He vuelto a caminar por las calles del Centro de Lima en una mañana y en una hora donde la luz del día alumbra cada rincón de estas, y he concluido,
una vez más, que a estas horas del día
no tiene sentido, no tiene gracia y no
se encuentra el placer que yo le encuentro a estas calles por las noches, donde todo es mejor y donde
muchos solemos venir para prolongar nuestra alegría que tuvimos durante el día-en
caso que la tuvimos- o a ganar un poco o mucha alegría.
Para mi esta ciudad es interesante a todas horas, pero cuando el cielo aun alumbra se ven estudiantes, trabajadores de todo tipo
que transitan de un lugar a otro y yo siento que Lima está lejos de ser lo que yo adoro de ella. Espero que llegue la noche y empiece lo mejor, porque esas cosas que aún
son catalogadas como clandestinas
no hacen juego con las actividades normales de una ciudad.A pesar que la vida guarda lo mejor para cuando hace aparición la oscuridad en esta ciudad, y se
hallan lugares que esconden mucha belleza,
historias raras y personas que se divierten y disfrutan pasando inadvertidos
como yo lo hago,esas calles por
las mañanas y tardes no han dejado de tener la gracia que yo les vi hace muchos años cuando papa me llevaba
ahí de paseo. Por eso no puedo dejar de hacer, cada cierto tiempo, visitas al Centro de Lima en horas del día para realizar mis compras,sean libros o CDs musicales. De pequeños, Papa a mi hermana y a mí nos llevaba a conocer el Centro de Lima casi todos los domingos,días en que no trabajaba. Los tres paseábamos mientras él nos enseñaba las principales avenidas y calles.
También íbamos a realizar compras,todo lo que necesitábamos y también no.Cuando fuimos dejando la niñez mi hermana ya no nos
acompañaba mucho en esas inolvidables aventuras del conocer las antiguas calles
de Lima- Centro.Es ahí cuando papa y yo empezamos a realizar los recorridos
solos y yo me convertí ,con mucha alegría, en una persona que aprendía la
historia de cada calle, sus atajos para llegar de un lugar a otro en menor tiempo, y a saber cuáles eran los lugares peligrosos y a qué horas no se debía transitar por ahí .Con papa siempre íbamos con la intención de pasearnos y de seguir-en mi caso- conociendo nuevas calles y las contiguas a esta.Nos gustaba ir a tomar el aire
de la ciudad capital; de ver la casa que ya había sido demolida, donde vivió papa junto a mi abuela.Al final del recorrido, papa terminaba convencido por mí que al pasar por una tienda de discos musicales me comprase un casete o un Lp del
cantante o grupo de moda. Siento que desde ese instante empezó una complicidad entre
los dos,un secreto que ambos guardábamos, porque a pesar que mis notas no eran
del todo bueno en la escuela y papa se ponía estricto conmigo en casa ,en días de semana , pues rompía su promesa para mi felicidad y me compraba todo lo que me gustaba. Esos paseos más que por lo material tenían un sentido especial para mi , porque fue una
forma de recuperar todo el tiempo que durante
la semana no pasábamos juntos, ya que papa siempre fue un hombre responsable y trabajador de lunes a sábado para que a mi hermana y a mi no nos falte nada.Por eso, al caminar por esas calles, a
horas muy tempranas, me traen el recuerdo de papa caminando junto a mí.Siempre veo
en mi mente el rostro de ese hombre
que, ya no siendo tan joven, sonreía y caminaba cuadras de cuadras sin importarle el
cansancio que originaba dicho trajín. No puedo evitarlo,esos recuerdos más
que alegría me traen mucha tristeza”. Tristeza porque hoy papa por su avanzada edad ya no puede andar a mi
costado. Y aunque ya no necesite de sus cuidados y enseñanzas de cuantas calles colindantes y
enredadas existen,si necesito de esa compañía que solo él me la ha podido dar. Siempre estaré contento y agradecido de que todos mis movimientos con destreza , que
realizo por estas calles, que ya muestran el peligro en las noches,cuando voy por ellas, las realizo muy bien gracias a él ,a sus indicaciones que me daba cuando yo aún era un niño. Por eso siempre, cuando conversamos, le
cuento de mis salidas nocturnas hacia
ese lugar y escucho de su parte sus recomendaciones mientras veo una sonrisa en su rostro al saber que yo lo realizo todo con mucho cuidado y picardía. Estoy seguro que en ese momento se siente orgulloso de mi.
Papa siempre ha sido una gran persona, un hombre en todo el sentido
de la palabra. Es el ejemplo que yo debo y deseo seguir, aunque lamentablemente yo muchas veces no he sido el hijo que el merecía tener. Con eso no digo que he sido un mal hijo, pero
no fui aquel niño aplicado en los estudios que Papa hubiera querido que sea; ni
tampoco soy el muchacho destacado en el
deporte que todo padre espera de sus hijos. Pero
sé que, al pasearme por todas esas avenidas,
calle y planzuelas en la noche y parte de la madrugada, causa en él un sentimiento de alegría ocasionado por mi. Extraño tanto caminar junto a papa por el centro de la ciudad.Nada es lo mismo sin su compañía.
Lo quiero y sé que un día volveremos por estos lugares para
realizar una caminata,aunque sea de unos pocos metros,y nos detendremos en la tienda de CDs de música para yo volver a convencerlo que me compre muchos discos y casetes de música. De seguro me dirá "llévate algunos que en nuestra próxima caminata, aunque sea
corta, llevaremos los otros que te están faltando comprar.
pAnChItO.