lunes, 18 de diciembre de 2017

SIGO VIVO

Aun no puedo creerlo. No es ni  casi una hora que yo ya estaría muerto, o en el mejor de los casos con la cabeza rota y las costillas también. Estoy sorprendido de la suerte que acabo de tener. Mi agradecimiento eterno, una vez más, a Dios y a todos los santos porque salí ileso de ese accidente que acabo de vivir. Estoy de descanso en Lima y, como siempre lo hago, decidí salir a  dar un paseo en bicicleta. Yo que me vanaglorio de ser un conductor ejemplar de la bicicleta, un hombre que sabe controlar la velocidad, que es prudente para transitar por avenidas concurridas de todo tipo de vehículos, pero con el único defecto de que nunca he dejado de llevar los audífonos de  puestos mientras pedaleo, aunque siempre me digo a mi mismo que lo hago con el volumen bajo para poder así sentir si algún vehículo viene detrás de mí,me ocurrió un evento.Por esta imprudencia de montar bicicleta con los audífonos puesto algo  tenía que suceder un día, y justo hoy sucedió.Felizmente, aunque parezca increíble, no termine siquiera con una mínima raspadura.El reporte de ese milagro es el siguiente.Iba paseando por una avenida en pendiente, pensando en tantas cosas y acompañándome con la buena música que llevo en el teléfono móvil, la cual la escucho con los audífonos. No sé cómo sucedió, manejaba de lo más tranquilo e inclusive haciendo una pirueta para avanzar en subida, cuando veo de reojo una sombra detrás de mí que venía a toda velocidad. No sé por qué cometí la estupidez de pegarme hacia donde vi ese aquel bulto, y casi colapso con ella. Felizmente, el conductor al percatarse del inminente choque freno como pudo y se abrió para no golpearme y seguramente arrastrarme por el pavimento. Fue así que su motocicleta perdió el equilibrio y yo vi cómo se cayó sobre la vereda. En ese momento no note de la magnitud de lo que me podía haber sucedido y solo escuchaba que aquel hombre  tirado en el suelo solo me insultaba recordándome a mi madre. Me dijo que me había estado tocando el claxon desde lejos, pero que yo no lo escuche porque estaba con los audífonos puestos. No podía decir nada, yo estaba en falta. Eso lo tenía claro. Veía que trataba de ponerse de pie  con dificultad y quise ayudarlo estirando mi  mano, pero no me acepto la ayuda. Él estaba furioso,escuche más insultos de su parte. En ese momento me dijo algo que recién me hizo imaginar lo que hubiera podio pasar: “te hubiera podido matar con mi moto” Entendí lo que había podido suceder. Recién era consciente de lo grave que hubiera sido las consecuencias de esta imprudencia de mi parte, a la vez que también pensaba que fui afortunado.Si no moría, hubiera terminado con todo el cuerpo roto y quien sabe con una lesión que me hubiera dejado incapacitado para toda la vida. Le agradecí, le quise estrechar la mano, pero seguía tan molesto conmigo que no me extendió la mano. Parece que quería golpearme, y yo que tengo un carácter de los mil demonios no me defendí; solo pensé en la suerte que tenía de estar vivo e  ileso para semejante accidente que se hubiera producido. Pude ver su uniforme de trabajo,era repartidor de una conocida 'Pollería' del distrito donde vivo y de seguro hoy domingo con mucha más razón llevaba consigo varios pedidos. Pude observar también que los paquetes que llevaba en la canasta se habían roto. Quise darle dinero para subsanar eso, pero me dijo que me largue.Debía de aceptarlo,si él no hubiera reaccionado a tiempo, no sé qué hubiera pasado. Soy consciente que soy culpable y debo de tomar precauciones para que esto no vuelvo a suceder.Hoy  muchos transeúntes me miraban, yo me sentí avergonzado,pues  conduje irresistiblemente. Entonces y en medio de todo fue que  eche mi bicicleta a andar y no volví a colocarme los audífonos. Durante el largo camino de regreso a casa pensé en tantas cosas, mientras aún seguía con esa sensación de que estuve a poco de ser impactado por esa moto y arrastrado de seguro muchas cuadras. A decir verdad, y sin intención de salvar responsabilidades, aquel motociclista también iba a excesiva velocidad, pero yo llevaba los audífonos en el oído, por lo cual no pude escuchar nada de lo que sucedia a mi alrededor,ademas que me hice de forma tardía a un lado, y ese era lado equivocado. Si se trata de ser sinceros, no estaba escuchando música a un alto volumen, pero tan poco era a bajo volumen. Puedo decir que me he salvado de una muerte segura, porque si caía de cabeza al pavimento, ese mal golpe hubiera sido fatal. No puedo creer y aceptar que a pesar de tener tantos años de vida, aun pueda cometer esas graves faltas de tránsito, más aun  manejando una bicicleta. Puede ser que ese conductor también tenía responsabilidad por manejar a excesiva velocidad, pero debo de agradecerle también por haber frenado a tiempo. Si no hubiera hecho eso, ahora sería otra la historia y papa y mama podrían haber muerto de la impresión al saber de la noticia que yo estaba gravemente herido o muerto. Veo que mis errores e irresponsabilidades no solo me afectarían a mí, sino a mi hogar; pues no solo papa y mama se hubieran puesto mal con la noticia,también  mi hermana de la preocupación por  y por ellos .  Los accidentes están dispuestos para ocurrir en cualquier momento. Peligros hay en todos lados, pero somos nosotros quienes no lo identificamos o en caso de hacerlo,no los controlamos. Con todo lo sucedido, soy consciente de lo importante que es vivir en armonía con todos, quienes están a nuestro alrededor, porque uno nunca sabe si regresara casa vivo. El salir a la calle es parte del vivir,no podemos quedarnos enclaustrados en casa, pues debemos de salir a trabajar, a estudiar o a realizar algún trámite, pero hay que cuidarnos. Los accidentes pueden ocurrir en cualquier lugar, inclusive en casa.No nos confiemos en la buena fortuna. Si bien los eventos suceden cuando tienen que suceder, tampoco no son muchas las veces que tenemos la buena suerte de salir librado de ellos. Hoy, mañana y todos los días voy a rezar por la suerte que tengo de estar vivo. Cuando amaneció en la mañana, sentía muchas dudas sobre mi vida. Me rondaba por la mente, como otros días, si la vida me ha dado lo que merezco o tanto como le ha tocado a otros. No estoy donde quiero estar, eso me tiene desconforme a veces. No estoy con quien quiero estar, era siempre algo inexplicable para  . Siempre por mi mente pasaba el victimizarme y decir que la vida no justa conmigo. Pero que hubiera sucedido si hoy  por mi imprudencia ya estaría muerto,se hubiera ido al diablo la libertad que ahora tengo para escribir, para escuchar música, para leer y para salir a caminar y tomar el aire fresco. Todo hubiera terminado hoy para mi,pero en el mundo, salvo mis padres,a nadie hubiera importado;todo hubiese continuado y yo muerto por tonto. Ahora que estoy aquí escribiendo con planes de por la tarde ir a una feria de libros y a otra de vinilos y por la noche comer un rico ‘arroz a la cubana’ preparado por mama, sé que Dios, el destino y la vida me han regalado una nueva oportunidad para disfrutar de todo eso. Qué más puedo pedir, que el haber salido vivo de un accidente que  fue provocado por mi irresponsabilidad.

¡Que viva la vida! Mi mejor regalo de navidad es el estar vivo.


pAnChItO

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