martes, 31 de mayo de 2011

Chorros de agua fría

La mañana de ayer aquí en mi país, y en pleno día de domingo de descanso y festejo, esta no empezó dando motivos para festejar. El reloj marcaba las 6 y 10 minutos de la mañana, cuando escuche que alguien aparentemente se duchaba en el baño del segundo piso, lugar donde se encuentra mi habitación. Me pareció extraño que esto suceda: ya que mi hermana que duerme en esta misma planta de la casa, y por tanto utiliza el mismo baño, ayer no trabajaba tan temprano. Por lo que estaría durmiendo y no duchándose. Estaba muy cansado como para levantarme de la cama y averiguar qué sucedía ahí, y entre sueños me dije a mismo: que si un ladrón entraría a casa no lo haría al amanecer, ni mucho menos a tomar un duchazo o a robarnos unos litros de agua. Salvo que sea un ladrón muy limpio e impecable en su aseo personal. Algo, que a mi parecer, sería digno de ser felicitado. Pensé en la posibilidad de que de repente se trataba del muchacho que vive en el tercer piso. Que luego de haber celebrado el día sábado hasta estas horas del domingo había llegado a tomar una ducha muy temprano como para enfriar la cabeza. Y como son pisos contiguos, lo sentía como si lo estaría haciendo en el mismo piso en donde habitamos mi hermana y yo. Cualquier explicación a semejante ruido de los chorros de agua que impactaban en el piso del baño era válida para volverme a abrigar con las tres frazadas con las que duermo y seguir entregándome al profundo sueño del que disfruto por ser un día domingo. Mama, quien escucho también los ruidos propios de una regadera de ducha, subió al segundo piso y se percato que el ruido no venía precisamente del baño, sino del cuarto en donde tenemos la terma de agua caliente. Para nuestra desgracia, esta se había picado. Por lo que el agua se estaba fugando a través de los orificios en gran cantidad. Ella me despertó rápido. Al enterarme de lo que sucedía me asuste, pensé que se inundaría el primer piso y los cables de luz que pasaron por ahí. Salí rápido de la cama y cerré todas las llaves del agua. La fuga del agua de este tanque empezó a parar de a pocos. Papa quien ya se había levantado me ayudo a secar el piso donde había caído el agua. Después de una hora logre succionar toda el agua apuro trapo exprimido. Para nuestra fortuna los cable de luz que pasaban entre el primer y segundo piso de de la casa no se habían mojada porque estaban revestidos con tubos especiales. Solo se mojaron algunos adornos navideños y muchos cuadernos y hojas de apuntes de la época universitaria de mi hermana y de mí que guardamos en ese cuarto de depósito. No pude dormir un poco más, pero al menos, ya que todos estábamos despiertos, esto se convirtió en un pretexto para tomar desayuno todos juntos como no lo hacíamos hace tiempo por cuestiones de tiempo. En la mesa decidimos reemplazar inmediatamente la terma de agua, ya que era un delito en esta época de invierno bañarse con agua fría. Pensé que todo estaba solucionado, que este pequeño acontecimiento no había pasado a mayores y que hoy mismo en la tarde nos estarían instalando nuestra nueva terma de agua que era para mí algo imprescindible. Cuando pasaron un par de horas, y luego de haber limpiado mi habitación y otros ambientes de la casa, decidí ir con papa a averiguar por el costo de una nueva. Antes, al entrar a la ducha recordé al abrir la regadera que no teníamos terma, ya que sentí las heladas aguas que empezaban a salir de la ducha y que caían como látigo sobre todo mi cuerpo. No me quedaba otra que asearme, que refrescar mi cuerpo, que quedar impecable para otro día de celebración. Sentí una electricidad en todos esos minutos de tortura bajo la caída del agua fría, sentí claramente que mis fosas nasales me advertían de un posible resfrió. Pero, lo que más sentí es que todas mis fantasías, todas mis imaginarios e imposibles proyectos que tenía en mi mente y que solía recordarlos para afinarlos y darle los últimos detalles y así, se conviertan en realidad, se iban esfumando o mejor dicho, se mostraban ante mi tal como eran: ilusiones que podían llevárselas el viento, o mejor dicho, un buen chorro de agua helada. Ese duchazo me hizo poner otra vez los pies sobre la tierra. Luego de recorrer muchas griferías con papa, nos decidimos por una terma. Tuvimos suerte que un día domingo las tiendas especialistas en esto estén abiertas. Pero no tuvimos la misma suerte en lo que se refiere a la instalación. Ya que esta demoraría un día, mas este día que no se cuenta por ser domingo, sumarian dos días más de bañarse con agua helada, de exponerse a un resfriado y, en mi caso, de retornar a la realidad. Acepte que me espera un par de mañanas más bajo el castigo del agua helada.
Me desperté el día de hoy con la intención de visitar una oficina en el que creo encajara mi proyecto. He regresado de correr alrededor de le parque bastante optimista, estoy seguro que mis sueños se realizaran de a partir de hoy luego que me reúna con esos señores. Entro de inmediato a la ducha para tomar un baño e irme. Abro la llave del agua fría y cae sobre mis esos chorros de agua helada que me hacen temblar. Otra vez regreso a la realidad. Pienso que las cosas ya no saldrán como siempre inocentemente yo creo que van a salir. Ese proyecto que tengo en mente no va a prosperar si lo sigo mirando desde el punto de vista de un sueño, si sigo creyendo que se superare esa maldita contradicción de que un sueño nunca se hace realidad .La formula debo cambiarla, debo mirar otros horizontes, debo pisar tierra.
También, el agua helada sobre mi espalda me hace pensar que las cosas con ella no funcionaran, que es una locura creer que algún día vaya yo hacia allá y, mucho más difícil, que ella venga aquí. Decido olvidarla, prefiero pensar en otra persona, en alguien que esté más cerca.
En fin, rompo con todas esas fantasías que llevo dentro de mí, planeo algo más realista antes de salir a aquella oficina. Mi futuro quizás este en otra dirección. Muchas veces hasta el día de hoy, evite ir por ese camino que me llevara posiblemente al éxito, ese camino hacia la realidad. Ese momento de afrontarme a lo que es el mundo y a cual es mi situación. En cuanto a ella, cada día me ilusiono más y cada día también me alejo más de la realidad. En cada sueño me veo más cerca de ella y creo esta noche no será la excepción. Felizmente mañana aun no tendremos la terma de agua instalada. Por lo que me volveré a bañar con agua helada, y volveré a pisar tierra y sabré que hay cosas que solo son ilusiones.


pAnChO

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