Mayo siempre ha sido un mes frio,
húmedo y con garantía de que las cosas a pesar que pudieran salir bien, siempre
encontraran algún obstáculo en el camino. Definitivamente, este mes no me gusta
porque en Lima, mi linda ciudad, generalmente es muy marcado el cambio del
otoño al invierno; o mejor dicho, del verano al invierno, ya que últimamente no
hemos tenido otoño en esta ciudad.No debo de ser injusto pues en este mes también
la he pasado bien, sobre todo cuando era pequeño; salvo en la semana de
exámenes o cuando volvíamos de vacaciones y entregaban la boleta de
calificaciones a los padres. Mayo no me gusta en Lima. Pero si lo debo de pasarlo
aquí, lo hago bien abrigado, con un cigarro en la mano y con las ganas de
conocer a alguien y quizá darle un giro a mi vida. En los últimos 7 años, por trabajo,
me ha tocado estar fuera de Lima para este mes. No sé si por cosas de un
benevolente destino o por pura casualidad. Esta vez parece que no será así, y
la verdad ya no me molesta o incómoda si voy a estar aquí. La vida es corta,
siempre todos te lo repiten, y el tiempo pasa tan rápido y suceden cosas tan inesperadas
que he decidido pasarla de lo mejor este mes, así tenga la idea que las cosas
en esta ciudad no funcionan así en este mes. Hasta el momento parece que el
panorama se presenta poco favorable en cuento a un nuevo proyecto que me haga
salir fuera, pero por otra parte aparece esa sensación que estando aquí puedo
hacer cosas que me gustan y que siempre fueron postergadas por falta de tiempo.
Este mes de mayo se ha tornado misterioso en la ciudad. El primer dia empezó
muy soleado, aún más que en los últimos días de abril. Esto es una locura,
parece que el tiempo quería contradecirme o quizá darme una sorpresa. Pensé por
un momento que de repente esta vez mayo no sería un mes malo porque para mí ya
lo había sido el mes de abril; ya que a los dos días de regresar a Lima, tuve
un problema de salud. Felizmente no fue nada
grave, pero para que no lo sea en un futuro debía someterme a un pequeño
tratamiento que demandaba tiempo y no muy poco dinero. Siempre he sido cauto en
mis gastos, pero priorice mi salud y le dije ‘no’ a un pequeño proyecto que
apareció para volver a salir. No me sentí mal con la decisión que tome, aunque
mi último sueldo no me alcanzo para cancelar todo el tratamiento. Por todo eso pensé que este mayo no sería
malo, y parecía que así seria. Solo un par de días amaneció oscuro y frio, los
otros días hasta el día de hoy han sido soleados. En la semana de celebración
por del Día de la Madre recibimos en casa la visita de una tía y prima que
radican fuera. No fue una visita inesperada porque ellas llamaron un día antes
para anunciar que venían. Era viernes, llegaron por la tarde y termino siendo
una reunión muy divertida y amena pues mi tía y prima gozan de un buen sentido del humor.
Fue un gran lonche, porque además que compre bebidas gaseosas y un keke, ellas
nos sorprendieron y sin darnos cuenta habían pedido una pizza. Cuando ya estaba
entrando la noche y la visita ya se había ido, decidí ir a ese lugar que ha
sido mi refugio desde hace ya 11 años y que, además, ha sido testigo de más
fracasos que de victorias en mi vida. Esta vez llegaba contento y si lo hubiera
hecho triste, mi semblante cambiaría por unas horas. Mi instinto me decía que
esa noche seria inolvidable. Salí de casa y tome un ómnibus. Ya era tarde, así
que no quise arriesgarme y bajando al paradero tome un taxi para que me lleve hacia
la misma puerta del local. Cuando vi cerrada la puerta de
este fue que empezaron los problemas. Había un operativo, parece que no
abrirían hasta más tarde o hasta mañana, podía ser en horas de la madrugada o
ya por la noche del siguiente día. No podía creerlo, esa noche me quedaría sin
aquella distracción, diversión y placer que solo puedo encontrar en eso lugares.
Los locales aledaños también lucían iguales, cerrados e inclusive con
patrulleros afuera. Me dio ganas de gritarle a aquellos policías motorizados: “Por
qué en vez de estar correteando delincuentes, se paran aquí a joder a la gente
que quiere encontrar la felicidad” Y créanme que esta felicidad no es fugaz si la
sabes hacer. Pero no dije nada y solo encendí un cigarro y camine algunas cuadras alrededor
del local tratando de resignarme de que debía
volver a casa para acostarme en esa cama
que iba a tener en las almohadas todos esos bellos rostros de las chicas que
esa noche no pude ver ni tener entre mis brazos.
Ahora que el mes se terminó, puedo
decir que no me quede con los brazos cruzados e hice que mayo se convierta en un mejor mes para mí, a
pesar de frio y oscuridad que no pueden faltar. No puedo pasar por alto que en
este mes he pasado noches inolvidables viendo junto a papa y mama la serie de
tv de la noche y después cenando junto a ellos. Reconozco que a mi edad-joven
aun- no es bueno el estar todo el tiempo con ellos, pero siento que estos
días son de muchos aprendizaje ya que en
ellos siempre encuentro sabiduría y mucha tranquilidad. Debo de agradecer a Dios
lo que he vivido en este mes aquí en mi ciudad; sobre todo porque he podido
disfrutar de mis padres que aún conservan muy buena salud, buen humor y la misma
fortaleza que toda mi vida he visto en ellos. Si vuelvo a salir de la ciudad
por trabajo y no sé hasta cuando vuelva por aquí, sé que pase buenos días y si
hubo días en que amanecí cansando, triste y desganado, lo pude superar con el
amor de quienes están alrededor y el amor por mí mismo y por cada nuevo hacer en cada mes del año, así sea mayo.
pAnChItO.
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