sábado, 22 de enero de 2011

ADIOS A LA COMPETENCIA

Ambos tenemos la misma profesión, ambos nos ganamos la vida de la misma manera que es trabajando en lo que mas sabemos. Y ambos, lamentablemente, tenemos planeado captar los mismos clientes; aunque siempre he pensado que existen clientes para todos. El, me ha declarado la guerra. Y yo como todo un caballero dispuesto a asumir retos le he tomado la palabra. No pienso detonar una bomba cerca de su casa, pero estoy dispuesto a responder a sus ataques inmediatamente.
Mis anuncios que he pegado en las paredes de los locales céntricos, cerca a la zona donde vivo, han empezado a desaparecer sospechosamente. Cercanos a donde estaban los míos pegados, también estaban los de él; sin embargo, aun lucen ahí sin haber siquiera sido tocados o maltratados. Razón por lo que no puedo creer que eso haya sido obra del municipio en su afán de limpiar las paredes. Más bien, creo que la guerra empezó, que debo ponerme en guardia y demostrar mi firmeza y defensa de mi derecho a trabajar, a ejercer mi profesión y a protestar en nimbre todo esa labor de un día entero recorriendo bajo el sol las principales avenidas de mi distrito para pegar mis avisos donde ofrezco mis servicios profesionales . Me veo en la obligación de arrancar sus anuncios; busco el momento propicio para sacr unos cuantos de las paredes de la avenida principal. Mucha gente pasa por ahí, sospecho que uno de ellos puede ser alguien de su entorno que está esperando encontrarme con las manos en la masa. O a lo mejor, desde uno de los auto que están estacionados enfrente pueda que este el observándolo todo y quizás pensando en sacar un arma de fuego de su bolsillo y terminar con su más valiente competidor. Me da igual, arranco los avisos. Luego los parto en pedacitos y mostrando mi educación vecinal los envuelvo y los tiro en el tacho de la basura. Por la tarde, regreso al lugar y vuelvo a pegar avisos promocionando mis servicios. Esta vez confió que ya no serán arrancados, que él ya sabe de mi espíritu vengativo, que me tome muy enserio la guerra que el mismo me declaro. Sin embargo, al dia siguiente mis avisos otra vez no están sobre la pared. Esta vez, están regados y rotos sobre el piso. Pienso que él me está quemando el quiosco, que está haciendo todo lo posible para que ningún cliente se entere de mí, para que todos lo contraten a él y por ende yo me tenga que retirar de esta competencia.
Con todo lo que ha hecho no puedo dejar de verlo como a un enemigo, como a una persona de quien debo cuidarme y al que debo tratar de desaparecer en el momento más indicado. Ósea, cuando el haya bajado la guardia. He pensado en pegar mis avisos de nuevo, pero esta vez esconderme en algún lugar cercano para verlo a él sacarlos, y en ese momento encararlo y aclararle que esa no es la competencia de la que gusto participar. Y también preguntarle con descaro: por qué el solo quiere estar aquí anunciándose, por qué el quiere ser el único en conseguir clientes. Aunque pienso que sería en vano esperarlo, ya que nunca le veré, pues estoy seguro que debe enviar a alguien a hacer el trabajo sucio.
Pensándolo bien, el responder a sus estúpidos ataques no necesariamente es pensar en exterminarlo, dejarlo fuera de carrera con las ganas de dedicarse a otra cosa. Sino, solo el demostrarle que todos podemos conseguir lo que queremos.
Como decía arriba, siempre me ha parecido tonta la competencia, me he pasado la vida pensando que no he nacido para andar en estos caminos de estar comparándome con el otro, de hacer el ridículo diciendo que soy mejor que él, o, simplemente en desear todo lo mejor para mí y pensar que el resto de gente se "joda". Solo los idiotas creen ser mejores que todos, y no faltan los adulones que aparecen en cada esquina de la calle con algún interés y que terminan elevándote hacia el pico más alto de la idiotez.; porque solo se puede estar en el máximo nivel de la idiotez al pensar que uno es el privilegiado, que uno es el hombre que ha tenido la dicha de que los dioses lo toquen con su varita mágica para convertirlo en ese insuperable, inigualable y loable al cual todos deben mirar elevando la cabeza.
Hablando de las competencias...No sé por que esas pequeñas bodegas se dejan doblegar por la competencia, por esas grandes corporaciones de supermercados que buscan y terminan trayéndose abajo a estas. Ellos se rinden fácilmente, no despiertan su ingenio, su astucia para domar al gran monstruo que son las grandes cadenas de supermercados. “No abandonen sus pequeñas tiendas por que ven en el otro una desmesurada amplitud en tiendas, una gran publicidad e inclusive los mejores precios. La vida está llena de lucha, esta adquiere sentido cuando las cosas se van complicando, cuando no tenemos lo que queremos tan fácilmente, sino, cuando lo conseguimos con sacrifico”. Es lo que puedo decir.
Que historias podríamos contar de aquí a muchos años si nunca hemos tenido complicaciones en nuestra existencia, si nunca hemos dicho: “ahora que hacemos, como resolvemos esto, como podemos poner a funcionar nuestro cerebro en un porcentaje mayor a el que siempre lo hacemos” Por eso creo que no hay enemigo más feroz que ese que te vence porque tú te das por vencido sin que él haya hecho su máximo esfuerzo por verte tendido sobre la lona. Aunque suene irónico, uno no debe morir de manera instantánea, sino debe morir de la manera más larga; atacando hasta el final al enemigo, hasta el último segundo de vida lanzando dardos y viendo como estos dan en el blanco; y solo así alegrarse a pesar que se acerca el final.
Por todo esto, hoy he decidido seguir en la lucha contra este mal colega que solo busca atrapar a todos los clientes sin importarle que todos tenemos derecho también a prestar nuestros servicios. Le hare una competencia de altura, no recurriré mas a esos actos matonescos de arrancar anuncios. Ahora, he decido añadir un plus a mis servicios, algo diferente, algo que siempre tuve en mente y que hoy siento -como amerita la ocasión- de usarlo como arma de combate; como un elemento que le dara distincion a esta guerra. Que la convertira en una competencia decente,y sobre todo, una invitación a desarrollar el ingenio como un aliado para ganar al otro si de eso se trata la competencia. Aunque sigo pensando que hay público para todos.
pAnChO

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