lunes, 30 de marzo de 2015

LUNES DE FIESTA

Hoy es un lunes especial, algo se celebra, o se celebran muchas coas. Esas celebraciones me contagian, me hacen sentirme más vivo que nunca. En la mañana muy temprano mientras estoy haciendo algo de ejercicio, un grupo de personas se reúnen a un costado de lugar y a ritmo del ‘happybirthday to you ‘le celebran el cumpleaños a una señorita. Deseo unirme a la reunión, pero veo que  ya están  cantando ‘queremos que partan la torta, queremos que parten la torta!!! “, y veo que no es  el momento más indicado para acercarme a dicha celebración. Entonces, decido seguir haciendo los ejercicios físico  que pensé hacer  y esperar que termine la repartición de la torta para acercarme. Pero todo se complica más, ni bien hacen la repartición de la torta, empieza la música para bailar. Son los nuevos ritmos que ahora baila la juventud. Veo contorneándose a todos ellos y me doy cuenta que no podría realizar ninguno de esos bailes; y si lo trataría de hacer quedaría en ridículo. A pesar que no me a acerque, me alegra haber podido ver tal celebración en este primer día de la semana.
Cuando regreso a casa, me vuelvo a sorprender, la vecino de la casa contigua a la mía o a la de mis padres, está escuchando música del Brasil; eso me anima, me  recuerdo los buenos momentos que pase escuchando esa buena música  mientras enamoraba a mi  ex chica brasileña. Presiento que de repente es un buen indicio, que de seguro  ella me va a llamar, que de seguro retomaremos nuestra relación. Cuando estoy entrando a la ducha, por las ventanas se cola el olor  a escabeche que provenía de aquella casa vecina. Me di cuenta que hay iba a haber una fiesta a ritmo de música del Brasil y de ese delicioso plato de comida que era uno de mis preferidos desde pequeño en que mi abuela lo preparaba para las fiestas.
Sentí que las fiestas estaban por todos lados, que de repente debía participar en esta; y si no era así, debía el  organizar la mía. Pero papa estaba recuperándose de un problema  de ‘presión arterial’  que lo tuvo mortificado todo el fin de semana, cosa que a todos nos tuvo tensos en casa. Y  a pesar que esa recuperación era una gran noticia, no era oportuno organizar una celebración interrumpiendo su tranquilidad.
Al final no participe en ninguna de las dos fiestas, pero mi sonrisa y alegría por ellas permanecía en mi.  En casa, escuche un poco de música. Mientras mama se comunicaba por teléfono con mi hermana, salí al mercado a comprar toda clase de frutas para el almuerzo.  Presentí que estas dos celebraciones en pleno día lunes eran una señal que esta semana seria para mi inolvidable, quizá llena de buenas noticias. Que de seguro, el día miércoles por la noche la volvería a ver y que al fin me atrevería a hablarle; y que en nuestra  primera salida nos animaríamos a comer torta y a bailar, sin temor yo a hacer el ridículo,  el regaetton del momento. 

Viva la alegría!!!!

pAnChItO. 

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