Pienso que lo que
está sucediendo ahora se va a solucionar, es casi seguro. Esto es importante, pero no tanto como lo que se viene: algo que será bueno pero no
duradero sino le prestamos el interés necesario.
Si se pierde esta última oportunidad, quizá las cosas serán más complicadas de
lo que son hoy y ya no existirán nuevas
ocasiones para alcanzar la tranquilidad que posiblemente esta vez si llegara. Nadie
era aún consciente de esto hasta ese día en que las cosas empezaron a salir mal
y se tomó la decisión de apuntar todas
nuestras miradas hacia otra dirección, y ese nuevo punto
indicado jamás existió, y lo estuvimos buscando
por mucho tiempo; y lamentablemente esta búsqueda aún no ha terminado. Tanto es,
hasta hoy, el tiempo transcurrido que
está durando la búsqueda que muchos están al borde de la locura, ¡pero no se
volverán locos, créanme! Muy alejado de lo de ser optimista y ver la vida con
la mayor esperanza en que todo saldrá bien, hay que tener presente que mucho de
lo ‘no tan bueno’ que nos suele suceder,
podría hacer su aparición en cualquier
instante. Pero esta vez podríamos evitar alguna desagradable aparición y hacer que las
cosas buenas duren.
Esta vez se sospecha y se tiene la casi, casi certeza que
aquel lugar tan buscado se hallara en los próximos días. Pero como la vida no
es solo un momento, más bien es la suma de
tantos momentos, se pronostica que los malos momentos podrían volver a llegar.
No sé cuándo, ni cuánto tiempo demoraran para aparecer, pero de seguro
llegaran. Y para ese entonces debemos estar mejor preparados y con
circunstancias a nuestro favor, circunstancias que irán de la mano de nuestro
esmero y dedicación en lo que hacemos. Así, estaremos en la capacidad de hacer que
aquellos tiempos indeseados se retrasen o no sean tan devastadores como lo son
hoy. /Aún no se ha solucionado esto y yo
ya hablo como si ya encontramos el lugar deseado y ahora nuestra misión es el
conservarlo para no vivir lo que hoy estamos viviendo. A pesar que odio la palabra
optimista: estoy pecando de ser así /
Si alguien aprendió la lección? Yo diría que todos. No me
atrevería a decir que aún existen individuos que piensen que la suerte volverá
a azotarnos en el momento, como hoy, que ya creemos que estamos por hundirnos
en el medio del mar. Me atrevería a decir: que en la próxima vez, no llegara el momento inevitable en que estemos
por ahogarnos; ya que todos hemos aprendido
a nadar. Algunos optaron por
llevar un curso intensivo de natación y
ortos lo aprendieron por la práctica y observando a quienes estaban en
su alrededor y ya lo hacían. Nadie quiso quedarse de brazos cruzados. Hubo
mucho tiempo para el aprender a nadar, ya que esa disciplina siempre nos será
de utilidad. Por lo menos, estamos tranquilos y sabemos que ya nadie morirá
ahogado.
Hubo otros puntos que quedaron pendientes, que no se
resolvieron por simple postergación causada por la desidia. Felizmente no son
de vida o muerte, pero al tener el nombre de ‘pendientes’ deberán de resolverse
a la primera oportunidad que nos encontremos más aliviados del problema
principal, este que sospecho está por resolverse.
Nada fue tan fácil ni muy difícil en todo este proceso de
búsqueda de aquel lugar. Aunque, a estas alturas, me animaría a decir que
fueron momentos más difíciles que fáciles, los cuales vivimos hasta el día de hoy.
Creo que si hay algo positivo que se pudo rescatar de esto- aparte de la
enseñanza que nos dejó en ser más conscientes de lo que tenemos, y el valorarlo-
es que nadie dramatizo tanto esta desagradable situación que nos ha tocado vivir. Puede que
algunos en su interior pensaron lo peor,
pero siempre mostraron una sonrisa como de cierta esperanza en que las cosas
mejorarían. Hubo días en que se tuvo que hacer todo lo posible por escapar de
la realidad, pues ella nos mataba en cada instante que nos era adversa. Y
aunque nunca es bueno el evadir lo
que le está sucediendo a uno, si fue bueno el hacer todo
lo posible por no darse cara a cara con la desesperanza y dejar que esta nos cause un impacto tan negativo que hubiera traído consecuencia trágicas.
Ha sido un viaje largo, en el cual siempre se pensaba que
cuando menos lo esperemos veríamos esa luz que hasta el día de hoy no la hemos
visto, pero que pareciera a la distancia que ya está por aparecer. Muchos
aprendieron a mirar el calendario y el aguantarse a gritar de rabia por los días, semanas y meses que se pasaban en
la oscuridad. Me apoyo en una certeza de que pronto veremos la luz. No tengo
mucho fundamento técnico en como sucederá
el milagro de encontrar lo que deseamos, pero si mucha intuición en que ya no
falta mucho para ver con mayor claridad
todo. Sé que estoy jugando un juego de bastante riesgo al pensar así y-en caso- de no conseguir lo que se busca, podría caer el fracaso total. ¡Me la juego por esta
esperanza!
En estas ocasiones, a veces, no es bueno el atormentarse
tanto con lo incorrecto que hicimos y
con lo que no supimos cuidar. Ya todo está perdido y no hay vuelta que darle.
Hay que guardar críticas y malas experiencias para cuando otra vez estemos en la posición en
que estuvimos y que hoy deseamos volver
alcanzar, y ahí recordemos
que nada dura para siempre. En estos días hay que actuar de lo más
tranquilos que podamos. Sé que la
tranquilidad total no existe: hasta el hombre más exitoso la pierde por momentos. Pero sé que podemos
tratar de estar lo menos intranquilos que podamos. No nos queda otra, la
depresión no es una buena alternativa bajo ningún contexto.
Exactamente no se a cuantos metros estaremos, pero presiento
que ya estamos cerca de la tierra que tanto estamos buscando. Me animo a
sugerirle a todos preparen maletas para desembarcar e instalarnos ahí. Quizá es
muy pronto decir, pero no estaría mal el pensar que esa estada, en ese nuevo
lugar, será más prolongada de lo que pensamos.
No me pregunten a mí que es lo que me mueve al pensar que
esto se solucionara. Solo confié en mí, nos queda poco tiempo de búsqueda.
Gracias por este viaje. Fue un placer el compartir tantas
cosas con ustedes. También fue una obra de arte el maquillar, con el mayor descaro posible, los malos ratos que vivíamos, los cuales nunca
fueron reflejados hacia el exterior. No sé si merecemos aquella nueva oportunidad, que
presiento nos llegara. No sé si me habré vuelto loco en este trayecto. Solo sé
que al igual que todos, he aprendido que lo que fácil uno lo obtiene, fácil lo
pierde. Esta vez la tuvimos difícil y si conseguimos lo que nos viene a tocar,
lo cuidaremos con uña y dientes.
Solo me queda agregar algo que aún me cuesta decirlo con
seguridad, pero sé que así debe de ser : “Gracias a Dios que estamos por llegar
sanos y salvos”
pAnChItO.
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