martes, 15 de junio de 2010

Encontrandome con la felicidad.

Acabo de encontrarme con ella, no hace ni media hora que me acerque a una tienda, de la avenida principal cerca de casa, para comprar unas cuantas porciones de mazamorra; cuando alguien detrás de mi pidió una más. Era su voz, la podía reconocer, por eso estando de espaldas sabía que era ella. Voltee, estaba detrás de mí, yo sorprendido, pues pensé que aun se encontraba lejos de aquí. Su sonrisa fue lo primero que me mostró, con eso sentí que entre nosotros todo andaba bien, que no debía extrañarme que haya aparecido aquí de pronto y, con mucha certeza, que lo haya hecho para mí. No me anime a preguntarle cuando había llegado a lima, ni mucho menos que andaba haciendo por esta zona. Pero ella siempre me ha dado tantas buenas sorpresas, que yo no dudaba que quería sorprenderme visitándome de improviso a casa- y yo feliz porque sea así- No demoro en decirme - papa y mama están en el auto, vinimos al centro comercial que esta aquí, si, me acorde de ti; también de cuando alguna vez me hablaste de la linda ropa que vendían por aquí. Y tienes razón: pensaba visitarte, pero pasando por aquí con el auto te reconocí, y no dude en bajarme y adelantarte la sorpresa. Además de todo eso agrego - No sé porque llevas tantas porciones de mazamorra, si somos 4, mama, papa, tu y yo- Al decirme eso sentí que ella era la flaca que siempre he querido y pienso querer. Su buen sentido de el humor siempre es oportuno para mi.-Le dije que soy adivino, que sabía que la encontraría, que el aire fresco de la noche me trajo su perfume, y por eso olfatee que estaba cerca , por lo que compre un par de porciones mas de mazamorra para los mas dulceros del grupo-. Ya que entre su papa y yo comeríamos esas dos demás. -Sonrió, y me invito a subir al auto para que los acompañe al centro comercial- . En realidad yo había salido a caminar, a rezar un rato a la iglesia, y después a perderme dentro un camino sin dirección que me llevo al lugar indicado a comprar unos dulces para comer con la familia y encontrarme con la muchacha más dulce de la tierra. Lógicamente no se lo dije, pero la flaca que me conoce bien- y creo que por eso la quiero mucho más - sabía que había salido a tomar aire, a pensar en tantas cosas y probablemente en ella. Me dijo que sus padres estaban esperándola, que no me preocupe, que otro día pasearíamos por ahí, que ese centro comercial cerca a casa siempre nos esperada a los dos. Comprobé una vez más que ella es una de las pocas personas que me conoce muy bien, que me comprende y , por ende, es una gran amiga, y será todo lo demás que el destino quiera que sea.- aunque para mostros el futuro ideal es por siempre ser buenos amigos. Claro que su futuro era para ella en ese momento ir a ese centro comercial a comprarse ropa, y mi futuro era terminar con mi caminata reflexiva e irme a casa a disgustar esa rica mazamorra que estaba comprando. Nos despedimos, no pudimos hacerlo efusivamente porque sus padres nos observaban, los salude a ellos lo lejos con la mano. Sentí que el abrazo y beso que ella me dio eran suficientes como para que yo espere hasta unos cuantos días cuando nos encontremos de nuevo. Y estoy seguro que el abrazo y beso que le di, era lo mejor que había recibido en el día, al menos eso me lo dio a entender con esa sonrisa que conozco hace casi dos años. Tome mi camino hacia casa, reflexione sobre lo que hice hoy, de escribir algunos artículos periodísticos, de algo de carpintería reparando en casa y de esa caminata que me llevo directo a la felicidad, ósea a encontrarla. Llego a casa me y encuentro con mi familia: mama me dice que en unos minutos estará la mesa servida, papa habla por teléfono con un familiar y me saluda con una señal. Dejo los postres sobre la mesa de la cocina. Luego cenando con papa y mama nos sonreímos los tres .Parece que se dan cuenta que me fue bien allá afuera. Y a decir la verdad no me puede ir mal, si fui a la iglesia para pedir que todo me salga bien, pero no tanto en lo económico, sino en lo más importante, con la gente más importante que son a quienes quiero. Papa y mama cenando conmigo, mi hermana que por teléfono le dice a mama que está feliz en el trabajo y finalmente me acompaña
el aroma del perfume de los cabellos de la flaca, la otra persona a quien quiero mucho, y querre. Me pongo a pensar luego que salí a caminar sin rumbo y me encontré en le camino la chica mas linda de la tierra, luego me dirigí a casa y llegue justo a la hora de la cena, para hacerlo junto con mis padres. Papa y yo nos encargamos de comer las dos porciones demás que traje de el dulce, le sonrió y me imagino que un día estaremos los tres: Don andy(el papa de la flaca ) , papa y yo comiéndonos mas porciones de dulce y tomándonos un par de botellas de cerveza. Y papa con cara de felicidad le dirá a don andy mi querido consuegro.
pAnChO

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