martes, 18 de septiembre de 2018

LA MUJER DE MI VIDA


Hoy no tengo dudas, después de tantas batallas, de donde mayormente he salido perdedor, sé que tú eres La mujer de mi vida. No sé por qué lo digo en presente; quizá porque eso sigues siendo para mí, después que he vivido tantas cosas en estos años en que te deje de ver. Sé que el destino me dice a gritos que ya no serás para mí, que ya te cansaste de esperar y decidiste, hace mucho tiempo, por olvidarme por completo .Tengo que aceptarlo, más aun cuando el año pasado que volví a esa ciudad-que lo hice principalmente por ti- y comprobé que ya existía alguien a quien amabas tanto, igual, o de repente menos de lo que me habías amado. Porque aunque se me parte el corazón y siento nostalgia, hoy me doy cuenta que me amabas un montón, quizá como nunca ninguna chica lo ha hecho y de seguro pocas lo intentaran hacer. No sabes toda la tristeza que llevo conmigo por no estar juntos. No te imaginas como me duele pensar en todos estos años perdidos en que ya hubiésemos estado junto, de seguro ya habiendo formado una familia y todo lo demás. Como me cuesta aceptar que todas estas derrotas que he vivido, en los años que nos dejamos de ver, son un castigo por como me porte contigo; que si bien no fue de ofensas ni violencia física, fue de indiferencia, de rechazo disimulado a ese amor que tenías por mí y que hoy me permitiría estar firme en la tierra, como trato de hacerlo y parece que no puedo lograrlo. Hoy vuelvo a casa, tras presenciar mi último fracaso, vi felices a dos chicas que me gustan con sus respectivas parejas. Ellas en su debida oportunidad me dijeron que no porque de seguro no sentían tanto amor por mí, como tu si lo sentías. Hoy comprobé que tú eras para mí y por tonto yo no quise ser de ti. Que persona como tú me ha querido tanto que me llamaba todas las tardes por teléfono para saber que tal había vuelto del trabajo. Que mujer como tú andando a mi lado, por las calles, en esos días de lluvia, abría su paraguas y me cubría. Recuerdo cuando me invitabas a tu habitación para ver vídeos musicales, y entre todos esos archivos tenías de mis artistas favoritos en inglés y me mirabas con interés cuando te explicaba de los orígenes de esas canciones, de que año eran y quienes estaban en los créditos. Era seguro que no te interesaba lo que te decía, que yo te parecía un melómano aburrido, pero sabias que si eso me relajaba, me escuchaba con placer. Por circunstancias, algunas vez conocí a tus padres cuando tú estabas de viaje y les cai bien, y ellos a mi también. Esa vez sentí que congeniaba con ellos, que quizá era una señal que emparentaríamos, pero ni por eso me anime dar ese primer paso. Cuando viajaba de descanso a mi cuidad, calculando que yo ya estaría tranquilo en casa, me llamabas para preguntarme como había llegado, que estaba haciendo y como estaban de salud mis padres. Eras una verdadera mujer que amaba a un hombre. Hubo noches en que se presentó la ocasión para hacer el amor; yo evite eso porque no quería hacerte aun mía, porque como idiota pensaba en otra mujer que ya tenía novio. Pero sabes, tenia deseos de hacerte mía y hoy me arrepiento de no haberlo hecho. Hoy me siento vacío, hoy me siento fatal. Hoy camino solo por las calles y al anochecer te extraño. Cuanto daría por esperar que llegue la hora para salir juntos a pasear, para llevarte de la mano y antes de morir el día los dos echados en la cama intercambiando opiniones. Estoy solo en la vida por mi culpa, de nadie más. Sospecho que Dios, el Destino y la Vida te pusieron en mi camino para que ser feliz, pero yo no lo supe entender. Estaba claro que sentía algo por ti, pues te admiraba por la gran mujer que eres, además que para mí eras la mujer más linda de la ciudad y tenías una magia en tu mirar que solo puede tener quien te ama de verdad. Tengo temor, amiga-si aún te puedo decir amiga-, de que nunca encuentre una mujer como tú. Mi vida hubiera cambiado contigo, pero ya es imposible que tu vuelvas a enamorarte de mí. Nunca llegamos a ser pareja, y eso fue por mi culpa. Recuerdo esa vez que caminábamos por esas calles oscuras en la noche y me dijiste si tenía algo importante que decirte, y al ver mi nerviosismo me dijiste que podía ensayarlo ,que podía hacerlo una y otra vez equivocándome, que no había problema, pues al final tú me darías la respuesta que yo sospechaba escuchar. Recuerdo a los dos sentados sobre una grande roca, en medio de una de una de los jirones más transitados de la ciudad, conversando de tantas cosas y yo te preguntándote por algunas inseguridades que tenía sobre me aspecto físico y tu me decías que no me preocupe, que yo para ti lucia bien,muy guapo y atractivo. Conversábamos de tantas cosas, del futuro, estábamos sin darnos cuenta planeando toda una vida. Te juro que me arrepiento que no lo pudimos concretar por mi culpa, por mi falta de decisión. A la larga, nadie me ha hecho sentir como tú. Hoy acepto que perdí, te perdí a ti, y perdí algo bueno para mi vida. Quiera Dios que encuentre a otra mujer como tú, que me ame de esa forma como tú lo hacías, que sea tan unida a mí y que me conozca también como hasta para tener galletas en las gavetas de su escritorio de su oficina y sacarlas, como lo hacías tu cuando yo te iba a visitar. Ahora que te estoy escribiendo no puedo contener las lágrimas de recordar todo esto, de recordarte a ti. Como se me pesa el no haberte dicho eso que querías escuchar, pues también yo lo sentía así. Estábamos destinados a estar juntos y sin querer me opuse a eso. Mientras me encuentro aquí perdido, siento que te quiero porque estoy seguro que eras ‘La mujer de mi vida’


pAnChItO


No hay comentarios: