viernes, 18 de marzo de 2011

LA COLUMNA DE GUILLERMO GIACOSA : La burbuja y el terremoto


La jefa del Gobierno alemán, Angela Merkel, dijo que el accidente registrado en la planta japonesa de Fukushima a raíz del terremoto y posterior tsunami que devastaron el país asiático “han cambiado completamente la situación global”. Y agregó: “Estos accidentes demuestran que lo que creíamos imposible es posible y los riesgos que considerábamos improbables, no son tan improbables”. Si pensamos que quien encabeza la cuarta economía mundial está rodeada de asesores que, a su vez, tienen los suyos propios y que estos están en contacto con el mundo científico e intelectual, no es dable pensar que creían imposible que sucediera lo que sucedió. Se trata, una vez más, de la imposición de intereses económicos que son quienes deciden, hasta que ocurre una tragedia, lo que es posible y lo que no es posible. Es necesario un drama de las dimensiones del que se está viviendo en Japón para preguntarse, independientemente de los cálculos económicos, si emprendimientos tan delicados como el manejo y desarrollo de la energía nuclear pueden escapársenos de las manos como acaba de suceder. Preguntarse también si la tecnología actual está a la altura de responder a los desafíos de las fuerzas que desatamos. No todo se reduce a cuentas felices y acumulación de ganancias.

Ambos dramáticos, aunque de naturaleza distinta, la burbuja inmobiliaria que estalló en 2008 y el terremoto japonés eran previsibles, pero la percepción deformada que impone a gobernantes y gobernados una sociedad cuyo valor supremo es el lucro, no permiten ni siquiera ver lo evidente. Vivimos tiempos de miseria y derroche, diferentes moralmente a los del pasado porque hoy hay cómo producir y distribuir para todos, tiempos que nos están conduciendo a un callejón sin salida porque hemos elegido una filosofía de crecimiento que no se compadece ni de la naturaleza ni de los seres humanos. Y la actitud y el comportamiento que de ella se desprende tienen un costo cuya dimensión la burbuja y el terremoto nos pueden ayudar a imaginar.

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