Era una de esas
raras y tristes tardes que sin ninguna razón asoman de vez en cuando en mi vida: entre al centro médico y sentí la
frialdad de que venía de su consultorio, ella ya no estaba ahí, no estaban sus
cosas, ella ya no estaba en este
mundo, mis lagrimas querían caer pero las pude controlar porque es lo mejor que
he aprendido a hacer en esta vida. Salí de ahí triste pero resignado, todos
tenemos que morir de algo:”descansa en paz amiga”. Por la noche durante la cena
alguien me miraba, era ‘la crespa’ como cariñosamente todos la llamaban y yo lo
hacía con mucha mas razón porque mi cariño hacia ella era y es inmenso. No sé qué pensaba en ese
momento, no sé que creía de mí, jamás debí dudar en dar el próximo paso. Era
muy tarde para hablarle, era muy tarde para decirle lo que nunca pude hacerlo
cuando tenía el camino libre, cuando no transitaba por ese aquel hombre que si
tuvo la habilidad, la valentía para proponerle una vida juntos, para renunciar
a su libertad y a su ciudad de origen para establecerse por completo ahí, olvidando
otros planes que hoy se me van como agua
entre las manos. A los pocos minutos caminábamos juntos, traíamos un pesado balón de gas a su casa. Me correspondía
hacerle ese favor, me tocaba ser amable y caballero con ella. De la tienda a su
casa no era mucha la distancia pero yo lo hice una eternidad, quería darme el
gusto por última vez de caminar a su lado, de observar en ella todo lo que había
perdido. Nada era igual, una sonrisa no tan cómplice como antes intercambiamos cuando llegamos a su cocina. Salí
de aquel lugar sabiendo que había perdido una gran oportunidad en mi vida.
Anoche soñé
con ella, soñé que estábamos conversando largo rato, soñé que había cruzado la frontera
para verla. Ponía sus piernas encima de mis faldas, disimuladamente las tocaba,
llevaba pantimedias, me volvía loco. Me vi en una ciudad que no era esta, ni la
otra. Era una que solo la he visto por
TV y que creo que nunca la conoceré. Veía muchas sonrisas a mi alrededor, eran
caras conocidas, todos estábamos felices y esos era lo más importante. Lo curioso
de esto era que a aquella hermosa chica de cabellos castaños no la conocía, aun
no la he visto en mi vida. Pero si tengo
la esperanza de conocerla. Cuando estaba en el mejor momento de la historia, me
desperté: eras las 4:50 AM , hora de levantarse, hora de olvidarse………………………
No me gustan
los días oscuros porque incentivan a sentirse triste, tampoco los días muy soleados
porque cuando se oculta el sol también
uno se siente triste. Prefiero los días
sombreados y cálidos. Aquellos donde de la nada nacen las esperanzas de que las
cosas pueden salir mejor, aunque no todo sea así al final del día. Pero lo que más
me gusta es pasar los días pensando en ella, mirar a todos lados y saber que no hay
nada como mirarla.
Te quiero
flaca, no sé si desde mucho antes de aquella tarde del 2009, pero te quiero y
no dejare de hacerlo. El frió aquí es insoportable, el frió donde tu estas lo
es aún peor. Creo que podremos abrigarnos aquí o allá, tienes por eso que estar junto a mí ya.
Haremos de los días, dias sombreados y cálidos como me gustan y a ti también. Y yo
mirare a todos lados para terminar comprobando que no hay nada como mirarte.
Eres para mí.
La perdí a
ella, soñé con otra chica irreal pero nadie es como tú. Me declaro muy
enamorado de ti. Dime que si ¡¡¡¡¡¡
pAnChO.
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