martes, 29 de marzo de 2011

Mí querido tío

Hoy se cumple 20 años desde tu partida, y en todos estos años que han pasado ha sido imposible no hablar de ti cuando estamos reunidos en familia, cuando mama nos cuenta de tantas anécdotas que vivió junto a ti y, sobre todo, cuando hablamos de lo cuan arriesgados a veces hay que ser en esta vida para poder alcanzar nuestras metas. Lo poco que recuerdo de ti, lo recuerdo como un ejemplo de vida. Ya que puedo dar certeza que eras un hombre de mente positiva, con muchas ganas de triunfar y sobre todo con un corazón tan noble con sus padres y con los demás, tus familiares. Mama siempre nos cuenta de que tu meta fue llegar a “Los Estados unidos” por mejores oportunidades, y en esa peligrosa travesía de calar allá, terminaste en aquel país en el cual hoy en día vive parte de la familia, o casi todos. Esa aventura tan valiente que emprendiste hace ya 40 años, tal como lo cuentan todos, no solo resulto beneficiosa para ti, sino, también, para los abuelos y en general para todos. Fuiste un visionario, supiste que había mejores oportunidades allá afuera y lo arriesgaste todo por salir. Y con el tiempo se puede ver que la meta esta lograda. Felizmente ninguno de quienes animaste a viajar luego que el camino ya estaba hecho desaprovecho esa chance que se le presentaron por aquel destino que te atreviste a conocer. Como tú ya lo sabes, tuve la oportunidad de conocerte poco, pues era muy pequeño la única vez que viniste de visita. Sin embargo, mi hermana y yo guardamos esos gratos recuerdos de las pocas veces que tuvimos la oportunidad de alternar contigo, de conversar, de dialogar y sobre todo de salir de paseo por aquellas calles y avenidas que hasta hoy las recorro. Cada vez que mama me cuenta de ti, lo hace con una alegría de hermana que a pesar de que ya no estás con nosotros físicamente, te haces inolvidable para ella y para todos- pienso-.Al hablarme ella de ti, me identifico contigo. Me entran ganas de encontrarte y conocernos más ,de conversar todo lo que en estos 20 años no lo hemos podido hacer; ya que me veo reflejado en cada unas de tus acciones, sobre todo en esa, como dice mama: eso de andar planchando miles y miles de veces los pantalones y sacos. Pues estoy seguro que ambos tememos que la más mínima arruga nos escolte durante todo el día, nos incomode y hasta nos pueda arruinar una cita de trabajo a una cita con aquella chica que hemos guiñado. No voy a olvidar aquel viernes santo del año 1991- hace 20 años- cuando sonó el teléfono y eran mis tías para comunicarle a mama que acababas de fallecer, que esa terrible enfermedad que tanto odio como es el cáncer, te había ganado la batalla. Esa noticia significo mucho para nosotros, para mí quizás la sentencia que nunca mas volvería a ver a aquel tío divertido, de buen carácter y de gran nobleza del cual mama siempre hablaba. Aquella tarde ya oscureciendo sentí pena por tu partida, pero también por mama, porque fue una de las pocas veces que la vi sufriendo, llorando desconsolada, sintiendo que le era irreparable tu partida, ya que por lo que hasta hoy escucho de ella y de todos mis tíos, fuiste un gran hermano. Mama, papa, hermana y yo fuimos a la iglesia en aquella noche de esa triste noticia a rezar por ti. Dentro de la parroquia llego a mi mente aquella tarde de 1988 cuando viniste de visita a casa y te enseñe mi examen del colegio del curso de ingles- el cual había aprobado con alta nota-, ya que sabía que tú eras una de esas personas con habilidades para aprender idiomas y que por supuesto, al hablar el ingles, me felicitaste y me dijiste que siga estudiándolo pues algún día lo necesitaría cuando fuera al país donde vivías y adonde extendiste la invitación a todos los familiares. Esa misma tarde nos sacaste a pasear a mi hermana y a mí: compramos frutas y pasamos por el taller de zapatería para que te reparé un par de zapatos elegantes comprados en le extranjero que dejaron boca abierta al zapatero. Y por supuesto que nos demostraste todo ese cariño que sentías por mi mama que nos salpicaba a nosotros tus sobrinos. Cada vez que como un plato “arroz con pollo” en casa, me recuerdo que abuela los cocinaba con esa sazón que sol ella tenía y por lo exquisito que le salía se convirtió en tu plato favorito y estoy seguro que ella de vez en cuando lo preparada allá arriba en esas reuniones en que de seguro se reúnen los 4 abuelos junto a sus hijos que ya están por esos lares. No solo te admire por tu forma elegante de vestir, por tu buen gusto por los autos, por tu gran amor al trabajo, tu sacrifico por mis abuelos, etc. Sino, porque eras una persona A1, un hombre noble, desprendido, tan buen tío y sobre todo un gran gran hermano. Mama me conto que fuiste el primero quien la llamo el día en que nací y con una voz tranquilizadora y de tanta hermandad le dijiste que todo saldría bien, que esas cosas suceden y que no es para alarmarse, ya que era un niño robusto y muy sano. Sabía que tenías un plan, de eso planes que a veces yo también tengo para poder solucionar las cosas. Sé que si hubieras estado vivo lo hubieras cumplido, pero el tiempo te gano, de igual manera fue una idea extraordinaria, mejor solución no me podía esperar. Al final por cosas del destino, por tu partida tan rápida no viaje, pero lo que tengo por seguro era que aquí o allá yo te hubiera seguido queriendo mucho y de seguro cuando me hiciera adolescente hubiéramos hablado de tantas cosas , además de darme infinidad de consejos sin dejar de ser decente y respetuoso. En la navidad del año en que falleciste, descubrí una de tus canciones favoritas: la “ mamita” quien había venido a lima para pasar las fiestas con nosotros y así tratar de aliviarse un poco de la tan triste noticiado que tuvimos de ti a principio de año, soltó en llanto cuando papa inocentemente escuchaba música y programo la instrumental tocada por “Ray Conniff y su orquesta “ la conocida “Perfidia”, ahí supe que era tu canción , la canción de papa también y la mía desde aquella noche buena de 1991. Creo que la vida a veces no es tan justa, o si quiero dejar de hablar de injusticias, opino entonces que no siempre hay vida para vivir las recompensas .Pues con todo lo que trabajaste llegando allá y lo que hubieras trabajado si no hubieras muerto, ahora estarías descansando y viajando como siempre lo soñaste hacer y no podías por el trabajo y por el siempre hecho de ver por los abuelos. Te cuento que en mi habitación aun tengo la tarjeta que me enviaste cuando cumplí un año de nacido. Ahí me llamabas “el gordito”, jajajaja. Y tengo también una casete que grabaste hace ya 23 años cuando acababas de regresar del Perú en donde nos cuentas que la pasaste muy bien aquí en tu país, en nuestro país y que regresaría pronto aunque ese pronto jamás paso. Ahí puedo escuchar tu voz, también tenias un buen manejo de labia, jajajaja. Además, hasta ahora tengo los lentes de verano que eran tus favoritos y que por intermedio de mi tía me los hiciste llegar. También están conmigo tus guantes de cuero y ese pijama que de tanto usarlo ya luce gastado, pero para nada digna de ser echada. Tío, solo puedo decir que para todos nosotros tu siempre estarás en la tierra, porque olvidar a una persona tan buena como tu se hace imposible. Un buen hijo, un buen hermano, un buen padre y en general una gran persona ese era tu. Te confieso que me gustaría que si algún día -Dios no quiera -me pase algo, me recuerden así como a ti: como a una persona que no tenía ningún enemigo, más bien, muchos amigos. Hasta siempre tío.


pAnChO

No hay comentarios: