La Navidad es la fecha perfecta para sonreír, para abrazarse
con los demás, para conversar con todos-así durante todo el año no lo hagamos-
y para expresar nuestros sentimientos a las personas que queremos. Si bien no
todos la celebran como muchos lo hacemos: preparar una cena familiar, comprar
un regalo para un familiar o amigo y
quedarse despierto hasta la medianoche para recibir ese día, sí que todos
guardan respeto por estas costumbres; así sean de otra religión. Y en ese día,
existe la particularidad de que nadie se niega
a entregar una sonrisa, sobre todo si es un niño quien está frente a ti.
Debo de contar que con el paso de los años fui
creciendo y perdiendo algo de la magia que hacia efecto en
mi la Navidad. Además que con todos los problemas y dificultades que se nos
presentan a todos-sin ninguna excepción- quise perder todas las costumbre de la
Navidad e, inclusive, implantarme a mí y a mis familiares una celebración algo más
pausada, calmada y poco entusiasta de esta fecha , bajo el pretexto que en el
hogar ya todos somos adultos. Pero fue ese ambiente festivo que muestra la
gente alrededor, empezando por mis seres queridos, lo que me envolvió el espíritu para otra vez creer que este es un
día especial, así las cosas no estén del todo bien.
No creo que existan muchas reglas que rijan al mundo, salvo
la ética moral y el sentido común, pero me animo a decir que la ‘Regla de Oro’
para esta fecha es: sonreír, ser feliz y sentirse que merecemos en este día, el despreocuparnos de todo y del mejor regalo que nos puede dar la vida,
una oportunidad para practicar la alegría.
La Navidad es una fecha de celebración y dedicada a los
niños, en la cual ellos reciben obsequios, sean chicos o pequeños, pero que
dibujan en su rostro una sonrisa que provoca el imitarla, así seamos adultos
con un montón de problemas encima. Entonces en ellos encontramos el sentido de
la Navidad y un ejemplo de que nunca debemos dejar de sonreír; porque siempre habrá,
sea cual sea, un obsequio para nosotros, el cual es entregado en cada día de nuestra
vida.
Esta fecha esta tan cargada de amor, de compañerismo y amistad,
reuniones de camaradería e intercambio de muestras de amor, que muchos terminan
por deprimirse al no tener a un ser querido cerca o al no haber cumplido alguna
meta. Solo puedo decir que esta es la fecha perfecta para inventar cualquier
locura e ir a buscar a un vecino o a ese alguien para invitarlo o para participar con él en una conversación o celebración espontanea. Para mi es la fecha
perfecta para expresarle mis sentimientos a aquella persona a la cual, en otros
días del años, no encuentro el momento indicado para expresarle todo lo que
siento.
La Navidad es la felicidad; para mí este es el día en que hago una excepción y dejo de creer
en la ‘casi, casi felicidad’ para creer en la felicidad en todo el sentido de
la palabra.
Por eso y por muchas cosas más, ahora estoy feliz y contento
y espero que todos ustedes, lectores y demás
personas- quienes de repente por casualidad se detuvieron a leer esta columna de pasada –
pasen una Feliz Navidad y que también traten que la Navidad de quienes están a
nuestro alrededor y un poco más allá , sea de la mejor.
Feliz Navidad!
pAnChItO.
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