Ilusionado con cada nuevo día, con lo que sucede y con las
personas que me toca conocer. Siempre
hay situaciones, lugares y gente que se
queda ahí, en mi mente. Uno nunca sabe lo que puede suceder durante el día;
para bien o para mal, las cosas son impredecibles; y en el fondo ese es el
sentido de vivir. Es verdad, no se puede predecir el futuro, pero se puede
intuir algunas cosas que juegan en nuestra contra para así poder prevenirlas, en la medida que podamos
, y cuidarnos de ella; mas no, vivir
pendientes a tiempo completo del mañana. Se bien se puede jugar con la malicia y evitar ciertos
eventos que podrían poner nuestra entidad en riegos, jamás podremos asegurar el poder evitar un incidente una situación
desafortunada para con nosotros. Por eso y por mucho más, siempre es bueno el
andar con la conciencia limpia, el estar bien con todos, el decirle ‘te quiero’
a quienes nos inspiran ese sentimiento; y, sobre todo, el estar bien con
nosotros mismos. Y eso es para todo ámbito de nuestros días. Si conoces a
alguien y te da esa sensación que
deberías de hablarle, de saber de ella,
de pasar de ser un perfecto extraño a un
conocido para ella, entonces debes de hacerlo. La vida no espera. Siempre es bueno el aplicar aquel viejo dicho:” nunca
dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”, porque cuando meditas del destino y de sus
sorpresas, también debes de incluir en tus cartas a jugar: “la de la muerte” No
con el sentido de ser pesimista o una persona que piense en lo peor que pudiera
suceder , pero si para tomar decisiones rápidas, bien pensadas, tampoco no
tanto, y que apunten a esa persona que pudiera ser la persona de tu vida u otra oportunidad en tu vida. Y eso
solo pasa una vez en la vida. Todo esto puede que suene a uno de esos consejos
baratos, que cada vez se abaratan más porque todo el mundo los dice sin la
mayor conciencia de lo que están hablando, pero que van tomando forma cuando
vemos que lo único y mejor que podemos
hacer. Es verdad que muchos andamos locos, que hablamos y opinamos de muchos
temas, que reflexionamos de todo y también terminamos haciendo todo lo contrario
a lo que predicamos. Pero llega un momento en que después de tantas reflexiones sobre lo que
nos ha sucedido en la vida, en que después que comparamos tantas circunstancias vividas,
tomamos decisiones a lo que inicialmente pensábamos y por ende, los resultados
son distintos más paras bien que para mal. Entonces, la vida se desarrolla por
el azar? Yo diría que no, que el destino te hace parecer que las cosas son al azar, pero solo él sabe que es lo que está
escrito para ti. Razón por la cual , pase lo que pase y hagas lo que hagas,
llegaras ahí, a donde perteneces, a donde te esperan. Sabiendo esto, solo nos
queda luchar por batallas que pueden ganarse y aceptar las derrotas de las que
posiblemente perdamos; pues el arte del buen perdedor es saber aceptar la
derrota y el tratar de sufrir lo menos posible por las secuelas que deja esta. Después de todo, analizándolo
bien, hemos ganado: ganado la experiencia,
la cual puede considerarse como un premio consuelo. Pero un premio que crece
en valor con el paso de los años. Analizando todo eso, podríamos atrevernos a
decir con toda seguridad que no existen
los perdedores? No, porque en la vida no
importa quién sea el que se acerque a
ser más perfecto; importa el que haya cometido menos errores, pues para todos
es permitido el cometer un error para aprender y no volverlo a cometer. Y si,
por último, nos volvemos a equivocar, siempre habrá una oportunidad para volver
a hacerlo de nuevo, esta vez sin fallar.
Si en todo el transcurso de la vida, alguien se quedó en tu
mente: acomódala ahí, en un lugar privilegiado. Y si la vuelves a ver, haz que tú también ocupes
un lugar en su mente, aunque sea inténtalo. Si no es así, que se hace? el
destino lo quiso así, hay que aceptarlo. Siempre debemos de poner empeño en
algo que deseamos; eso sí, sin gastar más energías que las que son necesarias.
La vida nunca esconde misterios, todos sabemos que debemos de morir; por eso es
que debemos de hacer las cosas que nos nazcan del corazón hacerlas. Siempre
debemos buscar el placer en todo lo que hacemos. Si el destino no nos ha
preparado esa suerte de estar donde queremos estar, al menos tratar de pasar lo
mejor posible en aquel lugar. Cada momento tiene su explicación, cada persona
que aparece a tu alrededor está ahí por algo. Y ya que hemos tocado la muerte, muchos aun no
le hemos perdido el miedo. De seguro reflexionado con mucha seriedad y calma,
habremos de mirarla con más serenidad y hacer lo que debemos hacer en vida, sin
lugar a postergarlo.
Por eso, cada nuevo día es la oportunidad para hacer lo que
nos falta cumplir en la lista de todos los planes que tenemos. No sé si
cumpliremos al 100% todo lo que tenemos en mente hacer, pero habremos de hacer
mucho al final del día.
pAnChItO.
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