Había decidido tantas cosas, como casi siempre lo hacía, y tenía
el temor de no poder llevar a cabo todo eso. Soy temeroso a seguir siendo por
toda mi vida un hombre indeciso. La tranquilidad llegara a mi vida el día en que este seguro de poder
cumplir con lo que he decidido, sea para bien o para mal. Mientras tanto
siempre me atormentaran las consecuencias del no haber cumplido con lo que me
he decidido o el no haberme decidido a dejar de hacer las cosas que me hacen
daño o no me tienen cómodo en la vida. Soy un hombre mediano en edad: aun joven,
en realidad. Pero ya debo, de una vez por todas, darle dirección a mi vida, de
acuerdo a las decisiones que toma para con ella. Al día siguiente de cumplir
los 35 años, decidí pasar la noche en uno de mis Night Clubs favoritos. Esa
noche llegue al local y había un montón de bellas chicas, algunas en la barra y
otras en las mesas de consumo. Sentí que todas estaban ahí para mí, como un
regalo atrasado de cumpleaños. Pero no estaba ‘la china’, una chica con quien siempre
suelo tomar un pisco sour y cervezas negras; pues desde hace muchos años no
solo existe entre los dos una relación laboral, sino una amistad. Hablamos de
tantas cosas, pues es una mujer con mucha experiencia de la vida, y yo entre
tragos y caricias casi siempre suelo hacerles preguntas que me deja el día a
día. Entre tantas mujeres, divise a lo lejos, cerca de la barra, a aquella chica,
quien, desde hace un tiempo, me llama la atención por su belleza exótica. No me
demore mucho en acercarme y conversarle, para terminar, bebiendo con ella. Entre
varias copas de vino que le invitaba y dos botellas de cerveza negra que pedí
para mí, terminamos conversando de todo. Ambos nos abrimos como un libro. Nadie
oculto nada. Y ella, como todas las chicas de su oficio, me estudio muy bien y
se percató que era un hombre indeciso. Que, si bien recalcaba mi madurez,
acorde con mi edad, me dijo algo que me dejo pensando: “te falta decisión”.
Desde ese día eso se quedó en mi mente, pues me lo decía una mujer que sabía de
la vida. Pero no hice mucho para corregir ese error. Ha pasado un tiempo desde
ese día, y eso me ha venido atormentando, y explicando del porque muchas cosas
en la vida no me dejan conforme conmigo mismo. Pues yo siempre he sospechado
que mi mayor defecto era ese: el ser un hombre indeciso. Pero era necesario que
alguien me lo dijera sin el temor de herirme, como lo hizo aquella noche esa
bella chica. Creo que es el momento de corregir esa actitud mía. No puedo
seguir viviendo así, sintiéndome mal por hacer lo que no quiero hacer. Si deseo
algo en la vida, debo de pensarlo dos veces-claro está- pero no darle tantas vueltas
al asunto y decidir algo para después retractarme y terminar por no hacerlo.
Tomar una decisión en la vida puede ser difícil, más no hacerlo o el dudar en hacerlo,
es el peor calvario que uno puede llevar consigo.
Si estoy aquí o deseo irme, es mi decisión. El decidir qué hacer,
es analizar los pro y contras de una acción a realizar. Si no estoy allá, pues así
lo he decidido; y no hay lugar a lamentarme. Fue mi decisión.
Llevo casi 2 años pesando en una chica, en como conquistarla,
en cómo hacer para que sea mía. Los mismos 2 años en que le hable por primera
vez, y fecha en que ella fue tajante y me dijo:” no te conozco, no puedo
decirte mi nombre y no puedo seguir hablando contigo” Aun tengo esperanzas con ella,
a pesar que alguna vez en la oscuridad creo haberla visto caminando de la mano
con un hombre que posiblemente sea su enamorado o novio. A pesar de todo eso, no
me decidí a olvidarla, y sigo teniendo esperanzas en que un día me dará una
oportunidad. No me decidí a buscar a otras chicas. Falta una decisión de frecuentar
lugares donde conozca gente nueva, y quizás ahí las cosas caigan por su propio
peso y termine conociendo a la mujer de mi vida. No, yo sigo pensando en la
misma chica y mirando que el tiempo sigue corriendo sin ninguna novedad en mi
vida.
Estamos a pocos días de finalizar el año, y al ser yo una
persona indecisa me ha llevado a lamentarme, una vez más, por no haber podido conseguir
lo que he querido. No quiero seguir así, soy joven aun y puedo cambiar todo
esto que me sucede con decisiones que me permitan sentirme cómodo y peleando
por los objetivos que quiero alcanzar. ‘Nunca es tarde para cambiar’ Lo sé, y espero
el hacerlo ahora y no esperar a que pase más tiempo y seguir pasando un mal momento
al ver el calendario por estas fechas. ¡Voy a tomar decisiones! No me queda
otra alternativa si es que quiero mejorar mi vida. Sudaran mis manos y sentiré
hincones en el estómago de los nervios al tener que tomar decisiones, pero todo
eso será mejor que el vivir atormentado pensando que hubiera sucedido se
hubiese decidido hacer lo que no he hecho. Si se presentan buenas oportunidades
en el camino a seguir, habrá que aprovecharlas siendo firme en tomar decisiones
para no arrepentirse por los resultados. A estas alturas de mi vida ya no sueño
con ser un hombre exitoso en todo ámbito, sobre todo en lo económico. Solo
sueño con ser un hombre decidido y con personalidad. Creo que, con esas dos cualidades,
puedo conseguir lo elemental en la vida para vivir tranquilo. No deseo grandes cosas,
solo deseo ser ‘casi casi feliz’, y poder trasmitirles ese sentimiento a los míos.
Mi mejor regalo que puedo recibir en esta Navidad por parte
de Dios y la vida misma, es que me convierta desde ya en ‘Un hombre de
decisión’
pAnChItO
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