viernes, 23 de julio de 2010

Por favor, no me escribas

Lo que antes me hubiera parecido una alegría, una hermosa sorpresa y, con seguridad, el aliento para seguir luchando en este mundo tan caótico. Hoy, es para mí un recuerdo que desearía no vuelva a estar más en mi mente, que desaparezca por arte de magia; pues hoy lo detesto y espero no encontrarlo en mi bandeja de entradas. Si, ese email, que estas pensando en escribirme, esas palabras que se mostraran tan amigables, tan dulzonas, tan conciliadoras y hoy, aunque suene muy tosco, tan estúpidas. Ya que no tienen sentido para mí, y, con lamento, creo que ya no lo volverán a tener. No lo hagas por favor, no me escribas ese mail, déjalo todo así. Puedo leer tu mente, y puedo saber –por fin gracias a dios- cuanto de lo que dices, piensas o escribes es creíble. Hoy ya no me imagino la vida como la imaginaba antes junto a ti. Por ende tampoco quiero imaginarme a mí leyendo tu email, ojeando esas líneas que son tardías, irrelevantes, forzadas para ti. Pero que pueden tener el poder de dejarme pensando en ti, en lo que fue nuestras vidas a punto de estar juntos, y en lo que fue para mí una pesadilla, de la que hace no mucho desperté. No me escribas, te lo aconsejo como el amigo que aun me considero de ti, te lo pido como aquella persona que te hizo tantos cumplidos y que hoy solo te pide uno esto como a manera de recompensa. Pero sobre todo te lo agradezco desde ya, que con mucha cordura termines desistiendo de tan terrible escritura para mí, que con esa madurez , que ya debes poseer- de la cual carecías cuando andábamos juntos , y te permitió malógralo todo-. Pero si a pesar de mis suplicas, de mis consejos y de tu grado como persona adulta. Te permites escribirlo: te debo contar con mucha honestidad que cuando tú me escribes, me siento un hombre con esperanzas, con muchas posibilidades de tener de nuevo una relación contigo. Pero a la vez con ganas de poner los pies sobre la tierra y retirarme del todo de tu vida- algo que aunque deseo hacerlos con tantas ganas, tú solo lo puedes lograr-. Cuando leo un email tuyo no interesa en que situación sentimental me encuentre, no es importante que sueño este buscando hacer realidad, ni menos que problema no resuelto tenga pendiente. Automáticamente cambio el sentido de mi vida y me vuelco a pensar en ti, a pensar erróneamente en los dos, a contar con mis dedos cuantas veces pensé en este momento. Mi mente solo se concentra en ti, en cada palabra que escribes, en cada idea principal de cada párrafo que debo de interpretar, en hacer un análisis concienzudo de lo que escribes de verdad, lo que escribes de mentira y lo que estas dejando de escribir, pero que yo creo saber. Alíviame de efectuar este arduo trabajo, evítame de gastar tantas horas pensando en ti y en tus mensajes. Olvida de realizar ese maldito mail. Mejor envíame una muestra de madurez, una muestra de sinceridad, una muestra que aun me conoces bien y anda desligándote de mi poco a poco “me escribas nada”. Cuando llegan tus emails- que ahora ya no son tan frecuentes, y ojalas algún día sean nada frecuentes- me entrego a el más temible oficio de el pensar en que responderte, de seleccionar con que palabras darte respuesta, para que nada de lo que escriba te parezca ofensivo y grosero. Y que termine ocultando toda esa rabia que siento por los recuerdos, pero que no ha sido la suficiente para olvidarte de todo. Si ahora estas a punto de escribirme, y crees que es una tarea que debes cumplirla- aunque de seguro preferirías no hacerla, y eso nunca lo sabré por que , y a estas alturas no me interesa saberlo- te cuento una vez mas que no seré ese hombre resentido , furioso y vengativo que borre tu email, sin leerlo, es mas, lo dejare siempre ahí, en mi bandeja de entrada de correos con la esperanza de leerlo una vez mas, a pesar que en yo mismo se que nunca lo hare. Se acerca mi cumpleaños, aunque tampoco está a la vuelta de la esquina, aprovecho para pedirte un presente por esta fecha. Solo deseo que me obsequies tu desistencia de hacer ese email que me quitara horas de sueños, que me dejara pensando en la cama que es lo que has querido darme a entender, que es lo que no te debo de escribir al responderte, y lo peor de todo, mermara parte de tiempo de mi sueño ocasionando que al día siguiente no pueda despertar temprano para ir a ese lugar donde creo que mi sueño se está cumpliendo. Y eso si sería el mayor acto criminal que atentarías contra mí, como si ya no te basto lo que me hiciste antes. Pues necesito estar ahí hoy, y todos los días que pueda hacerlo. Porque sospecho que mi sueño se terminara de realizar en cualquier momento; veo una luz en plena obscuridad del amanecer de estos días fríos de invierno aquí en mi ciudad que me va a iluminar de seguro para toda la vida. Un reflejo de aquella felicidad que nunca la hubiera tenido contigo y que jamás la tendré, pues no deseo volver a enrolarme en tan desdichada empresa de volver a conquistarte .Puede que en algunos meses ya no tenga sentido escribirte y pedirte que no digites este email. Porque estaré en la capacidad de poderlo leer y releer y seguir sintiéndome tranquilo para responderte- si es que se me antoja- lo que pienso sin el temor de ofender tus sentimientos.
Aunque los dedos de tus manos te pidan sentarte frente a la computadora para escribir ese número de renglones de palabras cursis e hipócritas. Se fuerte y no lo hagas, no me perjudiques, no te perjudiques. No me hagas renegar contra el día en que nos conocimos, no reniegues por saber que en el fondo no lo quieres escribir. No me hagas pensar en los dos, ahora no quiero llenarme la mente de cosas pasadas y sin importancia. No pienses en que fallamos tu y yo para que los cosas anden tan jodidas como andan hoy entre los dos. No nos lamentemos de esa poca confianza que existe entre nosotros. Pues hoy, haciendo una excepción, retomare toda la confianza que te tenía antes, y te lo diré directamente: por favor, no me escribas.
pAnChO

No hay comentarios: