lunes, 22 de noviembre de 2010

LA COLUMNA DE GUILLERMO GIACOSA :Con el agua no se juega


El agua es negocio y todo lo que es negocio atrae la codicia de las grandes corporaciones. La estrategia es siempre la misma. El primer paso consiste en desacreditar a los organismos locales públicos que administran este elemento. No es difícil porque la mayoría de la prensa, que ve jugosas tajadas para el futuro, contribuye a desacreditar. Hay medios y periodistas que se alquilan y si de privatizar se trata, ellos están en primera fila. Ya se han invertido miles de millones de dólares en todo el mundo para que las corporaciones puedan acceder a las fuentes públicas de agua potable. Y las experiencias de privatización en este campo han fracasado tanto en América Latina, como en el sudeste asiático, África e incluso América del Norte. El periodista Scott Thill recuerda que el Banco Mundial prestó 100 millones de euros a la subsidiaria europea oriental de Veolia, la mayor corporación privada del agua del mundo. ¿Su objetivo final? La privatización de los recursos acuáticos de Europa oriental. “Veolia aclaró que su modelo empresarial se basa en la maximización de los beneficios y no en inversiones a largo plazo”, explica. Es decir que mientras ellos se empachen de dinero, lo que pase después es responsabilidad de quienes los contratan. “Tanto el Banco Mundial como Veolia reconocen que no quieren invertir en la infraestructura necesaria para mejorar el acceso al agua en Europa Oriental. Por eso la inversión de 100 millones de euros en Veolia es tan alarmante. Es una evidencia más de que el Banco Mundial sigue comprometido con la privatización, a pesar de las evidencias de que este enfoque no resolverá la crisis mundial del agua”.

Bonito y sencillo. Son depredadores al servicio de “maximizar los beneficios”. La evidencia que se requiere de que las privatizaciones del agua son operaciones condenadas al fracaso puede hallarse en su lugar de origen, Francia, conocido como el centro de la privatización del agua. “En junio, la municipalidad de París recuperó los servicios de aguas de sus dos multinacionales locales, Veolia y Suez, después de duras controversias. Es una de las 40 remunicipalizaciones solo en Francia, que se pueden sumar a las ocurridas en otras partes del mundo mostrando un cuadro negativo: la privatización del agua es, en última instancia, un concepto horrible y un proyecto fracasado”.

“Es indignante que el Banco Mundial siga invirtiendo en privatizaciones corporativas del agua cuando fracasan en todo el mundo”, dijo la presidenta de Food and Water Watch. “Una inversión similar en las Filipinas fue un desastre definitivo. Comunidades locales y sus gobiernos en todo el mundo están cancelando sus contratos con compañías como Veolia por excesivos costes, despidos de trabajadores y servicio inferior al promedio”. Quien toque las puertas del Perú no será Veolia, pero se le parecerá como dos gotas de agua sucia.

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