Aun no puedo creerlo. No es ni casi una hora que yo ya estaría
muerto, o en el mejor de los casos con la cabeza rota y las costillas también. Estoy
sorprendido de la suerte que acabo de tener. Mi agradecimiento eterno, una vez más,
a Dios y a todos los santos porque salí ileso de ese accidente que acabo de vivir.
Estoy de descanso en Lima y, como siempre lo hago, decidí salir a dar un paseo en bicicleta. Yo que me vanaglorio de ser un conductor ejemplar de la bicicleta,
un hombre que sabe controlar la velocidad, que es prudente para transitar por avenidas concurridas de todo tipo de vehículos,
pero con el único defecto de que nunca he dejado de llevar los audífonos de puestos mientras pedaleo, aunque siempre me digo a mi mismo que lo hago con el
volumen bajo para poder así sentir si algún vehículo viene detrás de mí,me ocurrió un evento.Por esta imprudencia de montar bicicleta con los audífonos puesto algo tenía que suceder un día, y justo hoy sucedió.Felizmente, aunque parezca
increíble, no termine siquiera con una mínima raspadura.El reporte de ese milagro es el siguiente.Iba paseando por una avenida
en pendiente, pensando en tantas cosas y acompañándome con la buena música que
llevo en el teléfono móvil, la cual la escucho con los audífonos. No sé cómo sucedió,
manejaba de lo más tranquilo e inclusive haciendo una pirueta para avanzar en subida,
cuando veo de reojo una sombra detrás de mí que venía a toda velocidad. No sé por
qué cometí la estupidez de pegarme hacia donde vi ese aquel bulto, y casi colapso
con ella. Felizmente, el conductor al percatarse del inminente choque freno
como pudo y se abrió para no golpearme y seguramente arrastrarme por el
pavimento. Fue así que su motocicleta perdió el equilibrio y yo vi cómo se cayó sobre la vereda. En ese momento no note de la magnitud de lo que me podía haber sucedido y solo escuchaba que aquel hombre tirado en el suelo solo me insultaba recordándome a mi
madre. Me dijo que me había estado tocando el claxon desde lejos, pero que yo
no lo escuche porque estaba con los audífonos puestos. No podía decir nada, yo
estaba en falta. Eso lo tenía claro. Veía que trataba de ponerse de pie con dificultad
y quise ayudarlo estirando mi mano, pero no me acepto la ayuda. Él estaba furioso,escuche más insultos de su
parte. En ese momento me dijo algo que recién me hizo imaginar lo que hubiera
podio pasar: “te hubiera podido matar con mi moto” Entendí lo que había podido suceder. Recién era consciente de lo grave que hubiera sido las consecuencias de esta imprudencia de mi parte, a la vez que también pensaba que fui afortunado.Si no moría, hubiera terminado con todo el cuerpo roto y quien sabe
con una lesión que me hubiera dejado incapacitado para toda la vida. Le agradecí,
le quise estrechar la mano, pero seguía tan molesto conmigo que no me extendió la
mano. Parece que quería golpearme, y yo que tengo un carácter de los mil demonios no me defendí; solo pensé en la suerte que tenía de estar vivo e ileso
para semejante accidente que se hubiera producido. Pude ver su uniforme de
trabajo,era repartidor de una conocida 'Pollería' del distrito donde vivo y de seguro hoy domingo con mucha más
razón llevaba consigo varios pedidos. Pude observar también que los paquetes
que llevaba en la canasta se habían roto. Quise darle dinero para subsanar eso, pero
me dijo que me largue.Debía de aceptarlo,si él no hubiera reaccionado a tiempo, no sé qué hubiera
pasado. Soy consciente que soy culpable y debo de tomar precauciones para que esto no vuelvo a suceder.Hoy muchos transeúntes me miraban, yo me
sentí avergonzado,pues conduje irresistiblemente. Entonces y en medio de todo fue que eche mi bicicleta a andar y no volví a colocarme
los audífonos. Durante el largo camino de regreso a casa pensé en tantas cosas,
mientras aún seguía con esa sensación de que estuve a poco de ser impactado por
esa moto y arrastrado de seguro muchas cuadras. A decir verdad, y sin intención de
salvar responsabilidades, aquel motociclista también iba a excesiva velocidad,
pero yo llevaba los audífonos en el oído, por lo cual no pude escuchar nada de
lo que sucedia a mi alrededor,ademas que me hice de forma tardía a un lado, y ese era lado equivocado. Si se trata de ser sinceros, no estaba escuchando
música a un alto volumen, pero tan poco era a bajo volumen. Puedo decir que me
he salvado de una muerte segura, porque si caía de cabeza al pavimento, ese mal
golpe hubiera sido fatal. No puedo creer y aceptar que a pesar de tener tantos
años de vida, aun pueda cometer esas graves faltas de tránsito, más aun manejando una bicicleta. Puede ser que ese conductor también tenía
responsabilidad por manejar a excesiva velocidad, pero debo de agradecerle
también por haber frenado a tiempo. Si no hubiera hecho eso, ahora sería otra
la historia y papa y mama podrían haber muerto de la impresión al saber de la
noticia que yo estaba gravemente herido o muerto. Veo que mis errores e
irresponsabilidades no solo me afectarían a mí, sino a mi hogar; pues no solo papa
y mama se hubieran puesto mal con la noticia,también mi hermana de la preocupación por mí y por ellos . Los accidentes
están dispuestos para ocurrir en cualquier momento. Peligros hay en todos
lados, pero somos nosotros quienes no lo identificamos o en caso de hacerlo,no los controlamos. Con todo lo sucedido, soy consciente
de lo importante que es vivir en armonía con todos, quienes están a nuestro alrededor,
porque uno nunca sabe si regresara casa vivo. El salir a la calle es parte del vivir,no podemos quedarnos
enclaustrados en casa, pues debemos de salir a trabajar, a estudiar o a
realizar algún trámite, pero hay que cuidarnos. Los accidentes pueden ocurrir en cualquier lugar, inclusive en casa.No nos confiemos en la
buena fortuna. Si bien los eventos
suceden cuando tienen que suceder, tampoco no son muchas las veces que tenemos
la buena suerte de salir librado de ellos. Hoy, mañana y todos los días voy a
rezar por la suerte que tengo de estar vivo. Cuando amaneció en la mañana, sentía
muchas dudas sobre mi vida. Me rondaba por la mente, como otros días, si la
vida me ha dado lo que merezco o tanto como le ha tocado a otros. No estoy donde quiero estar,
eso me tiene desconforme a veces. No estoy con quien quiero estar, era siempre algo inexplicable para mí .
Siempre por mi mente pasaba el victimizarme y decir que la vida no justa conmigo.
Pero que hubiera sucedido si hoy por mi imprudencia ya estaría muerto,se
hubiera ido al diablo la libertad que ahora tengo para escribir, para escuchar música,
para leer y para salir a caminar y tomar el aire fresco. Todo hubiera terminado hoy para mi,pero en el mundo, salvo mis padres,a nadie hubiera importado;todo hubiese continuado y yo muerto por tonto. Ahora que
estoy aquí escribiendo con planes de por la tarde ir a una feria de libros y a
otra de vinilos y por la noche comer un rico ‘arroz a la cubana’ preparado por
mama, sé que Dios, el destino y la vida me han regalado una nueva oportunidad
para disfrutar de todo eso. Qué más puedo pedir, que el haber salido vivo de un
accidente que fue provocado por mi irresponsabilidad.
¡Que viva la vida! Mi mejor regalo de navidad es el estar
vivo.
pAnChItO
No hay comentarios:
Publicar un comentario