lunes, 9 de mayo de 2011

VIEJOS AMIGOS

Cuando le pedí que tocara una canción en el piano. No imagine que tocaría esa canción, esa que me trae tantos recuerdos. Sobre todo en un día como hoy. No puedo aceptar hasta hoy que esa canción me afecta tanto; que me trae tantos recuerdos, y que, quizás, siempre lo hará por el resto de mi vida cada vez que la escuche. La canción es hermosa-muy aparte de lo triste que signifique para mí- , por lo que seguí escuchándola mientras miraba sus lindos dedos sobre el teclado de ese enorme piano.
Con una sonrisa la miraba tratando de disimular la emoción que sentía al escuchar la canción y, también, el amor que sentía al contemplarla sentada ahí tocando para mí.
Lo bueno siempre de estar con ella, es que hay una confusión entre el amor y la amistad que si lo pienso conscientemente puedo determinar que es pura amistad. Pero en ese momento deseaba ser el hombre más inconsciente del planeta para así poder mirarla como a mi futura chica. Creo que ella siempre ha sospechado que la miro con ojos de amor, con ojos de una felicidad que me produce que vas más allá de nuestra amistad. Pero siempre se ha mostrado ante mi tan prudente, y a pesar de esa confianza que existe entre nosotros; ese tema de que si yo estoy o no enamorado de ella no lo hemos tocado y posiblemente nunca lo hagamos. Verla como a la mujer de mi vida y soñar por un rato en un gran futuro juntos me alienta a seguir peleando contra ese pasado triste que ella sin la menor intención trajo a mi mente al tocar magistralmente con su piano esa canción.
He aceptado a el destino y con él, algunos hechos que no me parecen merecidos, pero, en fin, por algo son así las cosas .Aunque muchas veces debo de reconocer que - en un ataque de entusiasmo y de ganas de gastar fuerzas en vano- he querido que las cosas cambien su curso, que el destino se vuela a escribir y nosotros podamos tener nuestra oportunidad. Felizmente me asalta esa experiencia y madurez que he ido adquiriendo con el pasar de los años; con esos golpes que me dolieron pero no acabaron conmigo, y piso tierra de nuevo y valoro lo que tengo, lo que puedo conseguir; y se respetar lo que nunca tendré. Valoro eso común que tenemos ambos, ese motivo que nos une a pesar de la distancia y las circunstancias: nuestra amistad. Esa que se ha forrado de un material indestructible y que nos pone a prueba cada día para luego salir airosos pensando en seguir siendo amigos aun cuando la distancia podría indicar lo contrario.
Ella desconoce- y siempre será así-que esa canción, que toca con sus delicadas manos y que la entona con su melodiosa voz, me pone tan triste porque simplemente me transporta a aquel año en que aun no la conocía y que si conocía a otra persona que dejo de ser mi amiga para ser mi enamorada y que luego me decepciono y paso a ser nadie para mí. Estoy seguro que si sabría de mi historia, de esa historia en donde me rompieron el corazón y mi sufrimiento tenía como cortina musical aquella, dejaría de tocarla e inclusive buscaría una en su repertorio que me haga feliz. Pero que tan grande error yo cometería al contarle esa historia que solo terminaría oscureciendo cada momento iluminado que paso con ella cada vez que nos encontramos y en el cual tenemos la misión, la necesidad de hablar de cosas alegres. Sé que volverá a tocar esta canción otras veces más porque por curiosidades de la vida es su favorita. Imagino lo devastador que seria para ella el enterarse que esa canción es la que me entristece. Pero que paradójicamente, si la toca y la canta ella despierta en mi una pequeña sensación de felicidad al saber que la encontré al año siguiente de haberme decepcionado de aquella muchacha de la cual gracias a Dios hoy no sé nada.
Como es el destino, cuatro años después de aquel día en que pensé que empezaba mi felicidad, pero en realidad empezaba mi calvario; estoy aquí en este hotel mirándola tocar el piano, conversando de lo que será su presentación hoy por la noche en la embajada de su país. Olvidándome de todo y de todos para concentrarme en contemplarla en esa tarde fría en aquella habitación con vista al mar.
Hablamos de las circunstancias al azar, esas mismas que hicieron que nos conozcamos. Esas que explican porque nuestra amistad fluye de esa manera, que a pesar que parece que por momentos se puede atascar, supera el obstáculo y sigue el trayecto para convertirse en un futuro en una vieja y solida amistad.
Ahora me siento más tranquilo, estoy como si hubiera ingerido una pastilla que me hace sentir bien, que me da calma, que me quita esa ansiedad de no poder ser completamente feliz. Lo bueno de encontrarme cerca de ella, a parte que me da toda esa tranquilidad que necesito, es que compruebo que los buenos amigos existen y que ellos siempre están para nosotros aunque a veces la distancia no haga tan fácil su aproximación. Ese momento en que ella deja de descansar para conversar conmigo es tan valioso para su carrera, para su trabajo y para su vida. Pero lo es aun mas para mí. Porque son los minutos más felices en muchos días que he pasado de tristeza. Veo mi reloj y me doy cuenta que es hora de retirarme. Le digo que no podre quedarme al concierto, que el trayecto a casa es largo, que cuando termine el show será muy tarde para abordar un taxi. Pero me muero por escucharla, por eso estaré presente en el próximo que realice en la embajada de mi país allá en su país. Sonríe, me comprende, me toma la palabra y con su linda sonrisa me compromete a cumplir mi promesa de viajar a visitarla el próximo año. Nos despedimos, ella me dice : “espera volverme a ver, pero esta vez en su ciudad”. Sonrió, y le digo que así será. La abrazo y ahora si me retiro.
Cuando bajo dentro del ascensor hacia el primer piso me pongo a pensar si en realidad alguien podría comprender que no esté en su show, que siendo su amigo no me quede a presenciar su presentación. Pero solo ella puede comprenderlo, solo ella sabe que no puedo hacerlo, que me muero de ganas , pero no es muy seguro salir tan tarde a casa.. Llegando a primer piso antes de salir del hotel, recibo un mensaje vía teléfono donde me dice: “esta noche extrañare que no estés sentado en primera fila viéndome cantar. Pero sé que es muy lejos para volver a casa cuando acabe mi show. Así que te espero el próximo año en mi show allá en mi país y luego juntos volveremos a casa”. Sonrió y me siento contento de ser su amigo y de saber que me espera el próximo año y que yo con todas las ganas de el mundo abordare otra vez un avión solo para volverla a ver y abrazarla y decirle:”somos buenos amigos”


pAnChO

No hay comentarios: