No todo reencuentro
es bueno en esta vida. De seguro evitas el reencontrate con ciertas personas, a
pesar que sabes que hay reencuentros difíciles de suceder. Pero a veces las
circunstancias hacen que te vuelvas a encontrar con aquellos que no deseas ver;
y no necesariamente porque hayas tenido algún altercado con ellos. Francisco está
más desorientado que nunca, su rumbo se ha perdido. Su vida transita por el
camino del desgano, por la incertidumbre de lo que sucederá en el futuro. Se ve
en el espejo y observa que luce algunas canas, por lo que cree que su vida
amerita más lágrimas que sonrisas. A pesar que es relativamente joven, que
tiene una profesión, un mediano empleo y que físicamente se siente bien, sabe
que el tiempo avanza. Quizá por eso evitaba el reencontrarse con esos viejos
amigos, así como también el encender la ‘pc’ pues odia ver las redes sociales y
enterarse de las buenas nuevas de las otras personas, que lo alegran, pero le recuerdan
que él aún no ha conseguido mucho de lo que desea. La chica, de quien estuvo enamorado,
llega a dicho reencuentro y al verlo lo abraza fuertemente y sus cabellos rozan
sus manos y él siente la misma ternura que sintió hace muchos años, cuando la
conoció y le dio un beso en la mejilla. Parece que la vuelve a desear. Ella lo
sigue viendo como un amigo. Él duda si la puede seguir viendo como una amiga. Ella
sabe lo que él sintió por ella, pero cree que ya lo supero. Francisco creía lo mismo
hasta que vio su rostro y le abrazo. En ese reencuentro han llegado casi todos
los que conforman el grupo de amigos desde hace más de una década. Todos están
sonriendo y Francisco también por la alegría de verlos, en especial a ella.
Mientras todos transitan por una avenida de la ciudad de Lima, Francisco la observa y nota que se encojé y cruza sus
brazos envolviéndose por el frio. En ese momento, vuelve a su mente todo el
amor que sintió o siente por ella y tiene ganas de acercarse, abrazarla y abrigarla.
Llegando al lugar, donde todos compartirán un agradable momento, hacen un círculo
alrededor de la pista de baile y gozan de esa noche que de seguro, por las obligaciones
de cada uno, no volverá a repetirse hasta después de mucho tiempo. Francisco se
siente bien gracias a la buena música. A su alrededor todos bailan como en
viejos tiempos. Él también lo hace y se siente rejuvenecido por eso y por esa
vieja ilusión que cobra vida en esa noche, donde solo observa la silueta de
ella bailando. Todos se divierten. La noche pasa de lo mejor. Él se dirige al
baño para mojarse la cara pues la cerveza le está haciendo algo de efecto, y al
mirarse al espejo ya no ve canas en sus cabellos y su sonrisa lo alienta a
seguir divirtiéndose. Sale de ahí y no imagina ver preocupado o triste a nadie.
Piensa que de seguro todos tienen sus problemas, pero no es el lugar para preocuparse.
Ya decidió ser el hombre más feliz de la tierra por esa noche, y quien sabe si
por los demás días. Ella siempre le dejo claro que no sentía lo mismo. Quizás
todos esos años no la olvido y se fue envejeciendo queriéndola
inconscientemente e inventándose mil preocupaciones. Parece que con ese
reencuentro descubrió que no olvido del todo antiguas obsesiones o quizá que no
ha aprendido a mirar a todos lados y ver a nuevas personas que están a su
alrededor para formar parte de su vida. Era el momento de empezar a olvidarla
sin tener que huirle, por lo que decide sacar a bailar a otra amiga, quien está
a su costado, que luce bien y que le
muestra una gran sonrisa como incentivándolo a que bailen toda la noche.
pAnChItO
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