lunes, 7 de diciembre de 2015

A punto de alcanzar La Tierra Prometida. ¡No lo dudes, así sera¡

 Pienso que  lo que  está  sucediendo ahora se va a  solucionar, es casi seguro. Esto es  importante, pero no tanto como   lo que se viene: algo que será bueno pero no duradero sino le prestamos el  interés necesario. Si se pierde esta última oportunidad, quizá las cosas serán más complicadas de lo que son hoy  y ya no existirán nuevas ocasiones para alcanzar la tranquilidad que posiblemente esta vez si llegara. Nadie era aún consciente de esto hasta ese día en que las cosas empezaron a salir mal y se tomó la decisión de  apuntar todas nuestras miradas   hacia otra dirección, y ese nuevo punto indicado jamás existió, y lo estuvimos  buscando  por mucho tiempo; y lamentablemente  esta búsqueda aún no ha terminado. Tanto es, hasta hoy, el tiempo transcurrido  que está durando la búsqueda que muchos están al borde de la locura, ¡pero no se volverán locos, créanme! Muy alejado de lo de ser optimista y ver la vida con la mayor esperanza en que todo saldrá bien, hay que tener presente que mucho de lo  ‘no tan bueno’ que nos suele suceder, podría hacer su  aparición en cualquier instante. Pero esta vez  podríamos  evitar alguna desagradable aparición  y hacer  que  las cosas buenas duren.
Esta vez se sospecha y se tiene la casi, casi certeza que aquel lugar tan buscado se hallara en los próximos días. Pero como la vida no es solo un momento, más bien  es la suma de tantos momentos, se pronostica que los malos momentos podrían volver a llegar. No sé cuándo, ni cuánto tiempo demoraran para aparecer, pero de seguro llegaran. Y para ese entonces debemos estar mejor preparados y con circunstancias a nuestro favor, circunstancias que irán de la mano de nuestro esmero y dedicación en lo que hacemos. Así, estaremos en la capacidad de hacer   que aquellos tiempos indeseados se retrasen o no sean tan devastadores como lo son hoy. /Aún no se ha solucionado esto y yo ya hablo como si ya encontramos el lugar deseado y ahora nuestra misión es el conservarlo para no vivir lo que hoy estamos viviendo. A pesar que odio la palabra optimista: estoy pecando de ser así /
Si alguien aprendió la lección? Yo diría que todos. No me atrevería a decir que aún existen individuos que piensen que la suerte volverá a azotarnos en el momento, como hoy, que ya creemos que estamos por hundirnos en el medio del mar. Me atrevería a decir: que en la próxima vez,  no   llegara el momento inevitable en que estemos por ahogarnos; ya que todos hemos aprendido  a nadar.  Algunos optaron por llevar un curso intensivo de natación y  ortos lo aprendieron por la práctica y observando a quienes estaban en su alrededor y ya lo hacían. Nadie quiso quedarse de brazos cruzados. Hubo mucho tiempo para el aprender a nadar, ya que esa disciplina siempre nos será de utilidad. Por lo menos, estamos tranquilos y sabemos que ya nadie morirá ahogado.
Hubo otros puntos que quedaron pendientes, que no se resolvieron por simple postergación causada por la desidia. Felizmente no son de vida o muerte, pero al tener el nombre de ‘pendientes’ deberán de resolverse a la primera oportunidad que nos encontremos más aliviados del problema principal, este que sospecho está por resolverse.
Nada fue tan fácil ni muy difícil en todo este proceso de búsqueda de aquel lugar. Aunque, a estas alturas, me animaría a decir que fueron momentos más difíciles que fáciles, los cuales vivimos hasta el día de hoy. Creo que si hay algo positivo que se pudo rescatar de esto- aparte de la enseñanza que nos dejó en ser más conscientes de lo que tenemos, y el valorarlo- es que nadie dramatizo tanto esta desagradable  situación que nos ha tocado vivir. Puede que algunos en su interior  pensaron lo peor, pero siempre mostraron una sonrisa como de cierta esperanza en que las cosas mejorarían. Hubo días en que se tuvo que hacer todo lo posible por escapar de la realidad, pues ella nos mataba en cada instante que nos era adversa. Y aunque nunca es bueno el evadir lo  que  le está  sucediendo a uno, si fue bueno el hacer todo lo posible por no darse cara a cara con la desesperanza y dejar  que esta nos cause  un impacto tan negativo  que hubiera traído consecuencia trágicas.
Ha sido un viaje largo, en el cual siempre se pensaba que cuando menos lo esperemos veríamos esa luz que hasta el día de hoy no la hemos visto, pero que pareciera a la distancia que ya está por aparecer. Muchos aprendieron a mirar el calendario y el aguantarse a gritar de rabia  por los días, semanas y meses que se pasaban en la oscuridad. Me apoyo en una certeza de que pronto veremos la luz. No tengo mucho fundamento técnico en  como sucederá el milagro de encontrar lo que deseamos, pero si mucha intuición en que ya no falta mucho para ver  con mayor claridad todo. Sé que estoy jugando un juego de  bastante riesgo al pensar así y-en caso-  de no conseguir lo que se busca, podría caer  el fracaso total. ¡Me la juego por esta esperanza!
En estas ocasiones, a veces, no es bueno el atormentarse tanto con lo  incorrecto que hicimos y con lo que no supimos cuidar. Ya todo está perdido y no hay vuelta que darle. Hay que guardar críticas y malas experiencias  para cuando otra vez estemos en la posición en  que estuvimos y que hoy deseamos volver alcanzar,  y ahí  recordemos  que nada dura para siempre. En estos días hay que actuar de lo más tranquilos que podamos. Sé que  la tranquilidad total no existe: hasta el hombre más exitoso la  pierde por momentos. Pero sé que podemos tratar de estar lo menos intranquilos que podamos. No nos queda otra, la depresión no es una buena alternativa bajo ningún contexto.
Exactamente no se a cuantos metros estaremos, pero presiento que ya estamos cerca de la tierra que tanto estamos buscando. Me animo a sugerirle a todos preparen maletas para desembarcar e instalarnos ahí. Quizá es muy pronto decir, pero no estaría mal el pensar que esa estada, en ese nuevo lugar, será más prolongada de lo que pensamos.
No me pregunten a mí que es lo que me mueve al pensar que esto se solucionara. Solo confié en mí, nos queda poco tiempo de búsqueda.
Gracias por este viaje. Fue un placer el compartir tantas cosas con ustedes. También fue una obra de arte  el maquillar, con el mayor descaro posible, los malos ratos que vivíamos, los cuales nunca fueron reflejados hacia el exterior. No sé  si merecemos aquella nueva oportunidad, que presiento nos llegara. No sé si me habré vuelto loco en este trayecto. Solo sé que al igual que todos, he aprendido que lo que fácil uno lo obtiene, fácil lo pierde. Esta vez la tuvimos difícil y si conseguimos lo que nos viene a tocar, lo cuidaremos con uña y dientes.
Solo me queda agregar algo que aún me cuesta decirlo con seguridad, pero sé que así debe de ser : “Gracias a Dios que estamos por llegar sanos y salvos”



pAnChItO.



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