miércoles, 10 de noviembre de 2010

Días de radio

Mi habitación no lucia del todo soleada desde 1993 cuando todos los viernes al volver del colegio abría las cortinas dejando que entre el sol y así empezaba a escuchar música hasta ver que este se ocultaba.
Mi habitación siempre tuvo conmigo una complicidad que nos ha llevado a ella y a mí a pasar tantos años guardando tantos secretos, escondiendo para nosotros los momentos de felicidad y tristeza. Ahí he escrito mis mejores canciones, ahí he jugado a ser un locutor de radio, ahí he llorado cuando ha sido necesario hacerlo y de la manera más privada, y ahí han sucedido tantas cosas que solo me provocan alegría hoy que las recuerdo. No esperaba, hoy luego de el almuerzo subir a mi habitación para sacar un par de zapatillas y encontrarme con aquel escenario que me regreso a hace 17 años. Mi cama cubierta por el sol de la tarde era la plataforma perfecta para colocar ahí los casetes, long plays y toda mi imaginación para jugar a ser un dj , programar música y sobre todo pasar las mejores tardes que hasta hoy puedo recordar con mucho placer y añoranza. Recuerdo que mi abuela nos servía de almorzar a mi hermana y a mí cuando volvíamos de la escuela, y los viernes era algo especial, yo comía con apuro, pues me esperaba el mundo mágico de la radio. Yo que siempre estuve muy poco comprometido con hacer las tareas que nos dejaban en la escuela de lunes a jueves, menos lo haría un viernes en el que solo pensaba a jugar a ser un gran dj. No salía de mi habitación hasta casi las 7 de la noche cuando papa y mama volvían de trabajar, ellos jamás sospecharon mi entrega a ese oficio el cual me hacia feliz e imagino quizás era lo que mejor hubiera hecho en esta vida.
Recordando esa etapa de mi vida, puedo concluir que 1993 fue un gran año. A veces recibía la visita de mi hermana, ella también compartía esa fantasía de ser dj, aunque no tan permanentemente como yo. Así que se convertía en una gran colaboradora musical para mi, era divertido cuando cada uno se ponía al mando de su propia radiograbadora y programaba sus canciones. Era una sorpresa para el otro cuando de un momento a otro empezaba a sonar una canción que hace tiempo no la oíamos. Eran en verdad los mejores momentos musicales que viví.
Cuando dije que ese fue un buen año, sí que lo fue. A pesar que tanto gusto por la música me costó el año escolar. Porque aquella costumbre de entregarme a la radiodifusión musical aficionada poco a poco se volvió un hábito diario con mayor intensidad cada viernes por la tarde . Pero de nada me arrepiento hoy, hice lo que me gustaba, gaste mis energías en una tarea que yo mismo me la impuse y de la cual disfrutaba haciéndola. Y aunque no tenia público, ni críticos era el mejor y más feliz dj de el mundo. Es que realizaba mi trabajo de la mejor manera a pesar de las limitaciones de las radiograbadoras de uso domestico con las que contaba. Creo que en verdad que esa quizás fue mi verdadera vocación en la vida, por la cual con seguridad hubiera puesto todo de mi parte para perfeccionarla. Ya que mi segmento musical contaba con intermedios publicitarios cada media hora,todo tan real como si alguien me estuviera escuchando, y en verdad nadie lo hacía. Salvo una persona, y quizás la más crítica para mí, yo.
El tiempo fue pasando, las cosas en casa cambiaron. El nuevo año trajo novedades en mi vida. Al volver a hacer el año escolar, llevaba conmigo la responsabilidad de convertirme en un alumno más aplicado, con la mentalidad en mejorar mi rendimiento académico. Felizmente se cumplió el objetivo; mejore en mis calificaciones escolares, no fui un alumno desatacado, pero me convertí en uno muy responsable. Y claro está que la responsabilidad es parte fundamental del éxito.
Pero siempre estaba en mí ese gusto por escuchar música, por escaparme de todo y encerrarme en mi habitación para prender mi casetera y embarcarme en ese viaje imaginario que solo puedes realizar gracias a la música. Aunque jamás volví a abrir las ventanas para que entre el sol como lo hice en el año anterior, algunas veces volví por unas horas a ser un dj.
La semana que paso estuvieron pintando la casa por lo que aun no hemos puesto cortinas en las habitaciones, y fue así, como lo contaba líneas arriba, mí tamaña sorpresa de ver de nuevo en mi habitación- el cuarto completamente soleado- aquel escenario en el que me perdía entre la felicidad y quizás la señal de lo que hubiera sido mi profesión para cuando sea grande. Como a manera de confabulación entre las diferentes circunstancias, el vecino de atrás en ese momento escuchaba una canción de 1993 la cual yo la disfrutaba hace un viernes de hace 17 años. Todo estaba preparado como para que yo me olvide de todos los problemas y preocupaciones que llevo ahora como adulto y me interne nuevamente en esta pieza de la casa a programar mis canciones, a desempolvar esas casetes y armar un pequeño programa siquiera de media hora musical. No podía negarme a mí mismo ese privilegio de volver a desempeñarme en lo que más me gusta. Así, que arme todo en la cama, me cerciore que el volumen de mi equipo musical este relativamente bajo para que nadie en casa escuchara todo eso. Presente las canciones, improvise un par de publicidades e imagine una vez más, como lo hacía hace muchos años, que miles de personas me escuchaban .Luego despedí el programa prometiendo a mi imaginario público que este volvería a ser emitido en cualquier momento. Cuando ya regresaban mis casetes a su sitio, pensé que quizás pasaría mucho tiempo para una próxima emisión de este programa o que quizás ya no habría otro. La tristeza que llevaba conmigo por tantos recuerdos no me permitió incorporarme inmediatamente a mis actividades actuales. Me senté en el escritorio a preparar mi informe de trabajo, y solo pensaba en volver a ser ese dj aficionado, en volver a estar de regreso a casa en un viernes de hace 17 años y terminar de almorzar junto a mi hermana y mi abuela ya fallecida para dirigirme a mi habitación a escuchar música. Ya trabajando en mi informe me entro la duda si era tonto recordar tantos buenos momentos de cuando era un casi un niño, si en verdad tenía una utilidad haber hecho todo eso. Y se vino a mi mente un día de hace un par de meses cuando llegue a una radio local para participar como panelista de un programa de corte político. Y al ser muy temprano para la cita entre a la cabina y programaban música de los 80’s y 90’s. Como haciendo tiempo mientras esperaba al conductor del programa donde emitiria opiniones, converse sobre musica con el programador. El se admiro de los títulos, cantantes y años de las canciones que yo conocia de el amplio material que tenia en su discotecatenia en su discoteca. Me pregunto sorprendido como lo sabía todo. Y yo le respondí de una manera bastante graciosa: Es que yo escuche hace muchos años un programa de radio hecho por un tremendo dj. Como se llamaba ese programa – me interrogo-.Se llamaba el cuarto solar con un buen colchón musical- respondí contento.
pAnChO

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