas de cada vivienda de mi cuadra y muchas cosas que han cambiado en este año que estuve fuera, y en el cual solo venia 6 o 7 días, siendo muy pocas las oportunidades  como para captar cada detalle  que hace pensar de  cómo han cambiado algunas cosas por aquí. Viví casi toda mi vida en esta ciudad, necesite mucha voluntad para animarme a salir de aquí. Sin embargo, hoy me siento extraño en este lugar, me siento como un visitante que ya desea  el volver al lugar donde reside, donde vive diferentes aventuras y en donde lucha cada día por sobrevivir como Dios manda. Jamás dejare de sentir felicidad por venir a esta ciudad, por estar en casa, por compartir con papa y mama  el desayuno, almuerzo y cena. Y saber que los tengo cerca, algo que casi siempre me  es imposible. Pero creo que uno hace su vida en donde el destino lo ha planeado, nadie escoge el camino que desea caminar para llegar donde uno supone debe hacerlo. Si se pudiera decir  que un día de mi vida  fui un guerrero, si lo fui: “intente muchas veces el hacer todo lo posible para residir aquí. Pero siempre encontré señales que me decían que mi vida no era para desarrollarla en este lugar, que ninguna historia que debía de contar para el futuro sucedería en esta ciudad” Por eso aquella tarde tuve que armarme de valor  para decidir por el irme del todo. Estando allá soñaba con volver, no solo en plan de visita como lo hago todos los meses, sino para siempre.  Pero  con el correr de los días, la vida  me fue enseñando tantas cosas, me fue poniendo un párale a mis locos sueños. Y terminé entendiendo que solo volvería a lima para visitar a los míos; pero que  existían miles de motivos que me ataban allá,  a mi nueva ciudad, a mi nueva casa .Y que por ende, debía pensar en volver a donde ya pertenezco. Hoy debo decir con un poco de incomodidad y no tanta alegría  que después de  más de 15 días otra vez en lima, he comprobado que esta ya no es mi ciudad; que si no fuera por mis padres  capaz ya no le hubiera encontrado el sentido para estar tanto tiempo aquí. En verdad, no deseo partir cuando veo las sonrisas de papa y mama por estar juntos de nuevo. Pero ellos mismos saben  que mi nueva vida está lejos de aquí y de ellos. Que  esta  es la vida que  marca la profesión que estudie. No hay más que decir: debo volver, debo de pensar que esa maleta que empecé a alistar la semana pasada pronto será otra vez colgada en mi hombro para apersonarme a una  estación o aeropuerto para emprender el viaje que me lleve de vuelta a la vida cotidiana, a mi hábitat. La vida puede ser extraña, los días que te tocan vivir pueden ser repetitivos. Pero siempre hay sorpresas que te hacen creer que el destino tiene preparado para ti innumerables pasajes en la vida  que nunca serán predecibles. Por ese motivo no veo las horas para partir, me siento mejor allá,  creo que ya no soy  un miembro de esta ciudad.
Nací en lima como muchos lo hicieron, crecí  en esta ciudad  a la que adoro. Pero  la  vida se encargo de incorporarme a otra ciudad, de una manera antojadiza un día amanecí lejos de aquí y comprobé que ahí soy feliz. Me acostumbre  ahí sin darme cuenta, descubrí la tranquilidad que hay allá, quizás  muy acorde con mi forma de ser y de vivir. Aprendí a combinar la soledad con la compañía, a enfrentar miles y miles de problemas teniendo la seguridad que saldría airoso para  en la noche volver a mi guarida a escribir, escuchar música mientras me tomo una taza de café celebrando la tranquilidad y paz que solo puedo sentir ahí. Aquí en mi ciudad de origen he vivido muchas historias, episodios que merecen ser recordados siempre. Hubieron personas que marcaron mis días, 3 muchachas a las cuales estuve convencido de entregarle mi vida, mi dedicación a ellas, mi corazón. Pero el destino otra vez apareció ahí para señalarme que ese camino no era mi verdadera ruta, este  se encargo de mostrarme que  existe otro lugar donde posiblemente debía un día confesar mi amor, expresar todos esos versos que nunca los pude decir aquí porque me quedaba siempre  con ellas a mitad de camino. Aquellas tres muchachas siempre han demostrado poco interés por mí. En esos días en que note eso sentí que el mundo se acababa, que esta era la única vida que me esperaba: la de vivir resignado a no poder conquistar a ninguna de ellas. No creí que saliendo de esta grande y moderna ciudad, había un lugar donde existían muchas chicas mostrándome  cierta esperanza en mí para  ser feliz, quizás esas personas que son compatibles contigo y que uno siempre ando buscando y no encontró. A pesar de todo, en estos días en que he vuelto de una manera transitoria a vivir aquí  he querido  retomar esa labor que hace mucho  tiempo realice con mucho empeño y con resultados poco alentadores. Esta vez estaría más días aquí, ya no sería como cuando venia 5 días y me marchaba. Sino que podía hacer un seguimiento para volver  intentar el lanzarme sobre una de ellas, y quizás encontrar un motivo por el cual quedarme aquí. Las cosas ya no eran las mismas, esos más de 12 meses que estuve viviendo fuera  habían pasado realizando cambios que no eran de los mejores a mi parecer. La chica que mas me gustaba, con la cual siempre me cruzaba e intercambiábamos una sonrisa, paseaba  con su joven enamorado por el parque dónde casi todas las mañanas suelo ir. Sus ojos denotan el amor que siente por él, esos bellos ojos ya no me miran, es la realidad que ya no me afecta tanto. Las otras dos chicas están en los suyo: una de ellas me regalaba una sonrisa cada vez que venía a lima de descanso y decidía pasear con bicicleta pasando  por su casa. Pero no es motivo suficiente como para creer que sienta algo por mi .Es definitivo que ellas no serán para mi, entonces creo yo que con eso  se agotan todos los motivos del porque seguir aquí. No existe ni un solo instante en que no se me cruza por la cabeza el querer partir. Pero también tampoco no existe un solo sueño en el cual no me veo otra vez lejos de papa y mama, algo que me preocupa y me provoca tristeza. Hay que ser prácticos en esta vida, no se puede luchar contra el destino, este me  muestra en cada minuto que yo ya no pertenezco aquí, que mi vida esta allá. Que  cada  sonrisa que me es negada por estos lares, en la ciudad en donde resido  se muestra a diario  siempre para mí. Los horarios, hábitos y ambientes de esta casa los conozco a la perfección, tengo mil anécdotas aquí. Deseaba siempre el poder tener unos días mas para explorar algunos cajones  de mi cómoda que no revisaba hace más de una año. Felizmente en este viaje si lo pude hacer, encontré escritos que realice, y de los que no recordaba haberlos hecho. Un día viví aquí y fui feliz, pero creo ya no hay más que hacer. Esta ciudad no será nunca parte de mi pasado, siempre vivirá en mi presente .Hoy es cumpleaños de mi hermana, y estoy feliz de poder pasarlo con ella. Casi todos los  últimos cumpleaños de los miembros de aquí de la casa los he pasado lejos, sospecho que no son muy  alentadoras para mí las posibilidades de poder estar con ellos en  los próximos . Pero hay que celebrar cada oportunidad que se presenta para estar con la familia. Que viva el cumpleaños ¡¡¡¡¡¡ Dejare para mañana el comprar mi ticket de regreso a mi cuidad.

pAnChItO