jueves, 20 de agosto de 2015

POR SIEMPRE EN MI MENTE, PROFESOR !

Y ayer por la noche recibí una mala noticia: el profesor de educación física de la primaria, Paco  había fallecido. A principios de este año, yo que estoy poco en contacto con mis ex-compañeros del colegio, recibí de ellos la noticia que le habían detectado cáncer. Nunca supe a donde, solo me imagine que de seguro aún era  el principio de esta enfermedad y que todo saldría bien y con un tratamiento todo saldría bien. Recuerdo que aquella tarde estando fuera de la ciudad, pedí el deseo que tenga pronta mejoría y salga airoso de esta batalla que empezaría. El profesor, Paco siempre será uno de los profesores que voy a recordar, del Colegio Primario o de toda mi vida escolar, con mucho cariño. Fueron 3 o 4 anécdotas que recuerdo   de  él conmigo, las  que lo convirtieron para mí en un gran  profe y en un  buen amigo. Recuerdo la primera vez que llegue al Colegio donde estudie toda mi primaria y secundaria. Era el colegio más caro y con mejor infraestructura de toda la zona. Papa y Mama deseaban que yo fuera ahí; pase los exámenes respectivos y obtuve una vacante para aquel prestigioso colegio,que  mis padres pagaron con mucho sacrificio. Ese día que  empezaban las clases, estaba nervioso; era la primera vez ahí: un colegio grande, lejos de casa y en donde no conocía a nadie. Todos éramos nuevos, empezábamos el primer año de la primaria. A pesar que mis padres me habían despedido en la puerta del colegio, para mí tranquilidad seguía escuchando sus voces afuera del aula a la  hora que empezaron las clases. Ya estando ahí dentro, vi por primera vez la profe Paco; ahí  estaba vestido con el buzo de educación física que usaría también yo por todo el tiempo de mi etapa escolar primaria. El cargaba las cajas de bebidas gaseosas pequeñas que la directora del colegio había comprado para todos quienes empezábamos el colegio, como un acto de bienvenida. Esa mañana de hace veintitantos años, me sentí mejor porque veía a el profe, Paco, de quien aún no sabía su nombre, entrar con mi bebida gaseosa favorita. Los días pasaron y llego el primer día de clases del curso de educación física. Ahí, el profe hizo su aparición, se presentó con cada uno de nosotros. Y lo que siempre recordare  de  él , en los 4 años que me enseño el curso de Educación Física  , fue que hacíamos solo 20 minutos de ejercicios básico y después dejaba que nosotros, los varones jugáramos  fulbito y las damas, voleibol. Que tales días con el profe Paco  y sus cortas clases de educación física! Fue ahí, con los compañeros del primer grado que ya empezábamos a conocernos, que formamos dos equipos de fulbito. Nunca voy a olvidar cuando me escogieron para jugar como defensa central. Yo que siempre había sido miedoso para jugar al fulbito en la  inicial porque había sido sometido a una operación  apenas cumplido el primer año de vida, así que estaba contento jugando en el primer año de la primaria. Que tales partidos nos jugábamos! recuerdo que lo hacía bien y  el arquero confiaba en mí. Y fue así que todas las clases de educación física siempre era yo elegido como defensa de uno de los dos equipos. Fue así que un día el  ‘profe’ Paco se acercó a mí y  me dijo que me veía muchas condiciones para el fútbol. Así, transcurrieron las clases de educación física, pasamos al segundo año, al tercer año y llegamos al quinto año de la primaria. En ese año fue que en la hora de educación física con 2 o 3 compañeros, quienes ya no jugábamos al fútbol, por cosas del destino, hablábamos de música y también de los dibujos animados que pasaban por ese tiempo en la tv. Así que  casi las 2 horas del curso de Educación Física las  pasábamos haciendo eso. Y el profesor, Paco  siempre mirándonos de lejos, y  con una sonrisa cómplice nos  indicaba  que comprendía que así la estábamos pasando bien, por lo que no era necesario el interrumpirnos. Al año siguiente por políticas del Colegio, relacionadas a los diferentes atentados terroristas, propios de la época, los mayores  pasamos a estudiar al turno tarde; y fue ahí que el ‘profe’, Paco dejo de enseñarme el curso de  Educación Física.
No volví a saber nada de él, salvo que para las actuaciones del colegio siempre lo veía de lejos; hasta  que para una entrega de  la libreta  de notas, cuando andábamos en el tercer año de la secundaria, llego junto a un profesor quien nos enseñaba matemáticas. Él se acercó al grupo de los pocos alumnos quienes habíamos ido con nuestros padres para recibir las notas del colegio, como nos conocía desde pequeños, nos llamó a cada uno por  nuestros nombres e  intercambiamos saludos. Sabía que el salón andaba mal,  que estaba en el último lugar en disciplina y organización de las 5 secciones del tercer año de secundaria. Nunca voy olvidar lo que nos dijo en esa ocasión, para mí el mejor consejo que pude escuchar en ese entonces: “chicos, todos tiene un bajón en esta vida. Pero recuerden que así como todo baja, también con esfuerzo puede subir’
Luego ya no lo volví a verlo. Como ya estábamos en los últimos años de la secundaria, ya no asistíamos a las kermeses o actuaciones que realizaban en el colegio. Los años pasaron y hace 7 años, cuando recién había salido de la  universidad y los días no eran muy  buenos para mí, ya que  acababa de aplicar para un empleo en donde  más que el salario  que ganaría me importaba el adquirir experiencia en aquella grande y transnacional  empresa  que me convoco entre sus candidatos  y  al final, luego de varias entrevistas, las cosas no salieron; por lo que  creo que mi papa no  se enojó, pero si  se decepciono de mí; pues le conté que tuve algunas fallas en el proceso de selección ; es así  que ambos caminando  por una avenida principal del distrito donde vivo,  fue  que  nos cruzamos con el profesor Paco. Yo lo salude  y  él se detuvo para estrecharme la mano y también la de  papa. Habían pasado tantos años, pero ahí estábamos presentes los tres que en aquella ocasión (casi dos décadas antes), habíamos participado de mi primer día de clases. En esa ocasión el ‘profe’ tuvo una conversación corta con papa, pero recuerdo que le dijo algo que yo sé que le salió del corazón:” Señor, lo felicito. Tiene a un gran hijo”   Papa le agradeció y  supo ver que el  ‘profe’ Paco se lo decía  con mucha sinceridad. Luego de despedirnos, esa noche volvimos a casa  y yo pude ver una sonrisa de orgullo en el rostro de papa. Y quizá, él  se olvidó de aquella decepción que se llevó de mí  por haber yo perdido la gran oportunidad laboral de mi vida.
Por todos esos motivos el ‘profe’ Paco se convirtió en uno de los mejores que tuve en mi vida. Y si, quizá nunca me enseño muchos ejercicios físicos para hacer, hoy que los necesito, pero me enseño tantas cosas importantes: uno de ellas es siempre levantar el ánimo a quien lo necesita , sabiendo decir  en el momento preciso lo que uno necesita escuchar, sin causar falsas esperanzas pero tampoco desanimarlo del todo. Que Dios lo tenga en su gloria, ‘profe’. Yo ya sé que uno debe de andar por el mundo con las palabras exactas para el momento en que deba de decir algo.

Qué bueno que personas como usted se hayan cruzado en mi camino.



pAnChItO.

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