martes, 16 de noviembre de 2010

LA COLUMNA DE GUILLERMO GIACOSA :Obama se despinta


Resulta llamativa la afirmación republicana luego de su triunfo en las últimas elecciones legislativas: «Lo más importante que queremos conseguir es que el presidente Obama solo tenga un mandato». Por el lado demócrata todo indica que los jóvenes, que contribuyeron a llevar a Barack Obama a la presidencia, están desilusionados con los tibios escarceos de su líder y se abstuvieron de votar. Estos militantes esperaban de Obama una postura más firme y sensata en las absurdas guerras que se desarrollan en Irak y Afganistán, una pronta respuesta a la vergonzosa e incalificable prisión que se mantiene en Guantánamo y, seguramente, una postura de liderazgo por parte de los Estados Unidos en la imprescindible lucha contra el calentamiento global. Además, naturalmente, de lo referente a las políticas económicas al interior de su país y el deseo de que estas beneficien a los sectores más postergados. En ninguno de los temas invocados Obama ha sido capaz de ir mucho más lejos de lo que hubiera ido George W. Bush. La diferencia, que no hace historia ni modifica el futuro, son los modales y el lenguaje del actual presidente que carece de la prepotencia, la soberbia y la ignorancia que caracterizaron a su antecesor.

No obstante, comete errores que parecen calcados a los de su antecesor. Podría colegirse que un imperio deja de pertenecerse para ser de quienes conducen su rumbo económico. La pregunta que cualquier ciudadano estadounidense debe formularse es esta: ¿Cuán real es el poder que tiene el presidente de su país? Y, seguido a esto, la reflexión sobre el papel que juegan los ciudadanos al elegir mandatarios, representantes o senadores que responden no a los intereses de sus votantes, sino a los intereses de los lobbies que representan a las grandes corporaciones.

El muy alabado sistema bipartidista estadounidense no es tal. En realidad se trata de un solo partido con dos cabezas. Un monstruo bifronte que crea la sensación del cambio cuando en realidad solo realiza ajustes coyunturales que no modifican ni las ideas profundas ni la metodología con que se enfrentan los problemas. Más aún, la administración Bush II hizo concesiones multimillonarias a sus amigos por servicios en Irak y sin pasar por ningún tipo de licitación, y su sucesor demócrata ni siquiera ha pensado en realizar una investigación. Y si lo pensó lo hicieron desistir de inmediato. Saben que teniendo un solo cuerpo es bueno mantenerlo tan sano y armónico como las dos caras que lo expresan.

Ese juego es parte del folclore político gringo y su población lo admite con tanto entusiasmo como a las hamburguesas o los chicles. De otro modo resulta imposible comprender cómo luego de la devastadora administración encabezada por Bush II, sus compañeros de ruta pueden hoy regresar impunemente al Congreso.

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