Si
salgo de casa y veo lo que antes veía en esta misma fecha, el año pasado, me
parece como si todo eso fue ayer, y me preocupo porque el tiempo pasa tan
rápido y no deseo llegar al próximo año con el mismo sabor de que hay muchas
cosas que no he logrado realizar. Es así que en mi mente empiezan un montón de preguntas,
y surgen las respuestas más insólitas como producto de la desesperación por
querer justificar las cosas, que en realidad son parte del destino. Tengo la
duda de que si las metas que nos trazamos al empezar un nuevo año, son las que en realidad miden nuestro buen desempeño del año, y por
consecuencia nuestra ´casi casi felicidad’. Soy consciente que debemos de poner
de nuestra parte para que nuestra vida mejore, pero también sé de qué hay
circunstancias que se van presentando en el camino, las cuales pueden soplar o
no a nuestro favor. Si se logra el objetivo, estamos contentos y satisfechos, e
inmediatamente nos trazamos nuevos objetivos para el año que viene. Quienes no
alcanzamos el objetivo- es muy loco el trazarnos nuevos objetivos-seguimos aspirando
a lo que aún no hemos alcanzado, y de seguro mentalmente nos comparamos con quienes
están a nuestros alrededor y que si han alcanzado lo que se trazaron. Muchos
años he intentado entender todo esto de fijarse metas, y cómo afrontar la vida cuando
no se cumple lo que uno desea. Para mi es todo un misterio, o al menos a mí me
parece así, el poder tener todas las herramientas, con que alcanzaremos
nuestros objetivos, están en nuestras manos. Aunque en estos últimos años he
encontrado cierto camino para poder salir airoso de todo esto, siempre me
alcanza la conciencia y se me hace difícil el no sentirme mal por lo que no he
realizado en el que año que está por terminar. Al final, alcanzo la
tranquilidad pensando que si las cosas no sucedieron, era porque el destino lo
quiso así; además que hay otras cosas que si se cumplieron, pero muchas veces
no sabemos cuáles fueron, y si nos ponemos a analizar detenidamente los 365 días
que vivimos del año, encontramos un montón de logros, ya sean pequeñitos,
pequeños y grandes; y de seguro todas ellas nos provocaron satisfacción en ese
momento y la sensación que hemos avanzado. Si la vida está llena de momentos,
entonces ya hemos vivido y hecho bastante en el año que se va. Pero quien
comprende eso, si a veces nosotros mismos no lo comprendemos y no lo tenemos
presente en cada día de nuestra vida
Esta
vez solo me trazare dos metas para el próximo año, y sé que son asequibles de
cumplir y también el pilar de todo lo bueno que viviré por el resto de mi vida.
A eso dos puntos pondré todas mis fuerzas, y sé que lo demás caerá por su
propio peso, y si nos es así: con esas dos cosas que haya alcanzado, yo me doy
por ´casi casi feliz´
Luego
de la Navidad que es una fiesta donde también hace su aparición la depresión,
le sigue el Fin de Año, que es otra fiesta donde también nos entristecemos y
nos reprochamos por todo lo que no se hizo.
Sigamos
siendo nosotros mismos, quizás con un poco más de sacrificios, pero nosotros.
No olvidemos que las ilusiones nunca son buenas consejeras de lo que debemos
hacer en la vida, como tampoco casos de hombres exitosos; porque lo que
funciona para otros, no siempre puede funcionar para ti. Trabajar, estudiar son
buenas opciones de vida, pero de nada nos sirven si vivimos comparándonos con
los demás y exagerando el tiempo que le dedicamos a todo eso con el objetivo de
superar a otros.
Feliz
Año Nuevo!
pAnChItO
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