Te
sientes pésimo de ánimo, y tú sabes que no puedes echarle la culpa a nadie,
porque todo lo que te sucede es a causa de tus decisiones y actos. Te da algo
de alegría el saber que -siquiera-has madurado, pues ahora ya sabes que no
tiene sentido el lamentarse frente a los demás por lo que te sucede. Sabes que
no es bueno el dar lastima. También, comprendes que lo que te sucede, si bien
es serio, tampoco es para morirse; peores cosas suceden en la vida y somos lo
suficientemente inteligentes y fuertes como para aguantarlo. A veces, no es
necesario el llegar hasta tal punto de depresión en que debas de recurrir a
ayuda especializada, pero si es así: no dudes en que has tomado una buena decisión
en acudir a uno. El madurar debe de implicar el hacerlo en el mayor porcentaje
en que se pueda hacerlo, y en todos los aspectos. El madurar nace de todo esto que estás viviendo,
y que no es agradable, pero debe de enseñarte en no cometer los mismos errores
en una nueva oportunidad que la vida de seguro te va a dar. Ahora si me
preguntas, ¿Cuándo llegara esa oportunidad? Pues, no lo sé, pero te llegara tu
oportunidad. ¡No dudes! Hoy, y como debes hacerlo siempre en estos casos:
mantén tu mente ocupada, no vale la ociosidad, porque de seguro terminaras
pesando en lo mismo y la depresión se volverá a apoderar de ti. Recuerda que
todos tenemos días malos, pero la vida -así como nos presenta estas
dificultades-también no ha enseñado en cómo hacer para no pasarla del todo mal
en estos momentos. Confía en las circunstancias que hay en tu alrededor: confía
en los tramites que has iniciado, confía en que el tiempo que se tomara el
destino para mostrarte otra vez el camino de la alegría, será corto; pero sobre
todo, confía en ti mismo. Siempre piensa y cree que esto que te sucede es parte
de la vida, que es parte de tu destino, y es parte de una gran enseñanza que te
valdrá para toda la vida, y que con el pasar de los años-te aseguro- dirás que
todo lo vivido no lo cambiarías por nada. ¡La experiencia vale tanto!
Por último,
no te preocupes si por momentos vuelven los fantasmas de la tristeza, si esta
otra vez toma parte de tu mente. Siempre piensa que los malos momentos será
solo un rato, y más tarde todo pasara y veras que estas vivo. Para estas fechas
de fiestas tenemos una misión, y esa es de tratar de sonreír así las cosas no andén
bien del todo; pues la Navidad es un pretexto para salirnos del libreto que nos
exige la vida- ese de actuar con seriedad- y tener la libertad de andar con una
sonrisa por todo lugar y si podemos el pegar un salto de alegría. Recuerda que
lo haces por ti mismo y por un niño que está a tu alrededor, que si no te
contagia la magia de esta fecha, al menos, tu no debes contagiarlo de tristeza.
Feliz Navidad!
pAnChItO.
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