He vuelto a escribir porque tengo un compromiso y lo tendré con los
pocos o muchos lectores de este portal,
blog o como quieran llamarlo; a los cuales les debo aun una explicación
del motivo por el cual tanto tiempo deje
de llenar esta columna con historias algo
o nada interesantes. He vuelto a escribir porque no encuentro otra forma
de poder aliviarme de todo lo que llevo dentro, de poder evacuar mis
frustraciones que muchas veces me hacen entrar en una crisis emocional. Por último,
he vuelto a escribir porque amo este
oficio, esta actividad que - aunque nunca
me resulto rentable- fue, es y será siempre placentera practicarla a cualquier hora del día y sea el lugar donde me encuentre. Nunca
renunciare a esto, estoy seguro.
Hace 6 meses llegue a esta ciudad, su cálido clima
me hacía presagiar que duraría más tiempo del que pensé. No me fue fácil venir aquí, después
de haber estado en casa por casi 3 meses,
tiempo en el cual tuve la alegría de poder volver a
estar con mis padres, de compartir almuerzos y paseos con ellos- cosa
que poco o nada había hecho durante los casi 2 años que estuve viviendo fuera
de la ciudad-. Sin embargo, acepte embarcarme en esta aventura. Deje de lado mi
reencuentro con las paredes de mi
habitación, con el recuerdo aquellas frustraciones que vivía ahí cada noche
echado sobra la cama mientras miraba el techo de esta para concluir que aun había mucho más por vivir. En mi
ropero encontré todas esas canciones que escribí por tantos años, esas líneas
que fueron inspiradas en tantas personas de las cuales ahora ya no sé nada. Y si lo supiera, solo me quedaría aceptar que están casadas, alegrarme por ellas
y desearles un feliz matrimonio
Hace mucho tiempo yo acepte esta vida, esta del estar fuera de la ciudad donde nací, crecí y viví tantos años. De volver a
casa menos de una semana por mes para
sentirme un extraño o un visitante en la misma cuadra donde viví tantos años. Siempre
fui consciente que algún día volvería a sonar esa alarma para avisarme que el recreo acabo, que el cuento de felicidad
de estar siempre al lado de la familia termino. Que despertaría de ese hermoso sueño
para preparar maletas y enrumbarme a una nueva ciudad, a conocer nuevas
costumbres y entender que cuando ya me
encuentre adaptado del todo al lugar donde me toque llegar, otra vez deba de partir hacia otra ciudad. Dificultando
una vez más el asentarme en un solo
lugar. Quizás por una mejora económica, o simplemente porque ya no me quieren
por esos lares donde voy, es que emprendo el viaje inesperado, esa mudanza que
me pone los pelos de punta. He aceptado con hidalguía la profesión para la cual
estudie. Sé que soy un gitano, un espíritu errante que jamás tendrá la
oportunidad, ni menos las agallas de establecerse en un solo lugar. Puede que
ahí este el sentido de mi vida:” el del pensar que un día me quedare en una
misma esquina, formando una familia o al menos intentando eso”. Mientras no
llegue ese momento, aun habrá ánimo de seguir luchando-aunque sea con poco
entusiasmo- para vivir en un solo sitio. Desde que llegue aquí, una sonrisa y
unos ojos que jamás olvidare se ha convertido en mi perdición, en el motivo del porque todas
las noches pienso tanto en quedarme un buen tiempo en este lugar, en retrasar
mis salidas a mi ciudad de origen. Para quedarme aquí y seguir contemplándola. Creo que esta
en ella mi presente, mi futuro. Pero
sobretodo, mi última oportunidad para ser feliz. Espero esto no se convierta en
una lamentación mas en mi historia, en caso que no hago nada desde ahora.
Cada vez que regreso a casa tengo la felicidad de
reencontrarme con los míos, pero también tengo la tristeza de saber que estoy
lejos de ella, de aceptar que un día el destino nos llevara por lugares distintos, que un tarde
pensare en ella sin saber por dónde anda. Y probablemente ella tampoco sepa
nada de mí. Le he contado a papa de ella; por primera vez le hable al de la
preocupación que ha nacido en mí por la posibilidad de quedarme solo en la
vida. Pero también le he contado del
cariño que crece cada día en mí hacia
ella. Quizás lo que le he querido decir a papa, es que al fin ya encontré a la
persona con quien quiero estar toda la vida. El me ha pedido que la próxima vez que vuelva a casa de visita,
le cuente las buenas nuevas. Que le comunique lo que he hecho por mi felicidad,
si hubo algún intento por parte mía. Yo le asegurado que voy a hacer todo lo
posible para ser feliz con ella.
Esta vez siento que soy un hombre con suerte, un hombre con una
fortuna única. No porque sea mi pareja- algo que sería como sacarse el premio
mayor o haber alcanzado el cielo- sino porque al fin conocí a la persona a
quien siempre andaba buscando. Ahora solo me queda esforzarme, el hacer un buen
plan, el investigar si siente algo por mí. O más fácil, intuirlo, presentirlo
cuando ambos hablamos frente a frente.
Volví a escribir, eso es cierto. No sé si la mejor manera de reaparecer es hablando de
estos temas. Pero puedo asegurar que no hay nada más en mi mente, que su rostro
y la desesperación por hacer de todo para conquistarla.
pAnChO.
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