viernes, 1 de junio de 2018

LO QUE MAYO ME DEJO


Mayo siempre ha sido un mes frio, húmedo y con garantía de que las cosas a pesar que pudieran salir bien, siempre encontraran algún obstáculo en el camino. Definitivamente, este mes no me gusta porque en Lima, mi linda ciudad, generalmente es muy marcado el cambio del otoño al invierno; o mejor dicho, del verano al invierno, ya que últimamente no hemos tenido otoño en esta ciudad.No debo de ser injusto pues en este mes también la he pasado bien, sobre todo cuando era pequeño; salvo en la semana de exámenes o cuando volvíamos de vacaciones y entregaban la boleta de calificaciones a los padres. Mayo no me gusta en Lima. Pero si lo debo de pasarlo aquí, lo hago bien abrigado, con un cigarro en la mano y con las ganas de conocer a alguien y quizá darle un giro a mi vida. En los últimos 7 años, por trabajo, me ha tocado estar fuera de Lima para este mes. No sé si por cosas de un benevolente destino o por pura casualidad. Esta vez parece que no será así, y la verdad ya no me molesta o incómoda si voy a estar aquí. La vida es corta, siempre todos te lo repiten, y el tiempo pasa tan rápido y suceden cosas tan inesperadas que he decidido pasarla de lo mejor este mes, así tenga la idea que las cosas en esta ciudad no funcionan así en este mes. Hasta el momento parece que el panorama se presenta poco favorable en cuento a un nuevo proyecto que me haga salir fuera, pero por otra parte aparece esa sensación que estando aquí puedo hacer cosas que me gustan y que siempre fueron postergadas por falta de tiempo. Este mes de mayo se ha tornado misterioso en la ciudad. El primer dia empezó muy soleado, aún más que en los últimos días de abril. Esto es una locura, parece que el tiempo quería contradecirme o quizá darme una sorpresa. Pensé por un momento que de repente esta vez mayo no sería un mes malo porque para mí ya lo había sido el mes de abril; ya que a los dos días de regresar a Lima, tuve un problema de salud.  Felizmente no fue nada grave, pero para que no lo sea en un futuro debía someterme a un pequeño tratamiento que demandaba tiempo y no muy poco dinero. Siempre he sido cauto en mis gastos, pero priorice mi salud y le dije ‘no’ a un pequeño proyecto que apareció para volver a salir. No me sentí mal con la decisión que tome, aunque mi último sueldo no me alcanzo para cancelar todo el tratamiento.  Por todo eso pensé que este mayo no sería malo, y parecía que así seria. Solo un par de días amaneció oscuro y frio, los otros días hasta el día de hoy han sido soleados. En la semana de celebración por del Día de la Madre recibimos en casa la visita de una tía y prima que radican fuera. No fue una visita inesperada porque ellas llamaron un día antes para anunciar que venían. Era viernes, llegaron por la tarde y termino siendo una reunión muy divertida y  amena pues mi tía y prima gozan de un buen sentido del humor. Fue un gran lonche, porque además que compre bebidas gaseosas y un keke, ellas nos sorprendieron y sin darnos cuenta habían pedido una pizza. Cuando ya estaba entrando la noche y la visita ya se había ido, decidí ir a ese lugar que ha sido mi refugio desde hace ya 11 años y que, además, ha sido testigo de más fracasos que de victorias en mi vida. Esta vez llegaba contento y si lo hubiera hecho triste, mi semblante cambiaría por unas horas. Mi instinto me decía que esa noche seria inolvidable. Salí de casa y tome un ómnibus. Ya era tarde, así que no quise arriesgarme y bajando al paradero tome un taxi para que me lleve hacia la misma   puerta del local. Cuando vi cerrada la puerta de este fue que empezaron los problemas. Había un operativo, parece que no abrirían hasta más tarde o hasta mañana, podía ser en horas de la madrugada o ya por la noche del siguiente día. No podía creerlo, esa noche me quedaría sin aquella distracción, diversión y placer que solo puedo encontrar en eso lugares. Los locales aledaños también lucían iguales, cerrados e inclusive con patrulleros afuera. Me dio ganas de gritarle a aquellos policías motorizados: “Por qué en vez de estar correteando delincuentes, se paran aquí a joder a la gente que quiere encontrar la felicidad” Y   créanme que esta felicidad no es fugaz si la sabes hacer. Pero no dije nada y solo encendí  un cigarro y camine algunas cuadras alrededor del local  tratando de resignarme de que debía volver a casa  para acostarme en esa cama que iba a tener en las almohadas todos esos bellos rostros de las chicas que esa noche no pude ver ni tener entre mis brazos.
Ahora que el mes se terminó, puedo decir que no me quede con los brazos cruzados e hice que   mayo se convierta en un mejor mes para mí, a pesar de frio y oscuridad que no pueden faltar. No puedo pasar por alto que en este mes he pasado noches inolvidables viendo junto a papa y mama la serie de tv de la noche y después cenando junto a ellos. Reconozco que a mi edad-joven aun- no es bueno el estar todo el tiempo con ellos, pero siento que estos días  son de muchos aprendizaje ya que en ellos siempre encuentro  sabiduría y  mucha tranquilidad. Debo de agradecer a Dios lo que he vivido en este mes aquí en mi ciudad; sobre todo porque he podido disfrutar de mis padres que aún conservan muy buena salud, buen humor y la misma fortaleza que toda mi vida he visto en ellos. Si vuelvo a salir de la ciudad por trabajo y no sé hasta cuando vuelva por aquí, sé que pase buenos días y si hubo días en que amanecí cansando, triste y desganado, lo pude superar con el amor de quienes están alrededor y el amor por mí mismo y por cada  nuevo hacer en cada mes del año, así sea mayo.


pAnChItO.


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