La otra vez miraba el noticiero matutino de la televisión local. Cuando antes de ir a la pausa publicitaria, una de las conductoras de este espacio noticioso anunciaba: regresamos con los cuatro jóvenes más odiados del Perú. En alusión a ese grupo de estudiantes que salto a la noticia gracias al penoso hecho de haber dañado unas ruinas cerca de la ciudadela de “chan chan”.
Es lastimoso, inaceptable, condenable y habla de lo cuan desadaptados fueron estos jóvenes al lanzarle piedras y darle de patadas a la “Huaca del Dragón “.Pero me pregunto: si esto ha sido motivo suficiente para catalogar a estos jóvenes como “los más odiados del Perú”, a pesar de ser un hecho execrable el que realizaron. Hay que tener en cuenta que pidieron disculpas públicas al lado de sus padres, y se comprometieron a trabajar en conjunto con ellos para educar a la población de su distrito de cuán importante es cuidar las huacas que existen él en lugar.
Esa palabra “odio”, es un verbo que suena a un sentimiento muy extremo hacia estos cuatro muchachos que si bien se portaron como vándalos, no pienso sean los más odiados del país.
Pero ya que la periodista toca de los personajes más odiados en nuestro país
- aunque el odio, es un sentimiento negativo de mucha aversión hacia alguien, pero que muchas veces es una consecuencia de un acto cometido por un individuo que se hace acreedor a él- tendríamos que mencionar a otros 4 jóvenes, aunque ya no tan jóvenes: los hermanos Fujimori Higuchi. Quienes se hicieron acreedores a este título al haber estudiado en universidades de alto costo en el extranjero gracias a la sospechosa solvencia de su “inocente” padre y entonces presidente del Perú. Podría no ser culpa de ellos, pero estos estudios fueron financiados con plata del estado. Pues el popular chino nunca pudo ni podrá explicar como hizo para pagar las carreras universitarias de sus cuatro hijos con su sueldo como mandatario.
El odio no es justificable, sobre todo cuando este sentimiento se convierte en enfermizo, y como consecuencia nos daña la salud. Pero vamos a ser sincero. La mayoría de peruanos no tiene tiempo para odiar de una manera enfermiza a estos personajes que lucran y viven una vida cómoda con plata del estado, no perdemos el tiempo en enfermarnos odiando así a unos desconocidos para nosotros que se reparten el botín obtenido y más bien empelamos nuestro tiempo en sacarle la vuelta a las diferentes adversidades económicas que encontramos quienes no vivimos de la política.
También no podrían ser los cuatro jóvenes mas odiados del Perú aquellos futbolistas que en el año 2007 estando concentrados en un hotel previo a un partido importante por las eliminatorias para clasificar al mundial de futbol de Sudáfrica que se desarrollara este año. Se divirtieron en compañía de mujeres y bebidas alcohólicas, olvidando que tenían un compromiso futbolístico el domingo siguiente y como profesionales y atletas que son debieron cuidar el físico para poder hacer un buen partido y sumar puntos para clasificar al tan ansiado mundial de futbol. Y solo evidenciaron una vez más el porqué nuestro pobre nivel futbolístico y en consecuencia nosotros los aficionados tristes y frustrados de tener que ver el mundial sin la participación de nuestra delegación y eso que muchas veces hemos alentado a nuestro equipo hasta el morir. A este equipo del cual cada jugador goza de muchas gollorías y un sueldo por defender la camiseta, que no percibe ningún profesional bien capacitado y que posiblemente produce más para el país .Responder a todo esto con ese comportamiento genera odio o vamos a decirlo de otra manera: malestar y fastidio.
Por último el odio se dice que se considera como el sentimiento contrario al amor y a la amistad. Por lo que esta vez si habláramos de odiaos, y para ser más exactos los verdaderos más odiados del Perú ya so serian tan jóvenes ni 4 personas, sino los 120 congresistas que son elegidos para representarnos directamente y por tanto a trabajar por nosotros en las leyes que nos protejan y no, las que protejan a un grupo de empresarios y mucho menos llenen sus bolsillos con la plata que pagamos por nuestros impuestos. Está visto que esto no genera un sentimiento de amistad hacia ellos y de amor, pues ellos no demostrar amor a la patria al cometer una serie de fechorías como su consagración el año 2009 que pasó con cada caso individual que salió a la luz. Ellos en conjunto solo velan por que sus bolsillos se sigan inflando mientras desconocen el por quienes y para quienes llegaron ahí.
Pero por que mejor no dejar de lado ese terminó tan destructivo como es el odio y hablar de indignación y enfado hacia alguien o hacia varios que de una u otra forma nos decepcionan con sus actos, y por qué no también pensar que si enfadados debemos estar ya lo estamos por tantos personajes que habitan a en la política a alrededor de ella o en otros ámbitos vinculados al país como algunos mencionados arriba.
Es lastimoso, inaceptable, condenable y habla de lo cuan desadaptados fueron estos jóvenes al lanzarle piedras y darle de patadas a la “Huaca del Dragón “.Pero me pregunto: si esto ha sido motivo suficiente para catalogar a estos jóvenes como “los más odiados del Perú”, a pesar de ser un hecho execrable el que realizaron. Hay que tener en cuenta que pidieron disculpas públicas al lado de sus padres, y se comprometieron a trabajar en conjunto con ellos para educar a la población de su distrito de cuán importante es cuidar las huacas que existen él en lugar.
Esa palabra “odio”, es un verbo que suena a un sentimiento muy extremo hacia estos cuatro muchachos que si bien se portaron como vándalos, no pienso sean los más odiados del país.
Pero ya que la periodista toca de los personajes más odiados en nuestro país
- aunque el odio, es un sentimiento negativo de mucha aversión hacia alguien, pero que muchas veces es una consecuencia de un acto cometido por un individuo que se hace acreedor a él- tendríamos que mencionar a otros 4 jóvenes, aunque ya no tan jóvenes: los hermanos Fujimori Higuchi. Quienes se hicieron acreedores a este título al haber estudiado en universidades de alto costo en el extranjero gracias a la sospechosa solvencia de su “inocente” padre y entonces presidente del Perú. Podría no ser culpa de ellos, pero estos estudios fueron financiados con plata del estado. Pues el popular chino nunca pudo ni podrá explicar como hizo para pagar las carreras universitarias de sus cuatro hijos con su sueldo como mandatario.
El odio no es justificable, sobre todo cuando este sentimiento se convierte en enfermizo, y como consecuencia nos daña la salud. Pero vamos a ser sincero. La mayoría de peruanos no tiene tiempo para odiar de una manera enfermiza a estos personajes que lucran y viven una vida cómoda con plata del estado, no perdemos el tiempo en enfermarnos odiando así a unos desconocidos para nosotros que se reparten el botín obtenido y más bien empelamos nuestro tiempo en sacarle la vuelta a las diferentes adversidades económicas que encontramos quienes no vivimos de la política.
También no podrían ser los cuatro jóvenes mas odiados del Perú aquellos futbolistas que en el año 2007 estando concentrados en un hotel previo a un partido importante por las eliminatorias para clasificar al mundial de futbol de Sudáfrica que se desarrollara este año. Se divirtieron en compañía de mujeres y bebidas alcohólicas, olvidando que tenían un compromiso futbolístico el domingo siguiente y como profesionales y atletas que son debieron cuidar el físico para poder hacer un buen partido y sumar puntos para clasificar al tan ansiado mundial de futbol. Y solo evidenciaron una vez más el porqué nuestro pobre nivel futbolístico y en consecuencia nosotros los aficionados tristes y frustrados de tener que ver el mundial sin la participación de nuestra delegación y eso que muchas veces hemos alentado a nuestro equipo hasta el morir. A este equipo del cual cada jugador goza de muchas gollorías y un sueldo por defender la camiseta, que no percibe ningún profesional bien capacitado y que posiblemente produce más para el país .Responder a todo esto con ese comportamiento genera odio o vamos a decirlo de otra manera: malestar y fastidio.
Por último el odio se dice que se considera como el sentimiento contrario al amor y a la amistad. Por lo que esta vez si habláramos de odiaos, y para ser más exactos los verdaderos más odiados del Perú ya so serian tan jóvenes ni 4 personas, sino los 120 congresistas que son elegidos para representarnos directamente y por tanto a trabajar por nosotros en las leyes que nos protejan y no, las que protejan a un grupo de empresarios y mucho menos llenen sus bolsillos con la plata que pagamos por nuestros impuestos. Está visto que esto no genera un sentimiento de amistad hacia ellos y de amor, pues ellos no demostrar amor a la patria al cometer una serie de fechorías como su consagración el año 2009 que pasó con cada caso individual que salió a la luz. Ellos en conjunto solo velan por que sus bolsillos se sigan inflando mientras desconocen el por quienes y para quienes llegaron ahí.
Pero por que mejor no dejar de lado ese terminó tan destructivo como es el odio y hablar de indignación y enfado hacia alguien o hacia varios que de una u otra forma nos decepcionan con sus actos, y por qué no también pensar que si enfadados debemos estar ya lo estamos por tantos personajes que habitan a en la política a alrededor de ella o en otros ámbitos vinculados al país como algunos mencionados arriba.
pAnChO
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