lunes, 26 de julio de 2010

De las ilusiones


Las ilusiones son esas esperanzas por algo concreto , que es muy seguro que no se cumpla, pero en nuestra mente siempre existe esa posibilidad que se den las cosas.Y así nosotros somos de una manera felices, aunque transitoriamente felices, pero felices, que es lo que importa.
Tengo amigos bastantes pragmáticos que me aconsejan a diario, al menos me lo muestran con sus actos, que de ilusiones no se puede vivir. Que esos pocos momentos de felicidad que provoca la ilusión alimentan nuestra futura frustración y nos conducen directo al fracaso. A pesar de los buenos consejos amicales y de las dudas que en mi siembran esas teorías sobre lo peligroso que puede ser vivir ilusionándose. Yo me sigo ilusionando con un montón de eventos en mi vida que en el fondo temo no sucederán, o al menos, yo mismo no sé cómo hare para que sucedan. A decir la verdad y para ser honesto hoy, ya que toco este tema- haciendo la salvedad de no ser un especialista en estos temas, psicólogo ni algo parecido- reconozco que muchas ilusiones que tengo me han extendido la vida, me han motivado cada mañana para empezar un nuevo día, me han calmado la desesperación que llevo conmigo desde hace dos años y lo seguirán haciendo al menos por estos días.
Tengo una ilusión por la que he hecho miles de cosas, por la que he puesto todo el esfuerzo posible e inclusive discutido vanamente en mi hogar por defender mi posición. Sin embargo esa ilusión se hace larga, se queda solo ahi, en ilusión. Ella habita ya en mi mente y no ve concretarse. Y temo que suceda lo que ya me han aconsejado: que termine por frústrame la vida, dejándome una herida de muerte en el alma y ,lo peor de todo, comprometiendo a una mal momento a mis futuras generaciones. Pero dejar de ilusionarme es algo que no me convence, algo que podría pensar en hacerlo- o al menos tratar de hacerlo- pero que se que no lo podre hacer y, quizás, por eso evitaría el esfuerzo de querer dejar lo que no dejare. Necesito vivir ilusionado, necesito tener motivos por los que quiero vivir, necesito saber que mañana mas tarde las cosas cambiaran para mejor. Además en estos días festivos aquí en mi país- fiestas patrias- no es justo mostrarme ante mis seres queridos con una cara de preocupación ni, mucho menos, mostrarme así, a mi mismo, cuando me mire el espejo mientras me aliste para los festejos respectivos por estas fiestas.
Quisiera dejar las ilusiones y vivir de realidades, quisiera calcular lo que sucedera en mi vida , empezar a meditar a intercambiar ideas conmigo mismo. Todo esto que se hace propicio en estas noches frías de invierno aqui en mi pais.Si, esos momentos n la que uno se sincera consigo mismo y no para hasta terminar aceptando con valentía lo que le depara el futuro. Ahí donde no quepa la palabra desdicha, ahí donde solo alcanza la sinceridad. Se leería feo una escritura asi : que desdichado soy porque me toca vivir todo eso. Pero que valiente, digno y ejemplar se leería: acepto mi destino, tratare de variarlo aunque sea un poco , pero si la vida desea que mi destino continúe su camino , por algo será. Pero aun quiero seguir estando ilusionado, aun quiero tener en mi mente esa película en la que me veo cumpliendo todos mis deseos, feliz y contento. Necesito creer que las cosas saldrán como las espero; mi juventud me permite ser un ilusionista, pensar en muchas cosas que aunque suenen imposibles pueden estar dentro de el rango de las posibilidades de poder alcanzarlas. Parece ilógico, hace mucho tiempo estoy en duda de que si la ilusión que tengo en mi por eso que hasta hoy no alcanzo me llevara a la frustración .Sin embargo ese mismo tiempo es el que tengo de haber cargado sobre mi espalda una nueva ilusión, una nueva esperanza que está creciendo en mi mente y que me lleva a tener los sueños más hermosos e inigualables que he tenido en toda mi vida. Pues llego a la plenitud de ellos cuando ambas ilusiones se cumplen en un mismo sueño; esas dos cosas que ahora las tengo pendientes, y que se hacen realidad en mis mejores pensamientos, sea dormido o despierto. Aparecen resueltas ahí, y eso me llena de felicidad, de placer . Debo cuidarme de las ilusiones, al menos de la última que he subido a mi cabeza ; ya que trae consigo un maravilloso final que conscientemente pienso que puede convertirse en un final catastrófico y que promete manifestar la frustración de la que tanto me hablaron y de la cual hasta hoy me hago el ciego para no verla venir. Cuando suenan los relojes, cuando veo los calendarios como corren y cuando celebro una nueva despedida del año; es el momento en que mas me sirve vivir ilusionado. Es como una inyección que me pongo para prevenir o combatir cualquier síntoma de tristeza por saber que no cumplí lo que planeé, para descubrir que hay más horas, más días y un nuevo año para hacerlo.
La ultima ilusión de la que he hablado, llego a mí sin querer. En realidad yo llegue a el lugar en donde nació esta sin esperarla, sin tenerlo pensado. E inclusive como cosa curiosa de la vida creí que el lugar, que deje para migrar a el otro, era incomparable a lo que encontraría más allá. En aquella zona en la que muy pocas veces me atreví a caminar y por la que hoy me atrevo a madrugar con tal de llegar temprano ahí y seguir alimentando mi ilusión. Precisamente el silencio que está empezando en esta tarde, en la que todos quienes viven en esta calle toma una siesta por el frio que soporta nuestra ciudad, me devuelve a la realidad. Me hace bajar a tierra y me advierte que la frustración puede estar a la vuelta de la esquina. Pero igual quiero seguir ilusionado, quiero seguir viviendo una telenovela en mi cabeza y quiero seguir soñando con un final feliz. Por otra parte están aun las ganas para que mis ilusiones se conviertan en una realidad, estoy yo con el mismo entusiasmo para seguir luchando por que se cumpla lo que añoro de hace tiempo y esta la chance que, como en el mejor de mis sueños, se cumplan las dos ilusiones. La ilusión antigua- que huele y a una utopía- y esta nueva ilusión a la que le estoy poniendo tanto empeño que sospecho podría correr mejor suerte que la anterior. Ahora si me voy a tomar mi siesta, a echarme a la cama y abrigarme bien para seguir ilusionándome y soñando. Porque después de todo en esta vida cualquier argumento es válido para siempre sonreír.
pAnChO

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