viernes, 8 de diciembre de 2017

UN HOMBRE DE DECISION

Había decidido tantas cosas, como casi siempre lo hacía, y tenía el temor de no poder llevar a cabo todo eso. Soy temeroso a seguir siendo por toda mi vida un hombre indeciso. La tranquilidad llegara a   mi vida el día en que este seguro de poder cumplir con lo que he decidido, sea para bien o para mal. Mientras tanto siempre me atormentaran las consecuencias del no haber cumplido con lo que me he decidido o el no haberme decidido a dejar de hacer las cosas que me hacen daño o no me tienen cómodo en la vida. Soy un hombre mediano en edad: aun joven, en realidad. Pero ya debo, de una vez por todas, darle dirección a mi vida, de acuerdo a las decisiones que toma para con ella. Al día siguiente de cumplir los 35 años, decidí pasar la noche en uno de mis Night Clubs favoritos. Esa noche llegue al local y había un montón de bellas chicas, algunas en la barra y otras en las mesas de consumo. Sentí que todas estaban ahí para mí, como un regalo atrasado de cumpleaños. Pero no estaba ‘la china’, una chica con quien siempre suelo tomar un pisco sour y cervezas negras; pues desde hace muchos años no solo existe entre los dos una relación laboral, sino una amistad. Hablamos de tantas cosas, pues es una mujer con mucha experiencia de la vida, y yo entre tragos y caricias casi siempre suelo hacerles preguntas que me deja el día a día. Entre tantas mujeres, divise a lo lejos, cerca de la barra, a aquella chica, quien, desde hace un tiempo, me llama la atención por su belleza exótica. No me demore mucho en acercarme y conversarle, para terminar, bebiendo con ella. Entre varias copas de vino que le invitaba y dos botellas de cerveza negra que pedí para mí, terminamos conversando de todo. Ambos nos abrimos como un libro. Nadie oculto nada. Y ella, como todas las chicas de su oficio, me estudio muy bien y se percató que era un hombre indeciso. Que, si bien recalcaba mi madurez, acorde con mi edad, me dijo algo que me dejo pensando: “te falta decisión”. Desde ese día eso se quedó en mi mente, pues me lo decía una mujer que sabía de la vida. Pero no hice mucho para corregir ese error. Ha pasado un tiempo desde ese día, y eso me ha venido atormentando, y explicando del porque muchas cosas en la vida no me dejan conforme conmigo mismo. Pues yo siempre he sospechado que mi mayor defecto era ese: el ser un hombre indeciso. Pero era necesario que alguien me lo dijera sin el temor de herirme, como lo hizo aquella noche esa bella chica. Creo que es el momento de corregir esa actitud mía. No puedo seguir viviendo así, sintiéndome mal por hacer lo que no quiero hacer. Si deseo algo en la vida, debo de pensarlo dos veces-claro está- pero no darle tantas vueltas al asunto y decidir algo para después retractarme y terminar por no hacerlo. Tomar una decisión en la vida puede ser difícil, más no hacerlo o el dudar en hacerlo, es el peor calvario que uno puede llevar consigo.
Si estoy aquí o deseo irme, es mi decisión. El decidir qué hacer, es analizar los pro y contras de una acción a realizar. Si no estoy allá, pues así lo he decidido; y no hay lugar a lamentarme. Fue mi decisión.
Llevo casi 2 años pesando en una chica, en como conquistarla, en cómo hacer para que sea mía. Los mismos 2 años en que le hable por primera vez, y fecha en que ella fue tajante y me dijo:” no te conozco, no puedo decirte mi nombre y no puedo seguir hablando contigo” Aun tengo esperanzas con ella, a pesar que alguna vez en la oscuridad creo haberla visto caminando de la mano con un hombre que posiblemente sea su enamorado o novio. A pesar de todo eso, no me decidí a olvidarla, y sigo teniendo esperanzas en que un día me dará una oportunidad. No me decidí a buscar a otras chicas. Falta una decisión de frecuentar lugares donde conozca gente nueva, y quizás ahí las cosas caigan por su propio peso y termine conociendo a la mujer de mi vida. No, yo sigo pensando en la misma chica y mirando que el tiempo sigue corriendo sin ninguna novedad en mi vida.
Estamos a pocos días de finalizar el año, y al ser yo una persona indecisa me ha llevado a lamentarme, una vez más, por no haber podido conseguir lo que he querido. No quiero seguir así, soy joven aun y puedo cambiar todo esto que me sucede con decisiones que me permitan sentirme cómodo y peleando por los objetivos que quiero alcanzar. ‘Nunca es tarde para cambiar’ Lo sé, y espero el hacerlo ahora y no esperar a que pase más tiempo y seguir pasando un mal momento al ver el calendario por estas fechas. ¡Voy a tomar decisiones! No me queda otra alternativa si es que quiero mejorar mi vida. Sudaran mis manos y sentiré hincones en el estómago de los nervios al tener que tomar decisiones, pero todo eso será mejor que el vivir atormentado pensando que hubiera sucedido se hubiese decidido hacer lo que no he hecho. Si se presentan buenas oportunidades en el camino a seguir, habrá que aprovecharlas siendo firme en tomar decisiones para no arrepentirse por los resultados. A estas alturas de mi vida ya no sueño con ser un hombre exitoso en todo ámbito, sobre todo en lo económico. Solo sueño con ser un hombre decidido y con personalidad. Creo que, con esas dos cualidades, puedo conseguir lo elemental en la vida para vivir tranquilo. No deseo grandes cosas, solo deseo ser ‘casi casi feliz’, y poder trasmitirles ese sentimiento a los míos.

Mi mejor regalo que puedo recibir en esta Navidad por parte de Dios y la vida misma, es que me convierta desde ya en ‘Un hombre de decisión’



pAnChItO

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