miércoles, 15 de abril de 2015

SIEMPRE LA RECORDARE

Existen personas a quienes  solo las tenemos presentes en el momento, a quienes  solo las recordamos en el instante en  que estamos frente a ellas porque no son importantes para nosotros. Yo sospecho que para muchas personas soy así, solo existo en el momento en que estoy frente a ellos, sea por trabajo, estudio u otra actividad. Pero existen otras personas que siempre las tenemos presentes y aunque ya no las volvamos a ver, las recordaremos hasta el final de los tiempos.
Llegue a lima hace  ya un mes con la idea que conocería gente nueva, que conocería a alguien en  especial. Cuando pasaron los días, pensé que lo que creía y presentía, no seria. Sin embargo, hace tres semanas me paso algo por lo que debo de darle gracias al destino, a Dios y a papa y  a mama (pues estos dos últimos me animaron  frecuentar nuevos lugares, a ir a aquellos lugares a donde no había  podido asistir  porque cada vez que llego a mi ciudad, solo  lo hago por una semana), conocí a una persona que me  robo mi mirada, que me robo mi concentración y, por último, también  el corazón. Era una chica a quien desde el primer momento que la vi, sentí que ya me había hecho preso de mis pensamiento, que todos eran para ella. Ella hizo en mí cambiar mi forma de pensar, romper mis promesas y empezar de nuevo sin respetar las reglas que yo mismo me impuse por las malas experiencias que viví. Simplemente, en convertir en mentira de que ya no volvería a luchar en batallas que sé que serían perdidas. Me embarque en aquel barco, con  aquella persona que me incentivaba a ser una vez más un adolescente y  el acicalarme y prepararme de la mejor manera para cada encuentro que tendría con ella. Todo esto era un misterio; las cosas que sucedían me envolvían cada día, y todo eso me hacía casi un hombre feliz, que en realidad es lo que importa. No pude disimular lo que sentía por ella. Nunca fui un buen actor para esas cosas, y menos en esta ocasión en que simplemente había sido flechado por aquella persona que una no conocía. Ella se dio cuenta de mis miradas indiscretas y también, me empezó a mirar. Yo creo que más por interés hacia mí, por saber quién se había fijado en ella, y que posibilidades tenía. No sé hasta hoy si ella será parte de mi futuro porque he luchado en tantas batallas y por experiencia quizá, vuelva a perder, o vuelva a tirar la toalla en otra pelea  en que me dé por vencido. Pero el sentimiento que tengo por  ella, el entusiasmo de cada encuentro, han contribuido a mi alegría, a mis ganas de volver a salir de casa e incentivarme a seguir mejorando en todo aspecto. Cada día, de todos estos que ha pasado  desde que la conocí, me justifique a mí mismo por qué siempre volver hacia donde ella esta.
Hace unos días, revisando mis documentos, volví a la realidad y recordé que debo de volver al trabajo, que la rutina esperan por mí: “el subirme a un avión con mis maletas para llegar a otra ciudad y dejar de hacer lo que hago en mi ciudad”.  No sé qué sucederá; pero lo que si estoy seguro es que ella es de aquellas personas que la recordare por siempre, que jamás la olvidares e identificare mi última estada en mi ciudad con ella. Ella  vivirá en mi mente por siempre. Y que si por una razón, que ni yo mismo se, me siento ya un perdedor, puede que el destino esta vez juegue a mi favor y me haga un ganador al volver a esta ciudad en una próxima visita y la vuelva a ver y si tenga el coraje que me falto para contarle lo que siento, algo que sospecha, pero que necesita salir de mi para ver su actitud hacia mí y el  darme cuanta cuantas posibilidades tengo.

Volveré a viajar. No quise pensar en le día que me  tocaría volver al trabajo. Seguro si no la hubiera conocido, regresaría con la idea que esta última visita fue como las otras. Pero todo ha cambiado, sé que existe alguien que en verdad me puede volver a ilusionar, puede romper con todos los esquemas y me puede brindar alegría. Debo de volver pronto, aunque sea solo de visita.

pAnChItO

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