martes, 1 de junio de 2010

La felicidad ja ja ja ja

Fue uno de esos días de trabajo fuerte en la mina, que por fin acabo, para lamentablemente empezar otro al día siguiente, y eso si, muy temprano. Luego de la cena, de regreso a mi habitación, con las ganas de echarme a dormir de corrido hasta que sean las 5 y media de la mañana del día siguiente, que es la hora en que nos levantamos para empezar un nuevo una nueva jornada laboral. Confieso que una de las cosas que me gustaba del trabajo era su comedor; y no porque esté construido y acabado a todo lujo, sino por la deliciosa comida que preparaban ahí, y las grandes porciones que nos servían. Por lo que me era imposible en aquella, luego de haber cenado como un rey, retornar a mi habitación y enseguida echarme a dormir; debía dejar que digiera la comida. Y la mejor manera de hacerlo era distrayéndome escribiendo un mail a mi familia, aprovechando también la relativa tranquilidad de la noche en el campamento minero. Cuando estaba a punto de escribir el email: escucho gritos, una discusión entre dos personas que no logro identificar de que lugar viene, solo oigo que discuten un hombre y una mujer. Y tiene que ser, de seguro, una pareja que están en ese intercambio de palabras que siempre terminan siendo desafortunadas; puede que por celos, dinero, la suegra-en el caso del varón-, que se yo. Insultos bastante hirientes de ambas partes -escucho -, y el lloriqueo de la voz femenina, como increpándole algo a su pareja. Al pasar los segundos y minutos noto que se incrementa el grado de discusión, y así no puedo concentrarme en escribir el email que había planeado hacer. Todo esto me parece tan fastidioso, y no solo porque el ruido no me dejar pensar que escribirle a mama y a papa, sino porque me preocupa lo que está sucediendo ahí en el lugar de discusión- que dicho sea de paso, no puede ser dentro del campamento, ya que a nadie de nosotros nos dejan ir a vivir allá con nuestras parejas- que apunta en terminar en una tragedia, pues en esas discusiones su escenario es un potencial ring de box. A pesar de todo, decido escribir el email a mi familia haciéndome la idea que no escucho nada. Me empeño en seguir con mi quehacer, pues quiero terminar esto antes que el sueño me gane y me quede a media escritura- aunque pienso que con semejantes gritos no me quedare dormido-. Hago todo por concentrarme, pero me sigue distrayendo y mortificando cada grito y cada palabra que se dicen uno al otro, y que son de grueso calibre a estas alturas. Quiero tranquilidad para poder hacer lo que tengo que hacer, aunque también quiero enterarme de lo que sucede, pues en mis manos podría estar evitar una desgracia entre esos dos desconocidos para mí- que actúan como unos desconocidos entre ellos por la forma en que se tratan. Salgo al pasadizo y me sorprende ver con que normalidad a muchos de los practicantes realizan sus actividades –aunque claro, ya no son del trabajo diario- , un par de ellos hablando por celular , unos escuchando música en su pequeño radio a pilas , dos chicos conversando en las afueras del pabellón , pese al frio de la hora y del lugar . Concluyo que a nadie le sorprende, le molesta, ni mucho menos le interesa lo que está sucediendo. Y probablemente me miran extrañados y, por que no, pensando que soy un chismoso por querer enterarme lo que sucede .Regreso a mi cuarto y los insultos no paran entre ellos; pienso que nadie es sordo, todos deben de saber lo que está ocurriendo, y quien más los del comedor para contármelo .Por lo que decido bajar ahí a tomarme un café caliente mientras me entero porque de esta discusión. Llego al comedor y los trabajadores, cocineros, mozos y demás personal esta viendo la televisión; todos juntos como una gran familia. No me atrevo a preguntarles que sucede, aunque se que ellos saben algo de esta tremenda discusión que si no fuera por la televisión y los videos de música que están viendo a todo volumen la escucharían con nitidez, y probablemente no los deje conversar. Pero a nadie le llama la atención los sonidos que se escuchan ahora; rompen vidrios, tazas, vasos y ojalas no estén rompiendo cabezas en este momento de tanta tensión. Cuando el personal de este lugar me mira, me parece que ellos me quieren contar que sucede para que yo también al igual que ellos no me inmute ante semejante escándalo que sucede. Pero al final no me dicen nada, me despachan mi café bastante caliente y me sonríen. Vuelvo a mi cuarto, estoy decidido a dormir, he dejado de lado el escribir el email, y quiero dejar de lado este fastidio por esta maldita pelea, aunque sigo pensando que esta pelea terminara en un asesinato, por lo que salgo otra vez al pasadizo. Nadie ahí dice nada, y pareciera que a todos mis colegas del trabajo les es igual cualquier desenlace para esta historia .De retorno a mi habitación mientras trato de dormir y no puedo hacerlo, llega mi compañero de habitación, quien había estado jugando Poker en otro lugar, y a el también le es indiferente todo este escándalo. Se sonríe al verme atento e impresionado de lo que está sucediendo. El se llama Ciro y es operador de una excavadora, es una gran persona, muy profesional en su trabajo y también muy perspicaz; se da cuenta que estoy con la curiosidad por saber que sucede ahí en esa discusión, y de que lugar viene. Me mira y vuelve a sonreírse. Se anima a contarme todo. Me dice bastante serio
- que son los vega, la pareja de profesores del colegio que hay en el campamento minero para los hijos de los trabajadores. Que sus peleas son continuas, y ya conocidas por todo el personal que labora aquí. Por lo que concluyo el por qué a nadie le llamaba la atención a semejante discusión. Ya que el agrega que- que esa parejas se pelan, pero no llegan a mayores- como si el hecho de golpearse e insultarse ya no sería lo peor que sucede entre ellos- pienso yo por dentro-.-Veras que a eso de la una y media de la madrugada con puntualidad dejaran de pelar- me dice mientras se queda dormido-. Son las 10 de la noche y no estoy dispuesto desvelarme 3 horas mas. Confió en lo que dice el buen Ciro y hago todos mis esfuerzos para quedarme dormido, y lo logro hacer. Me despierto la 1 de la mañana y Ciro sí que tiene razón.
La pelea ha terminado, y se siente un silencio único, a pesar que a esa hora empiezan a trabajar el personal de mantenimiento de la maquinaria pesada de la mina .Al día siguiente a las 6 de la mañana nos despertamos todos, con un frio único, nos bañamos y vamos a tomar desayuno. Cuando termino de desayunar me detengo a la salida del campamento para tomar aire y reposar la comida. Y veo pasar un “pick up” color rojo a mi costado, en ella va una pareja bastante acaramelada pues la copiloto va agarrando las mejillas al conductor mientras el se ríe. El desacelera un poco para besarla, para empalagarse más, y por que no, el hacerme sentir un poco de envidia sana al ver tanto amor entre ellos. Veo toda una escena propia del día de “San Valentín” en pleno mes de mayo y bajo el frio y la lluvia que está empezando aquí. El guardián del campamento me mira muy emocionado por la escena de amor que acaba de interpretar esa pareja y me dice con una sonrisa bastante cachacienta- que felices se les ve a los Vega. Esos profesores si que saben hacer una buena vida de matrimonio-. Me quede sorprendido mirando a el auto con ellos alejándose, y también se alejaba de mente la admiración que sentía por ellos.
pAnChO

No hay comentarios: