Hoy
es una fría noche, aquí en Lima. Acabo de terminar de ver la telenovela junto a papa y mama. Esta
producción televisiva estuvo divertida, presenta un buen argumento. Por eso me
tiene atrapado esa historia. Gusto de esos argumentos donde no todo es color de
rosa; pero en donde tampoco estos malos
momentos tienen que durar una eternidad.
Mi
día estuvo terrible: “anduve mal con la gripe”.
En
todo momento me sentí morir. No te miento, llegue a tener fiebre, la garganta
me dolía; tanto así que ya no podía pasar alimento. Creo que no solo me sentía morir, sino que
quería hacerlo para no soportar más el dolor. Toda la vida he odiado estar con
gripe, porque esta me anula, me entierra en mi habitación y me hace pensar que la vida no vale nada si es que estas
enfermo e indispuesto para hacer cualquier cosa. Pero felizmente ahí estuvieron papa y mama para aliviarme de aquel problema que, con
mucha alegría, ya veo que se está terminando. Ellos me vieron tan mal que cada uno recurrió a lo mejor
de su gran lista de medicamentos que tienen en casa: papa saco de su caja fuerte aquel jarabe que él toma para botar la flema de la garganta;
y mama esas pastillas para la infección que se las da a mi hermana, cuando ella es víctima de la gripe que le produce el aire acondicionado que usan en su oficina.
Ambos me fueron efectivos. Debí, desde un principio, consultar con ellos y no tomar esas medicinas que me recomendó la señorita de la farmacia del
centro; las cuales, creo yo, agravaron más mi situación de salud. Por ambos
efectivos medicamentos es que ahora no
tengo sueño, porque que ando de mi habitación al lavatorio del baño para
botar todo esa flema verdusca que era la culpable de mi malestar en el día. Además,
que tampoco podría pegar los ojos porque que el vecino del costado, en pleno silencio
de la noche, está hablando en voz alta con su hijo, quien vive fuera, vía la
internet. Su hijo, un joven a quien
conozco desde que es un niño, y que hace
menos de 6 meses dejo el país con una carrera técnica bajo el brazo y, por lo que le cuenta su mama a mi mama,
ahora le va muy bien allá en los EE.UU. país donde ya se radico. Te cuento algo
de él, porque al saber su historia allá
afuera, me produce la sensación de
felicitarlo y decirle que lo admiro por su valor de haber estudiado lo que tanto le apasiono
y tener el coraje de dejar el país para
cumplir su sueño. Cosa que en mis épocas de recién salido del colegio nunca
intente de hacer, y por lo cual siempre
te dije que no pude cumplir mi sueño de
estar trabajando ahora en una cadena internacional de noticias.
Algo a lo que tú siempre me aconsejaste de la manera más oportuna y practica: “Dios
sabe porque hace las cosas. Si estaría
por allá, jamás te hubiera conocido por acá”. Algo que calmo mis pasados
anhelos y que hoy solo lo veo como algo
que hubiese podido ser y no fue, para mi bien.
Ves
que
no puedo dormir. Y de seguro papa y mama tampoco, por los fuertes tosidos que hago
para arrancar toda esa flema que me tenía fastidiado. Y ni qué decir del
vecino, a quien de seguro no lo dejo
conversar con tranquilidad. Bueno, quien le manda a estar también enganchado con la novela, por lo que espera a que esta termine para llamar a su hijo para comunicarse vía Skype. Sabes que por ese medio se ven los rostros al conversar.
Pareciera como si estuvieramos frente a
frente con quien conversamos. Ahora se me viene la idea que nosotros podríamos utilizar
este medio. Así, vería tu sonrisa en vivo y en directo. Si deseas avísame para
hacerlos, ya que extraño el ver tu
rostro hablándome, sonriéndome o guiñándome el ojo. Eso sí, espero no te animes
en estos días, porque luzco más feo que
nunca, ya que estornudo todo el día y mi nariz esta roja. Además, te confieso
que con eso de la fiebre y mi malestar general, no me lavo la cara desde que lo
hice antes de la hora del almuerzo. Pero como te contaba, ya estoy mejorando. Así,
que esta gripe partirá del todo en tres días.
Bueno,
he dado tantas vueltas y aún no he encontrado el valor para escribirte del motivo
de esta pequeña misiva. En verdad, al
pensar que hoy me iba a morir por esta gripe tan agresiva que me cogió, creí
que debería comunicarme con todas las personas a quienes quiero. Y ya sabes que estas estas entre ellas. Pensé que como muchas veces
ya no abres a diario tus bandejas de entradas de correo electrónico, por lo cual no te enteras quienes
te escriben, era mejor publicar esta en mi blog. Así , también, lograba publicar algo para esta
semana y estoy seguro que tú de todas
maneras lo leerás, porque de muy buena fuente sé que todas las semanas revisas
este espacio. Algo que me honra y me hace saber que siempre me tienes presente. Pues fue a ti a la segunda persona que le conté que tenia mi blog y en el escribía tantas cosas que pueden parecer alucinantes, pero son parte de la vida real.
Aunque
no lo creas, gracias a esto de la gripe-
algo bueno tenía que encontrarle al odiado virus- me senté en la sala de la
casa, después de mucho tiempo, y coincidí
con mi hermana, quien acaba de volver de
viaje. Entre conversación me contó que para esta mitad de año las agencias
aéreas hacen descuentos en los tickets de avión para cualquier ciudad del continente. Lo primero que se ocurrió fue el
visitarte. Le pregunte a cuanto saldría
un pasaje aéreo a tu ciudad. Ella lo busco en su ‘pc’, y resulto ser un precio asequible
para mí. Te doy pues la noticia: me voy a visitarte, a reencontrarme con la ‘casi
casi felicidad’ .Aunque como a ti te gustaría que lo escriba, ‘la felicidad’.
Algo que siempre creo no se alcanza del todo, aunque contigo yo creo se puede
alcanzar. Más detalles, te lo cuento por mensajes. Solo quería agregar que no hay nada
como estar con la gente que uno quiere en los momentos en que la salud no está
bien del todo: papa y mama dándome las
medicinas; mi hermana con sus buenas
noticias de los tickets de avión a buen precio; y tú, que apareces en mi mente animándome
a realizar este viaje para verte y, quizá, concretar o que nunca pude hacerlo . Bueno, ya estamos pasando la medianoche por aquí,
y me voy a dormir. Soñare contigo como nunca lo deje de hacer. La gripe ni la fría
noche podrán con la ilusión de volverte a ver.
Ciao,
ciao.
pAnChItO.
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