“Esta vez no podrás escapar, vivirás lo que tengas que
vivir aquí y solo tú sabes cómo hacerlo: con dignidad, con alegría, con
entusiasmo, con planificación para lo que habrá que hacer y con la conciencia
limpia que no has hecho nada malo, solo el perder el empleo y ser un desempleado
más” .En sueños alguien le decía eso a Francisco, y él despertó en medio de la
madrugada y parece que ya tenía algo de tranquilidad consigo. Era lunes por la
madrugada y estaba a horas de iniciar un nuevo día. Sería un día como cualquiera
y si tendría que esquivar algún contratiempo de la vida, lo podría hacer.
Francisco jamás imagino que sus planes cambiaran con aquella disposición del
gerente de su ex – empleo, quien dijo que él no estaba apto para viajar, que no
le había gustado su ultimo desempeño en el trabajo. Ahora él tendrá que
aprender a iniciar el día sin la idea de preparar maletas, de dejar la casa
ordenada y de comprar vivieres para los días que estaría ausente. Ahora debía
de planear el empezar a buscar un empleo. Pero antes era necesario que él se
tome un tiempo para meditar sobre lo le sucedió. Para reconocer errores, porque
de seguro y por algo esta vez no había sido admitido para trabajar. Esa
reflexión debería de estar lejana de reproches y, más bien, ser de utilidad
antes de empezar la búsqueda.
Francisco no estaba del mejor de los ánimos desde que
recibió la mala noticia, pero esto no lo deprimió, como antes le sucedía. No era
primera vez que anduvo desempleado, y en esa ocasión supo esperar y prepararse
para al fin encontrar otro empleo. Él ha comprendido que le vida es un viaje,
donde pasamos por momentos buenos y malos y debemos de saber que eso no es para
toda la vida. Ese lunes empezó como cualquier día de la semana. Como Francisco se
había quedado hasta tarde el domingo viendo su programa favorito de tv, se
levantó tarde y al bajar al comedor de su casa, a tomar desayuno, sus padres también
estaban a punto de hacerlo, por lo que aprovecho para desayunar con ellos. Ya
no era época de preocuparlos, ellos eran personas de avanzada edad y Francisco
había decidido no decirles nada de lo que le sucedió el día que fue rechazado para
seguir laborando en su empleo. La conversación en la mesa fue de todo, mientras
desayunaban. Francisco ya lo tiene claro, sus padres no lo acompañaran toda la
vida, el tiempo se pasa rápido y él tiene un objetivo que felizmente lo consigue:
el hacerlos reír contándole cosas divertidas o hablando en sorna de las últimas
fechorías de los políticos u algunas de las pocas novedades que sabe de la
familia. Luego del desayuno, Francisco recordó ese sueño que lo sorprendió de madrugada
y alivio en parte su dolor por no encontrar soluciones para su problema. Como
todas las mañanas, cuando está en casa, Francisco se pone su ropa de trabajo, así
le llama a un viejo pantalón de buzo y un polo ya gastado y zapatillas también.
Es su uniforme para hacer la limpieza diaria. Más que un trabajo, esta
actividad siempre la ha visto como una manera de relajarse, de hacer algo
distinto a lo que realiza diariamente cuando le toca trabajar.A pesar que él se
encarga de barrer, trapear los pasadizos, a veces encerar el piso de la sala,
sacudir los portones, barrer la vereda de afuera de casa y regar, su padre
insiste en salir afuera para limpiar. Francisco y su familia ya le dijeron que
no lo haga, que por su edad es peligroso, pues sufre del corazón, además que un
auto podría venir a toda velocidad y atropellarlo, pero él no les hace caso.
Francisco se percata que su padre está barriendo y haciendo esfuerzo para levantar
el recogedor con tierra para depositarlo en una bolsa grande de papel grueso. Aunque
renegando, sale para ayudarlo. Como todo lunes, la calle luce tranquila, pero siempre
se siente y se sospecha que hay algunos ojos mirando por ahí, alguna señora,
señor o hasta jóvenes husmeando por las ventanas. Francisco también alguna vez
lo ha hecho, por eso sabe que eso tiene que estar sucediendo. De seguro los
vecinos dirán que él está desempleado, que no hace nada, solo los quehaceres de
la casa. Pero a él no le queda otra, a pesar que trata de no exponerse a las
miradas de la gente, debía de ayudar a su padre. él
esta incomodo, no
hace muy bien las cosas y su padre, con un carácter propio de su edad, lo
resondra como si fuese un niño. Francisco no quiere discutir ni faltarle el respeto,
solo trata de hacer rápido las cosas para entrar casa. Cuando está recogiendo
la arena y levantando el recogedor, ve una cortina removiéndose de una de las
ventanas de en frente; es la del balcón del segundo piso de ese moderno edificio
que esta frente a su casa. Es donde vive la chica, la bella modelo de marcas
deportivas. Una muchacha muy atractiva que trabaja en eventos deportivos
desfilando ropa de marcas de ese rubro .Aparentemente tiene un novio que parece
ser un joven y próspero empresario, pero desde la primera vez que cruzo miradas
con Francisco, hay una cierta comunicación que hasta hoy él no logra descifrar
si es para bien o para mal. Puede que ella lo mire con incomodidad porque él la
ve y la come con la mirada, o quizás lo mira así porque también tiene cierto
interés en él. Ella está en pijamas, como es invierno usa un ‘chompon’ y un pantalón
ancho, nada llamativo a los ojos. Cruzan miradas, ella cierra la cortina y
Francisco sigue haciendo sus cosas, pero él siente que ella lo sigue mirando.
Luego del almuerzo, todo es la misma rutina, Francisco medita mucho sobre los
próximos pasos que dará para conseguir un empleo, además de corregir los
errores que cometió. Por la noche se queda hasta tarde siguiendo repasando
algunas cosas de su carrera. Así se termina el día y llegara uno nuevo y se
olvidara del día que supuestamente tuviera que haber viajado. A él le toca ver
la realidad, está en casa y de seguro es la oportunidad para hacer tantas cosas
que están pendientes ahí; esta vez no hay tiempo para excusas. Francisco pensó
que no podría escaparse de la vergüenza de estar en casa por no trabajar, y lo
peor de no saber hasta cuando sea así. Pero en realidad, Francisco no podrá
escaparse de la felicidad de poder hacer lo que tiene pendiente, lo que le
gusta y seguir preparándose para su próxima entrevista;y sobretodo de llenarse
de valor para conversar con aquella chica que vive en frente,y así saber si tiene un interés por él.
pAnChItO
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